viernes, 2 de septiembre de 2016

La Dinastía Ghaznawí (II): Desde el reinado de Ibrahim II hasta la conquista de los Ghuríes (1059-1186)

I. El Reinado de Ibrāhīm: Reducción y continuidad
a) Ibrāhīm y los Saljuqíes
El relato más completo que poseemos de las circunstancias de la ascensión de Ibrāhīm es la del Tabaqāt-i Nāsiri. Hemos visto que en la época de la restauración ghaznawí tras la usurpación de Toghrïl, tanto Farrukh-Zād como Ibrāhīm se habían encontrado encarcelados en Barghund, y que Farrukh-Zād había sido presentado y aclamado como sultán en Ghazna. Hasta donde sabemos, Ibrāhīm permaneció en Barghund durante algún tiempo, pero luego fue trasferido por Farrukh-Zād a la fortaleza de Nāy en Wajīristān o Ajīristān, la región al oeste de Ghazna en el nacimiento del Arghandāb y el Helmand (no debe confundirse con el moderno distrito de Waziristan en región de la Frontera Noroeste de Pakistán); esta era una fortaleza favorita para retener a príncipes ghaznawíes, y más tarde fue uno de los lugares del primer periodo de cautividad del poeta Masūd-i Sad-i Salmān. Cuando Farrukh-Zād murió hubo un consenso general entre los grandes hombres de estado en Ghazna de que Ibrāhīm debería ser elevado al trono; parece que Abū l-Muzaffar Ibrāhīm era el último hijo superviviente de importancia política, y bien pudo haber sido el miembro senior de la familia real ghaznawí (nada se oye ahora del otro hijo del que se dice que había sobrevivido a la masacre de príncipes ghaznawíes de Toghrïl, Shujā‛. El líder militar (Sarhang) Hasan fue con una escolta para traer a Ibrāhīm, el cortejo regresó a Ghazna, y el lunes, 19 de Safar de 451/6 de abril de 1059 (siendo dada la fecha así por Baihaqi), se hizo homenaje a Ibrāhīm como Amīr y Sultán.
En relación con la vida anterior de Ibrāhīm, solo sabemos que nació en 424/1033, durante la campaña dirigida por su padre Mas‛ūd en Gurgan y Tabaristan para recaudar los atrasos del tributo debido del príncipe local ziyarí Manūchihr b. Qābūs, es decir, tenía 27 años lunares o 26 años solares de edad en su elevación. Demostró ser extremadamente prolífico en lo que se refiere a la descendencia. El Tabaqāt-i Nāsiri enumera cuarenta hijos, que llevan nombres que exhiben una mezcla de componentes islámicos, nombre épicos persas y turcos. Menciona además que Ibrāhīm tuvo 36 hijas, todas entregadas en matrimonios a sayyids y ulemas de buena cuna; una de estas se casó realmente con el tatarabuelo del historiador Jūzjānī, esto es, con Abd al-Khāliq Jūzjānī, que emigró desde Guzgan a Ghazna como resultado de un sueño para casarse con esta princesa.
Las más apremiantes tareas a que se enfrentó el nuevo gobernante fueron, en primer lugar, la restauración de la tranquilidad social y la prosperidad económica dentro de los dominios ghaznawíes, un proceso ya iniciado por Farrukh-Zād; y en segundo lugar, la consecución de una paz duradera con los Saljuqíes, o al menos, un modus vivendi entre los dos grandes imperios. En relación con la primera tarea, Jūzjānī menciona que Ibrāhīm adoptó un vigorosa política que pretendía traer de vuelta la prosperidad al imperio, que incluía la reconstrucción de ciudades devastadas en la guerra civil de la década precedente y la construcción de nuevos asentamientos; de estas últimos, él menciona específicamente Khairābād, H.r.zābād (leído por Raverty como Jatrābād/Chatrābād) y Aimanābād. Desafortunadamente, ninguna de estas puede ser identificada, y cualquier florescencia que disfrutaran puede haber sido solo temporal.
En relación con la segunda tarea, Ibrāhīm parece haber sido realista y no haber sido seducido por visiones irredentistas de recuperar los territorios perdidos de su padre y su abuelo, como parece claro a partir de las palabras que le imputa Ibn al-Athīr o sus fuentes:
'Si solamente hubiera estado en el lugar de Mas‛ūd, tras la muerte de mi abuelo Mahmūd, entonces el eje de nuestro dominio no habría caído. Pero ahora me encuentro impotente para recobrar lo que otros han tomado, y monarcas con reinos extensos y numerosos ejércitos han conquistado nuestra tierra'.
Los Amīres Saljuqíes del este, a saber, Chaghrï Beg Dā’ūd y Alp Arslan, parecen, por su parte, haber reconocido que se habían expandido tan lejos hacia el este como los factores geográficos lo permitieron, y que las estribaciones occidentales del Paropamisus, las montañas de Ghūr y el Hindu Kush, constituían una razonable frontera natural con los Ghaznawíes.
Las fuentes no son claras sobre las negociaciones de paz entre los Ghaznawíes y los Saljuqíes, si la conclusión de hostilidades cayó justo dentro de los últimos días del reinado de Farrukh-Zād o en los iniciales del de Ibrāhīm. Husainī, que está bien informado de los asuntos Saljuqíes, afirma que Farrukh-Zād celebró un acuerdo con Chaghrï Beg. El sultán ghaznawí acordó devolver con todos los honores los prisioneros capturados del ejército saljuqí, incluyendo al amir Qutb al-Dīn Atabeg Kul-Sarïgh, y ambas partes prometieron permanecer dentro de los confines de su propio imperio. El tratado real de paz (kitāb as-sulh) fue transcrito entero por el historiador Abu l-Fadl Baihaqī, quien fue convocado desde su retiro (había perdido su trabajo como cabeza del Dīwān-i Risālat bajo Abd ar-Rashīd, y lejos de su trabajo en la compilación de su Mujalladat, que él iba a llevar hasta 451/1059. Ibn al-Athīr, no obstante, atribuye el logro de la paz a Ibrāhīm, y afirma que después de un cuidadoso y razonado análisis por parte de 'las inteligentes personas de ambas partes', que llegaron a la conclusión de que ningún partido podía ganar ninguna ventaja territorial más, sino que simplemente gastaría el tesoro sin ningún resultado que valiera la pena. Ibrāhīm y Chaghrï Beg acordaron hacer la paz sobre una base uti possidetis (cada imperio seguiría poseyendo provisionalmente el territorio poseído al final del conflicto, hasta que se disponga otra cosa por un tratado entre ambas partes). Puede ser que las negociaciones abarcaran el final del reinado de Farrukh-Zād y el comienzo del de Ibrāhīm, o simplemente que el tratado de paz tenía que ser ratificado de nuevo por el nuevo gobernante ghaznawí, de quien no podía esperarse que cumpliera de forma automática los acuerdos de su predecesor.
Hasta donde sabemos las relaciones entre ghaznawíes y Saljuqíes permanecieron pacíficas durante más o menos el último año del amīrato de Chagrï Beg y el reinado de Alp Arslan, pero tenemos noticias de guerra durante el sultanato de Malik Shāh. Este último obtuvo el trono solamente después de una aguda lucha con su tío Qāwurd de Kirmān, quien consideraba que por el derecho tribal del seniorato él debería tener el poder supremo dentro de los dominios saljuqíes, y alguno de los propios hermanos de Malik Shāh eran conocidos por tener ambiciones hacia el poder. Estos desacuerdos internos parecen haber tentado a Ibrāhīm a salir de las políticas pacíficas hacia los saljuqíes de los primeros catorce años de su reinado e intentar la recuperación de los antiguos territorios ghaznawíes alrededor de Balkh, Qunduz o Walwālīj y Talaqān, esto es, las provincias de Tukhāristān y Badakhshān. En Jumādā I de 435/enero-febrero de 1073 -en el momento en que Qawurd estaba ocupando Ray y alzando el estandarte de la revuelta- Ibrāhīm envió un ejército contra Sakalkand. Este es un pequeño lugar al sur de Baghlān y al norte del Hindu Kush y el paso de Chahārdār, que lleva a los valles del río Ghorband y Kabul, y debe haber permanecido cerca de la frontera ghaznawí-saljuqí, que con probabilidad se acercaba aproximadamente al nacimiento de las cuencas de los ríos Kabul y Oxus. Aquí, el gobernador saljuqí era un tío de Malik Shāh, el Amīr al-Umarā’ Uthmān b. Chaghrï Beg, quien fue capturado ahora con su tesoro y séquito, y llevado ignominiosamente a Ghazna. No obstante, una fuerza al mando del amīr saljuqí Gümushtigin Bilge Beg que incluía a Anūshtigin Ghacha’ī, el posterior fundador de la línea de Khwārizm-Shāhs, apareció en el área, persiguió a las fuerzas ghaznawies y devastó Sakalkand.
El único otro episodio conocido por nosotros de fricción ghaznawí-saljuqí también tuvo lugar en el reinado de Malik-Shāh, pero no puede ser datado con más exactitud; las referencias a este son de una naturaleza anecdótica más que historia seria, pero, no obstante puede haber alguna base histórica par a la información. Husaini e Ibn al-Athīr registran que Malik Shāh en una coyuntura -quizá después de la lucha en Badakhshān descrita arriba y después de que el sultán hubiera dominado la rebelión de Qāwurd-marchó sobre Isfizār. Isfizār o Asfizār se sitúa al sur de Herat en el camino de Sīstān, y es la moderna Sabzavār-i Herāt. Este lugar, no obstante, era un largo camino desde el territorio ghaznawí más cercano; el sultán habría tenido que marchar a través de Sīstān contra Bust y luego Zamīn-Dawār antes de pudiera golpear en el corazón del imperio ghaznawí. Puede ser que los espías de Ibrāhīm le trajeran noticias de las concentraciones de tropas en Isfizār. En todo caso, las fuentes históricas afirman que Ibrāhīm hizo frente a la amenaza por medio de una pieza clave de guerra psicológica. Escribió cartas a los comandantes del ejército saljuqí agradeciéndoles su ayuda en una conspiración para atraer a Malik Shāh en este expedición contra los territorios ghaznawíes, en el curso de la cual ellos en el momento oportuno tomarían y depondrían al sultán y se pasarían al lado ghaznawí. El mensajero ghaznawí a estos comandantes supuestamente traidores se permitió ser capturado por Malik Shāh. Por tanto, teniendo conocimiento del ficticio complot, pero dando credibilidad a él, el sultán saljuqí se retiró a su capital Isfahān sin informar a sus comandantes acerca de sus sospechas sobre su lealtad.
En todo caso, está claro que los dos grandes imperios del mundo islámico oriental trataron uno con el otro en iguales términos, y aunque los saljuqíes fueron los suplantadores de los ghaznawíes, consideraron a la dinastía de más edad con el respeto a menudo acordado para las casas antiguas. Las fuentes mencionan más tarde que tal fue el respeto para Ibrāhīm de los sultanes seljuqíes que se acostumbraron a dirigirse a él como Pidar-i buzurg 'Eminente Padre', y Mustaufī añade que cuando los saljuqíes le escribieron, no fijaron su tughra o emblema a la carta, por respeto a él. Husainī dice que en el siglo siguiente (esto es, el VI/XII), el supremo sultán saljuqí Muhammad b. Malik Shāh era reacio a aprobar la intervención de su hermano Sanjar en Ghazna en apoyo de Bahrām Shāh b. Mas‛ūd contra su hermano Arslān, por su gran respeto por la Casa ghaznawí.
Indudablemente había alguna interacción social y cultural entre las cortes de los dos poderes, comenzando en el reinado de Ibrāhīm y continuando bajo sus sucesores. Poetas y hombres letrados pasaron de un lado para otro entre Ghazna y las cortes de los Saljuqíes y sus tributarios en Persia oriental. Así, entre los poemas de Uthmān Mukhtārī encontramos odas dirigidas a los amīres del estado vasallo saljuqí del Sīstān Saffārí (en particular, al amīr Tāj al-Dīn Abū l-Fadl o Abū l-Fath Nasr b. Khalaf, que ascendió al trono de Sīstān ca.496/1103) y a los amīres saljuqíes de Kirmān, en cuya corte Uthmān permaneció un tiempo, y a sus visires. Hakīm Sanā’ī dirigió panegíricos a Sanjar; y escribió dos odas para, y mantenía un cordial intercambio de correspondencia con, el oficial saljuqí Qiwām al-Din Abū l-Qāsim ad-Darguzīnī al-Ansābadhī, visir del sultán Mahmūd b. Muhammad b. Malik Shāh y luego de Sanjar, y dirigió una oda al visir de Sanjar Mu‛īn al-Dīn Abū Nasr Ahmad b. Fadl. La asunción formal de los sultanes ghaznawíes alrededor de esta época (por ejemplo, en las leyendas de las monedas) del título típicamente saljuqí de as-Sultān al-Muazzam 'Sultán altamente exaltado' se ha visto como un aspecto de la influencia saljuqí en el campo de la titulatura real. Ibrāhīm adoptó el título de Sultān durante el califato de al-Qā’īm, por lo tanto antes de 467/1075, y parece que apareció sobre un dīnār ghaznawí suyo en el Museo Hermitage de Leningrado, que no fue descrito correctamente por Markov pero que probablemente data de 462/1069-1070. No obstante, los ghaznawíes, por supuesto, habían sido tratados hacía tiempo como sultanes, así como amīres y maliks, como las fuentes literarias e históricas muestran ampliamente. La fórmula as-Sultān al-Muazzam aparece por primera sin ambigüedades sobre un diham de Farrukh-Zad, y bajo Ibrāhīm y sus sucesores, la fórmula as-Sultān al-Muazzam y as-Sultān al-Azam 'El más Exaltado Sultán' se convierte en la norma sobre las monedas.
Además, en consideración a la posible influencia saljuqí en el estado ghaznawí en esa época, el historiador turco Fuad Köprülü sugirió hace unos treinta años que el sistema de concesiones de tierras (iqtās), que evolucionó en Iraq y Persia occidental en los siglos III/IV y IX y que fue asumido por los saljuqíes en el periodo siguiente y extendido en Persia oriental, encontró su camino en los dominios ghaznawíes a finales del siglo VI/XII. A partir del silencio de autoridades ghaznawíes tempranas tales como Utbī‛, Baihaqī y Gardizī sobre la presencia de iqtās hereditarias en el imperio, no parece que el sistema existiera allí antes de mediados del siglo V/XII como pronto; la habilidad de los sultanes ghaznawíes para aprovechar los ricos recursos de la India significaba que podían continuar pagando a sus tropas sustancialmente en metálico durante mucho más tiempo de lo que los regímenes militares en las tierras más al oeste habían sido capaces. Köprülü aduce alude algunas líneas de Sanā’ī, dedicadas al sultán Bahrām Shāh y por tanto escritas después de 512/1118, en las que el poeta se queja de que la soldadesca turca había tomado las tierras del pueblo ilegalmente. Especulaba que la iqtā puede haberse extendido dentro de las tierras ghaznawíes como respuesta a la guerra con los saljuqíes durante las primeras décadas del siglo VI/XII, comenzando con la intervención de Sanjar de 510/1117 en favor de Bahrām Shāh contra su hermano Arslan Shāh. Si esta difusión del sistema de iqtā tuvo lugar realmente, el proceso bien pudo haber comenzado antes, durante el reinado de Ibrāhīm, cuando las conexiones ghaznawíes-saljuqíes eran estrechas, y cuando uno podía esperar un proceso de interacción que se sintiera en la esfera de la organización social así como en la de la cultura.
b) El ejército ghaznawí en el periodo tardío
La cuestión de la concesión de tierras mantenida por los turcos ghaznawíes y otra soldadesca nos lleva a una consideración de la importancia del ejército durante el reinado de Ibrāhīm. En ausencia de información en tal detalle como encontramos en Utbī, Gardizī y Baihaqī para el periodo ghaznawí temprano, tenemos que asumir que las tradiciones militares y prácticas de los sultanes tardíos eran esencialmente las mismas que las de sus antepasados. Incluso si la característica del expansionismo de la política ghaznawí temprana bajo Mahmūd y Mas‛ūd ya no funcionaba y se había alcanzado una posición estática en las fronteras occidentales, la India todavía se mantenía como primer campo en el que podía desviarse las energías militares con gran provecho. Como parte de la imagen de Ibrāhīm como un gobernante piadoso y justo, las fuentes subrayan su amor de ghazw y la jihād, la guerra santa, de hecho, la expansión en la India; y aunque sabemos poco sobre el liderazgo personal en la batalla, Fakhr-i Mudabbir menciona que la lanza y el arco eran las armas favoritas del sultán.
Una valiosa fuente de información en asuntos militares descansa en los trabajos de los poetas, aunque los relatos de las campañas son por lo general de algún modo impresionistas y los datos habitualmente insuficientes, de modo que no siempre es posible asignar episodios y detalles a reinados específicos, dado el hecho de que la actividad literaria de varios poetas abarcaba un largo periodo, en algunos casos desde Ibrāhīm a Bahrām Shāh. El corpus de la poesía ghaznawí tardía demanda un estudio y análisis más exhaustivo de lo que es posible aquí, pero, sin embargo, es posible citar algunos puntos relevantes de él.
Parece que el ejército siguió siendo dirigido administrativamente desde el Dīwān-i Ard, que había sido de tal importancia en el periodo ghaznawí temprano cuando el poder total del estado había sido orientado a la conquista y mantenimiento de una poderosa máquina de guerra. Tenemos varios poemas dedicados a oficiales descritos como ‛Ārids, tales como Mansūr b. Sa‛īd b. Ahmad b. Hasan Maimandī, el amīr Abū l-Fath, y un anónimo ‛Ārid-i Lashkar, por Masūd-i Sad-i Salmān, y a Mansūr b. Sa‛īd por Abū l-Faraj Rūnī; pero no sabemos, por ejemplo si estos oficiales funcionaban desde la administración central en Ghazna, como en los tiempos antiguos, o desde el centro de gobierno en la India, esto es, Lahore.
Desde el punto de vista de la composición étnica, el ejército bajo Ibrāhīm continuó siendo multinacional, como demuestra la fanfarronada de Mihtar Rashīd al saljuqí Malik Shāh, que su amo tenían diez tipos diferentes de tropas. Dentro del ejército en general, además, estos continuaron siendo una fuerza de élite especial de los ghūlams de palacio; Mas‛ūd-i Sad- menciona al sarāiyān u ghulāmān estando en lo grueso de la lucha en Āgra cuando el príncipe Mahmūd b. Ibrāhīm lideró su expedición allí. En el pasado, el cuerpo de ghulāmān-i sarāy había sido tradicionalmente una reserva de los turcos pero es probable que por esta época, los Indios también formaban parte de él, cuando ellos siempre habían hecho dentro del ejército en general, aunque no tenemos información directa sobre esto.
Los ghaznawíes tardíos no tenían ya acceso directo a las fuentes de suministro de esclavos turcos, esto es, Asia central, como habían tenido sus predecesores hasta la muerte de Mas‛ūd, cuya influencia había llegado a extenderse más allá del Oxus en Khwarizm y los principados del alto Oxus de Chaghaniyan y Khuttal, y que habían tenido relaciones amistosas con algunas ramas por lo menos de los Qarakhaníes en Transoxiana, asegurando un flujo de reclutamientos desde las estepas turcas para los ejércitos ghaznawíes. Por lo tanto, no sabemos exactamente cómo encontraban su camino los esclavos militares turcos dentro de los territorios durante el reinado de Ibrāhīm, pero es probable que aún formaran una considerable proporción del ejército. Para equilibrar las repulsas de Sanā‛ī de los expolios y exacciones de los turcos en el área de Ghazna, encontramos la alabanza de los turcos como guerreros en el ejército de Arslan Shāh b. Mas‛ūd en una oda dedicada por Mas‛ūd-i Sad-i Salmān al sultán, en la que habla de ellos (en un pasaje que es especialmente interesante como uno de los raros lugares donde los nombres de las tribus turcas específicas son mencionadas).
Las dedicatorias de los versos de los poetas nos dan información sobre los nombres de los altos oficiales y generales del ejército, designados de diversas maneras por títulos tales como amīr, sarhang o sipahsālār, sin embargo, sorprendentemente, hay pocos nombres definitivamente turcos entre esos cargos. Los más típicos son los nombres iranios como Bahrām, Māhū y Kai Kāūs, o islámicos como Muhammad b. Khatīb Harawī, el gobernador de Sind, Mahmūd Rūbāhī, Muhammad b. Faraj Nawābādhī, y varios miembros de la familia Shaibānī tales como Najm al-Dīn e Imād al-Dawla Sarhang Muhammad b. Alī. Es cierto que Uthmān Muktarī dirigió un poema al amīr Adud al-Dīn Lāchīn (del turco lāchīn, 'halcón') Khāzin, aunque no es seguro si este oficial estaba en el servicio ghaznawí de todas formas; Mas‛ūd-i Sad tiene un poema dedicado a Sulaymān Inanj Beg; Abū l-Faraj Rūnī dedicó una oda “al amīr Badr al-Dīn Ayāz al-Malikī ( no parece ser identificado con el famoso catamita del sultán Mahmūd, que murió en 449/1057-8); y Jūzjānī cita al Hajib Togha(n)tigin liderando a los incursores ghaznawíes a través del Ganges y penetrando lejos en el Dōāb durante el reinado de Masud b. Ibrahim. Puede ser que los esclavos turcos o sus descendientes estuviesen adoptando cada vez más nombres no turcos, con un sentido decreciente de su etnicidad turca; o puede ser que, a la luz del final del acceso directo de los ghaznawíes a las estepas de Asia central, la proporción de turcos en el ejército disminuyera, y tuvieron que compartir los mandos más altos con oficiales de origen Tājīk, Afgano e indomusulmán.
El espectacular papel de los elefantes de guerra, que había jugado una parte significativa en la organización de la organización militar desde el principio, atrajo el genio poético de los escritores. Mas‛ūd-i Sad, por ejemplo, más de una vez da vívidas descripciones del terror que provocaba en las batallas indias; mientras que en otra copla, alaba el hacha de batalla del sultán (nāchakh) (que, como ya hemos visto, había sido el arma favorita del sultán Farrukh-Zād).
c) Las campañas de Ibrāhīm en la India y en Ghūr
En consideración de las campañas indias de Ibrāhīm, solo tenemos un pasaje relevante en las fuentes históricas propiamente dichas, la de Ibn al-Athīr, quien bajo el año 472/1079/80 inserta un estudio general de las campañas indias de Ibrāhīm porque, dice, la primera cayó dentro de ese año. Es inconcebible que Ibrāhīm hubiera gobernado durante 20 años antes de dirigir una expedición a la India, e Ibn al-Athīr confiesa que muy poco sobre las campañas de Ibrāhīm le había llegado cuando escribía en Iraq; y desafortunadamente, aunque ciertamente Ibrāhīm tenía sus poetas, no tenía a ‛Utbī, como tuvo su abuelo, para registrar sus hazañas en brillante prosa. El relato de Ibn al-Athīr parece haber sido la base para posteriores historiadores que escribieron sobre las campañas indias de Ibrāhīm, tales como Firishta, y desde entonces por más escritores modernos. Y aquella información de Ibn al-Athīr es única de su clase, se da una traducción del pasaje más abajo in extenso:
[Año 472/1079-80]
Mención de las conquistas indias de Ibrāhīm, gobernante de Ghazna
En este año, el monarca Ibrāhīm b. Mas‛ūd b. Mahmūd b. Sebüktigin hizo una incursión en la India. Entonces puso asedio a la fortaleza de 'j.w.d, que está a 120 farsakhs de Lahore; estaba extremadamente bien fortificada e inaccesible, y de gran tamaño, poseyendo 10,000 guerreros. Lucharon de espaldas a él, y sostuvieron una prolongada lucha bajo la fortaleza. El sultán dirigió varios ataques obstinados sobre ellos, y sus corazones estaban llenos con temor y temblando de lo que ellos observaban de su determinación. En consecuencia ellos rindieron la fortaleza a él el 11 de Safar de este año [= 13 de agosto de 1079].
En las regiones periféricas de la India había una fortaleza llamada la de Rubāl [var. W.bāl], situada en la cima de una colina elevada, con una enmarañada selva debajo de ella y el río [al-bahr] tras ella. El único modo de atacarla era por un estrecho desfiladero, y este estaba lleno con elefantes de guerra. La fortaleza estaba guarnecida por varios miles de guerreros. El sultán lanzó ataque sucesivos sobre ellos, y sostuvo la presión de la batalla contra ellos con todo tipo de métodos de guerra; finalmente, capturó la fortaleza y sacó fuera de ella a todos los defensores.
En un cierto lugar llamado D.r.h N.w.r.h había un pueblo de origen khurasaní, cuyos antepasados habían sido establecidos en antiguos tiempos por Afrāsiyāb el Turco. Ningún gobernante había logrado jamás atacarlo en lo más mínimo. Pero Ibrāhīm marchó sobre ellos; primero de todo les convocó al Islam, pero ellos rehusaron, y dio batalla con él. No obstante, ganó la batalla sobre ellos, infligiéndoles una gran matanza;; los que escaparon se dispersaron a través de la tierra, e Ibrāhīm capturó como esclavos a 100,000 de las mujeres y los niños. Había en esta fortaleza una cisterna de agua de medio farsakh de ancho y de una profundidad insondable, desde la que la guarnición de la fortaleza y todas sus bestias acostumbraban a beber, sin ninguna disminución perceptible de agua que fuera aparente.
También en la India esta un lugar llamado W.r.h., que es un tramo de tierra entre dos extensiones de agua. El monarca Ibrāhīm dirigió una expedición contra él, y lo alcanzó en jumada I, habiendo pasado en camino por él a través de densas junglas. Permaneció allí durante tres meses, sufriendo su ejército considerables privaciones del invierno, y no relajó su ataque hasta que Dios hubo dado a Sus Sirvientes la victoria y hubo hecho bajar la humillación a Sus enemigos. Entonces él regresó, ileso y victorioso, a Ghazna.
No conozco la historia completa de estas expediciones. La primera incursión tuvo lugar en este años, y por lo tanto he colocado todas las incursiones consecutivamente bajo la entrada para este año.
El pasaje de Ibn al-Athīr es claramente vago e impresionista, y contiene poca información histórica y topográfica firme. La única identificación razonablemente segura parece ser la de ’j.w.d con Ajōdhan (el moderno Pāk-Patan, un punto de transporte sobre el río Sutlej en el Punjab meridional, que se sitúa en la ruta hacia el oeste desde Multan a Delhi, y que en tiempos post-ghaznawíes era famosa por el santuario del santo Sūfī Suhrawardī Farīd al-Dīn Ganj-Shakar), y el historiador sitúa esta victoria particular de Ibrāhīm en 472/1079. Para el resto, no podemos hacer una identificación clara de lugares o datos. Uno puede asumir, por ejemplo, que *W.r.h, descrita como un barr bain khalījain, se sitúa en el país de colinas del Punjab noroccidental, entre la confluencia de dos ríos; solamente en tal terreno el ejército atacante ghaznawí habría sufrido por el frío del invierno.
Los años centrales del siglo V/XI, con sus crisis de sucesión y sultanes de breve existencia en Ghazna, eran inevitablemente desfavorables a los progresos de las armas ghaznawíes en la India. Después de la muerte de Mawdūd, ninguno de los sultanes que le sucedieron de la década siguiente dejaron ninguna reputación como conquistadores de la India, aunque está registrado que en el reinado de Abd ar-Rashīd, el general turco Nushtigin logró volver a capturar Nagarkot o Kāngrā, tomada primero por el sultán Mahmūd en 399/1099, pero recapturada por una coalición de rājās hindúes en 434/1043. De hecho allí se alzaron en la India septentrional desde el tiempo del sultán Mas‛ūd b. Mahmūd dos poderosas dinastías hindúes, los Paramāras de Mālwa y los Kalachuris de Tripuri en la moderna Madya Pradesh, bajo sus poderosos reyes reyes respectivos, Bhōja (ca.1000-1055) y Karņa o Laksmikarna (entre 1034 y hasta 1070). Estos monarcas habían hecho retroceder la posición ghaznawí en el Punjab oriental, y no fue hasta la muerte de Karna que los musulmanes fueron capaces de emprender operaciones ofensivas prolongadas desde su base en Lahore.
Realmente Lahore funcionaba como una segunda capital para el imperio ghaznawí. Los puestos administrativos para la India estaban situados allí, y la ciudad era el punto de concentración para los ghāzīs y otros entusiastas de la guerra santa, que esperaban un rico botín del Dār al-Kufr. Los sultanes tuvieron que ejercer un cuidado particular en designar a oficiales de confianza y comandantes para Lahore, pues un vez instalados allí, con hordas de tropas a su disposición y ricos recursos financieros tras ellos, los gobernadores tenían muchas tentaciones de rebelarse; así, este dinero retenido del tributo de los príncipes hindúes, más el botín de una expedición contra Benarés, había llevado en 424/1033 al comandante de Mas‛ūd en la india, Ahmad Inaltigin, a rebelarse.
Hemos destacado más arriba la escasez de datos estrictamente históricos sobre las campañas de Ibrāhīm, pero los dīwāns de los poetas ghaznawíes contemporáneos nos proporcionan ciertos elementos de información sobre las incursiones de Ibrāhīm y sus dos hijos Sayf al-Dawla Mahmūd y Alāal-Dawla Mas‛ūd (el futuro sultán), pues estos poetas escribían muchas odas con ocasión de las victorias de sus patronos. D.C. Ganguly intentó utilizar información a partir de los poemas de Mas‛ūd-i Salmān, y destacó que el poeta conmemora victorias de Ibrāhīm y del gobernador delegado en el Punjab durante los últimos años de Ibrāhīm y los primeros de Mas‛ūd III, Abū Nasr-i Farsī. Sin embargo, el valor del intento de Ganguly es casi nulo porque nunca se refiere realmente al texto persa del Dīwān, aunque al menos dos ediciones impresas de él estaban disponibles cuando escribía. En efecto, usó solamente paráfrasis en prosa en inglés, drásticamente condensados, hechos por Sir Francis Elliot de unos pocos poemas de Mas‛ūd-i Sad o de partes de ellos. Los dos primeros de esos poemas traducidos por Elliot pueden ser identificados en el Dīwān impreso, editado por Yāsimī, como el dedicado a Abū Nasr-i Farsī en las páginas 169-76 y el dedicado al sultán Ibrāhīm en las páginas 370-3.
En el primero de esos poemas, el escritor describe una incursión nocturna liderada por Abū Nasr-i Farsī sobre Jalandhar o Chalandhar (es decir, Jullundur, en el país montañoso sub-himalayo del Punjab nororiental, región que ya había sido saqueada en 408/1017-18 por el general del sultán Mahmūd Qaratigin y una tropa de ghāzīs de Transoxiana), cuando el general ghaznawí partió del lugar Dhagān (en el texto de Yāsimī, D.h.gān) y derrotó y mató a un gobernante local, llamado por Elliot y siguiéndole, Ganguly, como Sāir Sambrā; el texto de Yāsimī simplemente como S.y.rrā, En el segundo poema, Mas‛ūd-i Sad alaba el liderazgo de Ibrāhīm de una expedición a un lugar que Elliot y Ganguly leen como Tabarhinda (¿Sirhind, en el antiguo estado de Patiala del Punjab oriental, de acuerdo con la sugerencia de Elliot), y a Būriya, sobre el río Jumma en el distrito de Ambāla; en este último lugar, fue muerto el rājā local, siendo ahogado con sus tropas en el río. El texto de Yāsimī, no obstante, no permite una reconstrucción tan segura de estos sucesos; para Tabarinda encontramos F.r.h.n.da, y para Būriya, B.w.d (¿n.k.r.da?). No hay correspondencia de los nombres aquí con estos, por ejemplo, en el pasaje de Ibn al-Athīr traducido más arriba; y ya que el texto de Yāsimī de Mas‛ūd-i Sad no tiene apparatus criticus, solo un análisis del Dīwān combinado con una relación de primera mano de la topografía de la India septentrional y un conocimiento de la política interna de las dinastías hindúes allí, podrían determinar si cualquier información significativa puede derivarse, de hecho, bien de Mas‛ūd-i Sad, bien de Ibn al-Athīr. Hoy por hoy, muchas de las conclusiones esbozadas por Ganguly solo pueden considerarse como altamente especulativas.
En cualquier caso, hay dificultades al utilizar las fuentes nativas indias debido a su imprecisión, especialmente por su falta de datos firmes, su denominación amplia de los musulmanes invasores como Turuskas y Hammiras o por otros términos vagos y deshonrosos, y su falta de mención de cualquier nombre específico de gobernantes o generales musulmanes. Así, Dashratha Sharma está en lo correcto al equiparar a los Mātangas o Mlechhas de la crónica sanscrita de los Prthvīrārājavijaya con las fuerzas musulmanas que atacaron lo que es ahora Rajputana oriental en algún punto en el reinado del sultán Ibrāhīm, mataron al gobernante Chāhamāna de Sakāmbharī, Durlabharāja III, y atacó a Prthvīpāla de Nādol; pero el texto sánscrito es penosamente vago, y la dependencia de Sharma en la historia de Firishta (con información que deriva de Ibn al-Athīr o su fuente) para identificar la fecha como 1079 está totalmente injustificada.
Uno de los pocos datos firmes en todas estas cuestiones es el de 469/1076-7, cuando Ibrāhīm designó a Sayf al-Dawla Mahmūd, que ya había probado su ánimo en la lucha con los hindúes, para ser gobernador en India. Mas‛ūd-i Sad celebra este acto en una delicada oda, describiendo los ricos presentes y la insignia del cargo que el sultán concedió al príncipe; es este poema el que contiene un cronograma dando la fecha 469. Abū l-Faraj Rūnī, igualmente, tiene un poema conmemorando este acontecimiento. Fue durante el periodo de servicio de Mas‛ūd-i Sad con el príncipe Mahmūd cuando cayó en desgracia por primera vez, siendo metido en prisión por el sultán Ibrāhīm en la fortaleza de Nāy durante diez años. Parece haber sido su conexión con Mahmūd lo que provocó esto, ya que Nizāmī ‛Arūdī afirma que rumores maliciosos habían llegado al sultán de que su hijo Mahmūd estaba en traidora comunicación con el monarca saljuqí Malik Šāh y estaba sopesando trasladarse a tierras saljuqíes; en consecuencia, Ibrāhīm encarceló a Mahmūd en Nāy, junto con varios de los servidores de este último. No tenemos confirmación de esta supuesta conducta dudosa de parte de Mahmud en ninguna fuente histórica; estas fuentes son, de hecho, totalmente silenciosas sobre Mahmūd, y no sabemos nada de las circunstancias en las que él renunció al gobierno de la India, porque él no sucedió a su padre en 492/1099, o cual fue su destino posterior. Pero de ningún modo es improbable que el éxito de Mahmūd en la India le hubiera tentado en alguna forma de deslealtad, pues tales cosas habían ocurrido antes más de una vez. Qazwīnī se inclinaba a aceptar algún grado de culpabilidad de Mas‛ūd-i Sad aquí, a la luz de la implacable actitud de Ibrāhīm hacia los que intercedieron por la liberación del poeta, aunque señalaba que la fecha de Nizāmī ‛Arūdī de 472/1079-80 para todos estos sucesos era imposiblemente antigua y probablemente debería ser cambiada a 480/1087-8. En realidad, dado lo que sabemos sobre las campañas de Mahmūd en torno a esta época en lo que es ahora Uttar Pradesh y en India central, incluso esta fecha debe ser en cierto modo demasiado temprana.
Dos de los poemas de Mas‛ūd-i Sad tratan específicamente de las victorias de Mahmūd en Āgra (deletreada k.ra). En alguna época entre 479/1086 y 483/1090, Mahmūd dirigió un ejército de ghāzīs y 40,000 jinetes (si se cree este número sospechosamente redondo) al corazón del moderno Uttar Pradesh. Habiendo alcanzado Āgra, las tropas de Mahmūd atacaron al rājā Jaipāl (escrito así en el primer poema), y durante varios días estuvieron envueltos en una feroz lucha con los defensores de la fortaleza, que lanzaron fuego y misiles sobre las cabezas de los atacantes. Al final, la fortaleza fue tomada. La sumisión de varios otros potentados siguió, y trajeron ricos presentes de tesoro y elefantes para Mahmūd; estas últimas bestias fueron entregadas a la custodia de Chand Rāy (así llamado en el poema) en Kanauj.
El nombre del soberano de Āgra, Jaipāl, ha sido plausiblemente identificado por Ganguly con el de Gopāla de la dinastía Rashtrakūta. Esta familia gobernó la región de Pānchāla, extendiéndose desde los Himalayas hasta el río Chambal, el afluente de la orilla derecha del Jumna, y esto incluiría Āgra y Kanauj; su capital parece haber estado en Vodāmayūtā, moderno Badaun en la división Bareilly de Uttar Pradesh. El Chand Ray de Kanauj fue, además, identificado por Ganguly con Chandradeva, hijo de Mahīchandra o Mahītala, de la dinastía Gāhadavāla. Chandradeva parece haber entrado en relaciones amistosas con el príncipe Mahmūd, haciéndose cargo de los elefantes capturados y los que recibió como tributo, y utilizó el apoyo ghaznawí para extender su propio poder sobre Kanauj, hasta entonces poseído por Gopāla. La aparición de las fuerza ghaznawíes en el reino de Kanauj debió haber causado considerable trastorno y malestar de existir relaciones políticas, y este caos permitió una transferencia de poder en Kanauj en esta época, es decir, poco antes de 1090. Interesante, también, es el hecho de que las inscripciones de los Gahadavalas, que datan desde 1090 en adelante, mencionan un impuesto llamado el Turushkadanda, que puede haber sido un impuesto de defensa para reunir los costes de resistir a las incursiones musulmanas, pero más probablemente significaba recaudar el tributo que Chandradeva había acordado pagar a los Ghaznawíes a cambio de ayuda para asegurar el trono de Kanauj.
Si el príncipe Mahmūd perdió el favor hacia el fin del reinado de Ibrāhīm, entonces debió haber habido allí un sustituto para él como gobernador de la India, y este fue probablemente su hermano Mas‛ūd; por lo tanto, al menos alguno de los elogios dedicados a Mas‛ūd por los poetas caería dentro del periodo antes de su ascensión al sultanato en 492/1099. Cuando se convirtió en soberano, nombró a su propio hijo Adud al-Dawla Shīr-Zād (el futuro efímero sultán, 508-9/1115-16), como gobernador en la India. Mas‛ūd-i Sad Salmān, liberado ahora de su encarcelamiento en Nāy, se convirtió en uno de los íntimos de Shīr-Zād en la India, y especialmente del gobernador delegado allí, Qiwām al-Mulk Nizām al-Dīn Abū Nasr Hibatallāh Fārsī, famoso como administrador, guerrero y poeta. Hay en el Dīwān de Mas‛ūd-i Sad un número considerable de poemas dedicado a Abū Nasr-i Fārsī, y este último nombró al poeta -que como nativo de Lahore debe haber sido una valiosa información del Punjab- gobernador (el termino empleado por el mismo Mas‛ūd-i Sad en uno de sus poemas es qahrawān) de Jālandhar o Chālandhar, como muestran varias referencias en los poemas.
India era así el principal objetivo de la actividad militar ghaznawí en esta época, y la única otra esfera de acción conocida para nosotros (aparte de lo que era básicamente una operación de posesión contra los Saljuqíes en el oeste) era la de Ghūr, la montañosa e inaccesible región de Afganistán central; sabemos de la política de Ibrāhīm, respecto a Ghur principalmente a través de la información del Tabaqāt-i Nāsirī del historiador Jūzjānī, y a través de una referencia en un poema de Mas‛ūd-i Sad, dedicado al sultán Ibrāhīm y alabando sus conquistas en la India y Ghūr.
Ghūr había sido llevado a una imprecisa posición de vasallo viv-à-vis con el imperio ghaznawí inicial por el sultán Mahmūd y su hijo Mas‛ūd, quienes en 401/1011, 405/1015 y 411/1020 habían dirigido ambos expediciones a Ghūr, estableciendo los inicios del Islam allí en lugar del paganismo indígena, y que había instalado a uno de las pequeños jefes allí, Abū Alī b. Muhammad b. Sūrī de la familia Shansabānī de Āhangarān en el alto Heri Rud, como candidato ghaznawí. Cuando los Saljuqíes se hicieron cargo de Khurasan y Afganistán occidental, Ghūr era entonces una zona tapón entre los dos imperios (y por lo tanto, de alguna importancia estratégica, ya que los saqueadores procedentes del corazón de Ghūr pudieron acosar las rutas que bordeaban los límites de su región), pero parece haber conservado sus conexiones con Ghazna. De las fuentes solamente Firishta afirma que en 438/1046-7 Mawdūd envió a su general Barstigin (este nombre, “príncipe-tigre” en turco, parece ser la mejor interpretación del ductus consonante del manuscrito usado aquí) a Ghūr con una fuerza para ayudar al hijo de Yahyā Ghūrī contra Abū Alī. Barstigin capturó la fortaleza de Abū Alī allí, y envió tanto a Abū Alī como al hijo de Yahyā Ghūrī de vuelta a Ghazna, donde ambos fueron ejecutados. No tenemos mención en absoluto de estos sucesos en el Tabaqāt-i Nāsirī, que es nuestra fuente más detallada y fiable para los asuntos en Ghūr durante el siglo V/XI, ni es conocido de nada el “hijo de Yahyā Ghūrī” por otro lado. Es posible que la historia de la traicionera ejecución de los dos jefes ghūríes sea un eco de sucesos del siglo siguiente, cuando el ghaznawí Bahrām Shāh ciertamente intentó refrenar el poder emergente de los Shansabāníes al incluir las muertes de sus jefes. En todo caso, el grado de control sobre Ghūr ejercido desde Ghazna en el siglo V/XI indudablemente varió según la fortaleza de la autoridad personal del sultán; una fuente dice que Ghūr y Gharchistān se alejaron completamente durante el reinado de Abd ar-Rashīd y el periodo de la usurpación de Toghrïl. Cuando fue capaz, Ibrāhīm se esforzó por restaurar un grado de control sobre Ghūr; desafortunadamente, no disponemos de datos en absoluto para estas relaciones ghaznawíes-ghuríes. El amīr Shansabānī Abū Alī había sido expulsado en un disturbio por su sobrino Abbās b. Shīth b. Muhammad b. Sūrī, de nuevo en una fecha que no se especifica pero que debe haber estado en los años medios del siglo V/XI. Abbās le proporcionó un fuerte y tiránico gobernante; sus exacciones y confiscaciones levantaron un amplio descontento en Ghūr, y un grupo de jefes locales apelaron al sultán Ibrāhīm a que interviniera en su país. Por tanto, Ibrāhīm partió con un ejército, y con el apoyo de los intereses locales depuso y aprisionó a Abbās, instalando en su lugar a su hijo Muhammad b. Abbās. Es esta expedición a la que alude Mas‛ūd-i Sad en su eulogio de Ibrāhīm, donde habla de “la conquista de Ghūr y el caso de Muhammad-i Abbās [en el texto de Yāsimī, ‛.lāsh]”, y donde describe la inaccesibilidad de la fortaleza de Abbās y las dificultades de asaltarla; en el ataque, los guardias de palacio (sarāiyān) estaban en primer plano, y corrió tanta sangre que “las montañas de Ghūr se llenaron todas con el carmesí de las anémonas”. Muhammad b. Abbās es elogiado por Jūzjānī por sus virtudes y humanidad, cualidades contrastadas con los vicios de su padre, y se dice que se había mantenido vasallo de Ibrāhīm, viniendo periódicamente a rendir homenaje y pagar regularmente el tributo estipulado. Se desconoce hasta donde se ejercía el control ghaznawí sobre la totalidad de Ghūr, a diferencia del principado de los Shansabāníes; Jūzjānī, como, en efecto, historiador oficial de la dinastía Ghūrí, tiende a inflar la importancia y extensión de la esfera de influencia de los Shansabāníes, pero es probable que Ghūr permaneciera hasta principios del siglo VI/XII políticamente fragmentado, con varios jefes locales controlando varios de sus aislados valles.
d) Relaciones con el califato Abbāsí
Las relaciones con el califato Abbāsí en Bagdad deben haber sido mantenidas por los ghaznawíes posteriores, aunque no tenemos información sobre embajadas específicas durante el reinado de Ibrāhīm. Mahmūd y Mas‛ūd habían sido en la primera parte del siglo especialmente entusiastas en mantener estrechas relaciones con los Abbāsíes, proyectando su imagen de defensores de la ortodoxia sunní contra el shī‛ismo extremista y otras herejías, y anunciando su intención declarada de salvar a los califas del yugo en Iraq de los Būyíes shī‛íes. Al final, fueron los Saljuqíes quienes liberaron a los califas de los Dailamíes, pese a sustituir ellos mismos una tutela sobre los Abbāsíes que era un poco más ligera que las de los Būyíes; y el imperio enfocado hacia el este de Ibrāhīm y sus sucesores ya no tenía tales contactos geográficos cercanos con Iraq como había tenido Mahmūd y Mas‛ūd después de la conquista de Ray y Jibāl en 420/1029. No obstante, hasta donde sabemos, los sultanes seguían considerando importante la legitimación, por parte de los califas, de su sucesión al trono desde los puntos de vista de propiedad constitucional y de la yuxtaposición de su posición real a los ojos de sus súbditos. Faltando el trabajo de Baihaqī para el reinado de Ibrāhīm, no disponemos de nada parecido al detallado relato de ese historiador de la recepción de Mas‛ūd del enviado del califa al-Qādir en Nīshāpūr en 421/1030; este enviado le traía un manshur o patente de investidura y una sarta de títulos honoríficos, todos ellos potentes armas en la lucha de Mas‛ūd para establecer su pretensión al trono contra su hermano Muhammad. Ni tampoco poseemos ningún texto como la proclamación pública del sultán Mas‛ūd de la sucesión al califato de al-Qāim en 423/fin de 1032 y el anuncio de su propia alianza declarada al nuevo Comandante de la Fe.
Tenemos el texto de un adornado fath-nāma o proclamación de victoria, emitida por al-Qāim y escrita por su secretario cristiano Ibn Mausilāyā, anunciando la derrota final en Bagdad del rebelde Arslan Basāsīrī (Dhū l-Hijja de 451/enero de 1060) para Ibrāhīm, pero esto no nos dice nada sobre las relaciones Abbāsíes-Ghaznawíes más allá del hecho de que el califa consideraba al sultán como uno de los importantes potentados contemporáneos a los que debía ser enviado tal documento. Sin embargo, dejando aparte el texto del documento mismo, puede haber posiblemente algún significado diplomático y constitucional en el hecho de que el encabezamiento del fath-nāma, dado por Qalqashandī, afirma que Abū Sa‛īd al-Alāb. Mausilāyā lo escribió en nombre de al-Qāim billāh para Adud al-Dawla Alp Arslan, para Mas‛ūd b. Mahmūd [es decir: Ibrāhīm b. Mas‛ūd], el señor de Ghazna, en los límites más cercanos de la India. Si esto es auténtico, y estipula que una copula no se había abandonado entre los nombres de los dos líderes saljuqíes y ghaznawíes, esto puede implicar que los Saljuqíes estaban ahora requiriendo a los califas comunicar con los ghaznawíes solamente por sí mismos (Alp Arslan aún no era Gran Sultán, pero era gobernante virtual de las tierras orientales de los Saljuqíes en lugar de su padre enfermo Chaghrï Beg Dāūd). Un gobernante enérgico era a menudo era capaz de requerir de sus vecinos o vasallos, sobre todo si los enviados a y desde estos últimos tenían que atravesar sus propios territorios, que deberían comunicar con la sede del califato solamente a través de sí mismo. En su albor, los Ghaznawíes había impuesto ellos mismos estas condiciones: en 404 o 405/1014 el Khwarizm-Shāh mamūAbū l-Abbās Mamūn b. Mamūn había tenido miedo de recibir directamente del califa una patente de investidura, una túnica de honor, títulos honoríficos y otras insignias de realeza, para que no se ofendiera el sultán ; en 422/1031 el califa se comprometió con Mas‛ūd en que no negociaría o pactaría con los Qarakhaníes de Transoxiana excepto a través de los Ghaznawíes. Los Saljuqíes, por supuesto, controlaban ahora todas las rutas terrestres a través de Persia que conectaban Iraq con Ghazna, y bien podían haber sido capaces de forzar las restricciones al menos en el extremo de Bagdad; si fueron capaces de imponer una petición similar en el otro extremo, el que está en los Ghaznawíes, es menos probable.
Ibrāhīm tenía una serie resplandeciente de títulos honoríficos, reunidos en el curso de su extenso reinado. En ausencia de información explícita, podemos asumir que estos fueron solicitados por él desde Bagdad en el modo normal, y fueron buscados a cambio de reconocimiento público de los Abbāsíes en la khutba y en la sikkak o acuñación de moneda (como las monedas existentes de Ibrāhīm demuestran se hacía, de hecho) y a cambio de ricos presentes a Bagdad procedentes del botín de la India. Es en los textos de ciertos poemas, más bien que en las fuentes históricas, donde encontramos mención de la recepción de títulos honoríficos y otros favores califales. Así, entre los numerosos poemas de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān en alabanza de Sayf al-Dawla Mahmūd b. Ibrāhīm, hay dos poemas compuestos con ocasión de la adquisición de Mahmūd -sin duda después de algún éxito militar especial en la India- de los títulos de Sanī‛ Amīr al-Muminīn y Izz al-Milla de parte de o bien de al-Qāim ( 467/1075) o su sucesor al-Muqtadī (467-87/1075-94). En uno de esos dos poemas aparecen los versos:
Oh, tú, sobre el que el Comandante de los Creyentes ha concedido el título de su devoto compañero [sanī‛], puede tu gloria incrementarse de un modo similar.

Previamente tú tenías el título adicional de “Espada del Estado” y ahora el Comandante de los Creyentes ha añadido a este el de “Gloria de la comunidad religiosa”
Asimismo, y en un periodo ligeramente posterior, Mas‛ūd-i Sad escribió un poema en elogio del recientemente instalado sultán Malik Arslan b. Mas‛ūd (por tanto, posiblemente en 509/1115), felicitándole por la recepción de la insignia de gobierno de parte del califa, incluyendo un estandar (liwā) y un diploma de investidura (ahd).
e) Ibrāhīm como gobernante
A pesar del retrato del sultán Ibrāhīm construido por sus panegiristas y por los escritores posteriores de la literatura adab, la imagen de él como el tipo ideal de los gobernantes islámicos, el amigo de la religión, el pastor de su pueblo y el mecenas de una edad, podemos fácilmente discernir que el sultán ni era un piadoso simplón ni un fanático obsesionado por la proyección de us propia imagen, sino, más bien, un realista testarudo. La tendencia general de su actividad política hacia los Saljuqíes enfatiza esto, como hemos visto arriba, como también su flemática valoración de la posición y recursos del imperio ghaznawí en su propio tiempo comparado con el de sus antepasados. Probablemente no debemos estar muy equivocados en considerarle como un despótico soberano del cuño de su padre y de su abuelo. Pidió la misma obediencia implícita y lealtad incuestionable de sus servidores, como se demuestra por su crueldad hacia el caído visir Abū Sahl Khujandī y el celo con el que estaba pendiente de los signos de incompetencia en la administración de las provincias indias o señales de incipiente rebeldía entre sus oficiales y comandantes en ese foco de problemas clásico.
La cruel explotación financiera de las provincias dependientes había sido una primera razón para la rápida pérdida de la lealtad ghaznawí de Jibāl y Khurasan en la época de las incursiones saljuqíes durante el reinado de Mas‛ūd. A pesar de la esfera más restringida de operaciones de la burocracia imperial y los recursos disponibles por medio del saqueo y tribu desde la india, los costes administrativos de gestionar el imperio ghaznawí y su ejército durante el reinado de Ibrāhīm todavía deben haber sido pesados; el sultán sin duda vivía opulentamente, con bellos palacios y jardines, aunque no disponemos de información explícita sobre estos, y con una guardia de élite de soldados altamente pagados y ricamente equipados. Ciertamente, mantuvo, como sus predecesores, un extenso séquito de estudiosos y hombres letrados. De hecho, Jūzjānī destaca que el hijo y sucesor de Ibrāhīm, Mas‛ūd, tuvo que deshacerse, en su ascenso, de algunas molestas prácticas financieras del reinado anterior.
La muerte de Ibrāhīm tuvo lugar el 5 de Shawal de 492/25 de agosto de 1099 a la edad de 68 años lunares y después de haber reinado durante 42 años lunares. Su tumba, de acuerdo con un estudio de las inscripciones de tumbas de Ghazna y su distrito escrito en 1326/1908, estaba “en la parte noreste de la Ghazna [medieval] cerca de la tumba del Shaīkh Radī al-Din Alī Lālā; esta información probablemente se deriva de la tradición oral que hace de un ziyarāt o santuario bastante reciente, conocido como el del sultán Ibrāhīm, su último lugar de reposo.



II. Mas‛ūd III y sus hijos: Equilibrio y declive incipiente
a) Reinado de Mas‛ūd
El medio siglo más o menos que se extiende desde la muerte de Ibrāhīm en 492/1099 hasta la lucha por el poder en Afganistán oriental entre los Ghūríes y los Ghaznawíes que estalló en ca.543/1148 abarca los reinados de Mas‛ūd III b. Ibrāhīm (492-508/1099-1115) y sus tres hijos, gobernantes sucesivamente, Shīr-Zād (508-9/1115-16), Malik Arslan (509-11/1116-17) y Bahrām Shāh (511-552?/1117-1157?). Forma un periodo de equilibrio comparativo para el imperio ghaznawí, después de la recuperación de la prosperidad y estabilidad por Ibrāhīm y antes del prolongado, pero definitivamente fatal, conflicto con los Ghūríes. Incluso así, dentro de esas décadas uno puede distinguir signos de incipiente declive dentro del estado una vez que terminó el reinado de Mas‛ūd. Su muerte fue seguida pro cuatro años de luchas intestinas entres sus hijos, y el que emergió victorioso, Bahrām Shāh, logró el poder únicamente con el apoyo del sultán saljuqí oriental Sanjar, en cuyo vasallo tuvo ahora que convertirse por la fuerza. En consecuencia, por primera vez desde que Mahmūd b. Sebüktigin se sacó de encima la soberanía de los Sāmāníes en 389/999, el estado ghaznawí se convirtió en súbdito de un poder exterior.
No sabemos absolutamente nada sobre la transferencia de poder a Mas‛ūd a la muerte de su padre en Shawwal de 492/agosto de 1099 más allá de la simple mención de Ibn Bābā de las disputas fratricidas en este punto. No puede, de hecho, haber sido extraño si, fuera de la extensa progenie de Ibrāhīm (detallada como hemos visto por Jūzjānī) alguno debió haber disputado la sucesión con Mas‛ūd. El príncipe Sayf al-Dawla Mahmūd, el vencedor en muchas campañas de la India habría sido un serio rival en cualquier disputa con Mas‛ūd por el trono; la ausencia de cualquier mención de él en esta época indica que, o bien estaba ya muerto, o sino había sido encerrado para el resto de su vida en alguna fortaleza.
Abū Sad Mas‛ūd tuvo los títulos honoríficos de Jalāl al-Din (así de acuerdo con Ibn al-Athīr) Ala al-Dawla wa-l-Dīn, Sanā al-Milla, Zahīr al-Umma (así, para el Zahīr al-mām de una moneda leída por Rodgers), y Nizām al-Dīn wa-l-Dunyā. El segundo laqab, Ala al-Dawla wa-l-Dīn, es uno de los más frecuentemente usados en las fuentes literarias, mientras que los restantes figuran principalmente en sus monedas, junto con grandilocuentes frases como Maulā s-Salātīn, al-Malik al-Muayyad al-Qādim bi-amr Allāh y al-Qāim bi-hujjat Allāh. A dos de los títulos honoríficos de Mas‛ūd se hace referencia en un verso de una oda dedicada a él por Uthmān Mukhtarī,
Khudāyigān-i salātīn, Alā’-i Daula u Dīn, Nizām-i Dunyā, maulā l-mulūk, shāh-i jahān
El nombre del califa Abbāsí al-Muztazhir (487-512/1094-1118) aparece en sus monedas, indicando que la política tradicional ghaznawí de reconocer la supremacía religiosa y moral del califato de Bagdad era mantenida pos Mas‛ūd, un hecho confirmado por el título Nāsir Khalīfat Allāh que aparece en la inscripción del minarete de Mas‛ūd en Ghazna.
Considerando la duración de dieciséis años del reinado aparentemente fructífero de Mas‛ūd, estamos lamentablemente informados sobre los acontecimientos específicos que caen dentro de él. Mas‛ūd se había casado pronto con una princesa saljuqí, la Mahd-i Iraq Jauhar Khatun bint Malik Shāh, posiblemente en ca.475/1082-3, aunque la fecha exacta es desconocida, y las relaciones generalmente armoniosas entre los ghaznawíes y la rama oriental de los Grandes Saljuqíes continuaron durante el reinado de Mas‛ūd. La facilidad con que un poeta como Uthmān Mukhtarī se desplazó de un lado para otro entre la corte de Ghazna, la de los Saljuqíes en Kirman y la de los Saffaréis en Zarang, apunta además a relaciones generalmente amistosas. Tenemos mención específica en las fuentes históricas de solamente un episodio potencialmente perturbador aquí, aunque incluso esto no parece haber agitado la superficie del entente entre Mas‛ūd y Sanjar.
De acuerdo con las fuentes históricas, en la manera más detallada en Ibn al-Athīr, bajo el año 495/1102-2, más sumariamente en Bundarī, el gobernante qarakhaní del khanato occidental de Bukhara y Samarcanda, Qadïr Khan Jibrā’īl b. Umar, intentando tomar ventaja, primero de la ausencia de Sanjar, en Bagdad en 494/1100-1 ayudando a Muhammad b. Malik Shāh contra el sultán rival Berk-Yaruq, y segundo, de una severa, casi mortal enfermedad que afligió a Sanjar en esta época. El khan estaba estimulado por uno de los comandantes turcos de Sanjar, Küntoghdï, anterior ghulām del príncipe saljuqí Tutush b. Alp Arslan, pero este intento de invadir Khurasan desde Transoxiana fue detenido en Tirmidh sobre el Oxus. El khan fue derrotado en la batalla, capturado y luego ejecutado por Sanjar por el incumplimiento de lealtad a su soberano saljuqí (2 de Shabān de 495/22 de mayo de 1102), pero Küntoghdï, o bien escapó de cautividad al arrastrarse durante dos farsakhs a través de una alcantarilla subterránea de un qanāt de irrigación, o de acuerdo con otra versión de la historia, se le permitió salir de los dominios saljuqíes. En todo caso, Küntoghdï aparecio en Ghazna, y como oficial experimentado fue bien recibido en el ejército ghaznawí. Ganó la aprobación del sultán Mas‛ūd al asaltar y tomar una fortaleza de rebeldes en las montañas de Ūtān (? Ūnān), a 40 farsakhs de Ghazna, después de que los propios ataques de Mas‛ūd sobre su posición hubieran sido infructuosos. Pero su ascenso en el favor del sultán desencadenó envidias entre los otros comandantes del ejército ghaznawí, y Küntoghdï fue obligado a huir para salvar su vida hacia Herat y dominios saljuqíes una vez más, donde murió.
La esfera principal de las propias actividades militares de Mas‛ūd, aparte de expediciones punitivas contra los rebeldes locales tales como la infructuosa mencionada arriba, fue la India. Hemos visto que fue probablemente Mas‛ūd quien reemplazó a su hermano Sayf al-Dawla Mahmūd después de la caída de este último de la gracia hacia el fin del reinado del sultán Ibrāhīm, y un poema tal como la oda dedicada a Mas‛ūd por Uthmān Mukhtarī en la que se dirige al ghaznawí como Ghazi se puede fechar bien desde los años en que era gobernador de la India. De acuerdo con Fakhr-i Mudabbir, Mas‛ūd era un pastoso guerrero con las armas de la variedad bilgetigīnī de maza (¿recibe su nombre a partir del comandante esclavo de Alptigin, Bilgetigin, que había gobernado en Ghazna antes de la elevacion de Sebüktigin al poder allí?) y la qalāchūrī o espada de caballería larga y curvada. Los poetas de la época asiduamente desarrollaban la imagen del sultán y su hijo Shīr-Zād como poderosos combatientes por la fe en la India. Así Uthmān Mukhtarī de nuevo establece que el sultán (o el príncipe, si este poema particular data de antes de la muerte del sultán Ibrāhīm):
Si Malik Mas‛ūd-i Ibrāhīm, amante de la religión, se pavonea orgullosamente una vez más a través de la India para elf irme sostenimiento de la fe de su Dios,
Siembra allí un trabajo con tal mordacidad y renombre que el pueblo en Khurasan lo convertirá en un ejemplo a seguir para todos.”
De especial interés es una larga oda por este mismo poeta, compuesta por Uthmān mientras permaneció en la corte del amīr saljuqí de Kirmān y cuando le alcanzó allí el fath-nāma o proclamación anunciando una espectacular victoria de Mas‛ūd en la India. El poema habla de la conquista de una fortaleza allí, hasta entonces inexpugnable durante mil años, en el curso de dicha conquista “la luna de la norma del raja” fue lanzada a la tierra y un templo-ídolo derribado y quemado. La propia daga del sultán forjó allí un efecto comparable al milagro de la inundación de Noé, al producir un mar de varias cabezas, y un inmenso botín fue traído de vuelta a Ghazna.
Tanto Mas‛ūd-i Sad-i Salmān como Abū l-Faraj Rūnī aluden en sus versos a la captura por Mas‛ūd (explicita en Mas‛ūd-i Sad, por inferencia para estar conectado con Mas‛ūd en Rūnī) del gobernante de Kanauj, que después fue rescatado -pero solo después de un largo intervalo- por su propio hijo. El gobernante capturado es llamado en los poemas como M.h.l.y/M.l.h.y o Mtly, que se intenta identificar con Mahītala/Mahīyala, el padre del rājā de Kanauj Chandradeva; pero en el terreno cronológico esto es imposible, y por tanto Ganguly sugiere que en realidad estamos tratando con el hijo y sucesor de Chandradeva, Madanachandra o Madanapala (gobernó en Kanauj, 1100-1114). Este gobernante fue rescatado de los musulmanes por su propio hijo Govindachandra (reinó de 1114 hasta después de 1154) como aparece de los indicios de inscripciones de los Gāhadavālas que se fechan desde 1104-1109.
Las incursiones del comandante de Mas‛ūd Togha(n)tigin (la ortografía Toghān-tigīn es, de hecho, explicita en un poema de Uthmān Mukhtarī, dedicado al hijo de Mas‛ūd, Malik Arslan, donde es mencionado con otro general turco, Alp Sonqur), que llegó hasta el Ganges-Jumna Dōāb, ya han sido señaladas, y es muy probable que las actividades en la India central del general Najm al-Dīn Zarīr Shaibanī, hijo de Bū Halīm Shaibanī, cayeran dentro del sultanato de Mas‛ūd. Un poema de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān, dedicado a Najm al-Dīn Zarīr describe como este último marcha con un ejército contra Mālwa, en la India central y luego contra la fortaleza de Kālinjar (Kālañjara) en Bundelkhand, por el camino de Narā’īn (es decir, Nārayapur, en el antiguo estado de Alwa), que estaría en la ruta desde el río Jumna y el distrito de Āgra. Parece, por tanto, posible que estas incursiones, eran un colgante a, o una continuación de, las del príncipe Mahmūd contra Āgra y Kanauj descrita arriba. Najm al-Dīn Zarīr, en consecuencia, puede haberse separado del ejército principal para marchar contra los reyes paramāras de Ujjain. Una inscripción, procedente de Nagpur de 1104, cuando el gobernante paramara era Naravarman, informa de que el hermano y predecesor del soberano Laksmadeva (reinó en alguna época entre 1088 y 1094) rechazó un ataque de los Turuskas. Este freno puede haber sido la razón de por qué el ejército ghaznawí se desvió desde Malwa en direccion noreste hasta Kalinjar en el territorio de los Chandellas, donde compitió contra el rey Chandella Kīrttivarman, antes de volver, remontando el valle del Jumna hasta el Punjab.
A partir de menciones en los poetas contemporáneos, más que de las fuentes históricas, conocemos los nombres de uno u otros dos de los oficiales y comandantes de Mas‛ūd en la India. Uno de los mandūhs de Sanā’ī era el amīr sarhang Muhammad Harawī, cuyas valerosas hazañas en Kanauj son mencionadas por el poeta. Conocido por referencias en los versos de Uthmān Mukhtarī, Mas‛ūd-i Sad-i Salmān y Sanā’ī, es el sarhang Muhammad Khatibī. Este último era tanto erudito y poeta, participando en las competiciones con su amigo Mas‛ūd-i Sad, como comandante y administrador, ocupando en un periodo en el sultanato de Mas‛ūd el gobierno de Qusdar en el Baluchistán nororiental antes de que los difamadores aseguraran su destitución y encarcelamiento en la fortaleza de Maranj. Uthmān Mukhtarī le dedicó un poema, en la que es descrito como “el Sadr, Amīd, Sarhang Muhammad b. Khatīb’, y como gobernador (āmil) de Sind; si ocupó este importante cargo antes o después de su encarcelamiento se desconoce.
Mas‛ūd disfrutó de los servicios del visir de su padre Abd al-Hamīd b. Ahmad b. Abd as-Samad, cuya tenencia del cargo se extendió a través de la totalidad del reinado de 16 años del sultán, y varios otros de los altos oficiales de Ibrāhīm, tales como Thiqat al-Mulk Tāhir b. Alī, parecen haber continuado sirviendo al nuevo sultán. El carácter del sultán mismo difícilmente emerge de la brevedad de las fuentes sobre su reinado. El Tabaqāt-i Nāsirī destaca que en su ascensión, Mas‛ūd se deshizo de muchas prácticas financieras severas que quedaron del anterior reinado:
Suprimió la totalidad de cuotas represivas que se habían establecido previamente; abolió completamente la exacciones extraordinarias recaudadas por los oficiales del Diwan [? awārid-i qalamī; Raverty simplemente traduce “los gastos para contingencias”], por toda la región de Mahmūdī [? sarband-i mahmūdī, quizas refiriéndose al núcleo de los primeros territorios ghaznawíes, esto es, el distrito más próximo a Ghazna] y Zabulistān, y disminuyó todos los peajes y tass de tránsito en todo el imperio.”
Tales actos de benevolencia no eran inusuales en la ascensión de un monarca, cuando la nueva escoba barría bien por un tiempo; pero después, los viejos abusos a menudo reaparecerían lentamente, cuando la urgente necesidad de nuevas fuentes de impuestos, para financiar campañas militares y mantener el opulento estilo de vida de los sultanes, se hizo más apremiante. Dos anécdotas de Fakhr-i Mudabbir, fundidas en un molde familiar, enfatizan la equidad de Mas‛ūd y la preocupación por el bienestar de sus súbditos. En la primera de esas historias, situada en el año 503/1109-10, el sultán deja sobe el terreno una valiosa perla que había caído del pico de su halcón, superando su chatr o parasol ceremonial, para que alguna persona pobre pudiera encontrarla y por tanto, volverse rico; y en una segunda, el sultán, con ocasión de una hambruna y plaga de langostas en Ghazna en 505/111-12, sacó al mercado grano de los graneros reales y lo vendió al pueblo al 70% del precio normal. Dos anécdotas más son encontradas en la colección de Aufī: en la primera, Mas‛ūd, en su ascenso, retira toda la moneda devaluada y corrupta que circulaba por la India, y en su lugar puso en circulación por valor de tres millones del tesoro real; y en la segunda, ruega fervientemente a Dios que pueda detener la incesante lluvia que estaba afligiendo a la vecindad de Ghazna.
Que Mas‛ūd siguió viviendo como sus antepasados, dentro de un ambiente de espléndidos palacios y jardines, está demostrados pro el reciente descubrimiento de uno de sus palacios en Ghazna. La situación de este palacio ha sido el objeto de excavaciones a cargo de la Mision Arqueológica Italiana en Afganistán desde 1957, y lo coloca cerca del bien conocido minarete de Mas‛ūd III (anteriormente atribuido al sultán Mahmūd). La atribución del palacio a Mas‛ūd III parece incontestable después del descubrimiento por el equipo italiano de una inscripción árabe describiendo como Muhammad b. Husayn b. Mubārak completó el trabajo de construcción en Ramadan de 505/marzo de 1112; el nombre del sultán aparece, además, en una pieza de piedra usado en el mihrab de un oratorio tardío construido en el lugar del palacio. El palacio fue construido, como otros edificios ghaznawíes en Ghazna y en Lashkar-i Bāzār cerca de Bust, de ladrillo (los muros alrededor del principal patio rectangular, cada uno con un īwān, eran realmente de ladrillo refractario) y por lo tanto tuvo una vida corta. Bien puede haber sido abandonado por la época del propio hijo de Mas‛ūd y el segundo sucesor después de éste, Malik Arslan, pues Bombaci ha citado una poesía de Uthmān Mukhtarī estableciendo que Arslan construyó su propio palacio (qasr) y fue coronado allí, y que eligió residir en su propio palacio y cuartel administrativo (daulat-khāna).
b) Las luchas por el poder entre los hijos de Mas‛ūd.
Mas‛ūd murió en Shawwal de 508/marzo de 1115, a la edad de 55 años lunares. Como era habitual con los ghaznawíes, dejó numerosa descendencia, de la cuál Jūzjānī nombra a una docena más o menos. Se desconoce si Mas‛ūd había seguido la por ahora la práctica consagrada por el tiempo de encarcelar o desembarazarse de potenciales rivales al trono, en la forma de sus hermanos y parientes masculinos mayores; en todo caso, sus propios hijos rápidamente se enemistaron unos con otros en los años que siguieron a su muerte.
De acuerdo con el ahd o testamento de Mas‛ūd, su segundo hijo, Shīr-Zād accedió al trono, pero reinó un año solamente. Como ocurrió con los dos efímeros sucesores de Mawdūd, Mas‛ūd II b. Mawdūd y Alī b. Mas‛ūd I, Shīr-Zād no es mencionado en muchas de las fuentes. No es sorprendente que Ibn al-Athīr y las fuentes saljuqíes ignoraran la existencia de Shīr-Zād, pero es notorio que un historiador local como Jūzjānī no haga mención de él tampoco; de hecho, es únicamente en la comparativamente tardía fuente de Hamdallāh Mustaufī, y en fuentes incluso más tardías que le siguieron, como Firishta, donde nada más encontramos algún registro de él. Shīr-Zād tenía el título honorífico de Adud al-Dawla cuando él estaba actuando como gobernador en la India por su padre, y allí le está atribuido en las fuentes el laqab adicional de Kamāl al-Dawla, probablemente adoptado por él al convertirse en sultán; al parecer no se conserva ninguna moneda suya. De acuerdo con Mustaufī, Shīr-Zād reinó durante solo un año, y luego en 509/1116 su hermano Malik Arslan le expulsó y mató. Podemos completar esta lacónica noticia mediante una referencia del historiador local de Tabaristān, Ibn Isfandiyār. En su sección sobre los Bawandíes, que fueron una antigua dinastía local de la región caspiana, menciona que Shīr-Zād buscó refugio con el Ispahbad Alāal-Dawla Alī b. Shahriyār, que le dio los medios para realizar el peregrinaje a La Meca, después de que Shīr-Zād de regresar a Ghazna. En el terreno cronológico, esta peregrinación debe relacionarse a Dhū l-Hijja de 509/abril-mayo de 1116; la implicación parece ser que Shīr-Zād fue expulsado del trono en Shawwāl de 509/febrero de 1116, huyó a las tierras del Caspio, hizo la peregrinación desde allí y luego intentó recuperar su trono en Ghazna, pero fue muerto por Malik Arslan.
Malik Arslan (a veces se le da en las fuentes el nombre de Arslan Shāh) era el tercer hijo de Mas‛ūd, y era probablemente el hijo de una princesa saljuqí, la Mahd-i Irāq Jauhar Khātūn, ya que dos poemas de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān dedicados a Malik Arslan le alaban por su linaje dual, el de Mahmūd de Ghazna por una parte, y el del saljuqí Abū Sulaymān Chaghrï Beg por la otra.
Si Malik Arslan tenía, como parece más probable, 27 años cuando fue asesinado en 512/1118, debe haber nacido en 485/1092 y haber tenido 26 en este punto. Entonces accedió al trono de Ghazna el viernes 6 de Shawwāl de 509/22 de febrero de 1116, de acuerdo con la fecha explícitamente dada en una oda de coronación compuesta para él por Mas‛ūd-i Sad, con el título honorífico de Sultān al-Dawla; su laqab aparce en las pocas monedas conservadas, junto con el reconocimiento del califa Abbāsí, al-Mustazhir. Su patronímico, conocido a partir de frecuente referencias en sus panegiristas, tales como Uthmān Mukhtarī -quien, a partir del considerable número de odas que él dedicó a Malik Arslan durante el último corto reinado de tres años puede considerar el poeta laureado de Malik Arslan- fue Abū l-Mulūk. El deseo profético expresado en su kunya, “Padre de monarcas”, por supuesto nunca se realizó, ya que los últimos tres monarcas del linaje ghaznawí, inmediatos sucesores de Malik Arslan, comprendieron a su hermano Bahrām Shāh y la progenie de este último. Hay mención en las fuentes de únicamente uno de los propios hijos de Malik Arslan, a saber, Khusraw Malik. Sobre la prueba de una oda de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān (quien, como Uthmān Mukhtarī, disfrutó un periodo de favor real y patronazgo en el reinado de Malik Arslan) felicitando a Malik Arslan con ocasión del nacimiento de su hijo, al que le fue dado aparentemente el título de Jamāl al-Milla, nació durante el sultanato de su padre. Uthmān Mukhtarī también tiene un poema en alabanza del infante Khusraw Malik. Del destino posterior del niño, no obstante, no se sabe nada.
Consciente del conflicto que acababa de tener para ganar el trono, Malik Arslan inmediatamente encarceló o cegó a todos sus hermanos restantes, con la excepción de Bahrām Shāh, quien estaba afortunadamente ausente en Zamīn-Dāwar en la época de la toma del poder de Malik Arslan. Su visir fue Shams al-WuzarāQutb al-Dīn Nizām al-Mulk Abū l-Fath Yūsuf b. Yaqūb (hermano de Abū l-Alā Atāb. Yaqūb, que había servido al sultán Ibrāhīm); nada se sabe de sus actos ejecutivos, y el último visir mencionado en los trabajos biográficos sobre visires es el visir de Ibrāhīm y Mas‛ūd, Abd al-Hamīd b. Ahmad b. Abd as-Samad, pero Uthmān Mukhtarī dedica varias odas a Abū l-Fath Yūsuf, que era claramente una persona influyente en el estado. El único suceso doméstico del reinado de Malik Arslan registrado por los historiadores es de una destructiva conflagración en los mercados de Ghazna causado por un rayo que cayó y considerado por los escritores posteriores como un presagio de la brevedad de su reinado y de la violencia que lo llenó.
Debido a las dificultades al asegurar el trono y la amenaza que pronto emergió hasta su posición desde el rival Bahrām Shāh, Malik Arslan nunca fue capaz de hacer campaña personalmente en la India, el deber sagrado de todos los sultanes ghaznawíes; solamente al final de su reinado, después de la primera instalación de Bahrām Shāh en Ghazna, a saber en 510/1117, se retiró a la India para reclutar un ejército para una revancha. Durante su reinado, el gobierno y el mando militar en la India fue confiado, es deducible a partir de una de los poemas de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān dedicados a Malik Arslan, a dos hermanos de la familia Bū Halīm Shaibānī, que ya tenía una tradición de servicio distinguido en la India: Imād al-Dawla Muhammad b. Alī, que llevaba el título de Ispahbad o comandante en jefe, y Rabī‛, cuya esfera de acción no está especificada pero cuyos deberes pueden haber incluido algo por la parte civil. En este poema, Mas‛ūd-i Sad se regocija en las próximas victorias en la India y el rico botín que los dos líderes trajeron de regreso para el sultán; las hazañas del Sarhang Muhammad-i Alī llegarían hasta Ceilán, y los despojos incluirían cien elefantes de una categoría incluso mejor que la conocida como “aceptable para monarcas” (malik-pasad). En otra oda a Malik Arslan, este mismo poeta describe los fabulosos regalos que Muhammad y Rabī‛ enviaron desde la India al sultán con ocasión de los grandes festivales iranios. Tanto Muhammad como Rabī‛ permanecieron fieles a Malik Arslan después de que Bahrām Shāh hubo asumido el poder en Ghazna, y uno de los primeros actos de este último, una vez que se hubo establecido firmemente sobre el trono, fue una expedición punitiva en la India con el objetivo de traer a Muhammad de vuelta a la lealtad.
Bahrām Shāh codiciaba el trono de su medio hermano Malik Arslan y no estaba dispuesto a permitir que este último continuara en posesión del poder imperial. Gulam Mustafa Khan ha demostrado la improbabilidad de que Bahrām Shāh fuera hermano pleno de Malik Arslan, es decir, un hijo de la esposa de Mas‛ūd III, Jauhar Khātūn, aunque muchos historiadores (por ejemplo, Rāwandī y Hamdallāh Mustaufī) afirman que Bahrām Shāh era el sobrino y pariente de Sanjar, él mismo hermano de la Mahd-i Irāq. En primer lugar, como ya fue señalado por el moderno editor del Dīwān de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān, Rashīd Yāsimī, en un verso laudatorio del poeta, la ascendencia de Bahrām Shāh se remonta hasta Mahmūd de Ghazna solamente, y no hasta los sultanes saljuqíes además, como era el caso,de Malik Arslan. En segundo lugar, en una anécdota de el Adab al-harb, Sanjar es retratado reacio a intervenir en los asuntos internos ghaznawíes para colocar a su protegido Bahrām Shāh sobre el trono: “El sultán temía que si él iba a prestarle (esto es, a Bahrām Shāh) ayuda y derrocar al sultán Malik Arslan de su trono, el pueblo diría que Sanjar había ayudado a un extranjero pero eliminado a uno de su propia familia del trono”. En tercer lugar, Khan sugiere que si la Mahd-i Irāq también hubiera sido madre de Bahrām Shāh, Malik Arslan no la habría enviado, como relatan ciertas fuentes, en una embajada a Sanjar, ni habría apelado al supremo sultán saljuqí Muhammad b. Malik Shāh con la esperanza de disuadir a Sanjar de su proyectado ataque sobre Ghazna y su plan de colocar a Bahrām Shāh sobre el trono.
Las etapas sucesivas del conflicto diplomático y militar entre Malik Arslan por una parte, y Bahrām Shāh y Sanjar por otro, pueden ser reconstruidas a partir del relato detallado de Ibn al-Athīr y de líneas más breves en Jūzjānī y los historiadores saljuqíes, junto con algún material anecdótico en las colecciones de Aufī y Fakhr-i Mudabbir.
Cuando Malik Arslan fue formalmente aclamado como gobernante de Ghazna en Shawwāl de 509/febrero de 1116, Bahrām Shāh estaba en Zamīn-Dāwar e intentó hacerse una posición allí para afirmar sus propias pretensiones al trono. La lucha tuvo lugar en Tigīnābād, en las que sus fuerzas fueron, no obstante, derrotadas. Con esta amenaza inicial de Bahrām Shāh así rechazada, Malik Arslan fue capaz de enviar tropas a varias partes de los dominios ghaznawíes para asegurar su poder; a estos sucesos se hace referencia en los poemas de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān. Mientras, Bahrām Shāh huyó al oeste, solamente con un asistente y con sus caballos herrados al revés para aludir la persecución, de acuerdo con una anécdota de Aufī. Pasó a través de Sistān y Kirmān y llegó a la corte del amīr saljuqí Muhyī al-Dīn Arslan Shāh b. Kirmān Shāh (495-537/1101-1142), quien había sido unos años antes a este el patrón del poeta Uthmān Mukhtarī. El príncipe saljuqí trató a Bahrām Shāh honorablemente, pero fue reacio a darle apoyo militar sin remisión previa al cabeza de la familia saljuqí en Persia oriental, Sanjar: “Ya que el supremo sultán Sanjar está ahora sobre el trono, no es apropiado para mí darle un ejército, pero he hecho todo dentro de mi poder para ayudarte financieramente”. Entonces envió a uno de sus comandantes a escoltar a Bahrām Shāh sin peligro a la corte de Sanjar en Marv.
Entonces, el fugitivo ghaznawí partió a Khurasan, y rápidamente se hizo con mucho persona grata en el círculo de la corte de Sanjar como compañero de caza y confidente del sultán. De acuerdo con una anécdota de Fakhr-i Mudabbir, la habilidad de Bahrām Shāh con la lanza y especialmente con el arco, fue responsable de la decisión de Sanjar para proporcionarle ayuda militar para arrebatar el trono de Ghazna de manos de Malik Arslan, después de que él hubiera sido testigo de una notable hazaña en el campo de caza. Cuando preguntado sobre su decisión Sanjar respondió que
Me di cuenta que todos los notables, grandes hombres de estado y comandantes militares, habían llegado a ser sus fervientes seguidores y eran unánimes en su alabanza. Además, le encuentro excepcionalmente bravo y valiente, y sin parangón en su habilidad como arquero. De modo que temo que, si utilizara tal talento en el tiro con arco, y me disparara solo una flecha a mí y se llevara mi reino, no habría nadie para recuperarlo. Así [pienso] dejarle hacer lo que pueda con el reino de su padre y antepasados, ¡pero no con el mío!”
Exactamente cuán ansioso estaba Sanjar, de hecho, por intervenir en lo que era realmente un asunto interno ghaznawí es difícil de discernir, pero evidentemente hizo una elección consciente aquí en favor de una política activa. Había habido durante unas décadas un áspero equilibrio de poder entre los imperios saljuqí y ghaznawí, y desde la época del sultán Ibrāhīm b. Mas‛ūd no se había agitado en absoluto el fluido curso de estas relaciones amistosas. Pero Sanjar estaba levantando ahora para sí mismo un poderoso sultanato en el este del mundo iranio, una reconstitución de parte del extenso imperio de su padre Malik Shāh, y su dominio iba a parecer todo lo más fuerte cuando contrastara con la comparativa confusión y debilidad en el que cayó la mitad occidental del Gran Imperio Saljuqí tras la muerte de Muhammad b. Malik Shāh. En Transoxiana, Sanjar ya tenía un tributario y protegido sobe el trono qarakhaní en Bukhara y Samarcanda, su pariente Arslan Khan Muhammad b. Sulaymān (495-524/1102-1130), y aún podía exigir obediencia de sus gobernadores en Khwarizm, los Khwarizm-Shāhs de la línea de Anūshtigin Gharchaī; la perspectiva de traer a los ghaznawíes dentro de esta órbita imperial saljuqí como un poder dependiente más debe haber atraído fuertemente a Sanjar en esta época.
No obstante, la actitud de Sanjar no era de agresión pura. En primer lugar escribió a Malik Arslan urgiéndole a transigir con Bahrām Shāh, sin recibir ninguna respuesta, de acuerdo con Ibn al-Athīr. Pero una anécdota de Aufī, de hecho, describe cómo Malik Arslan envió al qadī Abū l-Barakat en una misión a la corte de Sanjar, cargado de ricos presentes, para determinar la posición de Bahrām Shāh allí e impedir que el sultán saljuqí ayudara al pretendiente con asistencia militar. También, de acuerdo con Jūzjānī y fuentes tardías como Firishta, Malik Arslan trató a su propia madre, la Mahd-i Irāq, con indignidad, y este maltrato de una alta señora saljuqí lógicamente enfureció a Sanjar contra él. Parece improbable, no obstante, que Malik Arslan hubiera cometido una acción tal como esta, indigna de un hijo, así como tácticamente desacertada. Pero el resultado de estos intercambios fue, de hecho, que Sanjar decidió ayudar a Bahrām Shāh. Al escuchar esto, Malik Arslan escribió a la cabeza suprema de la dinastía Saljuqí, Muhammad b. Malik Shāh, en la Persia occidental, quejándose de la actitud hostil de Sanjar. El sultán Muhammad era reacio a interferir en los asuntos de lo que era un poder establecido de antiguo, generalmente amistoso, y ordenó a Sanjar desistir. De acuerdo con Husainī, dijo, “¡Oh, hermano mío, no emprendas esto, pues la casa ghaznawí es antigua, de modo que no la ataques!” A pesar de esto, instruyó a su enviado para que no persiguiera a Sanjar para entregar el mensaje si este último ya había enviado un ejército. Este fue el caso, de hecho; una fuerza ya había partido de Marv bajo el comandante Unar y acompañado por Bahrām Shāh. Llegando a Bust, a estas tropas se unieron un contingente bajo el yerno de Sanjar y tributario, el amīr saffāTāj al-Dīn Abū l-Fadl Nasr b. Khalaf o Tāhir (559/1164).
El ejército de Malik Shāh fue derrotado inicialmente por las fuerzas unidas de Khurasan y Sistān, y los supervivientes volvieron a Ghazna. Malik Arslan ofreció ahora un tributo sustancial a Sanjar si este último acordaba retirar sus fuerzas, pero ahora Sanjar preparaba venir en persona al Afganistán oriental. Malik Arslan desesperadamente recurrió a la diplomacia otra vez, y de acuerdo a las fuentes tardías como Firishta, envió a su madre la Mahd-i Irāq, a Sanjar, con un presente de 200.000 dinares; pero una vez que ella hubo llegado a la corte de su hermano, realmente le incitó contra Malik Arslan en favor de Bahrām Shāh. Hay, sin embargo, alguna duda sobre esta historia, Jūzjānī no la menciona, e Ibn al-Athīr afirma que el embajador de Malik Arslan ante Sanjar era la esposa del tío de Malik Arslan Nasr b. Ibrāhīm (un Nasr es mencionado realmente entre los hijos del sultán Ibrāhīm en la enumeración de Jūzjānī de estos), una princesa saljuqí que había sido casada por la fuerza con el sultán Mas‛ūd III después de que este último hubiera asesinado a su marido original. Sin embargo, cualquiera de las dos princesas que pudiera haber estado envuelta en la misión, el resultado fue el mismo; ella urgió a Sanjar contra Malik Arslan, sobre el terreno de que el gobernante ghaznawí había comportado salvajemente con sus hermanos. Para añadir gasolina a la ira de Sanjar, Malik Arslan tomó y encarceló a uno de los propios enviados de Sanjar a él.
La batalla decisiva entre Malik Arslan y Sanjar tuvo lugar a un farsakh fuera de Ghazna en la llanura de Shahrābād (el Shābahār de Gardizī y Baihaqī, usado inter alia por el ard o revista del ejército ghaznawí?). El ejército ghaznawí tenía su núcleo habitual de elefantes de guerra, 50 de acuerdo con Husainī y Bundarī, 120 de acuerdo con Ibn al-Athīr, encima de los cuales eran llevados arqueros, asegurados por cadenas a sus bestias. Estos elefantes habitualmente ocupaban el centro de la línea, y su carga frecuentemente provocaba terror en el corazón de las tropas que tenían enfrente. Al principio, los elefantes aterrorizaban a los soldados saljuqíes, y rompían a través del centro de Sanjar, girando alrededor para atacar a su ala izquierda. Pero el comandante allí, el amīr Tāj al-Dīn Abū l-Fadl reunió a sus tropas y detuvo a los elefantes al demostrar personalmente cómo sus vientres blandos, desprotegidos de armadura, podían ser desgarrados por dagas desde abajo. La bravura de Tāj al-Dīn en esta batalla le hizo famoso; después fue recompensado ricamente por Sanjar, y sus hazañas fueron elogiadas por los poetas de la época, tales como Abd al-Wāsi Jabali Gharchistānī. Entonces, después de que el amīr Unar dirigiera un ataque del ala derecha saljuqí y barriera tras el ala derecha ghaznawí opuesta, el ejército ghaznawí se desmoronó; los elefantes fueron dispersados, y sus jinetes y arqueros, impotentes para desenredarse ellos mismos de las bestias, no fueron capaces de escapar y fueron masacrados.
Entonces Sanjar entró en Ghazna el 20 de Shawwāl de 510/25 de febrero de 1117 en compañía de Bahrām Shāh. El relato de Ibn al-Athīr dice que Malik Arslan se encerró en la ciudadela de Ghazna, que, no obstante, fue entregada a Sanjar sin lucha. Pero parece que Malik Arslan escapó sin peligro a los territorios ghaznawíes en la India del norte (específicamente, a Lahore, de acuerdo con Hamdallāh Mustaufī), donde buscó la ayuda del gobernador allí, Muhammad b. Alī de la familia Bū Halīm Shaibānī. Cuando Sanjar hizo su entrada triunfal en Ghazna, Bahrām Shāh tuvo que andar enfrente del sultán saljuqí montado. Entonces ascendió al trono ghaznawí como sultán, pero como tributario de Sanjar, viniendo su nombre solamente el cuarto en la khutba después de los del califa Abbāsí al-Mustazhir, el sultán supremo saljuqí Muhammad b. Malik Shāh y el mismo Sanjar; el tributo fue fijado en 1.000 dinares al días (Rāwandī) o 250.000 dinares al año (Husainī).
El ejército saljuqí también comenzó una orgía de saqueo en Ghazna, expoliando los palacios de los grandes hombres, desmontando los platos de plata de las paredes de las casas y los conductos de irrigación de plata de los jardines, hasta que Sanjar intervino y crucificó aun grupo de saqueadores como ejemplo. A pesar de esta muestra de desaprobación, el mismo Sanjar durante su ocupación de Ghazna de cuarenta días se llevó una gran cantidad de tesoro acumulado por los soberanos ghaznawíes, entre los que se menciona cinco coronas, 17 tronos de oro y plata y 1.300 engarces de metales preciosos y joyas. Este saqueo de Ghazna por el ejército saljuqí presagió el que llevó a cabo, a una escala más salvaje, el gobernante ghūAlā al-Dīn Husayn Jahān-Sūz unos 35 años más tarde; como Husainī y Bundarī destacan, antes de esto, Ghazna había sido una ciudad virgen, nunca tomada desde la época de la primera aparición de los ghaznawíes allí a finales del siglo IV/X. Un āmil saljuqí o recaudador de impuestos fue dejado ahora allí para supervisar la recogida del tributo, y fue compuesto un fath-nāma y enviado al sultán Muhammad b. Malik Shāh, quien estaba, no obstante, por esta época en la agonía de una enfermedad mortal (murió el 24 de Dhū l-Hijja de 511/18 de abril de 1118).
Malik Arslan, mientras tanto, estaba reuniendo sus fuerzas en la India. Cuando Sanjar partió de Ghazna a finales de 510/primavera de 1117, Malik Arslan avanzó sobra la capital con sus tropas. Bahrām Shāh huyó sin intentar ninguna resistencia hacia el norte a la región de Bāmiyān, desde donde pidió ayuda a Sanjar una vez más. En consecuencia, este último envió un ejército desde Balkh; Malik Arslan supo que no podía resistir al ejército saljuqí, y después de una ocupación de Ghazna de solo un mes, se retiró de la ciudad y buscó refugio en las montañas de Ūghnān (así en el texto de Ibn al-Athīr; ¿es este el moderno distrito de Urgun en las fronteras de las provincias da Ghazni y Pakhtiya?). Allí fue capturado por el comandante del ejército de Sanjar. Bahrām Shāh compró el prisionero a este comandante, para que Malik Arslan no fuera llevado a Khurasan y fuera usado como futura amenaza para su seguridad. Ibn al-Athīr simplemente dice que Bahrām Shāh estranguló a Malik Arslan en Jumada II de 512/septiembre-octubre de 1118, siendo la edad de Malik Arslan a su muerte de 27 (de acuerdo con Jūzjānī, 35). Fuentes posteriores afirman que Bahrām Shāh primero encarceló a Malik Shāh, luego le liberó, pero finalmente le mató después de que él hubiera estado conspirando contra el sultán; sin embargo, parece improbable que Bahrām Shāh, después de tantas vicisitudes durante su búsqueda del poder, hubiera sido tan loco como para liberar a un enemigo probado como Malik Arslan. A su muerte, Malik Arslan fue enterrado en el mausoleo de su padre Mas‛ūd III en Ghazna.
c) El reinado de Bahrām Shāh: el verano indio antes de la invasión Ghūrí
Abū l-Muzaffar Bahrām Shāh pudo ahora disfrutar de un poder indiscutible en Ghazna, y comenzó un reinado de unas cuatro décadas de extensión, casi igualando el sultanato de su abuelo Ibrāhīm b. Mas‛ūd en su larga duración. Como correspondía a un monarca que reinó durante tantos años, encontramos mencionados en las fuentes varios títulos honoríficos suyos. El que tuvo un uso favorito fue claramente Yamīn al-Dawla wa-Amīn al-Milla, pues este le es frecuentemente aplicado en las fuentes históricas y en monedas; la comparación favorecedora implícita de Bahrām Shāh con su tatarabuelo Mahmūd, que había llevado estos títulos también, estaba, sin duda, en la mente de sus contemporáneos. El título Muīn (variante, Muizz) al-Dawla wa-l-Dīn es el principal dado al sultán por Jūzjānī, y varias fuentes históricas tardías mencionan la de Alā al-Dawla o Alā al-Dīn; este último laqab, no conocido, por ejemplo, en monedas, sin embargo, es confirmado al parecer por una referencia en un verso de Sayyid Hasan donde Bahrām Shāh es descrito como Alā-i Daulat u Dīn. En un poema de Uthmān Mukhtari, al parecer felicitando al sultán por la supresión de la revuelta en la India del general Muhammad b. Alī de la familia Bū Halīm, se dirige la sultán tanto como Yamīn al-Dawla como Zahīr al-Milla.
Otras insignias de realeza disfrutada por Bahrām Shāh son mencionadas en varios versos de sus panegiristas, tales como sus estandartes, negras en color y con un emblema de un león, idéntico a las que se sabe que habían sido utilizadas por sus predecesores; y Sayyid Hasan hace referencia además a un símbolo creciente, el hilāl-i rāyat, siendo este o un emblema bordado en su estandarte o una similitud física de una luna creciente superando el asta de la bandera, y a un chatr negro o parasol ceremonial.
Todas eran la insignia y los símbolos de monarcas poderosos e independientes, a pesar de que Bahrām Shāh permaneciera durante la totalidad de su largo reinado, aparte de un episodio de conducta insumisa mencionado más abajo, vasallo de Sanjar y los saljuqíes. Esta dependencia es expresada en términos concretos en sus monedas. En muchas de las emisiones existentes de Bahrām Shāh, aparece el propio nombre del sultán en el reverso, pero el de los califas Abbāsíes (al-Mustarshid, 512-29/1118-35, y al-Muqtafī, 530-55/1136-60; ar-Rashīd, 529-30/1135-36, de corto reinado, no es mencionado en ninguna de las monedas ghaznawíes que se conservan) en el anverso. Todas estas son monedas posiblemente acuñadas en Ghazna para su circulación en Afganistán oriental; los lingotes y las monedas de cobre destinadas a la circulación en la India llevan solamente el nombre de Bahrām Shāh mismo, junto con los rasgos habituales de la acuñación india ghaznawí, el Toro de Nandi y la leyenda Sri smanta deva en caracteres Nagari. Aunque cuando el ejército de Sanjar entró por primera vez para colocar a Bahrām Shāh sobre el trono, el supremo sultán saljuqí Muhammad b. Malik Shāh había figurado en la khutba, este reconocimiento no esta reflejado en las monedas conservadas de Bahrām Shāh (pocas de las cuales, o ninguna en absoluto, es claramente fechable). En cualquier caso, el sultán Muhammad estaba, como hemos visto más arriba, muerto solo un año, más o menos, después de la ascensión de Bahrām Shāh, y entonces Sanjar se convirtió en el sultán supremo; escribió en 513/1119 a todos sus tributarios, incluyendo a Bahrām Shāh, que el nuevo sultán en las tierras occidentales, Mahmūd b. Muhammad, iba a ser mencionado en la khutba de los dominios saljuqíes y sus dependencias solamente después del propio nombre de Sanjar.
Una posible afirmación más de la supremacía de Sanjar puede haber sido el envío de su hijo mayor Daulat Shāh como rehén para residir en la corte saljuqí, si la interpretación de Gulam Mustafa Khan de un pasaje en el Hadīqat al-haqīqa de Sanāī es, como parece probable, correcta. Este requerimiento de que un príncipe ghaznawí estuviera como rehén en Marv debe datar de la parte inicial del reinado de Bahrām Shāh, ya que Sanāī escribe estas líneas en 524/1130, cuando Daulat Shāh ya había regresado a Ghazna; en consecuencia, moriría en la lucha contra los ghūríes en Tigīnābād en 545/1150.
Lo que de cualquiera manera es intrigante es la mención en una anécdota del Ādāb al-harb, concerniente a la enfermedad de una de las esclavas de Bahrām Shāh y su curación por medio de un físico cristiano de visita, de un cierto Mihtar Jauhar en el séquito del sultán y descrito como su Atabeg. El oficio de atabeg, de tutor-guardián de un joven príncipe, incapaz todavía de ejercer con plenitud el gobierno personalmente, se estaba desarrollando en su forma clásica dentro del Gran Sultanato Saljuqí y sus amīratos asociados, sobre todo, en Persia occidental, Iraz, Siria y Anatolia; pero era totalmente desconocido entre los ghaznawíes y más tarde los ghūríes, y realmente nunca se propagó a estos márgenes de los mundos iranio e indio.
Si bien esta identificación es una posibilidad, tenemos las explicaciones alternativas de que Mihtar Jahuar era o bien representante de la presencia saljuqí (en un papel algo parecido al del sihna o gobernador militar, que los Grandes Saljuqíes habían instalado en Bagdad al lado de los califas Abbāsíes) antes de esa fecha, o bien fue dejado como perro guardián en Ghazna para asegurarse de la lealtad de Bahrām Shāh después de los sucesos de 529-30/1135-6.
El drenaje de las finanzas ghaznawíes causada por el tributo pagadero a los saljuqíes debe haber sido serio, a pesar de la afluencia de tesoro como resultado de las campañas indias de Bahrām Shāh, que serán descritas más abajo. En 529/1135 el sultán renunció a su lealtad a Sanjar y cesó de pagar tributo. Este último en consecuencia se preparó para tomar medidas, siendo otro motivo impulsor, de acuerdo con las fuentes saljuqíes, los informes de que Bahrām Shāh estaba oprimiendo a sus súbditos y despojándoles de su riqueza (¿podían estar acusaciones estar conectadas con tales quejas como las expresadas por Sanā’ī en los versos que describían actos de opresión por la soldadesca turca de los ghaznawíes, citados más arriba?). El ejército saljuqí partió hacia el este vía Sistān a Bust y Zamīn-Dāwar durante un invierno excepcionalmente frío, el de 530/1135-6, y sufrió gravemente la falta de comida y forraje; en palabras de Husainī y Bundarī, “la paja (tibn) era más cara que el oro (tibr)”. No obstante, el ejército avanzó hasta Ghazna, instalando el miedo en el corazón de Bahrām Shāh. Envió un mensajero para encontrarse con el representante de Sanjar, el amīr Jauhar mencionado más arriba, descrito como gobernador de Ray, y ofreció su sumisión, pero le entró pánico cuando vio la panoplia y poder del ejército de Sanjar, y huyó hacia sus provincias indias y finalmente a Lahore. Sanjar ocupó Ghazna y sus tropas saquearon la ciudad por segunda vez. Se comunicó con Bahrām Shāh, y le aseguró de que no tenía intención de anexionar permanentemente su reino; entonces evacuó Ghazna y marchó con su ejército a Balkh, llegando allí en Shawwāl de 530/julio de 1136. Bahrām Shāh fue capaz así de regresar a Ghazna y retomar su trono, pero posiblemente como tributario de los saljuqíes una vez más; hay falta de información precisa aquí. La única otra leve referencia a las relaciones ghaznawíes-saljuqíes que poseemos para el periodo antes de que comenzara el conflicto ghaznawí-ghūrí, es una simple mención de que los gobernantes de Sistān, Ghūr, Ghazna y Māzandarān lucharon en el bando de Sanjar en su batalla con los Qara Khitai en la estepa de Qatwān en Transoxiana en 536/1141, peor no se conocen otros detalles de esto.
Es lamentable que, de la totalidad del largo reinado de Bahrām Shāh, virtualmente no sepamos nada sobre las incursiones que el sultán debió seguramente haber emprendido contra los infieles príncipes hindúes del norte de la India, como de hecho afirma el Tabaqāt-i Nāsirī, aunque absolutamente sin detalles. Ni son las fuentes indias, como opuestas a las islámicas, más explicitas. Esta fue una época en ella que estas grandes dinastías de la India septentrional y central como los Paramāras de Mālwa, los Kalachuris del moderno Madya Pradesh, los Gāhadavalas de Kanauj, y otros, formaban una pujante barrera contra la expansión islámica. Uno de escasísimos detalles de información que tenemos de esta dimensión india del problema y coincidiendo con el sultanato de Bahrām Shāh es que el gobernante Chāhamāna de Sākambharī Arnorāja (reinó desde antes de 1133 hasta antes de 1153) repelió una incursión de Turushkas o musulmanes que habían atacado el país Sapīdalaksha de Rajputana oriental a través del gran desierto de Thar, matando a un gran número de ellos.
Cualquier información que poseemos concerniente a Bahrām Shāh y la India se refieren totalmente a su afirmación de autoridad en la India ghaznawí sobre el comandante en jefe de Malik Arslan allí, Muhammad b. Alī de la familia Bū Halīm Shaibānī (de donde procede su nombre de “Bāhalīm” que aparece en algunas fuentes), que había ayudado a Malik Arslan en su intento final de 510/1117 de recuperar Ghazna. Como se destaca arriba, durante el conflicto civil sobre la sucesión, Muhammad bñ Alī dio su lealtad y apoyo a Malik Arslan, y rechazó reconocer el triunfo definitivo en Ghazna de Bahrām Shāh. La historia de lo ocurrió depués entre Muhammad b. Alī y Bahrām Shāh se conoce en el detalle justo a partir de una larga anécdota en el Ādāb al-harb, con menciones más breves en el Tabaqāt-i Nāsirī y fuentes tardía como Mīrkhwānd y Firishta.
Parece haber habido dos rebeliones consecutivas pero distintas de Muhammad b. Alī contra los intentos de Bahrām Shāh de extender su autoridad sobre los territorios ghaznawíes del norte de la India. Rechazó abiertamente reconocer la sucesión del nuevo sultán en Ghazna, así que este último partió a la India con un considerable ejército, derrotó a Muhammad b. Alī en batalla y le capturó en Lahore el 27 de Ramadān de 512/11 de enero de 1119. Reconociendo, no obstante, la preeminencia de Muhammad b. Alī como comandante militar y su experiencia en condiciones en India sin igual, el sultán le perdonó y reinstaló como gobernador.
Una vez que Bahrām Shāh hubo regresado a Ghazna, Muhammad b. Alī, su hijo Mutasim (que es descrito como un poderoso guerrero, capaz de blandir una maza de 40 mans de peso) y sus seguidores se levantaron una vez más contra el gobierno central. El líder rebelde construyó una fortaleza en Nāgōr, en la vecindad de Bhīra en la región de las colinas de Siwālik. Reunió allí lo que Firishta enumera como un ejército de árabes, persas, afganos y Khalaj, y también reclutó apoyo militar de los que Fakhr-i Mudabbir describe como varios potentados indios dependientes, “Rānas, Thakkurs y príncipes dirigentes del Hindustan”, hasta que tuvo un ejército de 70.000 hombres, musulmanes e hindúes. En 513/1119 Bahrām Shāh marchó de nuevo hasta el valle de Indo con 10.000 hombres, y se dirigió hacia Multān para un combate con el ejército rebelde. Muhammad y su hijo Mutasim eligieron el terreno para esto, un distrito pantanoso cerca de una villa llamada Kikuyūr (?) que ellos parcialmente anegaron para crear un pantano y así colocar al ejército del sultán en desventaja táctica. Gulam Mustafa Khan cita a Maulana Abū Zafar que este pantano había sido creado cerca de Multān, en la confluencia entre los ríos Sutlej y el Jhelum (leído Chenab?), o cerca de Ucch en Ghaghar, y también cita una visión divergente de miss Iqbal Shafi; pero estas solo pueden ser conjeturas, en ausencia de información topográfica más específica procedente de Fakhr-i Mudabbir. Bahrām Shāh convocó a Muhamamd b. Alī a la obediencia una vez más, contando los servicios pasados que su padre y otros miembros de la familia Shaibānī habían rendido a la causa ghaznawí en la India, y ofreciéndole una túnica de honor y concesiones nuevas del gobierno y mando en la India, con solo que renunciara a su postura rebelde.
Sin embargo, esta gestión no obtuvo respuesta. A partir de una oda de Sayyid Hasan, parece que Bahrām Shāh y su ejército cruzaron el Indo en largos barcos, y los dos ejércitos chocaron en un terreno pantanoso del Punjab occidental. El ataque de Muhammad b. Alī en el centro del sultán fue detenido, y él mismo asesinado; se levantó una violenta tormenta, ayudando a las fuerzas del sultán al azotar las aguas enfrente del ejército rebelde, de modo que la mayoría fue destruido en el pantano. Del mismo modo que Muhammad b. Alī se informa de que varios de sus hijos habían sido muertos (17 de acuerdo con Fakh-i Mudabbir, 10 de acuerdo con Jūzjānī; pero Sanā’ī, en un pasaje del Hadīqat al-haqīqa alabando la victoria de Bahrām Shāh allí, alude a la muerte de un único hijo, presumiblemente Mutasim. Se dice que uno de los hijos de Muhammad b. Alī se había pasado al bando del sultán, salvándose así, y Fakhr-i Mudabbir destaca que los S.y.w.r.riyān (¿Shaibāniyān?) de su propia época eran descendientes de este hijo Ibrāhīm. Además observa que en donde quiera que alguien escava un canal de irrigación o bien en su lugar, encuentra los restos deteriorados de armaduras y armas, y esqueletos de hombres y caballos. Sayyid Hasan acompañó al ejército de Bahrām Shāh para la expedición, y en varios de sus poemas se refiere a los incidentes relacionados con él; un poema, realmente escrito en la India, menciona la estación del otoño, colocándose así estos acontecimientos en el otoño del año, unos ocho o nueve meses después de la primera expedición india de Bahrām Shāh.
De acuerdo con Firishta, el sultán designó entonces a Sālār Husayn b. Ibrāhīm Alawī‛ como gobernador de la India, y regresó a Ghazna. Parece que el hijo de este Sālār Husayn, [¿Abū Sahl?] Alī, también ocupó el alto mando en la India posteriormente bajo Bahrām Shāh.
El relato de Ibn al-Athīr de esta fase de las hostilidades ghaznawíes-ghūríes nombra al Sālār al-Hasan b. Ibrāhīm Alawī‛ como el comandante ghaznawí en la india a cuyas tropas convocó Bahrām Shāh en su ayuda contra los ghūríes. En esta confusión sobre los personajes, la fuente exactamente contemporánea de Sayyid Hasan iba a ser evidentemente preferida. Si nosotros restauramos el nombre completo del comandante ghaznawí en la India en esta época como “[Abū Sahl] Alī b. Hasan b. Ibrāhīm Alawī‛, llega a ser fácil ver como la fuente de Ibn al-Athīr podía haber confundido al hijo con el padre.
En un punto posterior del sultanato de Bahrām Shāh, encontramos como su gobernador en la India a Abū Muhammad Hasan b. Abī Nasr Mansūr Qāinī, al lado del hijo mayor del monarca Jalāl al-Dawla Daulat Shāh , tenía el mando de las tropas indias allí; la prueba de esto viene de uno de los poemas de Sayyid Hasan dedicados al príncipe Daulat Shāh y mencionando a “Muhammad-i Mansūr” como su hombre de confianza. A pesar de la diferencia en los nisbas, “Qāinī” y “Maimandi” (relacionando a dos lugares ampliamente separados, Qāin en Qūhistān y Maimand en Zābulistān), Gulam Mustafa Khan ha recolectado una serie de referencias a Abū Muhammad Hasan Qāinī en los versos de Mas‛ūd-i Sad Salmān, demostrando claramente que este oficial y su padre Abū Nasr Mansūr b. Sa‛īd eran del linaje del gran visir Ahmad b. Hasan Maimandī.
El padre Imād al-Dīn Abū Nasr Mansūr b. Sa‛īd era un eminente personaje en la administración ghaznawí, habiendo servido como ‛Ārid o ministro de la guerra bajo Ibrāhīm b. Mas‛ūd y posiblemente bajo Mas‛ūd III, en cuyo reinado murió.
Con respecto a los visires de Bahrām Shāh, el sultán heredó desde el principio de su reinado al sabio y largamente experimentado Abd al-Hamīd b. Ahmad b. ‛Abd as-Samad, pero este último, sin duda demasiado estrechamente identificado con los regímenes precedentes, fue rápidamente extermiando por el sultán. El nuevo titular del visirato fue un Ahmad b. Husayn, conocido a partir de algunas líneas de Mas‛ūd-i Sad-i Salmān.
Hay mucha incertidumbre sobre los titulares del visirato para el resto del reinado de Bahrām Shāh; no tenemos mención de ellos en los trabajos biográficos ni en las historias, y depende de raros fragmentos de información en los trabajos de los poetas contemporáneos y las inferencias que se desprende de estos fragmentos. Gulam Mutafa Khan da como el sucesor de Ahmad b. Husayn, en primer lugar a Muntakhab al-Mulk Qiwām al-Dīn Majd al-Mulk Abū Alī Hasan b. Ahmad. En segundo lugar, da a su hijo Najīb al-Mulk Husayn b. Hasan como visir durante los últimos años de Bahrām Shāh, después de su regreso de la India al trono de Ghazna a continuación del saqueo de la capital por Alā al-Dīn Husayn Jahān-Sūz.
Las personas a las que Sayyid Hasan se refiere distintivamente como visires son, más bien, el Khwja Amīd Jamāl al-Dīn Rāshid al-Dīn Abū Tāhir Muhammad (cuatro poemas) y Qiwām al-Dīn Abū Muhammad Tāhir (un poema). Parece a primera vista como si una confusión de nombres y patronímicos estuviera involucrado aquí y que solo se trata posiblemente una única persona; sin embargo, los indicios internos del poema demuestran plenamente que es una cuestión de dos personas distintas.
Cualquiera que sea la cronología relativa de los periodos del cargo interesados, parece que Abū Tahir Muhammad al menos fue visir en la época de la primera ocupación ghūde Ghazna, pues la larga y sonora oda que celebra la reocupación de su capital, después de contar las hazañas de los tres hijos del sultán, Samā al-Dawla Mas‛ūd, Muizz al-Dawla Khusraw Shāh y Mu‛īn al-Dawla Shāhanshāh, y antes de continuar registrando el heroico papel del comandante en jefe de las tropas indias, Salar b. Alī b. Husayn, dice,
El erudito y justo visir, el perfecto y propicio mediador, como puede verse tanto de estas designaciones y nombres del Profeta [a saber, Tāhir, 'el Puro' y Muhammad]
III. El conflicto con los Ghūríes y los últimos sultanes ghaznawíes
a) La arremetida de los Ghūríes y los últimos años de Bahrām Shāh
El declive y caída del una vez poderoso imperio ghaznawí está pobremente documentado. Retraído por el reinado de Bahrām Shāh esencialmente sobre los que ahora es Afganistán oriental, el Punjab y probablemente Sind y Baluchistán, sus asuntos dejaron de interesar a los historiadores generalistas y dinásticos que escribían en las tierras islámicas centrales; estos últimos estaban más interesados en cuestiones urgentes tales como la fractura del gran imperio saljuqí, la formación de los principados de los atabegs y las amenazas procedentes de Asia Central de los Qara Khitai y los Khwārizm-Shāhs. En consecuencia, dependemos básicamente de los relatos de Ibn al-Athīr, representando al historiógrafo de las tierras islámicas centrales, y de Minhāj al-Dīn Siraj al-Dīn Jūzjānī, que representa al de Afganistán y la India del norte.
Ibn al-Athīr tuvo dificultades al adquirir información fiable sobre los sucesos que tuvieron lugar en los lejanos márgenes del mundo iranio y en la India. Para los sucesos en el Khurasan en el siglo VI/XII, tales como el ascenso de los Khwārizm-Shāhs de la línea de Anūshtigin Gharchaī, las desventuras de Sanjar con los Oghuz, y las operaciones imperiales en Khurasan y hacia el mar Caspio de los sultanes ghūríes, depende inter alia de un trabajo del historiador local de Baihaq en Khurasan, Abū l-Hasan Alī b. Zaid Baihaqī, llamado por su abuelo, Ibn Funduq ( 565/1169/70). Ibn Funduq era un historiador cuidadoso y preciso que disfrutó de fa fama contemporánea considerable y cuyo trabajo fue citado por Yaqūt, Ibn Khallikān, Juwainī y Hamdallāh Mustaufī, así como por Ibn al-Athīr. Este último cita el Mashārib at-tajārib wa-ghāwārib al-gharāib de Ibn Funduq explícitamente sub anno 568/1172-3 para las disputas intestinas de la familia Khwārizm-Shāh en Khurasan, que puede significar, como observa Barthold, que para los acontecimientos en los años inmediatamente antes de 568/1172-3, Ibn al-Athīr posiblemente tuvo una continuación del Mashārib at-tajārib a mano. La propia historia de Funduq -que ya no existe, pero que aparentemente cubría la historia del mundo iranio desde la época en que el Yamīnī de Utbī lo dejó, es decir, ca.411/1020 en adelante- pudo claramente haber proporcionado a Ibn al-Athīr información sobre pasos tan decisivos en el declive de la autoridad ghaznawí como el saqueo del ghū Alā al-Dīn Husayn de Ghazna en 545/1150 y la toma de Ghazna por los Oghuz unos años más tarde; y el supuesto continuador de Ibn Funduq pudo igualmente haber proporcionado material sobre la deposición de Khusraw Malik por Shihāb al-Dīn Muhammad Ghūrī y la finalización de la dinastía en 582/1186.
El mismo Ibn al-Athīr era plenamente consciente de las desventajas bajo las que trabajaba aquí. Su cronología de los acontecimientos en la guerra ghurí-ghaznawí es insegura y sus relatos son repetitivos, y confiesa después de su narración del saqueo de Alā al-Dīn Husayn (recontado en el año 547/1152-3, después de que ya se hubiera dado un relato en 544/1149-50) que “La historia de los Ghūríes ya había sido dada bajo el año 543 [leer 544] y no es preocupante ese desacuerdo sobre ciertos asuntos con el relato dado ahora aquí; pero nos hemos enterado de todo esto de boca en boca o lo hemos leído en sus libros, y a causa de ello, hemos establecido ambas versiones”. Continúa completado esta entrada al volver a contar la captura final de Khusraw Malik a manos de Shihāb al-Dīn Muhammad, sobre la autoridad de “un cierto digno erudito [o “ciertos meritorios eruditos”] de Khurasan”, bad fudalā Khurāsān, posiblemente el supuesto continuador de Ibn Funduq, al tiempo que observa pedazos divergentes de información de esos sucesos.
Jūzjānī era un historiador local del norte de Afganistán -como implica su nisba, su familia era natural de Guzgan, la región montañosa que se situá entre el alto Heri rud y Balkh -y realmente había nacido en el palacio real de los ghūríes en su capital de Fīrūzkūh en Ghūr. Emigró en 324/1227 hasta Uch en India y luego a Delhi, escribiendo allí su Tabaqāt-i Nāsir-i en 658-9/1259-60 y constituyendo así la historia dinástica de los Ghūríes y sus sucesores los comandantes esclavos turcos en la India. Por lo que, cuando estaba tratando con el declive de los ghaznawíes, estaba escribiendo sobre acontecimientos con una lejanía aproximadamente de un siglo, y aunque proclamaba que descendía de la casa real ghaznawí a través del matrimonio de una hija del sultán Ibrāhīm b. Mas‛ūd con uno de sus antepasados, inevitablemente escribía desde el punto de vista de los vencedores ghūríes. Para citar un o dos ejemplos, Jūzjānī disimula la traidora conducta de Ghiyāth al-Dīn Muhammad Ghūrī hacia Khusraw Malik, y sugiere una cierta justificación para la sustitución ghūrí de los restos ghaznawíes en el Punjab en el que se dice que Khusraw Malik había sido adicto a los placeres y las celebraciones, permitiendo así tanto a la soldadesca turca como a las clases de oficiales indígenas indopersas, tomar la esencia del poder.
La hostilidad ghaznawí-ghūvenía de la expansión de la línea Shansabānī de jefes menores en Ghūr a una posición de primacía dentro de la región. Luego siguió allí su dinámica efusión en las tierras de más alta cultura y de recursos económicos superiores al oeste de Ghūr, donde chocaron primero con los saljuqíes y luego con los Khwārizm-Shāhs, y también su expansión hacia el sureste, donde emergieron contra los ghaznawíes. Tanto Ghur como la misma Ghazna habían caído en las primeras décadas del siglo VI/XII más y más dentro de la esfera de influencia del sultán saljuqí Sanjar, pero Bahrām Shāh de Ghazna, no obstante, se esforzó por reforzar la tradicional soberanía de su casa sobre el montañoso país de Ghūr. Supuestamente había envenenado al jefe ghū Qutb al-Dīn Muhammad b. Husayn de Warshād, el auto proclamado Malik al-Jabal “Rey de las montañas”, en la corte de Ghazna, aunque era el propio yerno del sultán; no obstante, Ibn al-Athīr y autores que le siguen como Firishta, dicen que se creía que Qutb al-Dīn Muhammad y su hermano Sayf al-Dīn Sūrī de Istiya solo habían venido a Ghazna para reconocer la posición para un futuro ataque sobe la ciudad.
Sea como fuere, la familia Ghūrí naturalmente estaba ansiosa de venganza contra Bahrām Shāh, y Sayf al-Dīn Sūrī, que había escapado de regreso a Ghūr, reunió un ejército de caballería e infantería (ya que los montañeses ghūríes eran ellos mismos predominantemente soldados de infantería, esto puede implicar que los Shansabāníes ya estaban comenzando a reclutar o adquirir caballería mercenaria libre o mamlūks turcos con el fin de avanzar en sus objetivos expansionistas). Con sus hermanos menores Bahā’ al-Dīn Sām de Sanga y Alā al-Dīn Husayn de Wajīristān, marcharon entonces sobre Ghazna. La ciudad cayó para ellos en Jumādā I de 543/septiembre-octubre de 1148, el primer éxito importante de las armas ghūríes. Bahram Shāh, mientras tanto, había huido a las fronteras indoafganas, a un lugar llamado por Ibn al-Athīr como un lugar entre Ghazna y la India, habitado por afganos (esto es, Pathans) y llamado K.r.mān (leer Kurramān = Kurram, en la región de la frontera Noroeste del moderno Pakistán?).
Tenemos un detallado relato de los siguientes acontecimientos en Jūzjānī, que puede suplementarse mediante una concisa noticia en Ibn al-Athīr y más importante, por detalles recogidos de los la larga qasīda, que ascendía a 94 versos, que Sayyid Hasan dedicó a Bahrām Shāh en felicitación por su victoria sobre los ghūríes; estos detalles han sido deducidos y aclarados por Gulam Mustafa Khan en su monografía Una historia de Bahrām Shāh de Ghaznīn. Sayf al-Dīn Sūrī se hizo cargo del poder en Ghazna, asumiendo el título de sultán y designando a su hermano Bahā’ al-Dīn Sām como gobernante de regreso a Ghūr. Otros hermanos menores ghuríes fueron enviados de vuelta a casa, como lo fue la mayoría de las tropas ghūríes cuando se acercaba el invierno de 43/1148-9, y Sayf al-Dīn Sūrī conservó a su lado solamente un pequeño cuerpo de partidarios, dependiendo sustancialmente de los oficiales locales y las tropas de guarnición dejadas atrás en Ghazna cuando Bahrām Shāh huyó ignominiosamente. Un sayyid local, un tal Majd al-Dīn Mūsāwī (Ibn al- Athir, “al-Māhiyānī”) parece haber dirigido a los elementos colaboracionistas y haber actuado como el visir de Sūrī, un honor por el que más tarde lo pagaría muy caro. No obstante, Sūrī había juzgado mal el temperamento de los oficiales y las clases militares en Ghazna, justo como el usurpador Toghrïl había hecho un siglo antes. Bahrām Shāh había estado reuniendo un ejército desde el Punjab, bajo el mando del gobernador de la India ghaznawí, el Sālār Alī b. Husayn b. Ibrāhīm Alawī (de acuerdo con Ibn al-Athīr, “el Sālār al-Hasan b. Ibrāhīm al-Alawī). Bahrām Shāh recibió la información de un apoyo incierto de Sūrī, y tomando ventaja de las profundas nieves que cortaban la posibilidad de refuerzos para Sūrī desde Ghūr, marchó de vuelta a Ghazna vía Kabul. Sūrī y su pequeña banda de partidarios huyeron hacia Ghūr, pero fueron alcanzados por las tropas ghaznawíes en un lugar llamado Sang-i Sūrākh (“La Piedra Perforada”), en el curso alto del Helmand, y tanto Sūrī como Majd al-Dīn Mūsāwī fueron capturados después de una batalla. De acuerdo con el poema de Sayyid Hasan, versos 70-3, Bahrām estaba en el centro del ejército ghaznawí y sus hijos Samā’ al-Dawla Mas‛ūd y Muizz al-Dawla Khusraw Shāh, y Mu‛īn al-Dawla Shāhanshāh mandaban cada uno contingentes; el poeta también fija la batalla exactamente como 2 de Muharram de 44/ 12 de mayo de 1149 (cronograma en el verso 68), Sūrī y Mūsāwī, fueron llevados de vuelta a Ghazna, desfilaron entre las calles sobre vacas o asnos, deshonrados de otras diversas maneras y luego crucificados en el Pul-i Yak Taq que es “el Puente de un Arco”; de acuerdo con el segundo relato de Ibn al-Athīr de estos sucesos, fueron los Álidas de Ghazna quienes se hicieron cargo de la humillación de Sūrī. La cabeza de Sūrī fue después enviada por Bahrām Shāh al sultán sanjar en Ray, acontecimiento celebrado en un cuarteto compuesto por el poeta de Sanjar Fakhr al-Dīn Khālid Harātī.
Fue este episodio de la deshonra y muerte de Sayf al-Dīn Sūrī lo que provocó directamente la expedición punitiva contra Ghazna de Alā al-Dīn Husayn, campaña que asestó a Ghazna un golpe mortal como capital imperial y como sede de la cultura para el mundo islámico oriental.
Hay una considerable confusión en las fuentes sobre la fecha de la expedición de Alā al-Dīn Husayn, e incluso el nombre del gobernante con el que combatió. Jūzjānī afirma claramente, y debe ser correcto aquí, que la lucha fue entre Alā al-Dīn Husayn y Bahrām Shāh, y algunos versos colocados por él en boca del victorioso ghū explícitamente presumen de que
Cuando, por odio a mí, Bahrām Shāh, curvó su arco, yo arranqué con mi lanza el carcaj de su cinturón
Desafortunadamente, Jūzjānī es vago sobre los datos aquí. Ibn al-Athīr da su relato en el conjunto de las relaciones ghūríes-ghaznawés bajo el año 547/1152-3, y coloca la expedición de Alā al-Dīn Husayn en 550/1155, en los años que abren el reinado de Khusraw Shāh. Como se verá más tarde, esto puede relacionarse con un ataque posterior contra Ghazna por este mismo gobernante ghūri en la época de Khusraw Shāh (a saber, entre 547/1152 y 555/1160), confundido por Ibn al-Athīr o su fuente con la catástrofe que había sucedido antes a Ghazna. Los variados relatos de las fuentes posteriores, con sus muchas confusiones fueron puestas por Raverty en sus notas, observando que “de todas las personas mencionadas en la historia oriental, la mayor discrepancia tiene lugar con respecto a Alā al-Dīn, nombre y actos de Jahān-soz, probablemente, que con respecto a cualquier otro hombre. La conclusión de Raverty, después de considerar cinco separados y diferentes relatos, era que la expedición de Alā al-Dīn debe colocarse a finales de 544/1150 o a comienzos de 545/1150, aunque solamente sobre el terreno de que sería improbable que el gobernante ghurí hubiera esperado varios años antes de vengar a sus hermanos, y que la expedición a Ghazna encaja con su posterior ataque sobre la posición saljuqí en Herat, cuando fue derrotado por Sanjar y encarcelado durante los siguientes dos años. El razonamiento de Raverty era bueno, excepto que el colocó este último suceso demasiado pronto en el tiempo, a saber, en el año 545/1150-1. Gulam Mustafa Khan sigue este análisis en conjunto, colocando el ataque sobre Ghazna en 545/1150, pero señalando que tenemos una fecha firme para el ataque de Alā al-Dīn Husayn sobre Herat y derrota en Nāb, 547/1152, fecha dada por Nizāmī Arudi Samarqandī, que estuvo él mismo con las fuerzas ghūríes en esa batalla.
El curso real de los acontecimientos en el conflicto entre Alā al-Dīn Husayn y Bahrām Shāh es ofrecido en gran detalle por Jūzjānī, interesado como era por magnificar las hazañas de la dinastía en cuyo ambiente se había criado. El líder ghū asumió el mando de una expedición preparada en Ghūr por su hermano Bahā’ al-Dīn Sām, que murió en esta conyuntura, y se dirigió hacia el sur a Zamīn-Dāwar, presumiblemente intentando marchar desde allí por el valle de Tarnak (la ruta de la moderna autopista Kabul-Ghazni-Kandahar) hasta Ghazna. Bahrām Shāh se dirigió al sur también para interceptar a Alā al-Dīn Husayn con un ejército que incluía numerosos jinetes y una fuerza de elefantes (calculada en 200 por Daulat Shāh), y sobre la evidencia de una línea de verso dice haber sido desconcertada por el líder ghū, con contingentes de los príncipes indios vasallos de los ghaznawíes:
El apoyo de mi enemigo, aunque ellos eran todos Rā’īs y Rānās, Yo reduje a átomos con mi maza las cabezas de esos Rā’īs y Rānās.”
Los ejércitos se encontraron cerca de Tigīnābād. Contra los elefantes y caballería ghaznawí, la infantería de Alā al-Dīn Husayn Ghūrī empleó la táctica de la karwah, un marco de becerro de piel relleno de algodón, que podía ser concentrada en una línea de batalla como un muro, permitiendo protección contra una carga del enemigo o flechas enemigas. Los dos campeones (pahlavānān) del ejército ghūrí, el Kharmīl Sām-i Husayn y el Kharmīl Sām-i Banjī, dirigieron el ataque sobre los elefantes ghaznawíes, poniéndose debajo de ellos y desgarrando los vientres blandos, no protegidos por su armadura. El hijo de Bahrām Shāh, Jalāl al-Dawla Abū l-Fath Daulat Shāh -que también es conocido como el mandūh de Sayyid Hasan- fue atraído con su destacamento de caballería y un elefante, en una posición envolvente como en Cannas y toda la fuerza fue eliminada. El ejército de Bahrām Shāh se desmoronó después de esto. Se unieron para luchar en una fuente termal, Jūsh-i Āb-i Garm, cerca de Tigīnābād, pero fue derrotado, y se retiró en desorden a Ghazna. Bahrām Shāh se detuvo para luchar en las afueras de Ghazna misma, habiendo reclutado refuerzos de la guarnición de la ciudad y un cuerpo de infantería, pero fue derrotado una tercera vez, y huyó desesperado hacia la India.
El aterrador saqueo de siete días de Ghazna, que dio a ‛Alā’ al-Dīn Husayn el apodo de “el Quemador del Mundo”, Jahān-sūz, se produjo ahora. La escala exacta de las masacres de hombres que lo acompañaron, con esclavización de mujeres y niños, no pueden determinarse con facilidad a partir de la hipérbole de las fuentes, pero Jūzjānī, que no tenia motivo para exagerar el horror del gobernante ghūrí, declara que “En estos siete días, hubo rapiña, saqueo, matanza, y comportamiento autoritario, y una anécdota proporcionada por Fakhr-i Mudabbir en relación con el suceso da el número de muertos en torno a 60.000. Todas las tumbas de los sultanes ghaznawíes, con las excepciones de Mahmūd, Mas‛ūd e Ibrāhīm, fueron allanadas y los restos exhumados y quemados. Los cadáveres de los dos mártires ghūríes, Qutb al-Dīn Muhammad y Sayf al-Dīn Sūrī, fueron extraídos de su mausoleo, el ejército ghūrí observó siete días y noches de duelo, y los dos cadáveres fueron llevados de vuelta en féretros a Ghūr para un funeral ceremonial en el cementerio ancestral de la familia Shansabānī. Muchas de las espléndidas construcciones, mezquitas, madrasas y palacios erigidos por sucesivas generaciones de los Ghaznawíes y adornados con el botín de la India deben haber sido destruidos ahora, como, de hecho, algunos de los contenidos de las ricas bibliotecas de Ghazna construidas en los tiempos de Mahmūd y Mas‛ūd, cuando fueron traídas a la capital colecciones desde Khurasan, Khwārizm y Jibāl, a veces acompañadas por los eruditos que las habían acumulado. Así, fue en el curso de estas orgías vandálicas cuando se perdió la biblioteca del filósofo y físico Ibn Sīnā, traída desde Isfahān en 425/1034 cuando la ciudad había sido capturada de manso del kākūyí ‛Alā’ al-Dawla Muhammad b.Dushmanziyār.
Aquellos en Ghazna que habían estado de algún modo relacionados con las muertes de los dos príncipes ghuríes fueron especialmente señalados por la venganza. Las chicas cantoras que habían compuesto versos satíricos en la época de la humillación pública de Sayf al-Dīn Sūrī fueron encerradas en un hammān o baño y ahogadas. Los Álidas que habían tomado la delantera en matar a Sūrī y su visir Mūsawī fueron, de acuerdo con el relato de Ibn al-Athīr, despeñados desde las cimas de montaña, y el lugar donde Sūrī y Mūsawī habían sido ahorcados fue arrasado. Grandes cantidades de ciudadanos de Ghazna (de acuerdo con Jūzjānī, no obstante, solo los culpables Álidas) fueron deportados a Firūzkūh y utilizados como trabajo forzado para construir la ciudadela allí; Jūzjānī afirma que estos desafortunados fueron obligados a llevar sacos de tierra desde Ghazna a sus espaldas y luego fueron asesinados en Firūzkūh y la tierra mezclada con su sangre como mortero para las torres. El mismo autor también cita varias versos triunfantes y de regodeo supuestamente improvisados por ‛Alā’ al-Dīn Husayn sobre su victoria, pero, sin duda, en realidad compuestos por uno de sus panegiristas, como mucho contemporáneos con estos acontecimientos.
El prestigio de ‛Alā’ al-Dīn Husayn estaba ahora alto, y sintió que sus hazañas lo habían levantado por encima del nivel de un jefecillo, un simple “rey de las montañas”, procedente de una de las regiones más oscuras del este islámico, y siguiendo el ejemplo saljuqí, asumió ahora el título de as-Sultān al-Muazzam e insignias de soberanía tales como el chatr o parasol ceremonial. No se sabe qué planes había ahora en la mente del líder ghūrí en este punto. Al parecer no nombró como gobernante en Ghazna a un miembro de la familia Shansabānī, aunque el patrón de autoridad descentralizada en los dominios ghūríes, con la capital quedando en Firūzkūh, pero con ramas subordinadas gobernando en Bamiyan y Ghazna, más tarde se convirtió en la norma para la dinastía. Según una anécdota de Fakhr-i Mudabbir, ‛Alā’ al-Dīn Husayn dejó atrás en Ghazna un tiránico gobernador militar, llamado Amīr Khan (posiblemente un comandante turco al servicio ghūrí) de cuya tiranía fue liberada la población superviviente por la intervención espiritual de un santo local, el Khwāja Imām Qudwat al-Auliyā’ Shams al-‛Ārifīn Abū l-Muayyad. ‛Alā’ al-Dīn pudo haber temido una súbita revancha por parte de Bahrām Shāh, tal como este último había hecho contra su hermano Sayf al-Dīn Sūrī, o posiblemente, el temor de un ataque desde el oeste por el saljuqí Sanjar, protector original y soberano de Bahrām Shāh, de ahí su vuelta al corazón de Ghūr.
Esta marcha de vuelta fue realizada vía Zamīn-Dāwar y Bust, y estas regiones fueron también devastadas. En particular, el sultán ghūrí destruyó los palacios y construcciones públicas de los ghaznawíes en Bust; puede ser que estos estragos marcaran el abandono final del complejo de palacios ghaznawíes en Lashkar-i Bāzār cerca de Bust. No obstante, Bust no fue sometido a tal salvajismo como había ocurrido en Ghazna, evidentemente floreció durante el siglo siguiente, sobre los indicios de tumbas cuidadosamente labradas que sobrevivieron en un ziyāra o mausoleo allí, que datan desde 55x/1155-66 en adelante y relacionan a tales importantes dignatarios sunníes tales como los que llevan los títulos de Sadr, Sadr al-Dīn y Muftī ash-Sharq wa-l-Gharb, y un sayyid Husayní, el Naqīb an-Nuqabā’ o cabeza de los álidas en Bust.
Bahrām Shāh permaneció en la India durante al menos un año después de su huida en miserables circunstancias desde Ghazna, no atreviéndose a regresar. Mientras, ‛Alā’ al-Dīn Husayn, había decidido asestar un golpe inmediato a Sanjar, su señor nominal pero, como acabamos de ver, receptor desde Bahrām Shāh de la cabeza de Sayf al-Dīn Surī, hermano de ‛Alā’ al-Dīn Husayn. Detuvo el pago de tributo a Sanjar, y tomando ventaja de la traición de un antiguo oficial saljuqí, ‛Alī Chatrī, avanzó contra Herat. No obstante, fue decisivamente derrotado en Nab en el valle del Heri Rud y mantenido prisionero por el sultán saljuqí durante dos años hasta que el gran rescate pedido fue pagado. Esta derrota del ghūrí tuvo lugar, como se ha destacado más arriba, a partir de la información de Nizāmī ‛Arūdī, en 547/1152. Posiblemente, fue solamente en este año, cuando tuvo conocimiento del desconcierto y cautividad de ‘Alā’ al-Dīn Husayn, que Bahrām Shāh se aventuró a regresar desde la India; posiblemente tuvo que expulsar al gobernador o representante de los ghūríes de Ghazna, aunque no poseemos información sobre esto. Un ghazal de Sayyid Hasan parece referirse al retorno de su patrón después de una ausencia de almenos un año y también a la libertad de este último ahora del temor y la ansiedad que le había oprimido.
La fecha de la muerte de Bahrām Shāh no está clara. Podemos descartar esas fuentes tardías, tales como Hamdallāh Mustaufī, que la coloca tan pronto como 544/1149-50, pues ya hemos visto que no regresó a su capital hasta 547/1152. Ibn al-Athīr sitúa su muerte en Rajab de 548/septiembre-octubre de 1153 después de un reinado de 36 años lunares. Algunas fuentes la colocan en 547/1152-3, posiblemente hacia el fin de ese año. La información de Jūzjānī es de una naturaleza indirecta. No proporciona una fecha categórica, pero declara que murió después de un reinado de 41 años lunares. Ya que la fecha de la derrota a manos de Bahrām Shāh de su hermano y predecesor Arslan Shāh b. Mas‛ūd b. Ibrāhīm está fijada de modo bastante definitivo como el invierno de 511/1117-18, con la ejecución de Arslan Shah tras encarcelamiento en Jumada II de 512/septiembre-octubre de 1118, esto significaría que Bahrām Shāh murió en 552/1157. Esta es, de hecho, la fecha finalmente adoptada en su monografía sobre Bahrām Shāh por Gulam Mustafa Khan, que coloca el momento de su muerte más precisamente en los primeros meses de ese año, ya que sabemos que fue en los meses de verano, que es la mitad de 552/1157, cuando ‘Alā’ al-Dīn Husayn atacó otra vez Ghazna y al recién sucedido sultán Khusraw Shāh. Cualquiera que sea la fecha exacta de la muerte de Bahrām Shāh, su reinado fue claramente el segundo más largo de cualquier miembro de la dinastía ghaznawí.
Bahrām Shāh tuvo varios hijos, de acuerdo con los manuscritos de Jūzjānī utilizados por Raverty (y de acuerdo con notas marginales en uno de los manuscritos utilizados por Habībī), ascendiendo a nueve en número, de los cuales Khusraw Shāh era posiblemente el mayor superviviente después de la muerte en batalla de Jalāl al-Dawla Daulat Shāh; se desconoce el destino posterior de los otros hermanos después de la ascensión de Khusraw Shāh. Al tomar nota de la muerte de Bahrām Shāh, las fuentes a menudo se fijan, se manera convencional, en su amor por aprender, su cultivo del ulema y su liberalidad para poetas y hombres de letras, y es cierto, hemos visto, que un una deslumbrante variedad de eruditos y escritores abarrotaban su corte. Sin embargo, tomando un punto de vista más general, y colocando el reinado de Bahrām Shāh en la perspectiva histórica del declive y caída del imperio ghaznawí, es difícil no coincidir con la opinión de Spuler: “No cabe duda de que por sus traidores asesinatos y la cobardía personal con la que abandonó a sus súbditos en un momento de crisis, Bahrām Shāh contribuyó, de un modo completamente personal, a la desintegración del imperio de sus antepasados, que ya no se pudo controlar”.
b) Khusraw Shāh y la retirada a la India
Como Raverty destaca, existen grandes discrepancias en las fuentes, no solamente en lo que se refiere a la fecha de la muerte de Bahrām Shāh, sino también en lo que se refiere a los reinados de sus dos sucesores Khusraw Shāh y Khusraw Malik; los diversos relatos de los historiadores persas post-Jūzjānī e indomusulmanes están resumidas por él en las notas a su traducción del Tabaqāt-i Nāsirī. Algunas de estas autoridades (por ejemplo, Yāfi‛ī en su Mir’at al-jinān, Baidāwī en su Nizām at-tawārīkh, Hamdallāh Mustaufī en su Ta’rikh-i guzīda, Fasih al-Dīn Khwāfi en su Mujmal-i Fasīhī y Fakh al-Dīn Banākatī en su Raudat ūlī l-albāb) llevan a la dinastía ghaznawí a su fin con Khusraw Shāh, bien confundiendo a los Khusraws y combinando en una sola persona o quizá considerando a Khusraw Malik como un soberano indio local en el Punjab no digno de ser incluido con los sultanes precedentes que habían reinado sobre un todavía extenso imperio en Afganistán así como en la India. Los mejor informados de los historiadores tardíos, como Mirkhwānd en su Raudat as-safā’, hacen, no obstante, lleva la historia de la caída de los ghaznawíes a la deposición de Khusraw Malik. Los que sería una evidencia mucho más firme para la cronología de estos reinados, a saber, al evidencia numismática, desafortunadamente es escasa y, cuando existe, a menudo defectiva y crítica; ninguna de las monedas conservadas bien de Khusraw Shāh o bien de Khusraw Malik hasta el presente escritor parecen llevar datos o lugares de acuñación.
Khusraw Shāh probablemente sucedió a su padre Bahrām Shāh, en consecuencia, a principios de 552/1157, a la edad de 37 años lunares, si la fecha para su nacimiento de 515/1121 dada en el Mujmal-i Fasīhī y el Jannat al-firdaus del autor del siglo XII/XVIII Mīrzā Muhammad es correcta; Jūzjānī explícitamente da 552/1157 como su fecha de ascensión. El laqab por el que es conocido más frecuentemente en las crónicas, en monedas y en los panegíricos dedicados a él por Sayyid hasan, es Muizz al-Dawla, aunque sobre la evidencia de un hemistiquio de este último poeta, refiriéndose a Khusraw Shāh como Khusraw Bahā’-i Daulat u Dīn Shāh ibn-i Hasan, también puede haber tenido el título honorífico de Bahā’ al-Dawla. Mu‛izz al-Dawla, junto con la designación dinástica estandar de as-Sultān al-Azam, es, no obstante, el único laqab atribuido a Khusraw Shāh en sus pocas monedas conservadas; ciertos de sus dirhams reconocen a Sanjar como el soberano del gobernante ghaznawí, pero otros omiten esto (Sanjar murió en Rabī I de 552/mayo de 1157, pero las noticias de su muerte en Khurasan probablemente tardaron un tiempo en alcanzar Ghazna). La atribución de Khusraw Shāh en el texto de Habībī del Tabaqāt-i Nāsirī del título Yamīn al-Dawla wa-l-Dīn (realmente el de su padre Bahrām Shāh ) y, en los manuscritos usados por Raverty para su traducción, el de Mu‛īn al-Dawla wa-l-Dīn (leído, más bien Mu‛izz al-Dawla wa-l-Dīn, ya que en las listas de nombres de los hijos de Bahrām Shāh, este laqab de Mu‛īn al-Dawla es dado a otro hijo, Shāhanshāh) y Tāj al-Dawla (el laqab del propio hijo de Khusraw Shāh, Khusraw Malik) no son confirmadas en otras fuentes y obviamente son el resultado de una confusión de personas por Jūzjānī o quizás por copistas tardíos.
Al tratar de elucidar el curso de los sucesos en los reinados de Khusraw Shāh y Khusraw Malik, entramos en un reino de profunda confusión. Parece bastante bien establecido que Khusraw Shāh tuvo que enfrentarse a un nuevo ataque sobre Ghazna por parte de ‛Alā’ al-Dīn Husayn, ahora liberado de cautividad entre los saljuqíes, en el verano del mismo año de su ascensión, a saber, 552/1157. Sin duda fue esta reaparición de los ataques ghūríes, que creó incertidumbre en las mentes de los cronistas posteriores en cuanto a si Ghazna había sido saqueada durante el reinado de Bahrām Shāh o de Khusraw Shāh. Dos fuentes separadas apuntan a la historicidad de este nuevo ataque. Jūzjānī insinúa que ‛Alā’ al-Dīn Husayn envió un ultimatum a Khusraw Shāh pidiendo la cesión de Zamīn-Dāwar, Bust y la totalidad del Jurūm (a saber, el garmsīr de Afganistan suroriental, así llamada en contraste con el sardsir más al norte o la fría región de Zabulistān, Ghazna y Kabul) a su sobrino Shams al-Dīn, más tarde Ghiyāt al-Dīn, Muhammad b. Bahā’ al-Dīn Sām. Cuando Khusraw Shāh rechazó naturalmente a esta imprudente demanda, ‛Alā’ al-Dīn supuestamente improvisó un cuarteto poético en el que se refería a la anterior guerra con Bahrām Shāh sobre la posesión de Tigīnābād. Una de las anécdotas de Fakhr-i Mudabbir se refiere a una batalla cerca de Tigīnābād entre ‛Alā’ al-Dīn Husayn y Khusraw Shāh, en la que el ejército ghaznawí fue derrotado, aunque el gobernante ghūrí después regresó personalmente a Ghūr; esta batalla es descrita teniendo lugar durante los meses de verano.
Alā’ al-Dīn Husayn mismo puede haber regresado a Ghūr, pero la región de Zamīn-Dāwar y Bust deben haber pasado permanentemente a control ghūrí, aislando aún más a Khusraw Shāh en Ghazna y privándole de los recursos financieros y económicos del fértil y poblado garmsīr; con la captura de Sanjar por los Oghuz y la muerte del sultán saljuqí poco después, los ghaznawíes habían perdido por supuesto su única posibilidad de ayuda o asistencia en la forma de un ataque de distracción sobre los dominios ghūríes desde el oeste. ‛Alā’ al-Dīn Husayn murió en Rabī’ II de 556/abril de 1161, y fue sucedido en Firūzkūh por su hijo Sayf al-Dīn Muhammad; de acuerdo con Jūzjānī, el recientemente conquistado garmsīr cayó bajo el gobierno de Shihāb al-Dīn, más tarde Mu‛izz al-Dīn, Muhammad b. Bahā’ al-Dīn Sām.
Si Khusraw Shāh se retiró a sus posesiones indias en el Punjab cuando su posición en Ghazna fue amenazada por la aparición de ‛Alā’ al-Dīn Husayn en Zamīn-Dāwar no queda claro, aunque algunas fuentes insinúan esto. No habría habido una razón inmediata y urgente para una huida precipitada a menos que Ghazna misma estuviera amenazada, pero naturalmente deben haber venido pensamientos de retirada a la India a un sultán ghaznawí, ante una situación que empeoraba en el Afganistán oriental. Lahore y el Punjab prometían refugio en tiempos de tensión –Mas‛ūd b. Mahmūd, deprimido por su derrota a manos de los saljuqíes se había puesto en camino hacia allá en 432/1040 cuando sus tropas se amotinaron y proclamaron a su hermano Muhammad como sultán, y Bahrām Shāh había huido al Punjab de ‛Alā’ al-Dīn. A la inversa, los ricos recursos de la India, tanto en mano de obra como en tesoros, la había hecho, a menudo, el trampolín para revanchas para restablecer el control sobre Ghazna y el Afganistán oriental, por ejemplo en la época de la usurpación de Toghrïl en 443/1051-2.
El consenso de las autoridades colocan la muerte de Khusraw Shāh en 555/1160, con Ibn al-Athīr dando el mes, Rajab de 555/julio de 1160; Jūzjānī no da fecha par asu muerte, pero declara que gobernó durante siete años después de su ascensión en 552/1157, esto es, en su cuenta no habría muerto hasta 559/1164. Ibn al-Athīr pasa el convencional juicio sobre Khusraw Shāh, de que él era justo y equitativo con sus súbditos, cultivando al ulema y escuchando su consejo; Jūzjānī por otra parte comenta que era débil y sin autoridad, y así incapaz de retener su control sobre sus territorios, y afirma que dejó atrás tres hijos, Mahmūd, Khusraw Malik y Kai Khusraw.
c) El reinado de Khusraw Malik y el fin de la dinastía
Llegamos así al reinado del último de los sultanes ghaznawíes, Khusraw Malik b. Khusraw Shāh (555-82/1160-1186). De acuerdo con Jūzjānī de nuevo, tenía el título honorífico de Tāj al-Dawla [wa-l-Dīn] que es confirmado por el hemistiquio de un oda que le dedicó el poeta ar-Ra’īs Muhammad b. Rashīd, que habla de “El preeminente en medio de la lista de monarcas, Tāj al-Dīn Khusraw Malik”. Poseía en segundo lugar el título honorífico de Sirāj al-Dawla wa-l-Dīn, y este fue utilizado al dirigirse a él por más de un poeta del círculo de la corte de Lahore en versos que han llegado a nosotros, por ejemplo, en un verso de Fakh as-Shu‛arā’ Muhammad b. ‛Alī, llamado Sirājī, quien posiblemente derivaba su takhallus de su estrecha relación con el sultán. En tercer lugar, una moneda descubierta por Raverty pero por lo demás desconocida, acuñada en Lahore y que data del primer año de su reinado 555/1160, le atribuye, de acuerdo con Raverty, el laqab de Zahīr al-Dawla wa-l-Dīn. Finalmente Jūzjānī le aplica además el título de Sultān-i Halīm, “el Sabio y benigno sultán”, por el que fue probablemente conocido en lenguaje corriente, justo como su tatarabuelo Ibrāhīm había sido conocido como Sultān-i Radī. Son los dos títulos honoríficos mencionados aquí primero, a saber, los de Tāj al-Dawla y Sirāj al-Dawla, los que aparecen en monedas de Khusraw Malik en las colecciones del Museo Británico y Lahore, junto con la designación de reinado de as-Sultān al-A‛zam; una de las monedas también nos proporciona la kunya de Abū l-Muzaffar.
Jūzjānī registra que Khusraw Malik accedió al trono ghaznawí en Lahore, implicando que el control de Ghazna por esa época se había perdido de manos ghaznawíes. En vista de la gradual intrusión de los ghūríes en la región de Zābulistān y su estrecho cerco final, no es difícil discernir como la posición ghaznawí pudo haber llegado a convertirse en insostenible bajo presión ghūrí. No obstante, nuestros dos fuentes más antiguas aquí, Ibn al-Athīr y Jūzjānī, están de acuerdo en que la transferencia de poder desde los Ghaznawíes en Ghazna no fue debida directamente a los ghūríes sino a una banda de aventureros militares Oghuz procedentes de Khurasan que eran lo suficientemente fuertes como para mantenerse en Ghazna durante unos 12 o 15 años. De acuerdo con Ibn al-Athīr, Khusraw Malik (al que erróneamente llama Malik Shāh), se retiró a Lahore, incapaz de resistir los ataques de los Oghuz bajo su líder el amīr Zanjī b. ‛Alī b. Khalīfa as-Shaibānī, y sitúa este acontecimiento bajo el año 559/1164. Menciona además una breve reocupación de Ghazna por Khusraw Malik en Jumādā II de 559/mayo de 1164, pero esto no está confirmado en ninguna parte y puede haber sido solamente temporal. Jūzjānī coloca la ocupación Oghuz de Ghazna teniendo lugar durante el reinado de Khusraw Shāh, que sobre la base de su implícita declaración de que Khusraw Shāh murió en 559/1164 y su explícita de que la ocupación Oghuz duró 12 años, encajaría cronológicamente; pero no queda bien con la fecha más precisa y creíble en Ibn al-Athīr para la muerte de Khusraw Shāh de Rajab de 555/julio de 1160. Sea cual sea el conjunto de fechas y cifras que uno adopte, hay dificultades y contradicciones involucradas. Como base de trabajo provisional, se hace aquí la asunción de que fue a principios del reinado de Khusraw Malik, cuando los Oghuz tomaron Ghazna; pero es realmente imposible hacer un juicio categórico.
La aparición de los Oghuz inyecta un nuevo elemento en los asuntos del Afganistán oriental durante varios años por llegar. En efecto, el gran sultanato Saljuqí en el este se había colapsado con la rebelión Oghuz en Khurasan y la posterior captura de Sanjar por ellos durante los años 548-51/1153-6. Un antiguo y enérgico ghulām turco de Sanjar, Mu’ayyid al-Dīn Ai Aba (m. 569/1174), accedió al poder real en Khurasan y expulsó a las tribus Oghuz fuera de las ciudades principales allí. Fue esta dispersión de los turcomanos la que envió ciertas bandas de oghuz hacia el este y llevaron a su establecimiento en Ghazna, más bien como Alptīgīn había emigrado hacia el este dos siglos antes y se detuvo en Ghazna en la periferia del mundo islámico. Se dice que los Oghuz en Ghazna se habían comportado allí tiránicamente, “como era el caso en cada país donde obtenían el control”, y desde Ghazna hicieron incursiones hasta Tigīnābād.
La duración de su ocupación de Ghazna está fijada por Ibn al-Athīr en quince años y por Jūzjānī en 12. El control Oghuz de Ghazna colocó un obstáculo considerable en el camino de la expansión ghūrí hacia las llanuras de la India, pero no fue hasta 569/113-4 cuando los ghūríes consiguieron capturarla de ellos. En ese año (siendo dada la fecha por Jūzjānī), el sultán Ghiyāth al-Dīn Muhammad y su hermano Muizz al-Dīn Muhammad llegaron con una potente fuerza de Ghūrís, Khalaj y Khurasaníes y atacaron la ciudad. Inicialmente fueron rechazados por los terraplenes defensivos, los cuales los Oghuz habían provocado que fueran lanzados, pero al final lograron abrirse camino, capturar el estandarte oghuz y matar a un gran número de turcomanos. Desde Ghazna, las tropas ghūríes siguieron tomando dos lugares que Ibn al-Athīr da como K.r.mān (Kurram de nuevo ?) y Sh.n.w.rān (un nombre que recuerda mucho a la actual tribu Shinwari de afganos, cuyos territorios tribales se sitúan al suroeste del paso de Khyber en dirección del valle del río Kurram), y en el año siguiente de 570/1174-5, Mu‛izz al-Dīn Muhammad capturó Gardīz. Ghiyāth al-Dīn Muhammad entonces nombró a su hermano sultán en Ghazna bajo su suprema jefatura. Calculando hacia atrás desde 569/1173-4, y adoptando la cifra de Juzjani de una ocupación de doce años por los Oghuz, llegamos a la fecha de 557/1162 para el comienzo del gobierno oghuz en Ghazna, que es dos años después del comienzo del reinado de Khusraw Malik; pero si adoptamos la fecha de 554/1159 nos coloca en el último año, más o menos, del reinado de Khusraw Shāh.
La mayor parte, sino todo, del reinado de Khusraw Malik se pasó, por lo tanto, como sultán en el Punjab, y nos gustaría tener información sobe su gobierno en Lahore, la estructura de la administración allí, la extensión de la islamización entre la población del Punjab, etc, cuestiones sobre las que las fuentes guardan silencio. Los comentarios condenatorios de Jūzjānī de que, aunque benefactor, Khusraw Malik era un adicto al placer, de manera que tanto la soldadesca turca como las clases de oficiales indopersas en los distritos periféricos eran capaces de disfrutar de un poder casi sin restricciones, difícilmente puede ser ciertos de un monarca que consiguió retener su trono, en medio de una situación amenazante y que se deterioraba gradualmente para los ghaznawíes, durante unos 26 años, un respetable reinado en los estándares contemporáneos. Además, la posición ghaznawí en el Punjab no podía ser mantenida mediante un liderazgo puramente inactivo, pues todavía había una fiera resistencia hindú en el norte de la India a los ejércitos musulmanes a finales del siglo VI/XII. Fue solamente como resultado de las victorias del ghūrí Mu‛izz al-Dīn Muhammad, y especialmente, la segunda batalla de Tarāīn o Tarāorī cerca de Karnal en 588/1192, la muerte del monarca Chauān o Chāhamāna Prithvīrāja y la ocupación de Delhi, cuando hubo un colapso general de la resistencia hindú que llevó a la apertura de la llanura del Ganges para que los musulmanes hicieran incursiones hacia el este hasta Bengala.
Fakhr-i Mudabbir destaca la destreza tanto de Khusraw Shāh como de Khusraw Malik como guerreros, y se refiere en particular a la extraordinaria habilidad de Khusraw Malik como arquero y manejando el hacha de guerra. Menciona la guerra continuada por él con los hindúes, y su captura en batalla de un potentado hindú llamado Sukarwāl (Sukrapāla?). Los poetas del círculo cortesano de Khusraw Malik se refieren en sus elogios del sultán a sus conquistas; incluso permitiendo la usual hipérbole poética, esto no puede haber estado basado sobre una completa ausencia de guerra o actividad ghāzī durante su reinado. Una inscripción encontrada cerca de Benares del gobernante Gāhadavāla Jayachandra (cuya dinastía gobernó en la llanura entre los ríos Ganges-Jumna después de los Kalachuris desde el fin del siglo XI en adelante) se refiere al rechazo de un ataque por parte de los musulmanes sobre el padre de este Raja, Vijayachandra; Jayachandra sucedió a Vijayachandra en algún momento antes de junio de 1170, y el agresor musulmán era probablemente Khusraw Malik, ya que este debe preceder a las incursiones de Mu‛izz al-Dīn Muhammad Ghūrī en la región del Ganges-Jumna en al menos dos décadas. Tenemos noticia también a partir de uno de los relatos de los cronistas de los conflictos entre Mu‛izz al-Dīn Muhammad y Khusraw Malik en los últimos años del reinado del sultán ghaznawí, de que Khusraw Malik había extendido su autoridad durante el curso de su gobierno en la región montañosa del Punjab septentrional, los márgenes de Cachemira, aliándose allí con la tribu hindú de los Khokhars contra su soberano, el Raja de Jammū. Por tanto, está claro, que hasta el fin de su dinastía, Khusraw Malik continuó de manera tan penetrante como las tradiciones ancestrales ghaznawíes de ghazw contra los no creyentes; el que no sepamos más sobre su actividad probablemente surge del efecto ensombrecedor de las victorias masivas de Mu‛izz al-Dīn Muhammad y sus comandantes, al que Jūzjānī, por ejemplo, naturalmente dedica mucho espacio en su historia.
Khusraw Shāh y Khusraw Malik también emularon los ejemplos de sus ilustres predecesores por sus papeles como patrones de un distinguido elenco de poetas y eruditos, brevemente en Ghazna y luego más extensamente en la corte de Lahore. Es probable que Lahore ya poseyera algunas tradiciones culturales como centro para la erudición y la actividad literaria islámicas, aunque estamos mal informados sobre esto, aparte de nuestro conocimiento de aquellas partes de la carrera de Mas‛ūd-i Sa‛d-i Salmān pasó en su nativo Punjab con patrones que eran gobernadores o comandantes en la India para los ghaznawíes, y del hecho de que Abū l-Faraj Rūnī era casi con seguridad nativo de la región de Lahore.
El traductor de Kalila wa-Dimna, Abū l-Ma‛ālī Nasrallāh o Nasr b. Muhammad b. ‛Abd al-Hamīd, vástago de una distinguida familia de visires y oficiales para los ghaznawíes, sirvieron a Khusraw Shāh como cabeza de su Dīwān por un breve periodo antes de caer víctima de de las calumnias de sus enemigos y fue ejecutado por el sultán. Aufī cita procedente de una oda persa suya dedicada a Khusraw Shāh, y también da un cuarteto que Nasrallah le dedicó desde la prisión en un vano intento de salvar su vida.
La dinámica de los poderosos sultanes ghūríes, expandiéndose hacia el oeste en Khurasan contra los Khwārizm-Shāhs y los Qara Khitai, y hacia el este hacia las llanuras de la India, estaba obligada a encontrar al estado ghaznawí superviviente en el Punjab un obstáculo que tenía que ser eliminado a la larga. El Afganistán oriental estaba asegurado por los ghūríes mediante la expulsión de los Oghuz de Ghazna en 569/1172-3. El nuevo gobernante allí, Mu‛izz al-Dīn Muhammad, fue capaz entonces de utilizar las ciudades en su papel histórico como trampolín incursiones hacia el valle del Indo y más allá. Pero la continua posesión ghaznawí del Punjab, incluyendo Peshawar y el curso inferior del valle del río Kabul, llevó al sultán ghūrí a dirigir su primera expedición a través del Paso de Gomal y a través de lo que iba a ser en tiempos posteriores el país de los Mahsud Pathans hasta el Indo en Dera Ismail Khan. En 574/1178, Mu‛izz al-Dīn Muhammad tomó un ejército vía Multān y Ucch -que él había arrebatado a sus gobernantes Qarmatīes locales, a saber, Isma‛īlīes Shī‛īes, en 571/1175-6- pero luego fue lo bastante imprudente como para cruzar el desierto de Thar hasta Mārwār y hacia Gujarāt; en Kasahrada, a los pies del monte Ābū en la coordillera Aravalli meridional, su exhausto y famélico ejército fue sonoramente batido por Mūlarājā II, el gobernante Chaulukya de Nahrawāla en Gujarāt.
El desastroso resultado de esta expedición para los musulmanes ahora concentró la atención de Mu‛izz al-Dīn Muhammad en el Punjab ghaznawí. Parece haber hecho al menos dos ataques contra Lahore antes de lograr poner fin allí al gobierno ghaznawí. De acuerdo con el relato de Ibn al-Athīr, las fuerzas ghūríes habían intentado presionar hacia el país montañoso indoafgano, bajando hacia el Indo inmediatamente después de su captura en Ghazna de los Oghuz, pero habían sido disuadidos al traer Khusraw Malik un ejército a los cruces del Indo. En 575/1179-80, no obstante, Mu‛izz al-Dīn Muhammad capturó Peshawar, y dos años más tade, en 577/1181-2, hizo un primer ataque hacia Lahore. Khusraw Malik envió una embajada de conciliación, dirigida por uno de sus hijos y con el regalo de un bello elefante, y Mu‛izz al-Dīn fue persuadido a retirarse. Al año siguiente, el ghūrí estuvo ocupado por una expedición contra Daibul en Sind, en el curso de la cual el jefe Sumra de Bajo Sind fue obligado a reconocer la soberanía ghūrí.
En 581/1185-6, el líder ghūrí se aseguró una ocasión para intervenir en el Punjab a instigación de Chakradeva, rey de Jammu. Khusraw Malik había extendido la autoridad ghaznawí durante la parte inicial de su reinado hacia el norte hacia los márgenes meridionales de Cachemira, en alianza con los miembros de la tribu montañosa Khokhar allí, que habían renunciado con apoyo ghaznawí a su alianza anterior con Chakradeva. Por tanto, Chakradeva envió una delegación a Mu‛izz al-Dīn Muhammad, incitándole a atacar a Khusraw Malik. El sultán ghūrí devastó la región alrededor de Lahore, pero no pudo capturarla. Se retiró hacia el norte, y a sugerencia de Chakradeva reparó la fortaleza de Sialkot como bastión contra los Khokhars, dejando allí como su gobernador a su comandante Husayn b. Kharmīl. En consecuencia, Khusraw Malik y los Khokhars asediaron Sialkot en vano, y en 582/1186 Mu‛izz al-Dīn Muhammad regresó, y con la ayuda de Vijayadeva, hijo y sucesor de Chandradeva, finalmente capturó Lahore; entonces nombró a ‛Alī Karmākh, anteriormente gobernador de Multān, como su delegado en Lahore.
El relato anterior del conflicto a tres bandas entre Khusraw Malik y sus aliados Khokhars, los reyes hindúes de Jammu y Mu‛izz al-Dīn Muhammad, es tomado en gran medida de una crónica hindi de los reyes de Jammu, que Raverty resume en sus notes a la tradición del Tabaqāt-i Nāsirī pero que en realidad él no nombra. El relato de Jūzjānī aquí es atrevido y lacónico, pero hay mucho más detalle en la captura final y traidor tratamiento de Khusraw Malik, la mayor parte de él de una naturaleza un tanto anecdótica, en la narración de extendida de Ibn al-Athīr. De acuerdo con este, Mu‛izz al-Dīn Muhammad asedió Lahore, y prometió a Khusraw Malik el amān o garantía para sí mismo y su familia, la preservación de su riqueza, el matrimonio del hijo de Khusraw Malik con una de sus propias hijas y una concesión de iqtā‛s, si solamente él cedía y reconocía al supremo sultán ghūrí Ghiyāth al-Dīn Muhammad en la khutba. Khusraw Malik rehusó, pero como la posición de la ciudad crecía alarmante, temía que la población lo traicionara; por tanto, envió al qādī y al khatīb de Lahore para negociar los términos de paz. Después de su sumisión, Khusraw Malik pasó dos meses en un estatus honorable, hasta que Ghiyāth al-Dīn envió un mensajero requiriendo que Mu‛izz al-Dīn Muhammad le enviara a Khusraw Malik. Si Khusraw Malik tenía el vínculo del amān con Mu‛izz al-Dīn Muhammad, él sabía que no tendría protección contra el hermano de este último. Era reacio a ir, una renuencia reforzada por las advertencias del pueblo local cuando pasó por Peshawar, donde el sentimiento pro-ghaznawí todavía era fuerte. Khusraw Malik citó al hijo del khatib de Peshawar, un viejo y fiel servidor de la dinastía ghaznawí, esta patética línea de verso árabe,
Por ello no es como en los viejos tiempos en los campamentos, sino que las cadenas han sido colocadas alrededor de nuestros cuellos”.
Como se señaló anteriormente, el relato de Jūzjānī aquí es más vago, pero tiene algunos detalles adicionales sobre las muertes reales de los últimos ghaznawíes. Dice que Khusraw Malik y su hijo Bahrām Shāh (probablemente el hijo que había sido enviado como rehén a Mu‛izz al-Dīn Muhammad en 577/1181-2) fueran llevados desde Lahore a Ghazna y desde ahí a la capital de Ghiyāth al-Dīn Muhammad en Fīrūzkūh; Khusraw Malik fue entonces encarcelado en la fortaleza de Balarwān en Gharchistān, y Bahrām Shāh en la de Saifrūd en Ghūr. Cinco años más tarde, en 587/1191, ambos fueron ejecutados; en el año anterior, Ghiyāth al-Dīn y Mu‛izz al-Dīn habían estado envueltos en la guerra en Khurasan con Sultān Shāh, hermano del Khwārizm-Shāh Tekish y podían haber temido algún intento para rescatar a los dos ghaznawíes supervivientes y usarlos como peones en la guerra o negociaciones.
Aufī en su Jawami al-hikayat tenía una anécdota sobre la entrega de Lahore por Khusraw Malik a Mu‛izz al-Dīn Muhammad como el resultado de una estratagema empleada por este último; el único detalle que suena históricamente cierto, no obstante, es la mención del hijo de Khusraw Malik (Bahrām Shāh?) estando mantenido en Ghazna durante los últimos años del reinado independiente de su padre, posiblemente como rehén.
De este modo, la rivalidad, que se había extendido en torno a medio siglo, entre los Ghaznawíes y los Ghūríes, finalizó en la victoria de los últimos y la destrucción del antiguo sultanato de Ghazna; la ciudad nunca iba a disfrutar de nuevo el estatus de capital de un poderoso imperio, y Bābur, que visitó Ghazna en 910/1504-5, iba a maravillarse de como tal insignificante lugar pudo una vez haber sido tan celebrado y floreciente. En cuanto a los Ghūríes, no estaban destinados a disfrutar durante mucho tiempo de su posición como herederos de los Ghaznawíes en el mundo islámico oriental, y su periodo de florecimiento y fama demostró ser mucho más breve que el de la dinastía precedente; solo 24 años más tarde de que Khusraw Malik hubiera sido ejecutado, los dominios ghuríes cayeron bajo el control de los Khwārizm-Shāhs.

El imperio Ghaznawí desde la muerte de Ibrahim II hasta la conquista Ghurí (1099-1186)


BIBLIOGRAFÍA:

C.E. BOSWORTH: The Later Ghaznavids: Splendour and Decay. The Dynasty in Afghanistan and northern India 1040-1186. Edinburgh University Press, 1977.