I.
El Reinado de Ibrāhīm: Reducción y continuidad
a)
Ibrāhīm y los Saljuqíes
El
relato más completo que poseemos de las circunstancias de la
ascensión de Ibrāhīm es la del Tabaqāt-i Nāsiri.
Hemos visto que en la época de la restauración ghaznawí tras la
usurpación de Toghrïl, tanto Farrukh-Zād
como Ibrāhīm se habían encontrado encarcelados en Barghund,
y que Farrukh-Zād había sido presentado y aclamado como sultán en
Ghazna. Hasta donde sabemos, Ibrāhīm permaneció en Barghund
durante algún tiempo, pero luego fue trasferido por Farrukh-Zād a
la fortaleza de Nāy en Wajīristān o Ajīristān,
la región al oeste de Ghazna en el nacimiento del Arghandāb
y el Helmand (no debe confundirse con el moderno distrito de
Waziristan en región de la Frontera Noroeste de Pakistán); esta era
una fortaleza favorita para retener a príncipes ghaznawíes, y más
tarde fue uno de los lugares del primer periodo de cautividad del
poeta Mas‛ūd-i Sa‛d-i Salmān.
Cuando Farrukh-Zād murió hubo un consenso general entre los grandes
hombres de estado en Ghazna de que Ibrāhīm debería ser elevado al
trono; parece que Abū l-Muzaffar Ibrāhīm era el último
hijo superviviente de importancia política, y bien pudo haber sido
el miembro senior de la familia real ghaznawí (nada se oye ahora del
otro hijo del que se dice que había sobrevivido a la masacre de
príncipes ghaznawíes de Toghrïl, Shujā‛. El líder militar
(Sarhang) Hasan
fue con una escolta para
traer a Ibrāhīm, el cortejo regresó a Ghazna, y el lunes, 19 de
Safar de 451/6 de abril de 1059 (siendo
dada la fecha así por Baihaqi), se hizo homenaje a Ibrāhīm como
Amīr y Sultán.
En
relación con la vida anterior de Ibrāhīm, solo sabemos que nació
en 424/1033, durante la campaña dirigida por su padre Mas‛ūd en
Gurgan y Tabaristan para recaudar los atrasos del tributo debido del
príncipe local ziyarí Manūchihr b. Qābūs,
es decir, tenía 27 años lunares o 26 años solares de edad en su
elevación. Demostró ser extremadamente prolífico en lo que se
refiere a la descendencia. El Tabaqāt-i
Nāsiri
enumera
cuarenta hijos, que llevan nombres que exhiben una mezcla de
componentes
islámicos, nombre épicos persas y turcos. Menciona
además que Ibrāhīm tuvo 36 hijas, todas entregadas en matrimonios
a sayyids y ulemas de buena cuna; una de estas se casó realmente con
el tatarabuelo del historiador Jūzjānī, esto es, con ‛Abd
al-Khāliq
Jūzjānī,
que emigró desde Guzgan a Ghazna
como resultado de un sueño para casarse con esta princesa.
Las
más apremiantes tareas a que se enfrentó
el nuevo gobernante fueron, en primer lugar, la restauración de la
tranquilidad social y la prosperidad económica dentro de los
dominios ghaznawíes, un proceso ya iniciado por
Farrukh-Zād; y en segundo lugar, la consecución de una paz duradera
con los Saljuqíes, o al menos, un modus
vivendi
entre los dos grandes imperios. En relación con la primera tarea,
Jūzjānī menciona que Ibrāhīm adoptó
un vigorosa política que pretendía traer de vuelta la prosperidad
al imperio, que incluía la reconstrucción de ciudades devastadas en
la guerra civil de la década precedente y la construcción de nuevos
asentamientos; de estas últimos, él menciona específicamente
Khairābād,
H.r.zābād
(leído por Raverty como Jatrābād/Chatrābād)
y Aimanābād.
Desafortunadamente, ninguna de estas puede ser identificada, y
cualquier florescencia que disfrutaran puede haber sido solo
temporal.
En
relación con la segunda tarea, Ibrāhīm parece haber sido realista
y no haber sido seducido por visiones irredentistas de recuperar los
territorios perdidos de su padre y su abuelo, como parece claro a
partir de las palabras que le imputa Ibn al-Athīr
o sus fuentes:
'Si
solamente hubiera estado en el lugar de Mas‛ūd, tras la muerte de
mi abuelo Mahmūd, entonces el eje de nuestro dominio no habría
caído.
Pero ahora me encuentro impotente para recobrar lo que otros han
tomado, y monarcas con reinos extensos y numerosos ejércitos han
conquistado nuestra tierra'.
Los
Amīres
Saljuqíes del este, a saber, Chaghrï
Beg Dā’ūd
y
Alp Arslan,
parecen, por su parte, haber reconocido que se habían expandido tan
lejos hacia el este como los factores
geográficos lo permitieron, y que las estribaciones occidentales del
Paropamisus,
las montañas de Ghūr
y el Hindu Kush,
constituían una razonable frontera natural con los Ghaznawíes.
Las
fuentes no son claras sobre las negociaciones de paz entre los
Ghaznawíes y los Saljuqíes, si la conclusión de hostilidades cayó
justo dentro de los últimos días del reinado de Farrukh-Zād o en
los iniciales del de Ibrāhīm. Husainī,
que está bien informado de los asuntos Saljuqíes, afirma que
Farrukh-Zād celebró un acuerdo con Chaghrï Beg. El sultán
ghaznawí acordó devolver con todos los honores los prisioneros
capturados del ejército saljuqí, incluyendo al amir Qutb
al-Dīn
Atabeg Kul-Sarïgh,
y ambas partes prometieron permanecer dentro de los confines de su
propio imperio. El tratado real de paz (kitāb
as-sulh)
fue transcrito entero por el historiador Abu
l-Fadl Baihaqī,
quien fue convocado desde su retiro (había perdido su trabajo como
cabeza del Dīwān-i
Risālat
bajo ‛Abd
ar-Rashīd,
y lejos de su trabajo en la compilación de su Mujalladat,
que él iba a llevar hasta 451/1059. Ibn al-Athīr,
no obstante,
atribuye el logro de la paz a Ibrāhīm, y afirma que después de un
cuidadoso
y razonado análisis por
parte de 'las inteligentes personas de ambas partes', que
llegaron
a la conclusión de que ningún partido podía ganar ninguna ventaja
territorial más, sino que simplemente gastaría el tesoro sin
ningún resultado que valiera la pena. Ibrāhīm y Chaghrï Beg
acordaron hacer la paz sobre una base uti
possidetis (cada
imperio seguiría poseyendo provisionalmente el territorio poseído
al final del conflicto, hasta que se disponga otra cosa por un
tratado entre ambas partes). Puede ser que las negociaciones
abarcaran el final del reinado de Farrukh-Zād y el comienzo del de
Ibrāhīm, o simplemente que el tratado de paz tenía que ser
ratificado de nuevo por el nuevo gobernante ghaznawí, de quien no
podía esperarse que cumpliera de forma automática los acuerdos de
su predecesor.
Hasta
donde sabemos las relaciones entre ghaznawíes y Saljuqíes
permanecieron pacíficas durante más
o menos el
último año del amīrato
de Chagrï Beg y el reinado de Alp Arslan, pero tenemos noticias de
guerra durante el sultanato de Malik Shāh.
Este
último obtuvo el trono solamente después de una aguda lucha con su
tío Qāwurd
de Kirmān,
quien consideraba que por el derecho tribal del seniorato él debería
tener el poder supremo dentro de los dominios saljuqíes, y alguno de
los propios hermanos de Malik Shāh
eran conocidos por tener ambiciones hacia el poder. Estos desacuerdos
internos parecen haber tentado a Ibrāhīm a salir de las políticas
pacíficas hacia los saljuqíes de los primeros catorce años de su
reinado e intentar la recuperación de los antiguos territorios
ghaznawíes alrededor de Balkh,
Qunduz
o Walwālīj
y Talaqān,
esto es, las provincias de Tukhāristān
y Badakhshān.
En Jumādā
I
de 435/enero-febrero de 1073 -en el momento en que Qawurd estaba
ocupando Ray y alzando el estandarte de la revuelta- Ibrāhīm envió
un ejército contra Sakalkand.
Este es un pequeño lugar al sur de Baghlān
y al norte del Hindu
Kush
y el paso de Chahārdār,
que lleva a los valles del río Ghorband
y Kabul,
y debe haber permanecido cerca de la frontera ghaznawí-saljuqí, que
con probabilidad se acercaba
aproximadamente al nacimiento de las cuencas de los ríos Kabul
y
Oxus. Aquí, el gobernador saljuqí era un tío de Malik Shāh,
el Amīr
al-Umarā’ ‛Uthmān
b. Chaghrï Beg,
quien fue capturado ahora con su tesoro y séquito, y llevado
ignominiosamente a Ghazna. No obstante, una fuerza al mando del amīr
saljuqí Gümushtigin
Bilge Beg
que
incluía a
Anūshtigin
Ghacha’ī,
el
posterior fundador de la línea de Khwārizm-Shāhs,
apareció
en el área, persiguió a las fuerzas ghaznawies y devastó
Sakalkand.
El
único otro episodio conocido por nosotros de fricción
ghaznawí-saljuqí
también
tuvo lugar en el reinado de Malik-Shāh,
pero no puede ser datado con más exactitud; las referencias a este
son de una naturaleza anecdótica más que historia seria, pero, no
obstante puede haber alguna base histórica par a la información.
Husaini e Ibn al-Athīr registran que Malik
Shāh
en una coyuntura -quizá después de la lucha en Badakhshān
descrita arriba y después de que el sultán hubiera dominado la
rebelión de Qāwurd-marchó
sobre Isfizār.
Isfizār
o Asfizār
se sitúa al sur de Herat en el camino de Sīstān, y es la moderna
Sabzavār-i
Herāt.
Este lugar, no obstante, era un largo camino desde el territorio
ghaznawí más cercano; el sultán habría tenido que marchar a
través de Sīstān contra
Bust
y luego Zamīn-Dawār
antes de pudiera golpear en el corazón del imperio ghaznawí. Puede
ser que los espías de Ibrāhīm le trajeran
noticias de las concentraciones de tropas en Isfizār.
En todo caso, las fuentes históricas afirman que Ibrāhīm hizo
frente a la amenaza por medio de una pieza clave de guerra
psicológica. Escribió cartas a los comandantes del ejército
saljuqí agradeciéndoles su ayuda en una conspiración para atraer
a Malik Shāh
en este expedición contra los territorios ghaznawíes, en el curso
de la cual ellos en el momento oportuno tomarían y depondrían al
sultán y se pasarían al lado ghaznawí. El mensajero ghaznawí a
estos comandantes supuestamente traidores se permitió ser capturado
por Malik Shāh.
Por tanto, teniendo conocimiento del ficticio complot, pero dando
credibilidad a él, el sultán saljuqí se retiró a su capital
Isfahān
sin informar a sus comandantes acerca de sus sospechas sobre su
lealtad.
En
todo caso, está claro que los dos grandes imperios del mundo
islámico oriental trataron uno con el otro en iguales términos, y
aunque los saljuqíes fueron los suplantadores de los ghaznawíes,
consideraron a la dinastía de más edad con el respeto a menudo
acordado para las casas antiguas. Las fuentes mencionan más tarde
que tal fue el respeto para Ibrāhīm de los sultanes seljuqíes que
se acostumbraron a dirigirse
a él como Pidar-i
buzurg
'Eminente Padre', y Mustaufī
añade
que cuando los saljuqíes le escribieron, no fijaron
su tughra
o emblema a la carta, por respeto a él. Husainī
dice
que en el siglo siguiente (esto es, el VI/XII), el supremo sultán
saljuqí Muhammad
b. Malik Shāh
era reacio a aprobar la intervención de su hermano Sanjar en Ghazna
en apoyo de Bahrām
Shāh
b. Mas‛ūd contra su hermano Arslān,
por su gran respeto por la Casa ghaznawí.
Indudablemente
había alguna interacción
social y cultural entre las cortes de los dos poderes, comenzando en
el reinado de Ibrāhīm y continuando bajo sus sucesores. Poetas y
hombres letrados pasaron de un lado para otro entre Ghazna y las
cortes de los Saljuqíes y sus tributarios en Persia oriental. Así,
entre los poemas de ‛Uthmān
Mukhtārī
encontramos
odas dirigidas a los amīres
del estado vasallo saljuqí del Sīstān Saffārí
(en particular, al amīr
Tāj
al-Dīn
Abū
l-Fadl
o Abū
l-Fath Nasr b. Khalaf,
que ascendió al trono
de Sīstān
ca.496/1103)
y a los amīres
saljuqíes de Kirmān,
en cuya corte ‛Uthmān
permaneció un tiempo, y a sus visires. Hakīm
Sanā’ī
dirigió panegíricos a Sanjar;
y escribió dos odas para, y mantenía un cordial intercambio de
correspondencia con, el oficial saljuqí Qiwām
al-Din Abū
l-Qāsim
ad-Darguzīnī
al-Ansābadhī,
visir del sultán Mahmūd
b. Muhammad b. Malik Shāh
y
luego de Sanjar, y dirigió una oda al visir de Sanjar Mu‛īn
al-Dīn
Abū
Nasr Ahmad b. Fadl.
La asunción formal de los sultanes ghaznawíes alrededor de esta
época (por ejemplo, en las leyendas de las monedas) del título
típicamente
saljuqí de as-Sultān
al-Mu‛azzam
'Sultán altamente exaltado' se ha visto como un aspecto de la
influencia saljuqí en el campo de la titulatura real. Ibrāhīm
adoptó el título de Sultān
durante el califato de al-Qā’īm,
por lo tanto antes
de 467/1075, y parece que apareció sobre un dīnār
ghaznawí suyo en el Museo Hermitage de Leningrado, que no fue
descrito correctamente por Markov pero que probablemente
data de 462/1069-1070. No obstante, los ghaznawíes, por supuesto,
habían sido tratados hacía tiempo como sultanes, así como amīres
y maliks, como las fuentes literarias e históricas muestran
ampliamente. La fórmula as-Sultān
al-Mu‛azzam
aparece
por primera sin
ambigüedades sobre un diham de Farrukh-Zad, y bajo Ibrāhīm y sus
sucesores, la fórmula
as-Sultān
al-Mu‛azzam
y
as-Sultān al-A‛zam
'El
más Exaltado Sultán' se
convierte en la norma sobre las monedas.
Además,
en consideración a la posible influencia saljuqí en el estado
ghaznawí en esa época, el historiador turco Fuad Köprülü sugirió
hace unos treinta años que el sistema de concesiones de tierras
(iqtā‛s),
que evolucionó en Iraq y Persia occidental en los siglos III/IV y IX
y
que fue asumido por los saljuqíes en el periodo siguiente y
extendido en Persia oriental,
encontró su camino
en los dominios ghaznawíes a finales del siglo VI/XII. A partir del
silencio de autoridades ghaznawíes tempranas tales como ‛Utbī‛,
Baihaqī
y Gardizī
sobre la presencia de iqtā‛s
hereditarias en el imperio, no parece que el sistema existiera allí
antes de mediados del siglo V/XII como pronto; la habilidad de los
sultanes ghaznawíes para aprovechar los ricos recursos de la India
significaba que podían continuar pagando a sus tropas
sustancialmente en metálico durante mucho más tiempo de lo que los
regímenes militares en las tierras más al oeste habían sido
capaces. Köprülü aduce alude algunas líneas de Sanā’ī,
dedicadas al
sultán
Bahrām
Shāh
y por tanto escritas después de 512/1118, en las que el poeta se
queja de que la soldadesca turca había tomado las tierras del pueblo
ilegalmente. Especulaba
que la iqtā‛
puede haberse extendido dentro de las tierras ghaznawíes como
respuesta a la guerra con los saljuqíes durante las primeras décadas
del siglo VI/XII, comenzando con la intervención de Sanjar
de 510/1117 en favor de Bahrām
Shāh
contra su hermano Arslan Shāh.
Si esta difusión del sistema de iqtā‛
tuvo lugar realmente, el proceso bien pudo haber comenzado antes,
durante el reinado de Ibrāhīm, cuando las conexiones
ghaznawíes-saljuqíes eran estrechas, y cuando uno podía esperar un
proceso de interacción que se sintiera en la esfera de la
organización social así como en la de la cultura.
b)
El ejército ghaznawí en el periodo tardío
La
cuestión de la concesión de tierras mantenida por los turcos
ghaznawíes y otra soldadesca nos lleva a una consideración
de la
importancia
del ejército durante el reinado de Ibrāhīm. En
ausencia de información en tal detalle como encontramos en ‛Utbī,
Gardizī
y Baihaqī
para
el periodo ghaznawí temprano, tenemos que asumir que las tradiciones
militares y prácticas de los sultanes tardíos eran esencialmente
las mismas que las de sus antepasados. Incluso si la característica
del expansionismo de la política ghaznawí temprana bajo Mahmūd
y Mas‛ūd ya no funcionaba y se había alcanzado una posición
estática en las fronteras
occidentales, la India todavía se mantenía como primer campo en el
que podía desviarse las energías militares con gran provecho. Como
parte de la imagen de Ibrāhīm como un gobernante piadoso y justo,
las fuentes subrayan su amor de ghazw
y la jihād,
la guerra santa, de hecho, la expansión en la India; y aunque
sabemos poco sobre el liderazgo personal en la batalla, Fakhr-i
Mudabbir menciona que la lanza y el arco eran las armas favoritas del
sultán.
Una
valiosa fuente de información en asuntos militares descansa en los
trabajos de los poetas, aunque los relatos de las campañas son por
lo general de algún modo impresionistas y los datos habitualmente
insuficientes, de modo que no siempre es posible asignar episodios y
detalles a reinados específicos, dado el hecho de que la actividad
literaria de varios poetas abarcaba un largo periodo, en algunos
casos desde Ibrāhīm a Bahrām
Shāh.
El
corpus de la poesía ghaznawí tardía demanda un estudio y análisis
más exhaustivo de lo que es posible aquí, pero, sin embargo, es
posible citar algunos puntos relevantes de él.
Parece
que el ejército siguió siendo dirigido administrativamente desde el
Dīwān-i
‛Ard,
que había sido de tal importancia en el periodo ghaznawí temprano
cuando el poder total del estado había sido orientado a la conquista
y mantenimiento de una poderosa máquina de guerra. Tenemos varios
poemas dedicados a oficiales descritos como ‛Ārids,
tales
como Mansūr
b. Sa‛īd
b. Ahmad b. Hasan Maimandī,
el amīr
Abū
l-Fath, y un anónimo ‛Ārid-i
Lashkar,
por Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān,
y a Mansūr
b. Sa‛īd
por Abū
l-Faraj Rūnī;
pero no sabemos, por ejemplo si estos oficiales funcionaban desde la
administración central en Ghazna, como en los tiempos antiguos, o
desde el centro de gobierno en la India, esto es, Lahore.
Desde
el punto de vista de la composición étnica, el ejército bajo
Ibrāhīm continuó siendo multinacional, como demuestra la
fanfarronada de Mihtar Rashīd
al saljuqí Malik Shāh,
que su amo tenían diez tipos diferentes de tropas. Dentro
del ejército en general, además, estos continuaron siendo una
fuerza de élite especial de los ghūlams
de palacio; Mas‛ūd-i Sa‛d-
menciona al sarā‛iyān
u ghulāmān
estando en lo grueso de la lucha en Āgra
cuando el príncipe Mahmūd
b. Ibrāhīm lideró su expedición allí. En el pasado, el cuerpo de
ghulāmān-i
sarāy
había sido tradicionalmente una reserva de los turcos pero es
probable que por esta época, los Indios también formaban parte de
él, cuando ellos siempre habían hecho dentro del ejército en
general, aunque no tenemos información directa sobre esto.
Los
ghaznawíes
tardíos no tenían ya acceso directo a las fuentes de suministro de
esclavos turcos, esto es, Asia central, como habían tenido sus
predecesores hasta la muerte de Mas‛ūd, cuya influencia había
llegado a extenderse más allá del Oxus en Khwarizm y los
principados del alto Oxus de Chaghaniyan y Khuttal, y que habían
tenido relaciones amistosas con algunas ramas por lo menos de los
Qarakhaníes en Transoxiana, asegurando un flujo de reclutamientos
desde las estepas turcas para los ejércitos ghaznawíes. Por
lo tanto, no sabemos exactamente cómo encontraban su camino los
esclavos militares turcos dentro de los territorios durante el
reinado de Ibrāhīm, pero es probable
que aún formaran una considerable proporción del ejército. Para
equilibrar las repulsas de Sanā‛ī
de los expolios y exacciones de los turcos en el área de Ghazna,
encontramos la alabanza de los turcos como guerreros en el ejército
de Arslan Shāh
b. Mas‛ūd en una oda dedicada
por Mas‛ūd-i Sa‛d-i
Salmān
al sultán, en la que habla de ellos (en un pasaje que es
especialmente interesante como uno de los raros lugares donde los
nombres de las tribus turcas específicas son mencionadas).
Las
dedicatorias de los versos de los poetas nos dan información sobre
los nombres de los altos oficiales y generales del ejército,
designados de diversas maneras por títulos tales como amīr,
sarhang
o
sipahsālār,
sin embargo, sorprendentemente, hay pocos nombres definitivamente
turcos entre esos cargos. Los más típicos son los nombres iranios
como Bahrām,
Māhū
y Kai Kā‛ūs,
o islámicos como Muhammad
b. Khatīb
Harawī,
el gobernador de Sind,
Mahmūd
Rūbāhī,
Muhammad b. Faraj
Nawābādhī,
y varios miembros de la familia Shaibānī
tales como Najm
al-Dīn
e ‛Imād
al-Dawla Sarhang
Muhammad b. ‛Alī.
Es cierto que ‛Uthmān
Muktarī
dirigió un poema al amīr
‛Adud
al-Dīn
Lāchīn
(del turco lāchīn,
'halcón') Khāzin,
aunque no es seguro si este oficial estaba en el servicio ghaznawí
de todas formas; Mas‛ūd-i
Sa‛d
tiene un poema dedicado a Sulaymān
Inanj Beg;
Abū
l-Faraj Rūnī
dedicó una oda “al amīr
Badr al-Dīn
Ayāz
al-Malikī”
(
no parece ser identificado con el famoso catamita del sultán Mahmūd,
que murió en 449/1057-8); y Jūzjānī
cita
al Hajib
Togha(n)tigin
liderando a los incursores ghaznawíes a través del Ganges y
penetrando lejos en el Dōāb
durante el reinado de Masud b. Ibrahim. Puede ser que los esclavos
turcos o sus descendientes estuviesen adoptando cada vez más nombres
no turcos, con un sentido decreciente de su etnicidad turca; o puede
ser que, a la luz del final del acceso directo de los ghaznawíes a
las estepas de Asia central, la proporción de turcos en el ejército
disminuyera, y tuvieron que compartir los mandos más altos con
oficiales de origen Tājīk,
Afgano e indomusulmán.
El
espectacular papel de los elefantes de guerra, que había jugado una
parte significativa en la organización de la organización militar
desde el principio, atrajo el genio poético de los escritores.
Mas‛ūd-i Sa‛d,
por ejemplo, más de una vez
da vívidas descripciones del
terror que provocaba en las batallas indias; mientras que en otra
copla, alaba el hacha de batalla del sultán (nāchakh)
(que, como ya hemos visto, había sido el arma favorita del sultán
Farrukh-Zād).
c)
Las campañas de Ibrāhīm
en la India y en Ghūr
En
consideración de las campañas indias de Ibrāhīm,
solo tenemos un pasaje relevante en las fuentes históricas
propiamente dichas, la de Ibn al-Athīr, quien bajo el año
472/1079/80 inserta un estudio general de las campañas indias de
Ibrāhīm porque, dice, la
primera cayó dentro de ese año. Es inconcebible que Ibrāhīm
hubiera gobernado durante 20 años antes de dirigir una expedición a
la India, e Ibn al-Athīr confiesa que muy poco sobre las campañas
de Ibrāhīm le había
llegado cuando escribía en Iraq; y desafortunadamente, aunque
ciertamente Ibrāhīm tenía
sus poetas, no tenía a ‛Utbī, como tuvo su abuelo, para registrar
sus hazañas en brillante prosa. El relato de Ibn al-Athīr parece
haber sido la base para posteriores historiadores que escribieron
sobre las campañas indias de Ibrāhīm,
tales como Firishta, y desde entonces por más escritores modernos. Y
aquella información de Ibn al-Athīr es única de su clase, se da
una traducción del pasaje más abajo in extenso:
[Año
472/1079-80]
Mención de las conquistas indias de Ibrāhīm, gobernante de Ghazna
En este año, el monarca Ibrāhīm b. Mas‛ūd b. Mahmūd b. Sebüktigin hizo una incursión en la India. Entonces puso asedio a la fortaleza de 'j.w.d, que está a 120 farsakhs de Lahore; estaba extremadamente bien fortificada e inaccesible, y de gran tamaño, poseyendo 10,000 guerreros. Lucharon de espaldas a él, y sostuvieron una prolongada lucha bajo la fortaleza. El sultán dirigió varios ataques obstinados sobre ellos, y sus corazones estaban llenos con temor y temblando de lo que ellos observaban de su determinación. En consecuencia ellos rindieron la fortaleza a él el 11 de Safar de este año [= 13 de agosto de 1079].
En las regiones periféricas de la India había una fortaleza llamada la de Rubāl [var. W.bāl], situada en la cima de una colina elevada, con una enmarañada selva debajo de ella y el río [al-bahr] tras ella. El único modo de atacarla era por un estrecho desfiladero, y este estaba lleno con elefantes de guerra. La fortaleza estaba guarnecida por varios miles de guerreros. El sultán lanzó ataque sucesivos sobre ellos, y sostuvo la presión de la batalla contra ellos con todo tipo de métodos de guerra; finalmente, capturó la fortaleza y sacó fuera de ella a todos los defensores.
En un cierto lugar llamado D.r.h N.w.r.h había un pueblo de origen khurasaní, cuyos antepasados habían sido establecidos en antiguos tiempos por Afrāsiyāb el Turco. Ningún gobernante había logrado jamás atacarlo en lo más mínimo. Pero Ibrāhīm marchó sobre ellos; primero de todo les convocó al Islam, pero ellos rehusaron, y dio batalla con él. No obstante, ganó la batalla sobre ellos, infligiéndoles una gran matanza;; los que escaparon se dispersaron a través de la tierra, e Ibrāhīm capturó como esclavos a 100,000 de las mujeres y los niños. Había en esta fortaleza una cisterna de agua de medio farsakh de ancho y de una profundidad insondable, desde la que la guarnición de la fortaleza y todas sus bestias acostumbraban a beber, sin ninguna disminución perceptible de agua que fuera aparente.
También en la India esta un lugar llamado W.r.h., que es un tramo de tierra entre dos extensiones de agua. El monarca Ibrāhīm dirigió una expedición contra él, y lo alcanzó en jumada I, habiendo pasado en camino por él a través de densas junglas. Permaneció allí durante tres meses, sufriendo su ejército considerables privaciones del invierno, y no relajó su ataque hasta que Dios hubo dado a Sus Sirvientes la victoria y hubo hecho bajar la humillación a Sus enemigos. Entonces él regresó, ileso y victorioso, a Ghazna.
No conozco la historia completa de estas expediciones. La primera incursión tuvo lugar en este años, y por lo tanto he colocado todas las incursiones consecutivamente bajo la entrada para este año.
El
pasaje de Ibn al-Athīr es claramente vago e impresionista, y
contiene poca información histórica y topográfica firme. La única
identificación razonablemente segura parece ser la de ’j.w.d con
Ajōdhan (el moderno Pāk-Patan, un punto de
transporte sobre el río Sutlej en el Punjab meridional, que
se sitúa en la ruta hacia el oeste desde Multan a Delhi, y que en
tiempos post-ghaznawíes era famosa por el santuario del santo Sūfī
Suhrawardī Farīd al-Dīn
Ganj-Shakar), y el historiador sitúa esta victoria particular de
Ibrāhīm en 472/1079. Para
el resto, no podemos hacer una identificación clara de lugares o
datos. Uno puede asumir, por ejemplo, que *W.r.h, descrita como un
barr bain khalījain,
se sitúa en el país de
colinas del Punjab noroccidental, entre la confluencia de dos ríos;
solamente en tal terreno el ejército atacante ghaznawí habría
sufrido por el frío del invierno.
Los
años centrales del siglo V/XI, con sus crisis de sucesión y
sultanes de breve existencia en Ghazna, eran inevitablemente
desfavorables a los progresos de las armas ghaznawíes en la India.
Después de la muerte de Mawdūd,
ninguno de los sultanes que le sucedieron de la década siguiente
dejaron ninguna reputación como conquistadores de la India, aunque
está registrado que en el reinado de ‛Abd
ar-Rashīd,
el general turco Nushtigin
logró volver a capturar
Nagarkot
o Kāngrā,
tomada primero por el sultán Mahmūd en 399/1099, pero recapturada
por una coalición de rājās
hindúes en 434/1043. De hecho allí se alzaron en la India
septentrional desde el tiempo del sultán Mas‛ūd b. Mahmūd dos
poderosas dinastías hindúes, los Paramāras
de Mālwa
y los Kalachuris
de Tripuri en la moderna Madya Pradesh, bajo sus poderosos reyes
reyes respectivos, Bhōja
(ca.1000-1055) y Karņa
o Laksmikarna
(entre 1034 y hasta 1070). Estos monarcas habían hecho retroceder la
posición ghaznawí en el Punjab oriental, y no fue hasta la muerte
de Karna que los musulmanes fueron capaces de emprender operaciones
ofensivas prolongadas desde su base en Lahore.
Realmente
Lahore funcionaba como una segunda capital para el imperio ghaznawí.
Los puestos administrativos para la India estaban situados allí, y
la ciudad era el punto de concentración para los ghāzīs
y otros entusiastas de la guerra santa, que esperaban
un rico botín del Dār
al-Kufr. Los sultanes
tuvieron que ejercer un cuidado particular en designar a oficiales de
confianza y comandantes para
Lahore, pues un vez instalados allí, con hordas de tropas a su
disposición y ricos recursos financieros tras ellos, los
gobernadores tenían muchas tentaciones de rebelarse; así, este
dinero retenido del tributo de los príncipes hindúes, más el botín
de una expedición contra Benarés, había llevado en 424/1033 al
comandante de Mas‛ūd en la india, Ahmad
Inaltigin, a rebelarse.
Hemos
destacado más arriba la escasez de datos estrictamente históricos
sobre
las campañas de Ibrāhīm,
pero los dīwāns
de los poetas ghaznawíes contemporáneos nos proporcionan ciertos
elementos de información sobre las incursiones de Ibrāhīm
y sus dos hijos Sayf
al-Dawla Mahmūd y ‛Alā’
al-Dawla Mas‛ūd
(el futuro sultán), pues estos poetas escribían muchas odas con
ocasión de las victorias de sus patronos. D.C. Ganguly intentó
utilizar información a partir de los poemas de Mas‛ūd-i Salmān,
y destacó que el poeta conmemora victorias de Ibrāhīm
y del gobernador delegado en el Punjab durante los últimos años de
Ibrāhīm
y los primeros de Mas‛ūd III, Abū
Nasr-i Farsī.
Sin embargo, el
valor del intento de Ganguly es
casi nulo porque nunca se refiere realmente al texto persa del Dīwān,
aunque al menos dos ediciones
impresas de él estaban disponibles cuando escribía. En efecto, usó
solamente paráfrasis en prosa en inglés, drásticamente
condensados, hechos por Sir Francis Elliot de unos pocos poemas de
Mas‛ūd-i Sa‛d
o de partes de ellos. Los dos primeros de esos poemas traducidos por
Elliot pueden ser identificados en el Dīwān
impreso, editado por Yāsimī,
como el dedicado a Abū
Nasr-i Farsī
en las páginas 169-76 y el dedicado al sultán Ibrāhīm
en las páginas 370-3.
En
el primero de esos
poemas, el escritor describe una incursión nocturna liderada por Abū
Nasr-i Farsī
sobre Jalandhar
o Chalandhar
(es decir, Jullundur,
en el país montañoso sub-himalayo del Punjab nororiental, región
que ya había sido saqueada en 408/1017-18 por el general del sultán
Mahmūd Qaratigin y una tropa
de ghāzīs
de Transoxiana), cuando el
general ghaznawí partió del lugar Dhagān
(en el texto de Yāsimī,
D.h.gān)
y derrotó y mató a un gobernante local, llamado por Elliot y
siguiéndole, Ganguly, como Sāir
Sambrā;
el
texto de Yāsimī
simplemente
como S.y.rrā,
En
el segundo poema, Mas‛ūd-i Sa‛d
alaba
el liderazgo de Ibrāhīm
de una expedición a un lugar que Elliot y Ganguly leen como
Tabarhinda
(¿Sirhind, en el antiguo estado de Patiala del Punjab oriental, de
acuerdo con la sugerencia de Elliot), y a Būriya,
sobre el río Jumma en el distrito de Ambāla;
en este último lugar, fue muerto el rājā
local, siendo
ahogado con sus tropas en el río. El texto de Yāsimī,
no
obstante, no permite una reconstrucción tan segura de estos sucesos;
para Tabarinda encontramos F.r.h.n.da, y para Būriya,
B.w.d
(¿n.k.r.da?). No hay correspondencia de los nombres aquí con estos,
por ejemplo, en el pasaje de Ibn al-Athīr
traducido más arriba; y ya que el texto de Yāsimī
de
Mas‛ūd-i Sa‛d
no
tiene apparatus
criticus,
solo
un análisis del Dīwān
combinado
con una relación de primera mano de la topografía de la India
septentrional y un conocimiento de la política interna de las
dinastías hindúes allí, podrían
determinar si cualquier información significativa puede derivarse,
de hecho, bien de Mas‛ūd-i
Sa‛d,
bien
de Ibn al-Athīr.
Hoy por hoy, muchas de las conclusiones esbozadas por Ganguly solo
pueden considerarse como altamente especulativas.
En
cualquier caso, hay dificultades al utilizar las fuentes nativas
indias debido a su imprecisión, especialmente por
su falta de datos firmes, su
denominación amplia de los musulmanes invasores como Turuskas
y Hammiras
o por otros términos vagos y deshonrosos, y su falta de mención de
cualquier nombre específico de gobernantes o generales musulmanes.
Así, Dashratha Sharma está en lo correcto al equiparar a los
Mātangas
o Mlechhas
de la crónica sanscrita de los Prthvīrārājavijaya
con las fuerzas musulmanas que atacaron lo que es ahora Rajputana
oriental en algún punto en el reinado del sultán Ibrāhīm,
mataron al gobernante Chāhamāna
de Sakāmbharī,
Durlabharāja
III,
y atacó a Prthvīpāla
de Nādol;
pero el texto sánscrito es penosamente vago, y la dependencia de
Sharma en la historia de Firishta (con información que deriva de Ibn
al-Athīr
o su fuente) para identificar la fecha como 1079 está totalmente
injustificada.
Uno
de los pocos datos firmes en todas estas cuestiones es el de
469/1076-7, cuando Ibrāhīm
designó a Sayf
al-Dawla Mahmūd,
que ya había probado su ánimo en la lucha
con los hindúes,
para ser gobernador en India. Mas‛ūd-i
Sa‛d
celebra
este acto en una delicada oda, describiendo los ricos presentes y la
insignia del cargo que el sultán concedió al príncipe; es este
poema el que contiene un cronograma dando la fecha 469. Abū
l-Faraj Rūnī,
igualmente,
tiene un poema conmemorando este acontecimiento. Fue durante el
periodo de servicio de Mas‛ūd-i
Sa‛d
con
el príncipe Mahmūd cuando cayó en desgracia por primera vez,
siendo metido
en prisión
por el sultán Ibrāhīm
en la fortaleza de Nāy
durante diez años. Parece haber sido su conexión con Mahmūd lo que
provocó esto, ya que Nizāmī
‛Arūdī
afirma
que rumores maliciosos habían llegado al sultán de que su hijo
Mahmūd estaba en traidora comunicación con el monarca saljuqí
Malik Šāh
y estaba sopesando
trasladarse a tierras saljuqíes; en consecuencia, Ibrāhīm
encarceló a Mahmūd en Nāy,
junto con varios de los servidores de este último. No tenemos
confirmación de esta supuesta conducta dudosa de parte de Mahmud en
ninguna fuente histórica; estas fuentes son, de hecho, totalmente
silenciosas sobre Mahmūd, y no sabemos nada de las circunstancias en
las que él renunció al
gobierno de la India, porque él no sucedió a su padre en 492/1099,
o cual fue su destino posterior. Pero
de ningún modo es improbable que el éxito de Mahmūd en la India le
hubiera tentado en alguna forma de deslealtad, pues tales cosas
habían ocurrido antes más de una vez. Qazwīnī
se
inclinaba a aceptar algún grado de culpabilidad de Mas‛ūd-i
Sa‛d
aquí,
a la luz de la implacable actitud de Ibrāhīm
hacia los que intercedieron por la liberación del poeta, aunque
señalaba que la fecha de Nizāmī
‛Arūdī
de
472/1079-80 para todos estos sucesos era imposiblemente antigua y
probablemente debería ser cambiada a 480/1087-8. En realidad, dado
lo que sabemos sobre las campañas de Mahmūd en torno a esta época
en lo que es ahora Uttar Pradesh y en India central, incluso esta
fecha debe ser en cierto modo demasiado temprana.
Dos
de los poemas de Mas‛ūd-i
Sa‛d
tratan
específicamente
de las victorias de Mahmūd
en Āgra
(deletreada ’k.ra).
En alguna época entre 479/1086 y 483/1090,
Mahmūd dirigió un ejército de ghāzīs
y
40,000 jinetes (si
se cree este número sospechosamente redondo) al corazón del moderno
Uttar Pradesh. Habiendo alcanzado Āgra,
las
tropas de Mahmūd atacaron al rājā
Jaipāl
(escrito así en el primer poema), y durante
varios días estuvieron envueltos en una feroz lucha con los
defensores de la fortaleza, que lanzaron fuego y misiles sobre las
cabezas de los atacantes. Al final, la fortaleza fue tomada. La
sumisión de varios otros potentados siguió,
y trajeron ricos presentes de tesoro y elefantes para
Mahmūd; estas últimas bestias fueron entregadas a la custodia de
Chand Rāy
(así llamado en el poema) en Kanauj.
El
nombre del soberano de Āgra,
Jaipāl,
ha
sido plausiblemente identificado por Ganguly con el de Gopāla
de la dinastía Rashtrakūta.
Esta familia gobernó la región de Pānchāla,
extendiéndose desde los Himalayas hasta el río Chambal,
el afluente de la orilla derecha del Jumna, y esto incluiría Āgra
y
Kanauj;
su capital parece haber estado en Vodāmayūtā,
moderno Bada‛un
en la división Bareilly de Uttar Pradesh. El Chand Ray de Kanauj
fue, además, identificado por Ganguly con Chandradeva,
hijo de Mahīchandra
o Mahītala,
de la dinastía Gāhadavāla.
Chandradeva parece haber entrado en relaciones amistosas con el
príncipe Mahmūd, haciéndose cargo de los elefantes capturados y
los que recibió como tributo, y utilizó el apoyo ghaznawí para
extender su propio poder sobre Kanauj, hasta entonces poseído por
Gopāla.
La aparición de las fuerza ghaznawíes en el reino de Kanauj debió
haber causado considerable trastorno y malestar
de existir relaciones políticas, y este caos permitió una
transferencia de poder en Kanauj en esta época, es decir, poco antes
de 1090. Interesante, también, es el hecho de que las inscripciones
de los Gahadavalas, que datan desde 1090 en adelante, mencionan un
impuesto llamado el Turushkadanda,
que puede haber sido un impuesto de defensa para reunir los costes de
resistir a las incursiones musulmanas, pero más probablemente
significaba recaudar el tributo que Chandradeva había acordado pagar
a los Ghaznawíes a cambio de ayuda para asegurar el trono de Kanauj.
Si
el príncipe Mahmūd perdió
el
favor hacia el fin del reinado de Ibrāhīm,
entonces debió haber habido allí un sustituto para él como
gobernador de la India, y este fue probablemente su hermano Mas‛ūd;
por lo tanto, al menos alguno de los elogios dedicados a Mas‛ūd
por los poetas caería dentro del periodo antes de su ascensión al
sultanato en 492/1099. Cuando se convirtió en soberano, nombró a su
propio hijo ‛Adud
al-Dawla Shīr-Zād
(el futuro efímero sultán, 508-9/1115-16), como gobernador en la
India. Mas‛ūd-i
Sa‛d
Salmān,
liberado ahora de su encarcelamiento en Nāy,
se convirtió en uno de los íntimos de Shīr-Zād
en
la India, y especialmente del gobernador delegado allí, Qiwām
al-Mulk Nizām
al-Dīn
Abū
Nasr Hibatallāh
Fārsī,
famoso
como administrador, guerrero y poeta. Hay en el Dīwān
de Mas‛ūd-i
Sa‛d
un
número considerable de poemas dedicado a Abū
Nasr-i Fārsī,
y
este último nombró al poeta -que como nativo de Lahore debe haber
sido una valiosa información del Punjab- gobernador
(el termino empleado por el mismo Mas‛ūd-i
Sa‛d
en
uno de sus poemas es qahrawān)
de Jālandhar
o Chālandhar,
como muestran varias referencias en los poemas.
India
era así el principal objetivo de la actividad militar ghaznawí en
esta época, y la única otra esfera de acción conocida para
nosotros (aparte de lo que era básicamente una operación de
posesión contra los Saljuqíes en el oeste) era la de Ghūr,
la montañosa e inaccesible región de Afganistán central; sabemos
de la política de Ibrāhīm,
respecto a Ghur principalmente a través de la información del
Tabaqāt-i
Nāsirī
del
historiador Jūzjānī,
y a través de una referencia en un poema de Mas‛ūd-i Sa‛d,
dedicado
al sultán Ibrāhīm
y alabando sus conquistas en la India y Ghūr.
Ghūr
había sido llevado a una imprecisa
posición
de vasallo viv-à-vis
con
el imperio ghaznawí inicial por el sultán Mahmūd y su hijo Mas‛ūd,
quienes en 401/1011, 405/1015 y 411/1020 habían dirigido ambos
expediciones a Ghūr,
estableciendo los inicios del Islam allí en lugar del paganismo
indígena, y que había instalado a uno de las pequeños jefes allí,
Abū
‛Alī
b. Muhammad b. Sūrī
de la familia Shansabānī
de
Āhangarān
en el alto Heri Rud, como candidato ghaznawí. Cuando los Saljuqíes
se hicieron cargo de Khurasan y Afganistán occidental, Ghūr
era entonces una zona tapón entre los dos imperios (y por lo tanto,
de alguna importancia estratégica, ya que los saqueadores
procedentes del corazón de Ghūr
pudieron acosar las rutas que bordeaban los límites de su región),
pero parece haber conservado sus conexiones con Ghazna. De las
fuentes solamente Firishta afirma que en 438/1046-7 Mawdūd
envió a su general Barstigin
(este nombre, “príncipe-tigre” en turco, parece ser la mejor
interpretación del
ductus consonante del manuscrito usado aquí) a Ghūr
con una fuerza para ayudar al hijo de Yahyā
Ghūrī
contra
Abū
‛Alī.
Barstigin capturó la fortaleza de Abū
‛Alī
allí, y envió tanto a Abū
‛Alī
como al hijo de Yahyā
Ghūrī
de
vuelta a Ghazna, donde ambos fueron ejecutados. No tenemos mención
en absoluto de estos sucesos en el Tabaqāt-i
Nāsirī,
que
es nuestra fuente más detallada y fiable para los asuntos en Ghūr
durante el siglo V/XI, ni es conocido de nada el “hijo de Yahyā
Ghūrī”
por
otro lado. Es posible que
la historia de la traicionera ejecución de los dos jefes ghūríes
sea un eco de sucesos del siglo siguiente, cuando el ghaznawí Bahrām
Shāh
ciertamente
intentó refrenar
el poder emergente de los Shansabāníes
al incluir las muertes de sus jefes. En todo caso, el grado de
control sobre Ghūr
ejercido desde Ghazna en el siglo V/XI indudablemente varió según
la fortaleza de la autoridad personal del sultán; una fuente dice
que Ghūr
y Gharchistān
se alejaron completamente
durante el reinado de ‛Abd
ar-Rashīd
y el periodo de la usurpación de Toghrïl. Cuando fue capaz, Ibrāhīm
se esforzó por restaurar un grado de control sobre Ghūr;
desafortunadamente, no disponemos de datos en absoluto para estas
relaciones ghaznawíes-ghuríes. El
amīr
Shansabānī
Abū
‛Alī
había sido expulsado en un disturbio por su sobrino ‛Abbās
b. Shīth
b. Muhammad b. Sūrī,
de
nuevo en una fecha que no se especifica pero que debe haber estado en
los años medios del siglo V/XI. ‛Abbās
le proporcionó un fuerte y tiránico gobernante; sus exacciones y
confiscaciones levantaron un amplio descontento en Ghūr,
y un grupo de jefes locales apelaron al sultán Ibrāhīm
a que interviniera en su país. Por tanto, Ibrāhīm
partió con un ejército, y con el apoyo de los intereses locales
depuso y aprisionó a ‛Abbās,
instalando en su lugar a su hijo Muhammad
b. ‛Abbās.
Es esta expedición a la que alude Mas‛ūd-i Sa‛d
en su eulogio de Ibrāhīm,
donde habla de “la conquista de Ghūr
y el caso de Muhammad-i ‛Abbās
[en el texto de Yāsimī,
‛.lāsh]”,
y donde describe la inaccesibilidad
de la fortaleza de ‛Abbās
y las dificultades de asaltarla; en el ataque, los guardias de
palacio
(sarā‛iyān)
estaban en primer plano, y corrió tanta sangre que “las montañas
de Ghūr
se llenaron todas con el carmesí de las anémonas”. Muhammad b.
‛Abbās
es elogiado por Jūzjānī
por
sus virtudes y humanidad, cualidades contrastadas con los vicios de
su padre, y se dice que se había mantenido vasallo de Ibrāhīm,
viniendo periódicamente a rendir homenaje y pagar regularmente el
tributo estipulado. Se desconoce hasta donde se ejercía el control
ghaznawí
sobre la totalidad de Ghūr,
a
diferencia del principado de los Shansabāníes;
Jūzjānī,
como,
en efecto, historiador oficial de la dinastía Ghūrí,
tiende a inflar la importancia y extensión de la esfera de
influencia
de los
Shansabāníes,
pero
es probable que Ghūr
permaneciera hasta principios del siglo VI/XII políticamente
fragmentado, con varios jefes locales controlando varios
de sus aislados valles.
d) Relaciones
con el califato ‛Abbāsí
Las
relaciones con el califato ‛Abbāsí
en Bagdad deben haber sido mantenidas por los ghaznawíes
posteriores, aunque no tenemos información sobre embajadas
específicas durante el reinado de Ibrāhīm.
Mahmūd y Mas‛ūd habían sido en la primera parte del siglo
especialmente
entusiastas en mantener estrechas relaciones con los ‛Abbāsíes,
proyectando su imagen de defensores de la ortodoxia sunní contra el
shī‛ismo
extremista y otras herejías, y anunciando su intención declarada de
salvar a los califas del yugo en Iraq de los Būyíes
shī‛íes.
Al final, fueron los Saljuqíes quienes liberaron a los califas de
los Dailamíes, pese a sustituir ellos mismos una tutela sobre los
‛Abbāsíes
que era un poco más ligera que las de los Būyíes;
y el imperio enfocado hacia el este de Ibrāhīm
y sus sucesores ya no tenía tales contactos geográficos cercanos
con Iraq como había tenido Mahmūd y
Mas‛ūd después de la conquista de Ray y Jibāl
en 420/1029. No obstante, hasta donde sabemos, los sultanes seguían
considerando importante la legitimación, por parte de los califas,
de su sucesión al trono desde los puntos de vista de propiedad
constitucional y de la yuxtaposición de su posición real a los ojos
de sus súbditos. Faltando el trabajo de Baihaqī
para el reinado de Ibrāhīm,
no disponemos de nada parecido al detallado relato de ese historiador
de la recepción de Mas‛ūd del enviado del califa al-Qādir
en Nīshāpūr
en 421/1030; este enviado le traía un manshur
o
patente de investidura y una sarta de títulos honoríficos, todos
ellos potentes armas en la lucha de Mas‛ūd para establecer su
pretensión al trono contra su hermano Muhammad. Ni tampoco poseemos
ningún texto como la proclamación pública del sultán Mas‛ūd
de la sucesión al califato de al-Qā’im
en 423/fin de 1032 y el anuncio de su propia alianza declarada al
nuevo Comandante de la Fe.
Tenemos
el texto de un adornado fath-nāma
o proclamación de victoria, emitida por al-Qā’im
y escrita por su secretario cristiano Ibn
Mausilāyā,
anunciando la derrota final en Bagdad del rebelde Arslan
Basāsīrī
(Dhū
l-Hijja de 451/enero de 1060) para
Ibrāhīm,
pero esto no nos dice nada sobre las relaciones ‛Abbāsíes-Ghaznawíes
más allá del hecho de que el califa consideraba al sultán como uno
de los importantes potentados contemporáneos a los que debía ser
enviado tal documento. Sin embargo, dejando aparte el texto del
documento mismo, puede haber posiblemente algún significado
diplomático y constitucional en el hecho de que el encabezamiento
del fath-nāma,
dado por Qalqashandī,
afirma que ‛Abū
Sa‛īd
al-‛Alā’
b.
Mausilāyā
lo
escribió en nombre de al-Qā’im
bi’llāh
para ‛Adud
al-Dawla Alp
Arslan, para Mas‛ūd b. Mahmūd [es decir: Ibrāhīm
b. Mas‛ūd], el señor de Ghazna, en los límites más cercanos de
la India. Si esto es auténtico, y estipula que una copula no se
había abandonado entre los nombres de los dos líderes saljuqíes y
ghaznawíes, esto puede implicar que los Saljuqíes estaban ahora
requiriendo a los califas comunicar con los ghaznawíes solamente por
sí mismos (Alp Arslan aún no era Gran Sultán, pero era gobernante
virtual de las tierras orientales de los Saljuqíes en lugar de su
padre enfermo Chaghrï Beg Dā’ūd).
Un gobernante enérgico era a menudo era capaz de requerir de sus
vecinos o vasallos, sobre todo si los enviados a y desde estos
últimos tenían que atravesar sus propios territorios, que deberían
comunicar con la sede del califato solamente a través de sí mismo.
En su albor, los Ghaznawíes había impuesto ellos mismos estas
condiciones: en 404 o 405/1014 el Khwarizm-Shāh
ma’mūní
Abū
l-‛Abbās
Ma’mūn
b.
Ma’mūn
había tenido miedo de recibir directamente
del califa una patente de investidura, una túnica de honor, títulos
honoríficos y otras insignias de realeza, para que no se ofendiera
el sultán ; en
422/1031 el califa se comprometió con Mas‛ūd en
que
no negociaría o pactaría con los Qarakhaníes de Transoxiana
excepto a través de los Ghaznawíes. Los
Saljuqíes, por supuesto, controlaban ahora todas las rutas
terrestres a través de Persia que conectaban Iraq con Ghazna, y bien
podían haber sido capaces de forzar las restricciones al menos en el
extremo de Bagdad; si fueron capaces de imponer una petición similar
en el otro extremo, el que está en los Ghaznawíes, es menos
probable.
Ibrāhīm
tenía una serie resplandeciente de títulos honoríficos, reunidos
en el curso de su extenso reinado. En ausencia de información
explícita, podemos asumir que estos fueron solicitados por él desde
Bagdad en el modo normal, y fueron buscados a cambio de
reconocimiento público de los ‛Abbāsíes
en la khutba
y en la sikkak
o acuñación de moneda (como las monedas existentes de Ibrāhīm
demuestran se hacía, de hecho) y a cambio de ricos presentes a
Bagdad procedentes del botín de la India. Es en los textos de
ciertos poemas, más bien que en las fuentes históricas, donde
encontramos mención de la recepción de títulos honoríficos y
otros favores califales. Así, entre los numerosos poemas de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān
en
alabanza de Sayf al-Dawla Mahmūd b. Ibrāhīm,
hay dos poemas compuestos con ocasión de la adquisición de Mahmūd
-sin duda después de algún éxito militar especial en la India- de
los títulos de Sanī‛
Amīr
al-Mu’minīn
y ‛Izz
al-Milla de parte de o bien de al-Qā’im
(†
467/1075) o su sucesor al-Muqtadī
(467-87/1075-94).
En uno
de esos dos poemas aparecen los versos:
“Oh,
tú, sobre el que el Comandante de los Creyentes ha concedido el
título de su devoto compañero [sanī‛],
puede tu gloria incrementarse de un modo similar.
Previamente
tú tenías el título adicional de “Espada del Estado” y ahora
el Comandante de los
Creyentes ha añadido a este el de “Gloria de la comunidad
religiosa”
Asimismo,
y en un periodo ligeramente posterior,
Mas‛ūd-i
Sa‛d
escribió
un poema en elogio del recientemente instalado sultán Malik Arslan
b. Mas‛ūd (por tanto, posiblemente en 509/1115), felicitándole
por la recepción de la insignia de gobierno de parte del califa,
incluyendo un estandar (liwā’)
y un diploma de investidura (‛ahd).
e)
Ibrāhīm
como gobernante
A
pesar del retrato del sultán Ibrāhīm
construido por sus panegiristas y por los escritores posteriores de
la literatura adab,
la imagen de él como el tipo ideal de los gobernantes islámicos, el
amigo de la religión, el pastor de su pueblo y el mecenas de una
edad, podemos fácilmente discernir que el sultán ni era un piadoso
simplón ni un fanático obsesionado por la proyección de us propia
imagen, sino, más bien, un realista testarudo. La tendencia general
de su actividad política hacia los Saljuqíes enfatiza esto, como
hemos visto arriba, como también su flemática valoración de la
posición y recursos del imperio ghaznawí en su propio tiempo
comparado con el de sus antepasados. Probablemente no debemos estar
muy equivocados en considerarle como un despótico soberano del cuño
de su padre y de su abuelo. Pidió la misma obediencia implícita y
lealtad incuestionable de sus servidores, como se demuestra por su
crueldad hacia el caído visir Abū
Sahl Khujandī
y el celo con el que estaba pendiente de los signos de incompetencia
en la administración de las provincias indias o señales de
incipiente rebeldía entre sus oficiales y comandantes en ese foco
de problemas clásico.
La
cruel explotación financiera de las provincias dependientes había
sido una primera razón para la rápida pérdida de la lealtad
ghaznawí de Jibāl
y Khurasan en la época de las incursiones saljuqíes durante el
reinado de Mas‛ūd. A pesar de la esfera más restringida de
operaciones de la burocracia imperial y los recursos disponibles por
medio del saqueo y tribu desde la india, los costes administrativos
de gestionar
el imperio ghaznawí y su ejército durante el reinado de Ibrāhīm
todavía deben haber sido pesados; el sultán sin duda vivía
opulentamente, con bellos palacios y jardines, aunque no disponemos
de información explícita sobre estos, y con una guardia de élite
de soldados altamente pagados y ricamente equipados. Ciertamente,
mantuvo, como sus predecesores, un extenso séquito de estudiosos y
hombres letrados. De hecho, Jūzjānī
destaca
que el hijo y sucesor de Ibrāhīm,
Mas‛ūd, tuvo que deshacerse, en su ascenso, de algunas molestas
prácticas financieras del reinado anterior.
La
muerte de Ibrāhīm
tuvo lugar el 5 de Shawal de 492/25 de agosto de 1099 a la edad de 68
años lunares y después
de haber reinado durante 42 años lunares. Su tumba, de acuerdo con
un estudio de las inscripciones de tumbas de Ghazna y su distrito
escrito en 1326/1908, estaba “en la parte noreste de la Ghazna
[medieval] cerca de la tumba del Shaīkh
Radī
al-Din ‛Alī
Lālā;
esta
información probablemente se deriva de la tradición oral que hace
de un ziyarāt
o santuario bastante reciente, conocido como el del sultán Ibrāhīm,
su último lugar de reposo.
II. Mas‛ūd III y sus hijos: Equilibrio y declive incipiente
II. Mas‛ūd III y sus hijos: Equilibrio y declive incipiente
a)
Reinado de Mas‛ūd
El
medio siglo más o menos que se extiende desde la muerte de Ibrāhīm
en 492/1099 hasta la lucha por el poder en Afganistán oriental entre
los Ghūríes
y los Ghaznawíes que estalló en ca.543/1148
abarca los reinados de Mas‛ūd
III b. Ibrāhīm
(492-508/1099-1115) y sus tres hijos, gobernantes sucesivamente,
Shīr-Zād
(508-9/1115-16), Malik
Arslan
(509-11/1116-17) y Bahrām
Shāh
(511-552?/1117-1157?). Forma un periodo
de equilibrio comparativo para el
imperio ghaznawí, después de la recuperación de la prosperidad y
estabilidad por Ibrāhīm
y antes del prolongado, pero definitivamente fatal, conflicto con los
Ghūríes.
Incluso así, dentro de esas décadas uno puede distinguir signos de
incipiente declive dentro del estado una vez que terminó el reinado
de Mas‛ūd. Su muerte fue seguida pro cuatro años de luchas
intestinas entres sus hijos, y el que emergió victorioso, Bahrām
Shāh,
logró el poder únicamente
con el apoyo del sultán saljuqí oriental Sanjar,
en cuyo vasallo tuvo
ahora que convertirse por la fuerza. En consecuencia, por primera vez
desde que Mahmūd b. Sebüktigin se sacó de encima la soberanía de
los Sāmāníes
en 389/999, el estado ghaznawí se convirtió en súbdito de un poder
exterior.
No
sabemos absolutamente nada sobre la transferencia de poder a Mas‛ūd
a la muerte de su padre en Shawwal de 492/agosto de 1099 más allá
de la simple mención de Ibn Bābā
de
las disputas fratricidas en este punto. No puede, de hecho, haber
sido extraño si, fuera de la extensa progenie de Ibrāhīm
(detallada como hemos visto por Jūzjānī)
alguno debió haber disputado la sucesión con Mas‛ūd. El príncipe
Sayf
al-Dawla Mahmūd,
el vencedor en muchas campañas de la India habría sido un serio
rival en cualquier disputa con Mas‛ūd por el trono; la ausencia de
cualquier
mención de él en esta época indica que, o bien estaba ya muerto, o
sino había sido encerrado para el resto de su
vida en alguna fortaleza.
Abū
Sa‛d
Mas‛ūd
tuvo los títulos honoríficos de Jalāl
al-Din
(así de acuerdo con Ibn al-Athīr)
‛Ala’
al-Dawla wa-l-Dīn,
Sanā’
al-Milla,
Zahīr
al-Umma
(así, para el Zahīr
al-’mām
de una moneda leída
por Rodgers), y Nizām
al-Dīn
wa-l-Dunyā.
El
segundo laqab,
‛Ala’
al-Dawla wa-l-Dīn,
es
uno de los más frecuentemente usados en las fuentes literarias,
mientras que los restantes figuran principalmente en sus monedas,
junto con grandilocuentes frases como Maulā
s-Salātīn,
al-Malik
al-Mu’ayyad
al-Qādim
bi-amr Allāh
y al-Qā’im
bi-hujjat Allāh.
A
dos de los títulos honoríficos de Mas‛ūd se hace referencia en
un verso de una oda dedicada a él por ‛Uthmān
Mukhtarī,
Khudāyigān-i
salātīn,
‛Alā’-i
Daula u Dīn,
Nizām-i
Dunyā,
maulā
l-mulūk,
shāh-i
jahān
El
nombre del califa ‛Abbāsí
al-Muztazhir
(487-512/1094-1118) aparece en sus monedas, indicando que la política
tradicional ghaznawí de reconocer la supremacía religiosa y moral
del califato de Bagdad era mantenida pos Mas‛ūd, un hecho
confirmado por el título Nāsir
Khalīfat
Allāh
que aparece en la inscripción del minarete de Mas‛ūd en Ghazna.
Considerando
la duración de dieciséis años del reinado aparentemente fructífero
de Mas‛ūd, estamos lamentablemente informados sobre los
acontecimientos específicos que caen dentro de él. Mas‛ūd se
había casado pronto con una princesa saljuqí, la Mahd-i
Iraq Jauhar Khatun bint Malik Shāh,
posiblemente en ca.475/1082-3,
aunque la fecha exacta es desconocida, y las relaciones generalmente
armoniosas entre los ghaznawíes y la rama oriental de los Grandes
Saljuqíes continuaron durante el reinado de Mas‛ūd. La facilidad
con que un poeta como ‛Uthmān
Mukhtarī
se
desplazó de un lado para otro entre la corte de Ghazna, la de los
Saljuqíes en Kirman y la de los Saffaréis en Zarang, apunta además
a relaciones generalmente amistosas. Tenemos mención específica en
las fuentes históricas de solamente un episodio potencialmente
perturbador aquí, aunque incluso esto no parece haber agitado la
superficie del entente entre Mas‛ūd y Sanjar.
De
acuerdo con las fuentes históricas, en la manera más detallada en
Ibn al-Athīr,
bajo el año 495/1102-2, más sumariamente en Bundarī,
el
gobernante qarakhaní del khanato occidental de Bukhara y Samarcanda,
Qadïr
Khan Jibrā’īl
b. ‛Umar,
intentando tomar ventaja, primero de la ausencia de Sanjar, en Bagdad
en 494/1100-1 ayudando a Muhammad b. Malik Shāh
contra el sultán rival Berk-Yaruq, y segundo, de una severa, casi
mortal enfermedad que afligió a Sanjar en esta época. El
khan estaba estimulado por uno de los comandantes turcos de Sanjar,
Küntoghdï,
anterior ghulām
del príncipe saljuqí Tutush
b. Alp Arslan,
pero este intento de invadir Khurasan desde Transoxiana fue detenido
en Tirmidh sobre el Oxus. El khan fue derrotado en la batalla,
capturado y luego ejecutado por Sanjar por
el incumplimiento de lealtad a su soberano saljuqí (2 de Sha‛bān
de 495/22 de mayo de 1102), pero Küntoghdï,
o
bien escapó de cautividad al arrastrarse durante dos farsakhs
a través de una alcantarilla subterránea de un qanāt
de irrigación, o de acuerdo con otra versión de la historia, se le
permitió salir de los dominios saljuqíes. En todo caso, Küntoghdï
aparecio
en Ghazna, y como oficial experimentado fue bien recibido en el
ejército ghaznawí. Ganó la aprobación del sultán Mas‛ūd al
asaltar y tomar una fortaleza de rebeldes en las montañas de Ūtān
(? Ūnān),
a
40 farsakhs
de Ghazna, después de que los propios ataques de Mas‛ūd sobre su
posición hubieran sido infructuosos. Pero
su ascenso en el favor del sultán desencadenó envidias entre los
otros comandantes del ejército ghaznawí, y Küntoghdï
fue
obligado a huir para salvar su vida hacia Herat y dominios saljuqíes
una vez más, donde murió.
La
esfera principal de las propias actividades militares de Mas‛ūd,
aparte de expediciones punitivas contra los rebeldes locales tales
como la infructuosa mencionada arriba, fue la India. Hemos visto que
fue probablemente Mas‛ūd quien reemplazó a su hermano Sayf
al-Dawla Mahmūd después de la caída de este último de la gracia
hacia el fin del reinado del sultán Ibrāhīm,
y un poema tal como la oda dedicada a Mas‛ūd por ‛Uthmān
Mukhtarī
en
la que se dirige al ghaznawí como Ghazi
se puede fechar bien desde los años en que era gobernador de la
India. De acuerdo con Fakhr-i Mudabbir, Mas‛ūd era un pastoso
guerrero con las armas de la variedad bilgetigīnī
de maza (¿recibe su nombre a partir del comandante esclavo de
Alptigin, Bilgetigin,
que había gobernado en Ghazna antes de la elevacion de Sebüktigin
al poder allí?) y la qalāchūrī
o espada de caballería larga y curvada. Los poetas de la época
asiduamente desarrollaban la imagen del sultán y su hijo Shīr-Zād
como poderosos combatientes por la fe en la India. Así ‛Uthmān
Mukhtarī
de
nuevo establece que el sultán (o el príncipe, si este poema
particular data de antes de la muerte del sultán Ibrāhīm):
“Si
Malik Mas‛ūd-i Ibrāhīm,
amante de la religión, se
pavonea orgullosamente una vez más a través de la India para elf
irme sostenimiento de la fe de su Dios,
Siembra
allí un trabajo con tal mordacidad y renombre que el pueblo en
Khurasan lo convertirá en un ejemplo a seguir para todos.”
De
especial interés es una larga oda por
este mismo poeta, compuesta por ‛Uthmān
mientras permaneció en la corte del amīr
saljuqí de Kirmān
y cuando le alcanzó allí el fath-nāma
o proclamación anunciando una espectacular victoria de Mas‛ūd en
la India. El
poema habla de la conquista de una fortaleza allí, hasta entonces
inexpugnable durante mil años, en el curso de dicha conquista “la
luna de la norma del raja” fue lanzada a la tierra y un
templo-ídolo derribado y quemado. La propia daga del sultán forjó
allí un efecto comparable al milagro de la inundación de Noé, al
producir un mar de varias cabezas, y un inmenso botín fue traído de
vuelta a Ghazna.
Tanto
Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān
como
Abū
l-Faraj Rūnī
aluden
en sus versos a la captura por Mas‛ūd (explicita en Mas‛ūd-i
Sa‛d,
por
inferencia para estar conectado con Mas‛ūd en Rūnī)
del gobernante de Kanauj, que después fue rescatado -pero solo
después de un largo intervalo- por su propio hijo. El gobernante
capturado es llamado en los poemas como M.h.l.y/M.l.h.y o Mtly, que
se intenta identificar con Mahītala/Mahīyala,
el padre del rājā
de Kanauj Chandradeva; pero en el terreno cronológico esto es
imposible, y por tanto Ganguly sugiere que en realidad estamos
tratando con el hijo y sucesor de Chandradeva, Madanachandra
o Madanapala
(gobernó en Kanauj, 1100-1114). Este gobernante fue rescatado de los
musulmanes por su propio hijo Govindachandra
(reinó de 1114 hasta después de 1154) como
aparece de los indicios de inscripciones de los Gāhadavālas
que se fechan desde 1104-1109.
Las
incursiones del comandante de Mas‛ūd Togha(n)tigin
(la ortografía Toghān-tigīn
es, de hecho, explicita en un poema de ‛Uthmān
Mukhtarī,
dedicado
al hijo de Mas‛ūd,
Malik Arslan, donde es mencionado con otro general turco, Alp
Sonqur),
que llegó hasta el Ganges-Jumna Dōāb,
ya han sido señaladas, y es muy probable que las actividades en la
India central del general Najm
al-Dīn
Zarīr
Shaibanī,
hijo de Bū
Halīm
Shaibanī,
cayeran dentro del sultanato de Mas‛ūd. Un poema de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān,
dedicado
a Najm al-Dīn
Zarīr
describe como este último marcha con un ejército contra Mālwa,
en la India central y luego contra la fortaleza de Kālinjar
(Kālañjara)
en Bundelkhand, por el camino de Narā’īn
(es decir, Nārayapur,
en el antiguo estado de Alwa), que estaría en la ruta desde el río
Jumna y el distrito de Āgra.
Parece, por tanto, posible que estas incursiones, eran un colgante a,
o una continuación de, las del príncipe Mahmūd contra Āgra
y Kanauj descrita arriba. Najm al-Dīn
Zarīr,
en consecuencia, puede haberse separado del ejército principal para
marchar contra los reyes paramāras
de Ujjain. Una
inscripción, procedente de Nagpur de 1104, cuando el gobernante
paramara era Naravarman,
informa de que el hermano y predecesor del soberano Laksmadeva
(reinó en alguna época entre 1088 y 1094) rechazó un ataque de los
Turuskas. Este freno puede haber sido la razón de por qué el
ejército ghaznawí se desvió desde Malwa en direccion noreste hasta
Kalinjar
en el territorio de los Chandellas,
donde compitió contra el rey Chandella Kīrttivarman,
antes de volver, remontando el valle del Jumna hasta el Punjab.
A
partir de menciones en los poetas contemporáneos, más que de las
fuentes históricas, conocemos los nombres de uno u otros dos de los
oficiales y comandantes de Mas‛ūd en la India. Uno de los mandūhs
de Sanā’ī
era
el amīr
sarhang Muhammad
Harawī,
cuyas valerosas hazañas en Kanauj son mencionadas por el poeta.
Conocido por referencias en los versos de ‛Uthmān
Mukhtarī,
Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān
y
Sanā’ī,
es
el sarhang Muhammad
Khatibī.
Este
último era tanto erudito y poeta, participando en las competiciones
con su amigo Mas‛ūd-i
Sa‛d,
como
comandante y administrador, ocupando en un periodo en el sultanato de
Mas‛ūd el gobierno de Qusdar en el Baluchistán nororiental antes
de que los difamadores aseguraran su destitución y encarcelamiento
en la fortaleza de Maranj. ‛Uthmān
Mukhtarī
le dedicó un poema, en
la que es descrito como “el Sadr, ‛Amīd,
Sarhang Muhammad b. Khatīb’,
y
como gobernador (‛āmil)
de Sind; si ocupó este importante cargo antes o después de su
encarcelamiento se desconoce.
Mas‛ūd
disfrutó de los servicios del visir de su padre ‛Abd
al-Hamīd
b. Ahmad b. ‛Abd
as-Samad,
cuya tenencia del cargo se extendió a través de la totalidad del
reinado de 16 años del sultán, y varios otros de los altos
oficiales de Ibrāhīm,
tales como Thiqat
al-Mulk Tāhir
b. ‛Alī,
parecen haber continuado sirviendo al nuevo sultán. El carácter del
sultán mismo difícilmente emerge de la brevedad de las fuentes
sobre su reinado. El Tabaqāt-i
Nāsirī
destaca
que en su ascensión, Mas‛ūd se deshizo de muchas prácticas
financieras severas que quedaron del anterior reinado:
“Suprimió
la totalidad de cuotas
represivas que se habían establecido previamente; abolió
completamente la exacciones extraordinarias recaudadas por los
oficiales del Diwan [? ‛awārid-i
qalamī;
Raverty simplemente traduce “los gastos para contingencias”], por
toda la región de Mahmūdī
[? sarband-i mahmūdī,
quizas refiriéndose al núcleo de los primeros territorios
ghaznawíes, esto es, el distrito más próximo a Ghazna] y
Zabulistān,
y disminuyó todos los peajes y tass de tránsito en todo el
imperio.”
Tales
actos de benevolencia no eran inusuales en la ascensión de un
monarca, cuando la nueva escoba barría bien por un tiempo; pero
después, los viejos abusos a menudo reaparecerían lentamente,
cuando
la
urgente necesidad de nuevas fuentes de impuestos, para financiar
campañas militares y mantener el opulento estilo de vida de los
sultanes, se
hizo más apremiante. Dos anécdotas de Fakhr-i Mudabbir, fundidas en
un molde familiar, enfatizan la equidad de Mas‛ūd y la
preocupación por el bienestar de sus súbditos. En la primera de
esas historias, situada en el año 503/1109-10, el sultán deja sobe
el terreno una valiosa perla que había caído del pico de su halcón,
superando su chatr
o parasol ceremonial, para que alguna persona pobre pudiera
encontrarla y por tanto, volverse rico; y en una segunda, el sultán,
con ocasión de una hambruna y plaga de langostas en Ghazna en
505/111-12, sacó al mercado grano de los graneros reales y lo vendió
al pueblo al 70% del precio normal. Dos anécdotas más son
encontradas en la colección de ‛Aufī:
en
la primera, Mas‛ūd, en su ascenso, retira toda la moneda devaluada
y corrupta que circulaba por la India, y en su lugar puso en
circulación por valor de tres millones del tesoro real; y en la
segunda, ruega fervientemente
a Dios que pueda detener la incesante lluvia que estaba afligiendo a
la vecindad de Ghazna.
Que
Mas‛ūd siguió viviendo como sus antepasados, dentro de un
ambiente de espléndidos palacios y jardines, está demostrados pro
el reciente descubrimiento de uno de sus palacios en Ghazna. La
situación de este palacio ha sido el objeto de excavaciones a cargo
de la Mision Arqueológica Italiana en Afganistán desde 1957, y lo
coloca cerca del bien conocido minarete de Mas‛ūd III
(anteriormente atribuido al sultán Mahmūd). La atribución del
palacio a Mas‛ūd III parece incontestable después del
descubrimiento por el equipo italiano de una inscripción árabe
describiendo como Muhammad b. Husayn b. Mubārak
completó el trabajo de construcción en Ramadan de 505/marzo de
1112; el nombre del sultán aparece, además, en una pieza de piedra
usado en el mihrab
de un oratorio tardío construido en el lugar del palacio. El palacio
fue construido, como otros edificios ghaznawíes en Ghazna y en
Lashkar-i Bāzār
cerca de Bust, de ladrillo (los muros alrededor del
principal patio rectangular, cada uno con un īwān,
eran realmente de ladrillo refractario) y por lo tanto tuvo una vida
corta. Bien puede haber sido abandonado por la época del propio hijo
de Mas‛ūd y el segundo sucesor después de éste, Malik Arslan,
pues Bombaci ha citado una poesía de ‛Uthmān
Mukhtarī
estableciendo que Arslan construyó su propio palacio (qasr)
y fue coronado allí, y que eligió residir en su propio palacio y
cuartel administrativo (daulat-khāna).
b)
Las luchas por el poder entre los hijos de Mas‛ūd.
Mas‛ūd
murió en Shawwal de 508/marzo de 1115, a la edad de 55 años
lunares. Como era habitual con los ghaznawíes, dejó numerosa
descendencia, de la cuál Jūzjānī
nombra a una docena más o menos. Se desconoce si Mas‛ūd había
seguido la por ahora la práctica consagrada por el tiempo de
encarcelar o desembarazarse de potenciales rivales al trono, en
la forma de sus hermanos y parientes masculinos mayores; en todo
caso,
sus propios hijos rápidamente se enemistaron unos con
otros en los años que siguieron a su muerte.
De
acuerdo con el ‛ahd
o testamento de Mas‛ūd, su segundo hijo, Shīr-Zād
accedió al trono, pero reinó un año solamente. Como ocurrió con
los dos efímeros sucesores de Mawdūd,
Mas‛ūd II b. Mawdūd
y ‛Alī
b. Mas‛ūd I, Shīr-Zād
no es mencionado en muchas de las fuentes. No es sorprendente que Ibn
al-Athīr
y las fuentes saljuqíes ignoraran la existencia de Shīr-Zād,
pero es notorio que un historiador local como Jūzjānī
no haga mención de él tampoco; de hecho, es únicamente en la
comparativamente tardía fuente de Hamdallāh
Mustaufī,
y en fuentes incluso más tardías que le siguieron, como Firishta,
donde nada más encontramos algún registro de él. Shīr-Zād
tenía el título honorífico de ‛Adud
al-Dawla
cuando él estaba actuando como gobernador en la India por su padre,
y allí le está atribuido en las fuentes el laqab
adicional de Kamāl
al-Dawla,
probablemente adoptado por él al convertirse en sultán; al
parecer no se conserva ninguna moneda suya.
De acuerdo con Mustaufī,
Shīr-Zād
reinó durante solo un año, y
luego en 509/1116 su hermano Malik Arslan le expulsó y mató.
Podemos completar esta lacónica noticia mediante una referencia del
historiador local de Tabaristān,
Ibn Isfandiyār.
En su sección sobre los Bawandíes, que fueron una antigua dinastía
local de la región caspiana, menciona que Shīr-Zād
buscó refugio con
el Ispahbad ‛Alā’
al-Dawla
‛Alī
b. Shahriyār,
que le dio los medios para realizar el peregrinaje a La Meca, después
de que Shīr-Zād
de regresar a Ghazna. En el terreno cronológico, esta peregrinación
debe relacionarse a Dhū
l-Hijja de 509/abril-mayo de 1116; la implicación parece ser que
Shīr-Zād
fue expulsado del trono en Shawwāl
de 509/febrero de 1116, huyó a las tierras del Caspio, hizo la
peregrinación desde allí y luego intentó recuperar su trono en
Ghazna, pero fue muerto por Malik Arslan.
Malik
Arslan (a veces se le da en las fuentes el nombre de Arslan Shāh)
era el tercer hijo de Mas‛ūd, y era probablemente el hijo de una
princesa saljuqí, la Mahd-i ‛Irāq
Jauhar Khātūn,
ya que dos
poemas de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān
dedicados
a Malik Arslan le alaban por su linaje dual, el de Mahmūd de Ghazna
por una parte, y el del saljuqí Abū
Sulaymān
Chaghrï Beg por la otra.
Si
Malik Arslan tenía, como parece más probable, 27 años cuando fue
asesinado en 512/1118, debe haber nacido en 485/1092 y haber tenido
26 en este punto. Entonces
accedió al trono de Ghazna el viernes 6 de Shawwāl
de 509/22 de febrero de 1116, de acuerdo con la fecha explícitamente
dada en una oda de coronación compuesta para él por Mas‛ūd-i
Sa‛d,
con
el título honorífico de Sultān
al-Dawla;
su laqab
aparce en las pocas monedas conservadas,
junto con el reconocimiento del califa ‛Abbāsí,
al-Mustazhir.
Su patronímico, conocido a partir de frecuente referencias en sus
panegiristas, tales como ‛Uthmān
Mukhtarī
-quien,
a partir del considerable número de odas que él dedicó a Malik
Arslan durante el último corto reinado de tres años puede
considerar el poeta laureado de Malik Arslan- fue Abū
l-Mulūk.
El deseo profético expresado en su kunya,
“Padre de monarcas”, por supuesto nunca se realizó, ya que los
últimos tres monarcas
del linaje ghaznawí, inmediatos sucesores de Malik
Arslan, comprendieron a su hermano Bahrām
Shāh
y la progenie de este último. Hay mención en las fuentes
de únicamente uno de los propios hijos de Malik Arslan, a saber,
Khusraw
Malik.
Sobre la prueba de una oda de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān
(quien,
como ‛Uthmān
Mukhtarī,
disfrutó
un periodo de favor real y patronazgo en el reinado de Malik Arslan)
felicitando a Malik Arslan con ocasión del nacimiento de su hijo, al
que le fue dado aparentemente el título de Jamāl
al-Milla, nació durante el sultanato de su padre. ‛Uthmān
Mukhtarī
también
tiene un poema en alabanza del infante Khusraw Malik. Del destino
posterior del niño, no obstante, no se sabe nada.
Consciente
del conflicto
que acababa de tener para ganar el trono,
Malik Arslan inmediatamente
encarceló o cegó a todos sus hermanos restantes, con la excepción
de Bahrām
Shāh,
quien estaba afortunadamente
ausente en Zamīn-Dāwar
en la época de la toma del poder de Malik Arslan. Su
visir fue Shams
al-Wuzarā’
Qutb
al-Dīn
Nizām
al-Mulk Abū
l-Fath Yūsuf
b. Ya‛qūb
(hermano de Abū
l-‛Alā’
‛Atā’
b.
Ya‛qūb,
que había servido al sultán Ibrāhīm);
nada se sabe de sus actos ejecutivos, y el último visir mencionado
en los trabajos biográficos sobre visires es el visir de Ibrāhīm
y Mas‛ūd, ‛Abd
al-Hamīd
b. Ahmad b. ‛Abd
as-Samad, pero ‛Uthmān
Mukhtarī
dedica
varias odas a Abū
l-Fath Yūsuf,
que era claramente una persona influyente en el estado. El único
suceso doméstico del reinado de Malik Arslan registrado por los
historiadores es de una destructiva conflagración en los mercados de
Ghazna causado por un rayo que cayó y considerado por los escritores
posteriores como un presagio de la brevedad de su reinado y de la
violencia que lo llenó.
Debido
a las dificultades al asegurar el trono y la amenaza que pronto
emergió hasta su posición desde el rival Bahrām
Shāh,
Malik Arslan nunca fue capaz de hacer campaña personalmente en la
India, el deber sagrado de todos los sultanes ghaznawíes; solamente
al final de su reinado, después de la primera instalación de Bahrām
Shāh
en Ghazna, a saber en 510/1117, se retiró a la India para reclutar
un ejército para una revancha. Durante su reinado, el gobierno y el
mando militar en la India fue confiado, es deducible a partir de una
de los poemas de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān
dedicados
a Malik Arslan, a dos hermanos de la familia Bū
Halīm
Shaibānī,
que ya tenía una tradición de servicio distinguido
en la India: ‛Imād
al-Dawla Muhammad b. ‛Alī,
que llevaba el título de Ispahbad
o comandante en jefe, y Rabī‛,
cuya
esfera de acción no está especificada pero cuyos deberes pueden
haber incluido algo por la parte civil. En este poema, Mas‛ūd-i
Sa‛d
se
regocija en las próximas victorias en la India y el rico botín que
los dos líderes trajeron
de regreso para el sultán; las hazañas del Sarhang Muhammad-i ‛Alī
llegarían hasta Ceilán, y los despojos
incluirían
cien elefantes de una categoría incluso mejor que la conocida como
“aceptable para monarcas” (malik-pasad).
En otra oda a Malik Arslan, este mismo poeta describe los fabulosos
regalos que Muhammad
y Rabī‛
enviaron
desde la India al sultán con ocasión de los grandes festivales
iranios. Tanto Muhammad como Rabī‛
permanecieron
fieles a Malik Arslan después de que Bahrām
Shāh
hubo asumido el poder en Ghazna, y uno de los primeros actos de este
último, una vez que se hubo establecido firmemente sobre
el trono,
fue una expedición punitiva en la India con el objetivo de traer a
Muhammad de vuelta a la lealtad.
Bahrām
Shāh
codiciaba el trono
de su medio hermano Malik Arslan y no estaba
dispuesto a permitir que este último continuara en posesión del
poder imperial. Gulam Mustafa Khan ha demostrado la improbabilidad de
que Bahrām
Shāh
fuera hermano pleno
de Malik Arslan, es decir, un hijo de la esposa de Mas‛ūd III,
Jauhar Khātūn,
aunque muchos historiadores
(por ejemplo, Rāwandī
y Hamdallāh
Mustaufī)
afirman
que Bahrām
Shāh
era el sobrino y pariente de Sanjar, él mismo hermano de la Mahd-i
‛Irāq.
En
primer lugar, como ya fue señalado por el moderno editor del Dīwān
de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān,
Rashīd
Yāsimī,
en
un verso laudatorio del poeta, la ascendencia de Bahrām
Shāh
se remonta hasta Mahmūd de Ghazna solamente, y no hasta los sultanes
saljuqíes además, como era el caso,de Malik Arslan. En segundo
lugar, en una anécdota de el Adab
al-harb,
Sanjar es retratado
reacio
a intervenir en los asuntos internos ghaznawíes para colocar a su
protegido Bahrām
Shāh
sobre el trono: “El
sultán temía que si él iba a prestarle (esto es, a Bahrām
Shāh)
ayuda y derrocar al sultán Malik Arslan de su trono, el pueblo diría
que Sanjar había ayudado a un extranjero pero eliminado a uno de su
propia familia del trono”.
En tercer lugar, Khan sugiere que si la Mahd-i
‛Irāq
también hubiera sido madre de Bahrām
Shāh,
Malik Arslan no la habría enviado, como relatan ciertas fuentes, en
una embajada a Sanjar, ni habría apelado al supremo sultán saljuqí
Muhammad b. Malik Shāh
con la esperanza de disuadir
a Sanjar
de
su proyectado ataque sobre Ghazna y su plan de colocar a Bahrām
Shāh
sobre el trono.
Las
etapas sucesivas del conflicto diplomático y militar entre Malik
Arslan por una parte, y Bahrām
Shāh
y Sanjar por otro, pueden ser reconstruidas a partir del relato
detallado de Ibn al-Athīr
y de líneas
más breves en Jūzjānī
y los historiadores saljuqíes, junto con algún material anecdótico
en las colecciones de ‛Aufī
y Fakhr-i Mudabbir.
Cuando
Malik Arslan fue formalmente aclamado como gobernante
de Ghazna en Shawwāl
de 509/febrero de 1116, Bahrām
Shāh
estaba en Zamīn-Dāwar
e intentó hacerse una posición allí para afirmar sus propias
pretensiones al trono. La lucha tuvo lugar en Tigīnābād,
en las que sus fuerzas fueron, no obstante, derrotadas. Con esta
amenaza
inicial de Bahrām
Shāh
así rechazada, Malik Arslan fue capaz de enviar tropas a varias
partes de los dominios ghaznawíes para asegurar su poder; a estos
sucesos se hace referencia en los poemas de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān.
Mientras,
Bahrām
Shāh
huyó al oeste, solamente con un asistente y con sus caballos
herrados al revés para aludir
la persecución, de acuerdo con una anécdota de
‛Aufī.
Pasó
a través de Sistān
y Kirmān
y llegó a la corte del amīr
saljuqí Muhyī
al-Dīn
Arslan Shāh
b. Kirmān
Shāh
(495-537/1101-1142), quien había sido unos años antes a este el
patrón del poeta ‛Uthmān
Mukhtarī.
El
príncipe saljuqí trató a Bahrām
Shāh
honorablemente, pero fue reacio a darle apoyo militar sin remisión
previa al cabeza de la familia saljuqí en Persia oriental, Sanjar:
“Ya
que el supremo sultán Sanjar está ahora sobre el trono, no es
apropiado para mí darle un ejército, pero he hecho todo dentro de
mi poder para ayudarte financieramente”.
Entonces envió a uno de sus comandantes a escoltar a Bahrām
Shāh
sin peligro a la corte de Sanjar en Marv.
Entonces,
el fugitivo ghaznawí partió a Khurasan, y rápidamente se hizo con
mucho persona
grata
en el círculo de la corte de Sanjar como compañero de caza y
confidente del sultán. De acuerdo con una anécdota de Fakhr-i
Mudabbir, la habilidad de Bahrām
Shāh
con la lanza y especialmente
con el arco, fue responsable
de la decisión de Sanjar para proporcionarle ayuda militar para
arrebatar el trono de Ghazna de manos de Malik Arslan, después
de que él hubiera sido testigo de una notable hazaña en el campo de
caza. Cuando preguntado sobre su decisión Sanjar respondió que
“Me
di cuenta que todos los
notables, grandes hombres de estado y comandantes militares, habían
llegado a ser sus fervientes seguidores y eran unánimes en su
alabanza. Además, le encuentro excepcionalmente bravo y valiente, y
sin parangón en su habilidad como arquero. De modo que temo que, si
utilizara tal talento en el
tiro con arco, y me disparara solo una flecha a mí y se llevara mi
reino, no habría nadie para recuperarlo. Así [pienso] dejarle hacer
lo que pueda con el reino de su padre y antepasados, ¡pero no con el
mío!”
Exactamente
cuán ansioso estaba Sanjar, de hecho, por intervenir en lo que era
realmente un asunto interno ghaznawí es difícil de discernir, pero
evidentemente hizo una elección consciente aquí en favor de una
política activa. Había
habido durante unas décadas un áspero equilibrio de poder entre los
imperios saljuqí y ghaznawí, y desde la época del sultán Ibrāhīm
b. Mas‛ūd no se había agitado en absoluto el fluido curso de
estas relaciones amistosas. Pero Sanjar estaba levantando ahora para
sí mismo un poderoso sultanato en el este del mundo iranio, una
reconstitución de parte del extenso imperio de su padre Malik Shāh,
y su dominio iba a parecer todo lo más fuerte cuando contrastara con
la comparativa confusión
y debilidad en el que cayó la mitad occidental del Gran Imperio
Saljuqí tras la muerte de Muhammad b. Malik Shāh.
En Transoxiana, Sanjar ya tenía un tributario y protegido sobe el
trono qarakhaní en Bukhara y Samarcanda, su pariente
Arslan Khan Muhammad b. Sulaymān
(495-524/1102-1130),
y aún podía exigir obediencia de sus gobernadores en Khwarizm, los
Khwarizm-Shāhs
de la línea de Anūshtigin
Gharcha’ī;
la
perspectiva de traer a los ghaznawíes dentro de esta órbita
imperial saljuqí como un poder dependiente más debe haber atraído
fuertemente a Sanjar en esta época.
No
obstante, la actitud de Sanjar no era de agresión pura. En primer
lugar escribió a Malik Arslan urgiéndole a transigir con Bahrām
Shāh,
sin recibir ninguna respuesta, de acuerdo con Ibn al-Athīr.
Pero una anécdota de ‛Aufī,
de
hecho, describe cómo Malik Arslan envió al qadī
Abū
l-Barakat en
una misión a la corte de Sanjar, cargado de ricos presentes, para
determinar la posición de Bahrām
Shāh
allí e impedir que
el sultán saljuqí ayudara al pretendiente con asistencia militar.
También, de acuerdo con Jūzjānī
y
fuentes tardías como Firishta, Malik Arslan trató a su propia
madre, la Mahd-i
‛Irāq,
con
indignidad, y este maltrato de una alta señora saljuqí lógicamente
enfureció a Sanjar contra él. Parece improbable, no obstante, que
Malik Arslan hubiera cometido una acción tal como esta, indigna de
un hijo, así como tácticamente desacertada. Pero el resultado de
estos intercambios fue, de hecho, que Sanjar decidió ayudar a Bahrām
Shāh.
Al escuchar esto, Malik Arslan escribió a
la
cabeza suprema de la dinastía Saljuqí, Muhammad b. Malik Shāh,
en la Persia occidental, quejándose de la actitud hostil de Sanjar.
El sultán Muhammad era reacio a interferir en los asuntos de lo que
era un poder establecido de antiguo, generalmente amistoso, y ordenó
a Sanjar desistir. De acuerdo con Husainī,
dijo, “¡Oh, hermano mío, no emprendas esto, pues la casa ghaznawí
es antigua, de modo que no la ataques!” A pesar de esto, instruyó
a su enviado para que no persiguiera a Sanjar para entregar el
mensaje si este último ya había enviado un ejército. Este fue el
caso, de hecho; una fuerza ya había partido de Marv bajo el
comandante Unar
y acompañado por Bahrām
Shāh.
Llegando a Bust,
a estas tropas se unieron un contingente bajo el yerno de Sanjar y
tributario, el amīr
saffārí
Tāj
al-Dīn
Abū
l-Fadl Nasr b. Khalaf o Tāhir
(†
559/1164).
El
ejército de Malik Shāh
fue derrotado inicialmente por las fuerzas unidas de Khurasan y
Sistān,
y los supervivientes volvieron
a Ghazna. Malik Arslan ofreció ahora un tributo sustancial a Sanjar
si este último acordaba retirar sus fuerzas, pero ahora Sanjar
preparaba venir en persona al Afganistán oriental. Malik Arslan
desesperadamente recurrió a la diplomacia otra vez, y de acuerdo
a las fuentes tardías como Firishta, envió a su madre la Mahd-i
‛Irāq,
a
Sanjar, con un presente de 200.000 dinares; pero una vez que ella
hubo llegado a la corte de su hermano, realmente le incitó contra
Malik Arslan en favor de Bahrām
Shāh.
Hay, sin embargo, alguna duda sobre esta
historia, Jūzjānī
no la menciona, e Ibn al-Athīr
afirma que el embajador de Malik Arslan ante Sanjar era la esposa del
tío de Malik Arslan Nasr
b. Ibrāhīm
(un Nasr es mencionado realmente entre los hijos del sultán Ibrāhīm
en la enumeración de Jūzjānī
de estos), una princesa saljuqí que había sido casada por la fuerza
con el sultán Mas‛ūd III después de que este último hubiera
asesinado a su marido original. Sin embargo, cualquiera de las dos
princesas que pudiera haber estado envuelta en la misión, el
resultado fue el mismo; ella urgió a Sanjar contra Malik Arslan,
sobre el terreno de que el gobernante ghaznawí había comportado
salvajemente con sus hermanos. Para
añadir gasolina a la ira de Sanjar, Malik Arslan tomó y encarceló
a uno de los propios enviados de Sanjar a él.
La
batalla decisiva entre Malik Arslan y Sanjar
tuvo lugar a un farsakh
fuera de Ghazna en
la llanura de Shahrābād
(el Shābahār
de Gardizī
y
Baihaqī,
usado inter
alia
por el ‛ard
o revista del ejército ghaznawí?). El ejército ghaznawí tenía su
núcleo habitual de elefantes de guerra, 50 de acuerdo con Husainī
y Bundarī,
120 de acuerdo con Ibn al-Athīr,
encima de los cuales eran llevados arqueros, asegurados por cadenas a
sus bestias. Estos elefantes habitualmente ocupaban el centro de la
línea, y su carga frecuentemente provocaba terror en el corazón de
las tropas que tenían enfrente. Al principio, los elefantes
aterrorizaban a los soldados saljuqíes, y rompían a través del
centro de Sanjar, girando alrededor para atacar a su ala izquierda.
Pero el comandante allí, el amīr
Tāj
al-Dīn
Abū
l-Fadl
reunió
a sus tropas y detuvo a los elefantes al
demostrar personalmente cómo sus vientres blandos, desprotegidos de
armadura, podían ser desgarrados por dagas desde abajo. La bravura
de Tāj
al-Dīn
en
esta batalla le hizo famoso; después fue recompensado ricamente por
Sanjar, y sus hazañas fueron elogiadas por los poetas de la época,
tales como ‛Abd
al-Wāsi‛
Jabali Gharchistānī.
Entonces, después de que el amīr
Unar
dirigiera un ataque del ala derecha saljuqí y barriera tras el ala
derecha ghaznawí opuesta, el ejército ghaznawí se desmoronó; los
elefantes fueron dispersados, y sus jinetes y arqueros, impotentes
para desenredarse ellos mismos de las bestias, no fueron capaces de
escapar y fueron masacrados.
Entonces
Sanjar entró en Ghazna el 20 de Shawwāl
de 510/25 de febrero de 1117 en compañía de Bahrām
Shāh.
El relato de Ibn al-Athīr
dice que Malik Arslan se encerró en la ciudadela de Ghazna, que, no
obstante, fue entregada a Sanjar sin lucha. Pero parece que Malik
Arslan escapó sin peligro a los territorios ghaznawíes en la India
del norte (específicamente, a Lahore, de acuerdo con Hamdallāh
Mustaufī),
donde buscó la ayuda del gobernador allí, Muhammad b. ‛Alī
de la familia Bū
Halīm
Shaibānī.
Cuando Sanjar hizo su entrada triunfal en Ghazna, Bahrām
Shāh
tuvo que andar enfrente del sultán saljuqí montado. Entonces
ascendió al trono ghaznawí como sultán, pero como tributario de
Sanjar, viniendo
su nombre solamente el cuarto en la khutba
después de los del califa ‛Abbāsí
al-Mustazhir, el sultán supremo saljuqí Muhammad b. Malik Shāh
y el mismo Sanjar; el tributo fue fijado en 1.000 dinares al días
(Rāwandī)
o 250.000 dinares al año (Husainī).
El
ejército saljuqí también comenzó una orgía de saqueo en Ghazna,
expoliando los palacios de
los grandes hombres, desmontando los platos de plata de las paredes
de las casas y los conductos de irrigación de plata de los jardines,
hasta que Sanjar intervino y crucificó aun grupo de saqueadores como
ejemplo. A pesar de esta muestra de desaprobación, el mismo Sanjar
durante su ocupación de Ghazna de cuarenta días se llevó una gran
cantidad de tesoro acumulado por los soberanos ghaznawíes, entre los
que se menciona cinco coronas, 17 tronos de oro y plata y 1.300
engarces de metales preciosos y joyas. Este saqueo de Ghazna por el
ejército saljuqí presagió el que llevó a cabo, a una escala más
salvaje, el gobernante ghūrí
‛Alā’
al-Dīn
Husayn Jahān-Sūz
unos 35 años más tarde; como Husainī
y Bundarī
destacan, antes
de esto, Ghazna había sido una ciudad virgen, nunca tomada desde la
época de la primera aparición de los ghaznawíes allí a finales
del siglo IV/X. Un ‛āmil
saljuqí o recaudador de impuestos fue dejado ahora allí para
supervisar la recogida del tributo, y fue compuesto un fath-nāma
y enviado al sultán Muhammad b. Malik Shāh,
quien estaba, no obstante, por esta época en
la agonía de una enfermedad mortal (murió el 24 de Dhū
l-Hijja de 511/18 de abril de 1118).
Malik
Arslan, mientras tanto, estaba reuniendo sus fuerzas en la India.
Cuando Sanjar partió de Ghazna a finales de 510/primavera de 1117,
Malik Arslan avanzó sobra la capital con sus tropas. Bahrām
Shāh
huyó sin intentar ninguna resistencia hacia el norte a la región de
Bāmiyān,
desde donde pidió ayuda a Sanjar una vez más. En consecuencia, este
último envió un ejército desde Balkh; Malik Arslan supo que no
podía resistir al ejército saljuqí, y después de una ocupación
de Ghazna de solo un mes, se retiró de la ciudad y buscó refugio en
las montañas de Ūghnān
(así en el texto de Ibn al-Athīr;
¿es este el moderno distrito de Urgun en las fronteras de las
provincias da Ghazni y Pakhtiya?). Allí fue capturado por el
comandante del ejército de Sanjar. Bahrām
Shāh
compró el prisionero a este comandante, para que Malik Arslan no
fuera llevado a Khurasan y fuera usado como futura amenaza para su
seguridad. Ibn al-Athīr
simplemente dice que Bahrām
Shāh
estranguló a Malik Arslan en Jumada II de 512/septiembre-octubre de
1118, siendo la edad de Malik Arslan a su muerte de 27 (de acuerdo
con Jūzjānī,
35). Fuentes posteriores afirman que Bahrām
Shāh
primero encarceló a Malik Shāh,
luego le liberó, pero finalmente le mató después de que él
hubiera estado conspirando contra el sultán; sin embargo, parece
improbable que Bahrām
Shāh,
después de tantas vicisitudes durante su búsqueda del poder,
hubiera sido tan loco como para liberar a un enemigo probado como
Malik Arslan. A su muerte, Malik Arslan fue enterrado en el mausoleo
de su padre Mas‛ūd
III en Ghazna.
c)
El reinado de Bahrām
Shāh:
el verano indio antes de la invasión Ghūrí
Abū
l-Muzaffar Bahrām
Shāh
pudo ahora disfrutar de un poder indiscutible en Ghazna, y comenzó
un reinado de unas cuatro décadas de extensión,
casi igualando el sultanato
de su abuelo Ibrāhīm
b. Mas‛ūd en su larga duración. Como correspondía a un monarca
que reinó durante tantos años, encontramos mencionados en las
fuentes varios títulos honoríficos suyos. El
que tuvo un uso favorito fue claramente Yamīn
al-Dawla wa-Amīn
al-Milla, pues este le es
frecuentemente aplicado en las fuentes históricas y en monedas; la
comparación favorecedora implícita de Bahrām
Shāh
con su tatarabuelo Mahmūd, que había llevado estos títulos
también, estaba, sin duda, en la mente de sus contemporáneos. El
título Mu‛īn
(variante, Mu‛izz)
al-Dawla wa-l-Dīn
es el principal dado al sultán por Jūzjānī,
y varias fuentes históricas tardías mencionan la de ‛Alā’
al-Dawla o ‛Alā’
al-Dīn;
este último laqab, no
conocido, por ejemplo, en monedas, sin
embargo, es confirmado al parecer por una referencia en un verso de
Sayyid Hasan donde Bahrām
Shāh
es descrito como ‛Alā’-i
Daulat u Dīn.
En un poema de ‛Uthmān
Mukhtari, al parecer felicitando al sultán por la supresión de la
revuelta en la India del general Muhammad b. ‛Alī
de la familia Bū
Halīm,
se dirige la sultán tanto
como Yamīn
al-Dawla como Zahīr
al-Milla.
Otras
insignias de realeza disfrutada por Bahrām
Shāh
son mencionadas en varios versos de sus panegiristas, tales como sus
estandartes, negras en color y con un emblema de un león, idéntico
a las que se sabe que habían sido utilizadas por sus predecesores;
y Sayyid Hasan hace
referencia además a
un símbolo creciente, el
hilāl-i rāyat,
siendo este o un emblema bordado en su estandarte o una similitud
física de una luna creciente superando el asta de la bandera, y a un
chatr negro o parasol
ceremonial.
Todas
eran la insignia y los símbolos de monarcas poderosos e
independientes, a pesar de que Bahrām
Shāh
permaneciera durante la totalidad de su largo reinado, aparte de un
episodio de conducta insumisa mencionado más abajo, vasallo de
Sanjar y los saljuqíes. Esta dependencia es expresada en términos
concretos en sus monedas. En muchas de las emisiones existentes de
Bahrām
Shāh,
aparece el propio nombre del sultán en el reverso, pero el de los
califas ‛Abbāsíes
(al-Mustarshid,
512-29/1118-35, y al-Muqtafī,
530-55/1136-60; ar-Rashīd,
529-30/1135-36, de corto reinado, no es mencionado en ninguna de las
monedas ghaznawíes que se conservan) en el anverso. Todas estas son
monedas posiblemente acuñadas en Ghazna para su circulación en
Afganistán oriental; los lingotes y las monedas de cobre destinadas
a la circulación en la India llevan solamente el nombre de Bahrām
Shāh
mismo, junto con los rasgos habituales de la acuñación india
ghaznawí, el Toro
de Nandi
y la leyenda Sri smanta deva
en caracteres Nagari. Aunque cuando el ejército de Sanjar entró por
primera vez para colocar a
Bahrām
Shāh
sobre el trono, el supremo sultán saljuqí Muhammad b. Malik Shāh
había figurado en la khutba,
este reconocimiento no esta reflejado en las monedas conservadas de
Bahrām
Shāh
(pocas de las cuales, o ninguna en absoluto, es claramente fechable).
En cualquier caso, el sultán Muhammad estaba, como hemos visto más
arriba, muerto solo un año, más o menos, después de la ascensión
de Bahrām
Shāh,
y entonces Sanjar se convirtió en el sultán supremo; escribió en
513/1119 a todos sus tributarios, incluyendo a Bahrām
Shāh,
que el nuevo sultán en las tierras occidentales, Mahmūd b.
Muhammad, iba a ser mencionado en la khutba
de los dominios saljuqíes y sus dependencias solamente después del
propio nombre de Sanjar.
Una
posible afirmación más de la supremacía de Sanjar puede haber sido
el envío de su hijo mayor Daulat
Shāh
como rehén para residir en la corte saljuqí, si la interpretación
de Gulam Mustafa
Khan de un pasaje en el
Hadīqat
al-haqīqa
de
Sanā’ī
es, como parece probable, correcta. Este
requerimiento de que un príncipe ghaznawí estuviera como rehén en
Marv debe datar de la parte inicial del reinado de Bahrām
Shāh,
ya que Sanā’ī
escribe
estas líneas en 524/1130, cuando Daulat Shāh
ya había regresado a Ghazna; en consecuencia, moriría en la lucha
contra los ghūríes
en
Tigīnābād
en 545/1150.
Lo
que de cualquiera manera es intrigante es la mención en una anécdota
del Ādāb
al-harb,
concerniente a la enfermedad de una
de
las esclavas de Bahrām
Shāh
y
su curación por medio de un físico cristiano de visita, de un
cierto Mihtar
Jauhar
en el séquito del sultán y descrito como su Atabeg. El oficio de
atabeg, de tutor-guardián de un joven príncipe, incapaz todavía de
ejercer con plenitud el gobierno personalmente, se estaba
desarrollando en su forma clásica dentro del
Gran Sultanato Saljuqí y sus amīratos
asociados, sobre todo, en Persia occidental, Iraz, Siria y Anatolia;
pero era totalmente desconocido entre los ghaznawíes y más tarde
los ghūríes,
y realmente nunca se propagó a estos márgenes de los mundos iranio
e indio.
Si
bien esta identificación es una posibilidad, tenemos las
explicaciones alternativas de que Mihtar Jahuar era o bien
representante de la presencia saljuqí (en un papel algo parecido al
del sihna
o gobernador militar, que los Grandes Saljuqíes habían instalado en
Bagdad al lado de los califas ‛Abbāsíes)
antes de esa fecha, o bien fue dejado como perro guardián en Ghazna
para asegurarse de la lealtad de Bahrām
Shāh
después de los sucesos de 529-30/1135-6.
El
drenaje de las finanzas ghaznawíes causada por el tributo pagadero a
los saljuqíes debe haber sido serio, a pesar de la afluencia de
tesoro como resultado de las campañas indias de Bahrām
Shāh,
que serán descritas más abajo. En 529/1135
el sultán renunció a su lealtad a Sanjar y cesó de pagar tributo.
Este último en consecuencia se preparó para tomar medidas, siendo
otro motivo impulsor, de acuerdo con las fuentes saljuqíes, los
informes de que Bahrām
Shāh
estaba oprimiendo a sus súbditos y despojándoles de su riqueza
(¿podían estar acusaciones estar conectadas con tales quejas como
las expresadas por Sanā’ī
en los versos que describían actos de opresión por la soldadesca
turca de los ghaznawíes, citados más arriba?). El ejército saljuqí
partió hacia el este vía Sistān
a Bust y Zamīn-Dāwar
durante un invierno excepcionalmente frío, el de 530/1135-6, y
sufrió gravemente la falta de comida y forraje; en palabras de
Husainī
y
Bundarī,
“la
paja (tibn)
era más cara que el oro (tibr)”.
No obstante, el ejército avanzó hasta Ghazna, instalando el miedo
en el corazón de Bahrām
Shāh.
Envió un mensajero para encontrarse con el representante de Sanjar,
el amīr
Jauhar mencionado más arriba, descrito como gobernador de Ray, y
ofreció
su sumisión, pero le
entró pánico cuando vio la panoplia y poder del ejército de
Sanjar, y huyó hacia sus provincias indias y finalmente a Lahore.
Sanjar ocupó Ghazna y sus tropas saquearon la ciudad por segunda
vez. Se comunicó con Bahrām
Shāh,
y le aseguró de que no tenía intención de anexionar
permanentemente su reino; entonces evacuó Ghazna y marchó con su
ejército a Balkh, llegando allí en Shawwāl
de 530/julio de 1136. Bahrām
Shāh
fue capaz así de regresar a Ghazna y retomar su trono, pero
posiblemente como tributario de los saljuqíes una vez más; hay
falta de información precisa aquí. La única otra leve referencia a
las relaciones ghaznawíes-saljuqíes que poseemos para
el periodo antes de que comenzara el conflicto ghaznawí-ghūrí,
es una simple mención de
que los gobernantes de Sistān,
Ghūr,
Ghazna y Māzandarān
lucharon en el bando de Sanjar en su batalla con los Qara Khitai en
la estepa de Qatwān
en Transoxiana en 536/1141, peor no se conocen otros detalles de
esto.
Es
lamentable que, de la totalidad del largo reinado de Bahrām
Shāh,
virtualmente no sepamos nada sobre las incursiones que el sultán
debió seguramente haber emprendido contra los infieles príncipes
hindúes del norte de la India, como de hecho afirma el Tabaqāt-i
Nāsirī,
aunque
absolutamente sin detalles. Ni son las fuentes indias, como opuestas
a las islámicas, más explicitas. Esta
fue una época en ella que estas grandes dinastías de la India
septentrional y central como los Paramāras
de Mālwa,
los Kalachuris del moderno Madya Pradesh, los Gāhadavalas
de Kanauj, y otros, formaban una pujante barrera contra la expansión
islámica. Uno de escasísimos detalles de información que tenemos
de esta dimensión india del problema y coincidiendo con el sultanato
de Bahrām
Shāh
es que el gobernante Chāhamāna
de Sākambharī
Arnorāja
(reinó desde antes de 1133
hasta antes de 1153) repelió una incursión
de Turushkas o musulmanes que habían atacado el país Sapīdalaksha
de Rajputana oriental a
través del gran desierto de Thar, matando a un gran número de
ellos.
Cualquier
información que poseemos concerniente a Bahrām
Shāh
y la India se refieren totalmente a su afirmación de autoridad en la
India ghaznawí sobre el comandante en jefe de Malik Arslan allí,
Muhammad b. ‛Alī
de la familia Bū
Halīm
Shaibānī
(de
donde procede su nombre de “Bāhalīm”
que aparece en algunas fuentes), que había ayudado a Malik Arslan en
su intento final de 510/1117 de recuperar Ghazna. Como se destaca
arriba, durante el conflicto civil sobre la sucesión, Muhammad bñ
‛Alī
dio su lealtad y apoyo a Malik Arslan, y rechazó reconocer el
triunfo definitivo en Ghazna de Bahrām
Shāh.
La
historia de lo ocurrió depués entre Muhammad b. ‛Alī
y Bahrām
Shāh
se conoce en el detalle justo a partir de una larga anécdota en el
Ādāb
al-harb,
con
menciones más breves en el Tabaqāt-i
Nāsirī
y
fuentes tardía como Mīrkhwānd
y Firishta.
Parece
haber habido dos rebeliones consecutivas pero distintas de Muhammad
b. ‛Alī
contra los intentos de Bahrām
Shāh
de extender su autoridad sobre los territorios ghaznawíes del norte
de la India. Rechazó abiertamente
reconocer la sucesión del nuevo sultán en Ghazna, así que este
último partió a la India con un considerable ejército, derrotó a
Muhammad b. ‛Alī
en batalla y le capturó en Lahore el 27 de Ramadān
de 512/11 de enero de 1119. Reconociendo,
no obstante, la preeminencia de Muhammad b. ‛Alī
como comandante militar y su experiencia en condiciones en India sin
igual, el sultán le perdonó y reinstaló como gobernador.
Una
vez que Bahrām
Shāh
hubo regresado a Ghazna, Muhammad
b. ‛Alī,
su hijo Mu‛tasim
(que es descrito como un poderoso guerrero, capaz de blandir una maza
de 40 mans’
de
peso) y sus seguidores se levantaron una vez más contra el gobierno
central. El líder rebelde construyó una fortaleza en Nāgōr,
en la vecindad de Bhīra
en la región de las colinas de Siwālik.
Reunió allí lo que Firishta enumera como un ejército de árabes,
persas, afganos y Khalaj, y también reclutó apoyo militar de los
que Fakhr-i Mudabbir describe como varios potentados indios
dependientes, “Rānas,
Thakkurs y príncipes dirigentes del Hindustan”, hasta que tuvo un
ejército de 70.000 hombres, musulmanes e hindúes. En 513/1119
Bahrām
Shāh
marchó de nuevo hasta el valle de Indo con 10.000 hombres, y se
dirigió hacia Multān
para un combate con el ejército rebelde. Muhammad y su hijo Mu‛tasim
eligieron el terreno para esto, un distrito pantanoso cerca de una
villa llamada Kikuyūr
(?) que
ellos parcialmente anegaron para crear un pantano y así colocar al
ejército
del sultán en desventaja táctica. Gulam
Mustafa Khan cita a Maulana Abū
Zafar que este pantano había sido creado cerca de Multān,
en
la confluencia entre los ríos Sutlej y el Jhelum (leído Chenab?), o
cerca de Ucch en Ghaghar, y también cita una visión divergente de
miss Iqbal Shafi; pero estas solo pueden ser conjeturas, en ausencia
de información topográfica más específica procedente de Fakhr-i
Mudabbir. Bahrām
Shāh
convocó a Muhamamd b. ‛Alī
a la obediencia una vez más, contando los servicios pasados que su
padre y otros miembros de la familia Shaibānī
habían
rendido a la causa ghaznawí en la India, y ofreciéndole una túnica
de honor y concesiones nuevas del gobierno y mando en la India, con
solo que renunciara a su postura rebelde.
Sin
embargo, esta gestión no obtuvo respuesta. A partir de una oda de
Sayyid Hasan, parece que Bahrām
Shāh
y su ejército cruzaron el Indo en largos barcos, y los dos ejércitos
chocaron en un terreno pantanoso del Punjab occidental. El ataque de
Muhammad b. ‛Alī
en el centro del sultán fue detenido, y él mismo asesinado; se
levantó una violenta tormenta, ayudando a las fuerzas del sultán al
azotar las aguas enfrente del ejército rebelde, de modo que la
mayoría fue destruido en el pantano. Del mismo modo que Muhammad b.
‛Alī
se informa de que varios de sus hijos habían sido muertos (17 de
acuerdo con Fakh-i Mudabbir, 10 de acuerdo con Jūzjānī;
pero Sanā’ī,
en
un pasaje del Hadīqat
al-haqīqa
alabando
la victoria de Bahrām
Shāh
allí, alude a la muerte de un único hijo, presumiblemente Mu‛tasim.
Se dice que uno de los hijos de Muhammad b. ‛Alī
se había pasado al bando del sultán, salvándose así, y Fakhr-i
Mudabbir destaca que los S.y.w.r.riyān
(¿Shaibāniyān?)
de su propia época eran descendientes de este hijo Ibrāhīm.
Además observa que en donde quiera que alguien escava un canal de
irrigación o bien en su lugar, encuentra los restos deteriorados de
armaduras y armas, y esqueletos de hombres y caballos. Sayyid Hasan
acompañó al ejército de Bahrām
Shāh
para la expedición, y en varios de sus poemas se refiere a los
incidentes relacionados con él; un poema, realmente escrito en la
India, menciona la estación del otoño, colocándose así estos
acontecimientos en el otoño del año, unos ocho o nueve meses
después de la primera expedición india de Bahrām
Shāh.
De
acuerdo con Firishta, el sultán designó entonces a Sālār
Husayn b. Ibrāhīm
‛Alawī‛
como
gobernador de la India, y regresó a Ghazna. Parece
que el hijo de este Sālār
Husayn, [¿Abū
Sahl?] ‛Alī,
también ocupó el alto mando en la India posteriormente bajo Bahrām
Shāh.
El
relato de Ibn al-Athīr
de esta fase de las hostilidades ghaznawíes-ghūríes
nombra
al Sālār
al-Hasan b. Ibrāhīm
‛Alawī‛
como
el comandante ghaznawí en la india a cuyas tropas convocó Bahrām
Shāh
en su ayuda contra los ghūríes.
En
esta confusión sobre los personajes, la fuente exactamente
contemporánea de Sayyid Hasan iba a ser evidentemente preferida. Si
nosotros
restauramos el nombre completo del comandante ghaznawí en la India
en esta época como “[Abū
Sahl]
‛Alī
b. Hasan b. Ibrāhīm
‛Alawī‛,
llega
a ser fácil ver como la fuente de Ibn al-Athīr
podía haber confundido al hijo con el padre.
En
un punto posterior del sultanato de Bahrām
Shāh,
encontramos como su gobernador en la India
a Abū
Muhammad Hasan b. Abī
Nasr Mansūr
Qā’inī,
al lado del hijo mayor del monarca Jalāl
al-Dawla Daulat Shāh
, tenía el mando de las tropas indias allí; la prueba de esto viene
de uno de los poemas de Sayyid Hasan dedicados al príncipe Daulat
Shāh
y mencionando a “Muhammad-i Mansūr”
como su hombre de confianza. A pesar de la diferencia en los nisbas,
“Qā’inī”
y
“Maimandi” (relacionando a dos lugares ampliamente
separados, Qā’in
en Qūhistān
y Maimand en Zābulistān),
Gulam Mustafa Khan ha recolectado una serie de referencias a Abū
Muhammad Hasan Qā’inī
en
los versos de Mas‛ūd-i Sa‛d
Salmān,
demostrando claramente
que este oficial y su padre Abū
Nasr Mansūr
b. Sa‛īd
eran del linaje del gran visir Ahmad b. Hasan Maimandī.
El
padre ‛Imād
al-Dīn
Abū
Nasr Mansūr
b. Sa‛īd
era
un eminente personaje en la administración ghaznawí, habiendo
servido como ‛Ārid
o ministro de la guerra bajo Ibrāhīm
b. Mas‛ūd y posiblemente bajo Mas‛ūd III, en cuyo reinado
murió.
Con
respecto a los visires de Bahrām
Shāh,
el sultán heredó desde el principio de su reinado al sabio y
largamente experimentado ‛Abd
al-Hamīd b. Ahmad b. ‛Abd
as-Samad,
pero este último, sin duda demasiado estrechamente identificado con
los regímenes precedentes, fue rápidamente extermiando por el
sultán. El nuevo titular del visirato fue un Ahmad
b. Husayn,
conocido a partir de algunas líneas de Mas‛ūd-i
Sa‛d-i
Salmān.
Hay
mucha incertidumbre sobre los titulares del visirato para el resto
del reinado de Bahrām
Shāh;
no tenemos mención de ellos en los trabajos biográficos
ni en las historias, y depende de raros fragmentos de información en
los trabajos de los poetas contemporáneos y las inferencias que se
desprende de estos fragmentos. Gulam Mutafa Khan da como el sucesor
de Ahmad b. Husayn, en primer lugar a Muntakhab
al-Mulk Qiwām
al-Dīn
Majd al-Mulk Abū
‛Alī
Hasan b. Ahmad. En
segundo lugar, da a su hijo Najīb
al-Mulk Husayn b. Hasan
como visir durante los últimos años de Bahrām
Shāh,
después de su regreso de la India al trono de Ghazna
a continuación
del saqueo de la capital por ‛Alā’
al-Dīn
Husayn Jahān-Sūz.
Las
personas a las que Sayyid Hasan se refiere distintivamente como
visires son, más bien, el Khw‛ja
‛Amīd
Jamāl
al-Dīn
Rāshid
al-Dīn
Abū
Tāhir
Muhammad (cuatro poemas) y Qiwām
al-Dīn
Abū
Muhammad Tāhir
(un poema). Parece a primera vista como si una confusión de nombres
y patronímicos estuviera involucrado aquí y
que solo se trata posiblemente una única persona; sin embargo, los
indicios internos del poema demuestran plenamente que es una cuestión
de dos personas distintas.
Cualquiera
que sea la cronología relativa de los periodos del cargo
interesados, parece que Abū
Tahir Muhammad al menos fue visir en la época de la primera
ocupación ghūrí
de
Ghazna, pues la larga y sonora oda que celebra la reocupación de su
capital, después de contar las hazañas de los tres hijos del
sultán, Samā’
al-Dawla Mas‛ūd, Mu‛izz
al-Dawla Khusraw Shāh
y Mu‛īn
al-Dawla Shāhanshāh,
y antes de continuar registrando el heroico papel del comandante en
jefe de las tropas indias, Salar b. ‛Alī
b. Husayn, dice,
“El
erudito y justo visir, el perfecto y propicio mediador, como puede
verse tanto de estas designaciones y nombres del Profeta [a saber,
Tāhir,
'el Puro' y Muhammad]”
III.
El conflicto con los Ghūríes
y los últimos sultanes ghaznawíes
a)
La arremetida de los Ghūríes
y los últimos años de Bahrām
Shāh
El
declive y caída del una vez poderoso imperio ghaznawí está
pobremente documentado. Retraído por el reinado de Bahrām
Shāh
esencialmente sobre los que ahora es Afganistán oriental, el Punjab
y probablemente Sind y Baluchistán, sus asuntos dejaron de interesar
a los historiadores generalistas y dinásticos que escribían en las
tierras islámicas centrales; estos últimos estaban más interesados
en cuestiones urgentes tales como la fractura del gran imperio
saljuqí, la formación de los principados de los atabegs y las
amenazas procedentes
de Asia Central de los Qara Khitai y los Khwārizm-Shāhs.
En consecuencia, dependemos básicamente de los relatos de Ibn
al-Athīr,
representando al historiógrafo de las tierras islámicas centrales,
y de Minhāj
al-Dīn
Siraj al-Dīn
Jūzjānī,
que representa al de Afganistán y la India del norte.
Ibn
al-Athīr
tuvo dificultades al adquirir información fiable sobre los sucesos
que tuvieron lugar en los lejanos márgenes del mundo iranio y en la
India. Para los
sucesos en el Khurasan en el siglo VI/XII, tales como el ascenso de
los Khwārizm-Shāhs
de la línea de Anūshtigin
Gharcha’ī,
las
desventuras de Sanjar con los Oghuz, y las operaciones imperiales en
Khurasan y hacia el mar Caspio de los sultanes ghūríes,
depende
inter
alia
de un trabajo del historiador local de Baihaq en Khurasan, Abū
l-Hasan ‛Alī
b. Zaid Baihaqī,
llamado
por su abuelo, Ibn Funduq (†
565/1169/70). Ibn Funduq era un historiador cuidadoso y preciso que
disfrutó de fa fama contemporánea considerable y cuyo trabajo fue
citado por Yaqūt,
Ibn Khallikān,
Juwainī
y Hamdallāh
Mustaufī,
así como por Ibn al-Athīr.
Este último cita el Mashārib
at-tajārib
wa-ghāwārib
al-gharā’ib
de Ibn Funduq explícitamente sub
anno 568/1172-3
para las disputas intestinas de la
familia Khwārizm-Shāh
en Khurasan, que puede significar, como observa Barthold,
que para los acontecimientos en los años inmediatamente antes de
568/1172-3, Ibn al-Athīr
posiblemente tuvo una continuación del Mashārib
at-tajārib
a
mano. La propia historia de Funduq -que ya no existe, pero que
aparentemente cubría la historia del mundo iranio desde la época en
que el Yamīnī
de ‛Utbī
lo dejó, es decir, ca.411/1020
en adelante- pudo claramente haber proporcionado a Ibn al-Athīr
información sobre pasos tan decisivos en el declive de la autoridad
ghaznawí como el saqueo del ghūrí
‛Alā’
al-Dīn
Husayn
de Ghazna en 545/1150 y la
toma de Ghazna por los Oghuz unos años más tarde; y el supuesto
continuador de Ibn Funduq pudo igualmente haber proporcionado
material sobre la deposición de Khusraw Malik por Shihāb
al-Dīn
Muhammad Ghūrī
y
la finalización de la dinastía en 582/1186.
El
mismo Ibn al-Athīr
era
plenamente consciente de las desventajas bajo las que trabajaba aquí.
Su cronología de los acontecimientos en la guerra ghurí-ghaznawí
es insegura y sus relatos son repetitivos, y confiesa después de su
narración del saqueo de ‛Alā’
al-Dīn
Husayn
(recontado
en el año 547/1152-3, después de que ya se hubiera dado un relato
en 544/1149-50) que “La
historia de los Ghūríes
ya había sido dada bajo el año 543 [leer
544]
y no es preocupante ese desacuerdo sobre ciertos asuntos con el
relato dado ahora aquí; pero nos hemos enterado de todo esto de boca
en boca o lo hemos leído en sus libros, y a causa de ello, hemos
establecido ambas versiones”.
Continúa completado esta entrada al volver a contar la captura final
de Khusraw Malik a manos de Shihāb
al-Dīn
Muhammad,
sobre
la autoridad de “un cierto digno erudito [o “ciertos meritorios
eruditos”] de Khurasan”, ba‛d
fudalā’
Khurāsān,
posiblemente el supuesto continuador de Ibn Funduq, al tiempo que
observa pedazos divergentes de información de esos sucesos.
Jūzjānī
era un historiador local del norte de Afganistán -como implica su
nisba,
su familia era natural de Guzgan, la región montañosa que se situá
entre el alto Heri rud y Balkh -y realmente había nacido en el
palacio real de los ghūríes
en su capital de Fīrūzkūh
en Ghūr.
Emigró en 324/1227 hasta Uch en India y luego a Delhi, escribiendo
allí su Tabaqāt-i
Nāsir-i
en 658-9/1259-60 y constituyendo así
la historia dinástica de los Ghūríes
y sus sucesores los comandantes esclavos turcos en la India. Por lo
que, cuando estaba tratando con el declive de los ghaznawíes, estaba
escribiendo sobre acontecimientos con una lejanía aproximadamente de
un siglo, y aunque proclamaba que descendía de la casa real ghaznawí
a través del matrimonio de una hija del sultán Ibrāhīm
b. Mas‛ūd con uno de sus antepasados, inevitablemente escribía
desde el punto de vista de los vencedores ghūríes.
Para
citar un o dos ejemplos, Jūzjānī
disimula la traidora conducta de Ghiyāth
al-Dīn
Muhammad Ghūrī
hacia
Khusraw Malik, y sugiere una cierta justificación
para la sustitución ghūrí
de los restos ghaznawíes en el Punjab en el que se
dice que Khusraw Malik
había sido adicto a los placeres y las celebraciones, permitiendo
así tanto a la soldadesca turca como a las clases de oficiales
indígenas indopersas, tomar la esencia del poder.
La
hostilidad ghaznawí-ghūrí
venía
de la expansión de la línea Shansabānī
de
jefes menores en Ghūr
a una posición de primacía dentro de la región. Luego siguió allí
su dinámica efusión en las tierras de más alta cultura y de
recursos económicos superiores al oeste de Ghūr,
donde chocaron primero con los saljuqíes y luego con los
Khwārizm-Shāhs,
y también su expansión hacia el sureste, donde emergieron contra
los ghaznawíes. Tanto Ghur como la misma Ghazna habían caído en
las primeras décadas del siglo VI/XII más y más dentro de la
esfera de influencia del sultán
saljuqí Sanjar, pero Bahrām
Shāh
de Ghazna, no obstante, se esforzó por reforzar la tradicional
soberanía de su casa sobre
el montañoso país de Ghūr.
Supuestamente
había envenenado al jefe ghūrí
Qutb
al-Dīn
Muhammad b. Husayn
de Warshād,
el auto proclamado Malik
al-Jabal
“Rey de las montañas”, en la corte de Ghazna, aunque era el
propio yerno del sultán; no obstante, Ibn al-Athīr
y autores que le siguen como Firishta, dicen que se creía que Qutb
al-Dīn
Muhammad y su hermano Sayf
al-Dīn
Sūrī
de
Istiya
solo habían venido a Ghazna para reconocer la posición para un
futuro ataque sobe la ciudad.
Sea
como fuere, la familia Ghūrí
naturalmente estaba ansiosa de venganza contra Bahrām
Shāh,
y
Sayf al-Dīn
Sūrī,
que había escapado de regreso a Ghūr,
reunió un ejército de caballería e infantería (ya que los
montañeses ghūríes
eran ellos mismos predominantemente soldados de infantería, esto
puede implicar que los Shansabāníes
ya estaban comenzando a reclutar o adquirir caballería mercenaria
libre o mamlūks
turcos con el fin de avanzar en sus objetivos expansionistas). Con
sus hermanos menores Bahā’
al-Dīn
Sām
de Sanga
y ‛Alā’
al-Dīn
Husayn
de Wajīristān,
marcharon entonces sobre Ghazna. La ciudad cayó para ellos en Jumādā
I de 543/septiembre-octubre de 1148, el primer éxito importante de
las armas ghūríes.
Bahram Shāh,
mientras tanto, había huido a las fronteras indoafganas, a un lugar
llamado por Ibn al-Athīr
como un lugar entre Ghazna y la India, habitado por afganos (esto es,
Pathans) y llamado K.r.mān
(leer Kurramān
= Kurram, en la región de la frontera Noroeste del moderno
Pakistán?).
Tenemos
un detallado relato de los siguientes acontecimientos en Jūzjānī,
que puede suplementarse mediante una concisa noticia en Ibn al-Athīr
y más importante, por detalles recogidos de los la larga qasīda,
que ascendía a 94 versos, que Sayyid Hasan dedicó a Bahrām
Shāh
en felicitación por su victoria sobre los ghūríes;
estos detalles han sido deducidos y aclarados por Gulam
Mustafa Khan
en su monografía Una
historia de Bahrām
Shāh
de Ghaznīn.
Sayf
al-Dīn
Sūrī
se hizo cargo
del poder en Ghazna, asumiendo el título de sultán y designando a
su hermano Bahā’
al-Dīn
Sām
como
gobernante de regreso a Ghūr.
Otros hermanos menores ghuríes fueron enviados de vuelta a casa,
como lo fue la mayoría de las tropas ghūríes
cuando se acercaba el invierno de 43/1148-9, y Sayf al-Dīn
Sūrī
conservó a su lado solamente un pequeño cuerpo de partidarios,
dependiendo sustancialmente de los oficiales locales y las tropas de
guarnición dejadas
atrás en Ghazna cuando Bahrām
Shāh
huyó ignominiosamente. Un sayyid
local, un tal Majd
al-Dīn
Mūsāwī
(Ibn al- Athir, “al-Māhiyānī”)
parece haber dirigido a los
elementos colaboracionistas y haber actuado como el visir de Sūrī,
un honor por el que más tarde lo pagaría muy caro. No obstante,
Sūrī
había juzgado mal el temperamento de los oficiales y las clases
militares en Ghazna, justo como el usurpador Toghrïl
había hecho un siglo antes. Bahrām
Shāh
había estado reuniendo un ejército desde el Punjab, bajo el mando
del gobernador de la India ghaznawí, el Sālār
‛Alī
b. Husayn b. Ibrāhīm
‛Alawī
(de
acuerdo con Ibn al-Athīr,
“el Sālār
al-Hasan b. Ibrāhīm
al-‛Alawī).
Bahrām
Shāh
recibió la información de un apoyo incierto de Sūrī,
y tomando ventaja de las profundas nieves que cortaban la posibilidad
de refuerzos para Sūrī
desde Ghūr,
marchó de vuelta a Ghazna vía Kabul. Sūrī
y su pequeña banda de partidarios huyeron hacia Ghūr,
pero fueron alcanzados por las tropas ghaznawíes en un lugar llamado
Sang-i Sūrākh
(“La Piedra Perforada”), en
el curso alto del Helmand, y tanto Sūrī
como Majd al-Dīn
Mūsāwī
fueron
capturados después de una batalla. De acuerdo
con el poema de Sayyid Hasan, versos 70-3, Bahrām
estaba en el centro del ejército ghaznawí y sus hijos Samā’
al-Dawla Mas‛ūd
y Mu‛izz
al-Dawla Khusraw Shāh,
y Mu‛īn
al-Dawla Shāhanshāh
mandaban cada uno contingentes; el poeta también fija la batalla
exactamente como 2 de Muharram de 44/ 12 de mayo de 1149 (cronograma
en el verso 68), Sūrī
y Mūsāwī,
fueron llevados de vuelta a Ghazna, desfilaron entre las calles sobre
vacas o asnos, deshonrados de otras diversas maneras y luego
crucificados en el Pul-i Yak Taq que es “el Puente de un Arco”;
de acuerdo con el segundo relato de Ibn al-Athīr
de estos sucesos, fueron los Álidas de Ghazna quienes se hicieron
cargo de la humillación de Sūrī.
La cabeza de Sūrī
fue después enviada por Bahrām
Shāh
al sultán sanjar en Ray, acontecimiento celebrado en un cuarteto
compuesto por el poeta de Sanjar Fakhr al-Dīn
Khālid
Harātī.
Fue
este episodio de la deshonra y muerte de Sayf al-Dīn
Sūrī
lo que provocó directamente la expedición punitiva contra Ghazna de
‛Alā’
al-Dīn
Husayn, campaña que asestó a Ghazna un golpe mortal como capital
imperial y como sede de la cultura para el mundo islámico oriental.
Hay
una considerable confusión en las fuentes
sobre la fecha de la expedición de ‛Alā’
al-Dīn
Husayn, e incluso el nombre del gobernante con el que combatió.
Jūzjānī
afirma claramente, y debe ser correcto aquí, que la lucha fue entre
‛Alā’
al-Dīn
Husayn y Bahrām
Shāh,
y algunos versos colocados por él en boca del victorioso ghūrí
explícitamente presumen de que
“Cuando,
por odio a mí, Bahrām
Shāh,
curvó
su arco, yo arranqué con mi lanza el carcaj de su cinturón”
Desafortunadamente,
Jūzjānī
es vago sobre los datos aquí. Ibn al-Athīr
da su relato en el conjunto de las relaciones ghūríes-ghaznawés
bajo el año 547/1152-3, y coloca la expedición de ‛Alā’
al-Dīn
Husayn en
550/1155, en los años que abren el reinado de Khusraw Shāh.
Como
se verá más tarde, esto puede relacionarse con un ataque posterior
contra Ghazna por este mismo gobernante ghūri
en la época de Khusraw Shāh
(a saber, entre 547/1152 y 555/1160), confundido por Ibn al-Athīr
o su fuente con la catástrofe que había sucedido antes a Ghazna.
Los variados relatos de las fuentes posteriores, con sus muchas
confusiones fueron puestas por Raverty en sus notas, observando que
“de todas las personas mencionadas en la historia oriental, la
mayor discrepancia tiene lugar con respecto a ‛Alā’
al-Dīn,
nombre y actos de Jahān-soz,
probablemente, que con respecto a cualquier otro hombre. La
conclusión de Raverty, después de considerar cinco separados y
diferentes relatos, era que la expedición
de ‛Alā’
al-Dīn
debe colocarse a finales de 544/1150 o a comienzos de 545/1150,
aunque solamente sobre el terreno de que sería
improbable que el
gobernante ghurí hubiera
esperado varios años antes de vengar a sus hermanos, y que la
expedición a Ghazna encaja con su posterior ataque sobre la posición
saljuqí en Herat, cuando fue derrotado por Sanjar
y encarcelado durante los siguientes dos años. El razonamiento de
Raverty era bueno, excepto que el colocó este último suceso
demasiado pronto en el tiempo, a saber,
en el año 545/1150-1. Gulam Mustafa Khan sigue este análisis en
conjunto, colocando el ataque sobre Ghazna en 545/1150, pero
señalando que tenemos una fecha firme para el ataque de ‛Alā’
al-Dīn
Husayn sobre Herat y derrota en Nāb,
547/1152, fecha dada por Nizāmī
‛Arudi
Samarqandī,
que estuvo él mismo con las fuerzas ghūríes
en
esa batalla.
El
curso real de los acontecimientos en el conflicto entre ‛Alā’
al-Dīn
Husayn y Bahrām
Shāh
es ofrecido en gran detalle por Jūzjānī,
interesado como era por magnificar las hazañas de la dinastía en
cuyo ambiente se había criado. El líder ghūrí
asumió el mando de una expedición preparada en Ghūr
por su hermano Bahā’
al-Dīn
Sām,
que
murió en esta conyuntura, y se dirigió hacia el sur a Zamīn-Dāwar,
presumiblemente intentando marchar desde allí por el valle de Tarnak
(la ruta de la moderna autopista Kabul-Ghazni-Kandahar) hasta Ghazna.
Bahrām
Shāh
se dirigió al sur también para interceptar a ‛Alā’
al-Dīn
Husayn con un ejército que incluía numerosos jinetes y una fuerza
de elefantes (calculada en 200 por Daulat Shāh),
y sobre la evidencia de una línea de verso dice haber sido
desconcertada por el líder ghūrí,
con contingentes de los príncipes indios vasallos de los ghaznawíes:
“El
apoyo de mi enemigo, aunque
ellos eran todos Rā’īs
y Rānās,
Yo reduje a átomos con mi maza las cabezas de esos Rā’īs
y Rānās.”
Los
ejércitos se encontraron cerca de Tigīnābād.
Contra
los elefantes y caballería ghaznawí, la infantería de ‛Alā’
al-Dīn
Husayn Ghūrī
empleó
la táctica de la karwah,
un marco de becerro de piel relleno de algodón, que podía ser
concentrada
en una línea de batalla como un muro, permitiendo protección contra
una carga del enemigo o flechas enemigas. Los dos campeones
(pahlavānān)
del ejército ghūrí,
el
Kharmīl
Sām-i
Husayn
y el Kharmīl
Sām-i
Banjī,
dirigieron
el ataque sobre los elefantes ghaznawíes,
poniéndose debajo de ellos y desgarrando
los vientres blandos, no protegidos por su armadura. El hijo de
Bahrām
Shāh,
Jalāl
al-Dawla Abū
l-Fath Daulat Shāh
-que también es conocido como el mandūh
de Sayyid Hasan- fue atraído con su destacamento de caballería y un
elefante, en una posición
envolvente como en Cannas y toda la fuerza fue eliminada. El ejército
de Bahrām
Shāh
se desmoronó después de esto. Se unieron para luchar en una
fuente termal, Jūsh-i
Āb-i
Garm, cerca de Tigīnābād,
pero
fue derrotado, y se retiró en desorden a Ghazna. Bahrām
Shāh
se detuvo para luchar en las afueras de Ghazna misma, habiendo
reclutado refuerzos
de la guarnición de la ciudad y un cuerpo de infantería, pero fue
derrotado una tercera vez, y huyó desesperado hacia la India.
El
aterrador saqueo de siete días de Ghazna, que dio a ‛Alā’
al-Dīn Husayn el apodo de “el Quemador del Mundo”,
Jahān-sūz,
se produjo ahora. La escala exacta de las masacres de hombres que lo
acompañaron, con esclavización de mujeres y niños, no pueden
determinarse con facilidad a partir de la hipérbole de las fuentes,
pero Jūzjānī, que no tenia motivo para exagerar el horror del
gobernante ghūrí, declara que “En estos siete días, hubo rapiña,
saqueo, matanza, y comportamiento autoritario, y una anécdota
proporcionada por Fakhr-i Mudabbir en relación con el suceso da el
número de muertos en torno a 60.000. Todas las tumbas de los
sultanes ghaznawíes, con las excepciones de Mahmūd, Mas‛ūd e
Ibrāhīm, fueron allanadas y los restos exhumados y quemados. Los
cadáveres de los dos mártires ghūríes, Qutb al-Dīn Muhammad y
Sayf al-Dīn Sūrī, fueron extraídos de su mausoleo, el ejército
ghūrí observó siete días y noches de duelo, y los dos cadáveres
fueron llevados de vuelta en féretros a Ghūr para un funeral
ceremonial en el cementerio ancestral de la familia Shansabānī.
Muchas de las espléndidas construcciones, mezquitas, madrasas y
palacios erigidos por sucesivas generaciones de los Ghaznawíes y
adornados con el botín de la India deben haber sido destruidos
ahora, como, de hecho, algunos de los contenidos de las ricas
bibliotecas de Ghazna construidas en los tiempos de Mahmūd y Mas‛ūd,
cuando fueron traídas a la capital colecciones desde Khurasan,
Khwārizm y Jibāl, a veces acompañadas por los eruditos que las
habían acumulado. Así, fue en el curso de estas orgías vandálicas
cuando se perdió la biblioteca del filósofo y físico Ibn Sīnā,
traída desde Isfahān en 425/1034 cuando la ciudad había sido
capturada de manso del kākūyí ‛Alā’ al-Dawla Muhammad
b.Dushmanziyār.
Aquellos
en Ghazna que habían estado de algún modo relacionados con las
muertes de los dos príncipes ghuríes fueron especialmente señalados
por la venganza. Las chicas cantoras que habían compuesto versos
satíricos en la época de la humillación pública de Sayf al-Dīn
Sūrī fueron encerradas en un hammān o baño y
ahogadas. Los Álidas que habían tomado la delantera en matar a Sūrī
y su visir Mūsawī fueron, de acuerdo con el relato de Ibn al-Athīr,
despeñados desde las cimas de montaña, y el lugar donde Sūrī y
Mūsawī habían sido ahorcados fue arrasado. Grandes cantidades de
ciudadanos de Ghazna (de acuerdo con Jūzjānī, no obstante, solo
los culpables Álidas) fueron deportados a Firūzkūh y utilizados
como trabajo forzado para construir la ciudadela allí; Jūzjānī
afirma que estos desafortunados fueron obligados a llevar sacos de
tierra desde Ghazna a sus espaldas y luego fueron asesinados en
Firūzkūh y la tierra mezclada con su sangre como mortero para las
torres. El mismo autor también cita varias versos triunfantes y de
regodeo supuestamente improvisados por ‛Alā’ al-Dīn Husayn
sobre su victoria, pero, sin duda, en realidad compuestos por uno de
sus panegiristas, como mucho contemporáneos con estos
acontecimientos.
El
prestigio de ‛Alā’ al-Dīn Husayn estaba ahora alto, y sintió
que sus hazañas lo habían levantado por encima del nivel de un
jefecillo, un simple “rey de las montañas”, procedente de una de
las regiones más oscuras del este islámico, y siguiendo el ejemplo
saljuqí, asumió ahora el título de as-Sultān
al-Mu‛azzam e insignias
de soberanía tales como el chatr o parasol ceremonial. No se
sabe qué planes había ahora en la mente del líder ghūrí en este
punto. Al parecer no nombró como gobernante en Ghazna a un miembro
de la familia Shansabānī, aunque el patrón de autoridad
descentralizada en los dominios ghūríes, con la capital quedando en
Firūzkūh, pero con ramas subordinadas gobernando en Bamiyan y
Ghazna, más tarde se convirtió en la norma para la dinastía. Según
una anécdota de Fakhr-i Mudabbir, ‛Alā’ al-Dīn Husayn dejó
atrás en Ghazna un tiránico gobernador militar, llamado Amīr Khan
(posiblemente un comandante turco al servicio ghūrí) de cuya
tiranía fue liberada la población superviviente por la intervención
espiritual de un santo local, el Khwāja Imām
Qudwat al-Auliyā’ Shams al-‛Ārifīn
Abū l-Mu’ayyad. ‛Alā’ al-Dīn
pudo haber temido una súbita revancha por parte de Bahrām Shāh,
tal como este último había hecho contra su hermano Sayf al-Dīn
Sūrī, o posiblemente, el temor de un ataque desde el oeste por el
saljuqí Sanjar, protector original y soberano de Bahrām Shāh, de
ahí su vuelta al corazón de Ghūr.
Esta
marcha de vuelta fue realizada vía Zamīn-Dāwar y Bust, y estas
regiones fueron también devastadas. En particular, el sultán ghūrí
destruyó los palacios y construcciones públicas de los ghaznawíes
en Bust; puede ser que estos estragos marcaran el abandono final del
complejo de palacios ghaznawíes en Lashkar-i Bāzār cerca de Bust.
No obstante, Bust no fue sometido a tal salvajismo como había
ocurrido en Ghazna, evidentemente floreció durante el siglo
siguiente, sobre los indicios de tumbas cuidadosamente labradas que
sobrevivieron en un ziyāra o mausoleo allí,
que datan desde 55x/1155-66 en adelante y relacionan a tales
importantes dignatarios sunníes tales como los que llevan los
títulos de Sadr, Sadr al-Dīn y Muftī ash-Sharq wa-l-Gharb, y un
sayyid Husayní, el Naqīb an-Nuqabā’ o cabeza de los álidas en
Bust.
Bahrām
Shāh permaneció en la India durante al menos un año después de su
huida en miserables circunstancias desde Ghazna, no atreviéndose a
regresar. Mientras, ‛Alā’ al-Dīn Husayn, había decidido
asestar un golpe inmediato a Sanjar, su señor nominal pero, como
acabamos de ver, receptor desde Bahrām Shāh de la cabeza de Sayf
al-Dīn Surī, hermano de ‛Alā’ al-Dīn Husayn. Detuvo el pago
de tributo a Sanjar, y tomando ventaja de la traición de un antiguo
oficial saljuqí, ‛Alī Chatrī, avanzó contra Herat. No
obstante, fue decisivamente derrotado en Nab en el valle del Heri Rud
y mantenido prisionero por el sultán saljuqí durante dos años
hasta que el gran rescate pedido fue pagado. Esta derrota del ghūrí
tuvo lugar, como se ha destacado más arriba, a partir de la
información de Nizāmī ‛Arūdī, en 547/1152. Posiblemente, fue
solamente en este año, cuando tuvo conocimiento del desconcierto y
cautividad de ‘Alā’ al-Dīn Husayn, que Bahrām Shāh se
aventuró a regresar desde la India; posiblemente tuvo que expulsar
al gobernador o representante de los ghūríes de Ghazna, aunque no
poseemos información sobre esto. Un ghazal de Sayyid Hasan
parece referirse al retorno de su patrón después de una ausencia de
almenos un año y también a la libertad de este último ahora del
temor y la ansiedad que le había oprimido.
La
fecha de la muerte de Bahrām Shāh no está clara. Podemos descartar
esas fuentes tardías, tales como Hamdallāh Mustaufī, que la coloca
tan pronto como 544/1149-50, pues ya hemos visto que no regresó a su
capital hasta 547/1152. Ibn al-Athīr sitúa su muerte en Rajab de
548/septiembre-octubre de 1153 después de un reinado de 36 años
lunares. Algunas fuentes la colocan en 547/1152-3, posiblemente hacia
el fin de ese año. La información de Jūzjānī es de una
naturaleza indirecta. No proporciona una fecha categórica, pero
declara que murió después de un reinado de 41 años lunares. Ya que
la fecha de la derrota a manos de Bahrām Shāh de su hermano y
predecesor Arslan Shāh b. Mas‛ūd b. Ibrāhīm está fijada de
modo bastante definitivo como el invierno de 511/1117-18, con la
ejecución de Arslan Shah tras encarcelamiento en Jumada II de
512/septiembre-octubre de 1118, esto significaría que Bahrām Shāh
murió en 552/1157. Esta es, de hecho, la fecha finalmente adoptada
en su monografía sobre Bahrām Shāh por Gulam Mustafa Khan, que
coloca el momento de su muerte más precisamente en los primeros
meses de ese año, ya que sabemos que fue en los meses de verano, que
es la mitad de 552/1157, cuando ‘Alā’ al-Dīn Husayn atacó otra
vez Ghazna y al recién sucedido sultán Khusraw Shāh. Cualquiera
que sea la fecha exacta de la muerte de Bahrām Shāh, su reinado fue
claramente el segundo más largo de cualquier miembro de la dinastía
ghaznawí.
Bahrām
Shāh tuvo varios hijos, de acuerdo con los manuscritos de Jūzjānī
utilizados por Raverty (y de acuerdo con notas marginales en uno de
los manuscritos utilizados por Habībī), ascendiendo a nueve en
número, de los cuales Khusraw Shāh era posiblemente el mayor
superviviente después de la muerte en batalla de Jalāl al-Dawla
Daulat Shāh; se desconoce el destino posterior de los otros hermanos
después de la ascensión de Khusraw Shāh. Al tomar nota de la
muerte de Bahrām Shāh, las fuentes a menudo se fijan, se manera
convencional, en su amor por aprender, su cultivo del ulema y su
liberalidad para poetas y hombres de letras, y es cierto, hemos
visto, que un una deslumbrante variedad de eruditos y escritores
abarrotaban su corte. Sin embargo, tomando un punto de vista más
general, y colocando el reinado de Bahrām Shāh en la perspectiva
histórica del declive y caída del imperio ghaznawí, es difícil no
coincidir con la opinión de Spuler: “No cabe duda de que por
sus traidores asesinatos y la cobardía personal con la que abandonó
a sus súbditos en un momento de crisis, Bahrām Shāh contribuyó,
de un modo completamente personal, a la desintegración del imperio
de sus antepasados, que ya no se pudo controlar”.
b)
Khusraw Shāh y la retirada a la India
Como
Raverty destaca, existen grandes discrepancias en las fuentes, no
solamente en lo que se refiere a la fecha de la muerte de Bahrām
Shāh, sino también en lo que se refiere a los reinados de sus dos
sucesores Khusraw Shāh y Khusraw Malik; los diversos relatos de los
historiadores persas post-Jūzjānī e indomusulmanes están
resumidas por él en las notas a su traducción del Tabaqāt-i
Nāsirī. Algunas de estas
autoridades (por ejemplo, Yāfi‛ī en su Mir’at al-jinān,
Baidāwī en su Nizām at-tawārīkh, Hamdallāh Mustaufī en
su Ta’rikh-i guzīda, Fasih al-Dīn Khwāfi en su Mujmal-i
Fasīhī y Fakh al-Dīn Banākatī en su Raudat ūlī l-albāb)
llevan a la dinastía ghaznawí a su fin con Khusraw Shāh, bien
confundiendo a los Khusraws y combinando en una sola persona o quizá
considerando a Khusraw Malik como un soberano indio local en el
Punjab no digno de ser incluido con los sultanes precedentes que
habían reinado sobre un todavía extenso imperio en Afganistán así
como en la India. Los mejor informados de los historiadores tardíos,
como Mirkhwānd en su Raudat as-safā’, hacen, no obstante,
lleva la historia de la caída de los ghaznawíes a la deposición de
Khusraw Malik. Los que sería una evidencia mucho más firme para la
cronología de estos reinados, a saber, al evidencia numismática,
desafortunadamente es escasa y, cuando existe, a menudo defectiva y
crítica; ninguna de las monedas conservadas bien de Khusraw Shāh o
bien de Khusraw Malik hasta el presente escritor parecen llevar datos
o lugares de acuñación.
Khusraw
Shāh probablemente sucedió a su padre Bahrām Shāh, en
consecuencia, a principios de 552/1157, a la edad de 37 años
lunares, si la fecha para su nacimiento de 515/1121 dada en el
Mujmal-i Fasīhī y el Jannat al-firdaus del autor del
siglo XII/XVIII Mīrzā Muhammad es correcta; Jūzjānī
explícitamente da 552/1157 como su fecha de ascensión. El laqab
por el que es conocido más frecuentemente en las crónicas, en
monedas y en los panegíricos dedicados a él por Sayyid hasan, es
Mu‛izz al-Dawla, aunque sobre la evidencia de
un hemistiquio de este último poeta, refiriéndose a Khusraw Shāh
como Khusraw Bahā’-i Daulat u Dīn
Shāh ibn-i Hasan, también puede haber tenido el
título honorífico de Bahā’ al-Dawla. Mu‛izz
al-Dawla, junto con la designación dinástica estandar de as-Sultān
al-A‛zam, es, no obstante, el único laqab
atribuido a Khusraw Shāh en sus pocas monedas conservadas; ciertos
de sus dirhams reconocen a Sanjar como el soberano del
gobernante ghaznawí, pero otros omiten esto (Sanjar murió en Rabī
I de 552/mayo de 1157, pero las noticias de su muerte en Khurasan
probablemente tardaron un tiempo en alcanzar Ghazna). La atribución
de Khusraw Shāh en el texto de Habībī del Tabaqāt-i
Nāsirī del título Yamīn al-Dawla
wa-l-Dīn (realmente el de su padre Bahrām Shāh ) y, en los
manuscritos usados por Raverty para su traducción, el de Mu‛īn
al-Dawla wa-l-Dīn (leído, más bien Mu‛izz al-Dawla wa-l-Dīn,
ya que en las listas de nombres de los hijos de Bahrām Shāh, este
laqab de Mu‛īn al-Dawla es dado a otro hijo, Shāhanshāh)
y Tāj al-Dawla (el laqab del propio hijo de Khusraw
Shāh, Khusraw Malik) no son confirmadas en otras fuentes y
obviamente son el resultado de una confusión de personas por Jūzjānī
o quizás por copistas tardíos.
Al
tratar de elucidar el curso de los sucesos en los reinados de Khusraw
Shāh y Khusraw Malik, entramos en un reino de profunda confusión.
Parece bastante bien establecido que Khusraw Shāh tuvo que
enfrentarse a un nuevo ataque sobre Ghazna por parte de ‛Alā’
al-Dīn Husayn, ahora liberado de cautividad entre los saljuqíes, en
el verano del mismo año de su ascensión, a saber, 552/1157. Sin
duda fue esta reaparición de los ataques ghūríes, que creó
incertidumbre en las mentes de los cronistas posteriores en cuanto a
si Ghazna había sido saqueada durante el reinado de Bahrām Shāh o
de Khusraw Shāh. Dos fuentes separadas apuntan a la historicidad de
este nuevo ataque. Jūzjānī insinúa que ‛Alā’ al-Dīn Husayn
envió un ultimatum a Khusraw Shāh pidiendo la cesión de
Zamīn-Dāwar, Bust y la
totalidad del Jurūm (a saber, el garmsīr
de Afganistan suroriental, así llamada en contraste con el sardsir
más al norte o la fría región de Zabulistān, Ghazna
y Kabul) a su sobrino Shams al-Dīn, más tarde Ghiyāt
al-Dīn, Muhammad b. Bahā’ al-Dīn Sām. Cuando Khusraw
Shāh rechazó naturalmente a esta imprudente demanda, ‛Alā’
al-Dīn supuestamente improvisó un cuarteto poético en el que se
refería a la anterior guerra con Bahrām Shāh sobre la posesión de
Tigīnābād. Una de las anécdotas de Fakhr-i Mudabbir se refiere a
una batalla cerca de Tigīnābād entre ‛Alā’ al-Dīn Husayn y
Khusraw Shāh, en la que el ejército ghaznawí fue derrotado, aunque
el gobernante ghūrí después regresó personalmente a Ghūr; esta
batalla es descrita teniendo lugar durante los meses de verano.
‛Alā’
al-Dīn Husayn mismo puede haber regresado a Ghūr, pero la región
de Zamīn-Dāwar y Bust deben haber pasado permanentemente a control
ghūrí, aislando aún más a Khusraw Shāh en Ghazna y privándole
de los recursos financieros y económicos del fértil y poblado
garmsīr; con la captura de Sanjar por los Oghuz y la
muerte del sultán saljuqí poco después, los ghaznawíes habían
perdido por supuesto su única posibilidad de ayuda o asistencia en
la forma de un ataque de distracción sobre los dominios ghūríes
desde el oeste. ‛Alā’ al-Dīn Husayn murió en Rabī’ II de
556/abril de 1161, y fue sucedido en Firūzkūh por su hijo Sayf
al-Dīn Muhammad; de acuerdo con Jūzjānī, el recientemente
conquistado garmsīr cayó bajo el gobierno de Shihāb
al-Dīn, más tarde Mu‛izz al-Dīn, Muhammad b. Bahā’
al-Dīn Sām.
Si
Khusraw Shāh se retiró a sus posesiones indias en el Punjab cuando
su posición en Ghazna fue amenazada por la aparición de ‛Alā’
al-Dīn Husayn en Zamīn-Dāwar no queda claro, aunque algunas
fuentes insinúan esto. No habría habido una razón inmediata y
urgente para una huida precipitada a menos que Ghazna misma estuviera
amenazada, pero naturalmente deben haber venido pensamientos de
retirada a la India a un sultán ghaznawí, ante una situación que
empeoraba en el Afganistán oriental. Lahore y el Punjab prometían
refugio en tiempos de tensión –Mas‛ūd b. Mahmūd, deprimido por
su derrota a manos de los saljuqíes se había puesto en camino hacia
allá en 432/1040 cuando sus tropas se amotinaron y proclamaron a su
hermano Muhammad como sultán, y Bahrām Shāh había huido al Punjab
de ‛Alā’ al-Dīn. A la inversa, los ricos recursos de la India,
tanto en mano de obra como en tesoros, la había hecho, a menudo, el
trampolín para revanchas para restablecer el control sobre Ghazna y
el Afganistán oriental, por ejemplo en la época de la usurpación
de Toghrïl en 443/1051-2.
El
consenso de las autoridades colocan la muerte de Khusraw Shāh en
555/1160, con Ibn al-Athīr dando el mes, Rajab de 555/julio de 1160;
Jūzjānī no da fecha par asu muerte, pero declara que gobernó
durante siete años después de su ascensión en 552/1157, esto es,
en su cuenta no habría muerto hasta 559/1164. Ibn al-Athīr pasa el
convencional juicio sobre Khusraw Shāh, de que él era justo y
equitativo con sus súbditos, cultivando al ulema y escuchando su
consejo; Jūzjānī por otra parte comenta que era débil y sin
autoridad, y así incapaz de retener su control sobre sus
territorios, y afirma que dejó atrás tres hijos, Mahmūd, Khusraw
Malik y Kai Khusraw.
c)
El reinado de Khusraw Malik y el fin de la dinastía
Llegamos
así al reinado del último de los sultanes ghaznawíes, Khusraw
Malik b. Khusraw Shāh (555-82/1160-1186). De acuerdo con
Jūzjānī de nuevo, tenía el título honorífico de Tāj
al-Dawla [wa-l-Dīn] que es confirmado por el hemistiquio de un
oda que le dedicó el poeta ar-Ra’īs Muhammad b. Rashīd, que
habla de “El preeminente en medio de la lista de monarcas, Tāj
al-Dīn Khusraw Malik”. Poseía en segundo lugar el título
honorífico de Sirāj al-Dawla wa-l-Dīn,
y este fue utilizado al dirigirse a él por más de un poeta del
círculo de la corte de Lahore en versos que han llegado a nosotros,
por ejemplo, en un verso de Fakh as-Shu‛arā’ Muhammad b. ‛Alī,
llamado Sirājī, quien posiblemente derivaba su takhallus de
su estrecha relación con el sultán. En tercer lugar, una moneda
descubierta por Raverty pero por lo demás desconocida, acuñada en
Lahore y que data del primer año de su reinado 555/1160, le
atribuye, de acuerdo con Raverty, el laqab de Zahīr
al-Dawla wa-l-Dīn. Finalmente Jūzjānī le
aplica además el título de Sultān-i Halīm, “el
Sabio y benigno sultán”, por el que fue probablemente conocido en
lenguaje corriente, justo como su tatarabuelo Ibrāhīm había sido
conocido como Sultān-i Radī. Son los dos títulos
honoríficos mencionados aquí primero, a saber, los de Tāj al-Dawla
y Sirāj al-Dawla, los que aparecen en monedas de Khusraw Malik en
las colecciones del Museo Británico y Lahore, junto con la
designación de reinado de as-Sultān al-A‛zam; una
de las monedas también nos proporciona la kunya de Abū
l-Muzaffar.
Jūzjānī
registra que Khusraw Malik accedió al trono ghaznawí en Lahore,
implicando que el control de Ghazna por esa época se había perdido
de manos ghaznawíes. En vista de la gradual intrusión de los
ghūríes en la región de Zābulistān y su estrecho cerco final, no
es difícil discernir como la posición ghaznawí pudo haber llegado
a convertirse en insostenible bajo presión ghūrí. No obstante,
nuestros dos fuentes más antiguas aquí, Ibn al-Athīr y Jūzjānī,
están de acuerdo en que la transferencia de poder desde los
Ghaznawíes en Ghazna no fue debida directamente a los ghūríes sino
a una banda de aventureros militares Oghuz procedentes de Khurasan
que eran lo suficientemente fuertes como para mantenerse en Ghazna
durante unos 12 o 15 años. De acuerdo con Ibn al-Athīr, Khusraw
Malik (al que erróneamente llama Malik Shāh), se retiró a Lahore,
incapaz de resistir los ataques de los Oghuz bajo su líder el amīr
Zanjī b. ‛Alī b. Khalīfa
as-Shaibānī, y sitúa este acontecimiento
bajo el año 559/1164. Menciona además una breve reocupación de
Ghazna por Khusraw Malik en Jumādā II de 559/mayo de 1164, pero
esto no está confirmado en ninguna parte y puede haber sido
solamente temporal. Jūzjānī coloca la ocupación Oghuz de Ghazna
teniendo lugar durante el reinado de Khusraw Shāh, que sobre la base
de su implícita declaración de que Khusraw Shāh murió en 559/1164
y su explícita de que la ocupación Oghuz duró 12 años, encajaría
cronológicamente; pero no queda bien con la fecha más precisa y
creíble en Ibn al-Athīr para la muerte de Khusraw Shāh de Rajab de
555/julio de 1160. Sea cual sea el conjunto de fechas y cifras que
uno adopte, hay dificultades y contradicciones involucradas. Como
base de trabajo provisional, se hace aquí la asunción de que fue a
principios del reinado de Khusraw Malik, cuando los Oghuz tomaron
Ghazna; pero es realmente imposible hacer un juicio categórico.
La
aparición de los Oghuz inyecta un nuevo elemento en los asuntos del
Afganistán oriental durante varios años por llegar. En efecto, el
gran sultanato Saljuqí en el este se había colapsado con la
rebelión Oghuz en Khurasan y la posterior captura de Sanjar por
ellos durante los años 548-51/1153-6. Un antiguo y enérgico ghulām
turco de Sanjar, Mu’ayyid al-Dīn Ai Aba (m. 569/1174),
accedió al poder real en Khurasan y expulsó a las tribus Oghuz
fuera de las ciudades principales allí. Fue esta dispersión de los
turcomanos la que envió ciertas bandas de oghuz hacia el este y
llevaron a su establecimiento en Ghazna, más bien como Alptīgīn
había emigrado hacia el este dos siglos antes y se detuvo en Ghazna
en la periferia del mundo islámico. Se dice que los Oghuz en Ghazna
se habían comportado allí tiránicamente, “como era el caso en
cada país donde obtenían el control”, y desde Ghazna hicieron
incursiones hasta Tigīnābād.
La
duración de su ocupación de Ghazna está fijada por Ibn al-Athīr
en quince años y por Jūzjānī en 12. El control Oghuz de Ghazna
colocó un obstáculo considerable en el camino de la expansión
ghūrí hacia las llanuras de la India, pero no fue hasta 569/113-4
cuando los ghūríes consiguieron capturarla de ellos. En ese año
(siendo dada la fecha por Jūzjānī), el sultán Ghiyāth
al-Dīn Muhammad y su hermano Mu‛izz
al-Dīn Muhammad llegaron con una potente fuerza de
Ghūrís, Khalaj y Khurasaníes y atacaron la ciudad. Inicialmente
fueron rechazados por los terraplenes defensivos, los cuales los
Oghuz habían provocado que fueran lanzados, pero al final lograron
abrirse camino, capturar el estandarte oghuz y matar a un gran número
de turcomanos. Desde Ghazna, las tropas ghūríes siguieron tomando
dos lugares que Ibn al-Athīr da como K.r.mān (Kurram de nuevo ?) y
Sh.n.w.rān (un nombre que recuerda mucho a la actual tribu Shinwari
de afganos, cuyos territorios tribales se sitúan al suroeste del
paso de Khyber en dirección del valle del río Kurram), y en el año
siguiente de 570/1174-5, Mu‛izz al-Dīn Muhammad capturó Gardīz.
Ghiyāth al-Dīn Muhammad entonces nombró a su hermano sultán en
Ghazna bajo su suprema jefatura. Calculando hacia atrás desde
569/1173-4, y adoptando la cifra de Juzjani de una ocupación de doce
años por los Oghuz, llegamos a la fecha de 557/1162 para el comienzo
del gobierno oghuz en Ghazna, que es dos años después del comienzo
del reinado de Khusraw Malik; pero si adoptamos la fecha de 554/1159
nos coloca en el último año, más o menos, del reinado de Khusraw
Shāh.
La
mayor parte, sino todo, del reinado de Khusraw Malik se pasó, por lo
tanto, como sultán en el Punjab, y nos gustaría tener información
sobe su gobierno en Lahore, la estructura de la administración allí,
la extensión de la islamización entre la población del Punjab,
etc, cuestiones sobre las que las fuentes guardan silencio. Los
comentarios condenatorios de Jūzjānī de que, aunque benefactor,
Khusraw Malik era un adicto al placer, de manera que tanto la
soldadesca turca como las clases de oficiales indopersas en los
distritos periféricos eran capaces de disfrutar de un poder casi sin
restricciones, difícilmente puede ser ciertos de un monarca que
consiguió retener su trono, en medio de una situación amenazante y
que se deterioraba gradualmente para los ghaznawíes, durante unos 26
años, un respetable reinado en los estándares contemporáneos.
Además, la posición ghaznawí en el Punjab no podía ser mantenida
mediante un liderazgo puramente inactivo, pues todavía había una
fiera resistencia hindú en el norte de la India a los ejércitos
musulmanes a finales del siglo VI/XII. Fue solamente como resultado
de las victorias del ghūrí Mu‛izz al-Dīn Muhammad, y
especialmente, la segunda batalla de Tarāīn o Tarāorī cerca de
Karnal en 588/1192, la muerte del monarca Chauān o Chāhamāna
Prithvīrāja y la ocupación de
Delhi, cuando hubo un colapso general de la resistencia hindú que
llevó a la apertura de la llanura del Ganges para que los musulmanes
hicieran incursiones hacia el este hasta Bengala.
Fakhr-i
Mudabbir destaca la destreza tanto de Khusraw Shāh como de Khusraw
Malik como guerreros, y se refiere en particular a la extraordinaria
habilidad de Khusraw Malik como arquero y manejando el hacha de
guerra. Menciona la guerra continuada por él con los hindúes, y su
captura en batalla de un potentado hindú llamado Sukarwāl
(Sukrapāla?). Los poetas del círculo cortesano de Khusraw Malik se
refieren en sus elogios del sultán a sus conquistas; incluso
permitiendo la usual hipérbole poética, esto no puede haber estado
basado sobre una completa ausencia de guerra o actividad ghāzī
durante su reinado. Una inscripción encontrada cerca de Benares
del gobernante Gāhadavāla Jayachandra (cuya dinastía
gobernó en la llanura entre los ríos Ganges-Jumna después de los
Kalachuris desde el fin del siglo XI en adelante) se refiere al
rechazo de un ataque por parte de los musulmanes sobre el padre de
este Raja, Vijayachandra; Jayachandra sucedió a Vijayachandra
en algún momento antes de junio de 1170, y el agresor musulmán era
probablemente Khusraw Malik, ya que este debe preceder a las
incursiones de Mu‛izz al-Dīn Muhammad Ghūrī en la región del
Ganges-Jumna en al menos dos décadas. Tenemos noticia también a
partir de uno de los relatos de los cronistas de los conflictos entre
Mu‛izz al-Dīn Muhammad y Khusraw Malik en los últimos años del
reinado del sultán ghaznawí, de que Khusraw Malik había extendido
su autoridad durante el curso de su gobierno en la región montañosa
del Punjab septentrional, los márgenes de Cachemira, aliándose allí
con la tribu hindú de los Khokhars contra su soberano, el Raja de
Jammū. Por tanto, está claro, que hasta el fin de su dinastía,
Khusraw Malik continuó de manera tan penetrante como las tradiciones
ancestrales ghaznawíes de ghazw contra los no creyentes; el
que no sepamos más sobre su actividad probablemente surge del efecto
ensombrecedor de las victorias masivas de Mu‛izz al-Dīn Muhammad y
sus comandantes, al que Jūzjānī, por ejemplo, naturalmente dedica
mucho espacio en su historia.
Khusraw
Shāh y Khusraw Malik también emularon los ejemplos de sus ilustres
predecesores por sus papeles como patrones de un distinguido elenco
de poetas y eruditos, brevemente en Ghazna y luego más extensamente
en la corte de Lahore. Es probable que Lahore ya poseyera algunas
tradiciones culturales como centro para la erudición y la actividad
literaria islámicas, aunque estamos mal informados sobre esto,
aparte de nuestro conocimiento de aquellas partes de la carrera de
Mas‛ūd-i Sa‛d-i Salmān pasó en su nativo Punjab con patrones
que eran gobernadores o comandantes en la India para los ghaznawíes,
y del hecho de que Abū l-Faraj Rūnī era casi con seguridad nativo
de la región de Lahore.
El
traductor de Kalila
wa-Dimna, Abū
l-Ma‛ālī
Nasrallāh
o Nasr b.
Muhammad b. ‛Abd
al-Hamīd,
vástago de una distinguida familia de visires y oficiales para los
ghaznawíes, sirvieron a Khusraw Shāh
como cabeza de su Dīwān
por un breve periodo antes de caer víctima de de las calumnias
de sus enemigos y fue ejecutado por el sultán. ‛Aufī
cita procedente de una oda persa suya dedicada a Khusraw Shāh,
y también da un cuarteto que Nasrallah le dedicó desde la
prisión en un vano intento de salvar su vida.
La
dinámica de los poderosos sultanes ghūríes, expandiéndose hacia
el oeste en Khurasan contra los Khwārizm-Shāhs y los Qara Khitai, y
hacia el este hacia las llanuras de la India, estaba obligada a
encontrar al estado ghaznawí superviviente en el Punjab un obstáculo
que tenía que ser eliminado a la larga. El Afganistán oriental
estaba asegurado por los ghūríes mediante la expulsión de los
Oghuz de Ghazna en 569/1172-3. El nuevo gobernante allí, Mu‛izz
al-Dīn Muhammad, fue capaz entonces de utilizar las ciudades en su
papel histórico como trampolín incursiones hacia el valle del Indo
y más allá. Pero la continua posesión ghaznawí del Punjab,
incluyendo Peshawar y el curso inferior del valle del río Kabul,
llevó al sultán ghūrí a dirigir su primera expedición a través
del Paso de Gomal y a través de lo que iba a ser en tiempos
posteriores el país de los Mahsud Pathans hasta el Indo en
Dera Ismail Khan. En 574/1178, Mu‛izz al-Dīn Muhammad tomó un
ejército vía Multān y Ucch -que él había arrebatado a sus
gobernantes Qarmatīes locales, a saber, Isma‛īlīes Shī‛īes,
en 571/1175-6- pero luego fue lo bastante imprudente como para cruzar
el desierto de Thar hasta Mārwār y hacia Gujarāt; en Kasahrada, a
los pies del monte Ābū en la coordillera Aravalli meridional, su
exhausto y famélico ejército fue sonoramente batido por Mūlarājā
II, el gobernante Chaulukya de Nahrawāla en Gujarāt.
El
desastroso resultado de esta expedición para los musulmanes ahora
concentró la atención de Mu‛izz al-Dīn Muhammad en el Punjab
ghaznawí. Parece haber hecho al menos dos ataques contra Lahore
antes de lograr poner fin allí al gobierno ghaznawí. De acuerdo con
el relato de Ibn al-Athīr, las fuerzas ghūríes habían intentado
presionar hacia el país montañoso indoafgano, bajando hacia el Indo
inmediatamente después de su captura en Ghazna de los Oghuz, pero
habían sido disuadidos al traer Khusraw Malik un ejército a los
cruces del Indo. En 575/1179-80, no obstante, Mu‛izz al-Dīn
Muhammad capturó Peshawar, y dos años más tade, en 577/1181-2,
hizo un primer ataque hacia Lahore. Khusraw Malik envió una embajada
de conciliación, dirigida por uno de sus hijos y con el regalo de un
bello elefante, y Mu‛izz al-Dīn fue persuadido a retirarse. Al año
siguiente, el ghūrí estuvo ocupado por una expedición contra
Daibul en Sind, en el curso de la cual el jefe Sumra de Bajo
Sind fue obligado a reconocer la soberanía ghūrí.
En
581/1185-6, el líder ghūrí se aseguró una ocasión para
intervenir en el Punjab a instigación de Chakradeva, rey de
Jammu. Khusraw Malik había extendido la autoridad ghaznawí durante
la parte inicial de su reinado hacia el norte hacia los márgenes
meridionales de Cachemira, en alianza con los miembros de la tribu
montañosa Khokhar allí, que habían renunciado con apoyo
ghaznawí a su alianza anterior con Chakradeva. Por tanto, Chakradeva
envió una delegación a Mu‛izz al-Dīn Muhammad, incitándole a
atacar a Khusraw Malik. El sultán ghūrí devastó la región
alrededor de Lahore, pero no pudo capturarla. Se retiró hacia el
norte, y a sugerencia de Chakradeva reparó la fortaleza de Sialkot
como bastión contra los Khokhars, dejando allí como su gobernador a
su comandante Husayn b. Kharmīl. En
consecuencia, Khusraw Malik y los Khokhars asediaron Sialkot en vano,
y en 582/1186 Mu‛izz al-Dīn Muhammad regresó, y con la ayuda de
Vijayadeva, hijo y sucesor de Chandradeva, finalmente capturó
Lahore; entonces nombró a ‛Alī Karmākh, anteriormente
gobernador de Multān, como su delegado en Lahore.
El
relato anterior del conflicto a tres bandas entre Khusraw Malik y sus
aliados Khokhars, los reyes hindúes de Jammu y Mu‛izz al-Dīn
Muhammad, es tomado en gran medida de una crónica hindi de los reyes
de Jammu, que Raverty resume en sus notes a la tradición del
Tabaqāt-i Nāsirī pero
que en realidad él no nombra. El relato de Jūzjānī aquí es
atrevido y lacónico, pero hay mucho más detalle en la captura final
y traidor tratamiento de Khusraw Malik, la mayor parte de él de una
naturaleza un tanto anecdótica, en la narración de extendida de Ibn
al-Athīr. De acuerdo con este, Mu‛izz al-Dīn Muhammad asedió
Lahore, y prometió a Khusraw Malik el amān o
garantía para sí mismo y su familia, la preservación de su
riqueza, el matrimonio del hijo de Khusraw Malik con una de sus
propias hijas y una concesión de iqtā‛s, si solamente él
cedía y reconocía al supremo sultán ghūrí Ghiyāth al-Dīn
Muhammad en la khutba. Khusraw Malik rehusó, pero como la
posición de la ciudad crecía alarmante, temía que la población lo
traicionara; por tanto, envió al qādī
y al khatīb de Lahore para negociar los términos de paz.
Después de su sumisión, Khusraw Malik pasó dos meses en un estatus
honorable, hasta que Ghiyāth al-Dīn envió un mensajero requiriendo
que Mu‛izz al-Dīn Muhammad le enviara a Khusraw Malik. Si Khusraw
Malik tenía el vínculo del amān con Mu‛izz
al-Dīn Muhammad, él sabía que no tendría protección contra el
hermano de este último. Era reacio a ir, una renuencia reforzada por
las advertencias del pueblo local cuando pasó por Peshawar, donde el
sentimiento pro-ghaznawí todavía era fuerte. Khusraw Malik citó al
hijo del khatib de Peshawar, un viejo y fiel servidor de la
dinastía ghaznawí, esta patética línea de verso árabe,
“Por
ello no es como en los viejos tiempos en los campamentos, sino que
las cadenas han sido colocadas alrededor de nuestros cuellos”.
Como
se señaló anteriormente, el relato de Jūzjānī aquí es más
vago, pero tiene algunos detalles adicionales sobre las muertes
reales de los últimos ghaznawíes. Dice que Khusraw Malik y su hijo
Bahrām Shāh (probablemente el hijo que había
sido enviado como rehén a Mu‛izz al-Dīn Muhammad en 577/1181-2)
fueran llevados desde Lahore a Ghazna y desde ahí a la capital de
Ghiyāth al-Dīn Muhammad en Fīrūzkūh; Khusraw Malik fue entonces
encarcelado en la fortaleza de Balarwān en
Gharchistān, y Bahrām Shāh en la de Saifrūd
en Ghūr. Cinco años más tarde, en 587/1191, ambos fueron
ejecutados; en el año anterior, Ghiyāth al-Dīn y Mu‛izz al-Dīn
habían estado envueltos en la guerra en Khurasan con Sultān
Shāh, hermano del Khwārizm-Shāh Tekish y podían
haber temido algún intento para rescatar a los dos ghaznawíes
supervivientes y usarlos como peones en la guerra o negociaciones.
‛Aufī
en su Jawami al-hikayat tenía una anécdota sobre la entrega
de Lahore por Khusraw Malik a Mu‛izz al-Dīn Muhammad como el
resultado de una estratagema empleada por este último; el único
detalle que suena históricamente cierto, no obstante, es la mención
del hijo de Khusraw Malik (Bahrām Shāh?) estando mantenido en
Ghazna durante los últimos años del reinado independiente de su
padre, posiblemente como rehén.
De
este modo, la rivalidad, que se había extendido en torno a medio
siglo, entre los Ghaznawíes y los Ghūríes, finalizó en la
victoria de los últimos y la destrucción del antiguo sultanato de
Ghazna; la ciudad nunca iba a disfrutar de nuevo el estatus de
capital de un poderoso imperio, y Bābur, que visitó Ghazna en
910/1504-5, iba a maravillarse de como tal insignificante lugar pudo
una vez haber sido tan celebrado y floreciente. En cuanto a los
Ghūríes, no estaban destinados a disfrutar durante mucho tiempo de
su posición como herederos de los Ghaznawíes en el mundo islámico
oriental, y su periodo de florecimiento y fama demostró ser mucho
más breve que el de la dinastía precedente; solo 24 años más
tarde de que Khusraw Malik hubiera sido ejecutado, los dominios
ghuríes cayeron bajo el control de los Khwārizm-Shāhs.
El imperio Ghaznawí desde la muerte de Ibrahim II hasta la conquista Ghurí (1099-1186) |
C.E. BOSWORTH: The Later Ghaznavids: Splendour and Decay. The Dynasty in Afghanistan and northern India 1040-1186. Edinburgh University Press, 1977.