viernes, 10 de febrero de 2017

Introducción a la historia del subcontinente indio (I): Desde las culturas del Indo hasta la fundación del Sultanato de Delhi (1206)

I. Las Culturas del Indo

Con las culturas del Indo se inicia el primer capítulo de la historia india. Hay en milenios anteriores una larga fase prehistórica, probada por testimonios líticos. Por otro lado, se pueden encontrar vestigios prehistóricos hasta el primer milenio a.C., es decir, hasta un tiempo en el que la península ya había entrado ampliamente en la luz de la Historia. En sentido estricto, las culturas del Indo también pertenecen a la prehistoria, pues solo han dejado huellas arqueológicas sin documentos literarios, si exceptuamos las inscripciones de los sellos, hasta hoy indescifrables, a pesar de todos los intentos de interpretación que se han hecho. Las excavaciones de la década de 1920 arrancaron del olvido las abandonadas ciudades de las culturas del Indo, de las que las más grandes son Harappa y Mohenjo Daro. En décadas siguientes se descubrieron nuevas ciudades pero ninguna de ellas se puede considerar como auténtico centro de un imperio. Los últimos estudios han demostrado que la expansión de la culturas del Indo es mucho mayor de lo que se había supuesto en un principio. Desde Rupar, al pie de las montañas de Simla, hasta Sutkagen Dor, en el suroeste, la zona en la que se han encontrado testimonios de tales culturas se extiende sobre unos 1.600 kms. Se ha fijado su límite sur la península de Kathiawar. Se calcula que el número de asentamientos puede sobrepasar el centenar, pues solamente en la cuenca del Indo se han localizado más de sesenta. Se desconocen los nombres que tuvieron estas ciudades, por lo que actualmente se denominan como la localidad más cercana o según el capricho de la tradición popular.

En la región del Indo se distinguen cuatro culturas consecutivas, que se caracterizan principalmente por su cerámica y que reciben nombre según los lugares de hallazgo:
  • La cultura Amri, que se caracteriza por la construcción en piedra y por una cerámica en color amarillo, con decoración en negro y rojo, precede a la cultura urbana de Harappa y Mohenjo Daro. Esta cultura, cuyas huellas se encontraron en Amri, en el Sind, y en otros lugares, se extendía hasta Beluchistán, y debió florecer en las postrimerías del IV milenio a.C. 
  • El periodo de Harappa se sitúa entre c.2500-c.1500 a.C. El criterio más importante para fechar está constituido por los sellos indios hallados en Mesopotamia (Tell Asmar, ur, etc), asociados a la dinastía de Akkad (2340-2200).
  • Al periodo de Harappa sigue la cultura de Jhukar. En el periodo Jhukar encontramos aún algunos sellos (con cabras y antílopes), pero falta ya la escritura. 
  • Por último, la cultura Jhangar se caracteriza además por una cerámica sencilla, oscura o gris.
La característica más destacable de esta civilización fue su gran vitalidad urbana, desarrollada por una gran clase media liberal y mercantil, a pesar de estar arraigada en una economía aldeana neolítica. Florece algo más tardíamente que Mesopotamia y Egipto, con las que guarda aspectos concomitantes, acrecentados en el caso de Mesopotamia por una evidente relación comercial marítima. Todas als ciudades, estaban situadas a orillas de un río navegable o del mar, en cuyos puertos, dársenas y malecones se asentaban los molinos, almacenes, establos y demás locales de servicio mercantil. Esta zona suele estar orientada a mediodía, mientras que al oeste, y siempre elevada, se encuentra la ciudadela o recinto ritual, y al este, la ciudad dormitorio o área residencial; al norte se hallan los barrios de los trabajadores y, más septentrionales todavía, los talleres y las despensas populares (trigo, arroz, cebada, sésamo y guisante).

El plano de las ciudades, que en las principales sobrepasa el kilómetro cuadrado de extensión, es siempre reticular, a base de calles ortogonales que pueden alcanzar los diez metros de anchura. Las avenidas principales, de norte a sur, siguen la dirección de los vientos dominantes, lo que facilitaba la autolimpieza de las ciudades, y en cierto modo, delimitaría los barrios, pues sus muros no presentaban vanos de ventanas o puertas  y únicamente se interrumpen para dar paso a calles secundarias. Estas largas y vacías avenidas principales fueron básicamente viales de rápido recorrido, salvando la comunicación entre talleres y el puerto a través de la ciudad dormitorio, y constituyéndose así en las principales arterias. Las calles secundarias, a pesar de ofrecer algún acceso directo a las viviendas o a alguna calle terciaria laberíntica, conducían a grandes patios que eran los verdaderos escenarios del bullicio del mercado y de la vida doméstica; a su amplio espacio cuadrado se abría la mayoría de las puertas y ventanas.

Las ciudades del norte, como Harappa, estaban dotadas de unas largas -600 metros- sólidas murallas de más de doce metros de altura, paseo de ronda de catorce metros de anchura, y muro en talud en el que se intercalaban torres rectangulares. Estas ciudades del norte estaban planteadas como bastiones, bien para preservar a las ciudades populares del sur de los ataques tribales de la cultura del Jhukar, bien presagiando la posterior invasión aria. De hecho, a partir del año 3000 a. C. se suceden desde el norte las incursiones y asentamientos de pueblos bárbaros, que culminarán con la invasión de los arios en el 1500 a.C.

A partir de c.1700 a.C., en las ciudades de la Civilización del valle del Indo los últimos estratos presentan signos de decadencia y abandono, e incluso en algunas, como Mohenjo Daro, delatan incendios y batallas (esqueletos mutilados en plena calle, casas destruidas, etc.). Sin embargo, otras, como Lothal siguen floreciendo hasta el primer milenio. Resulta evidente, por tanto, que estos núcleos urbanos sufrieron distinta suerte y que no fueron abandonados o destruidos en la misma época. El desgaste ecológico jugó un papel fundamental en el declive de esta cultura, pues la tala de bosques a lo largo de las cuencas de los ríos, para cubrir la gran demanda de madera y desbrozar campos de cultivo, produjo aluviones y riadas cada vez más frecuentes y destructoras. Pero su propia decadencia interna constituye solo el trasfondo de su desaparición, pues el gran colapso se produjo desde el exterior con la llegada de los invasores arios en torno al año 1500 a.C.


II. El periodo Védico (c.1500-c.500)

Hacia 1500 a.C aproximadamente comenzó a ocurrir un profundo cambio en la mitad septentrional del subcontinente indio. La civilización del Indo había decaído en torno a 2000 a.C (todo lo más tarde hacia 1750 a.C.), y se estaba instalando el escenario para una segunda y más duradera urbanización del valle del Ganges. Las nuevas áreas de ocupación eran contiguas, pero casi nunca idénticas, al núcleo del área de Harappa. Hubo una continuidad de ocupación en el Punjab y Gujarat, y llegó un nuevo impulso hacia la urbanización desde la migración de pueblos desde el Punjab al interior del valle del Ganges.

1. El Periodo Védico Temprano (c.1500-c.800 a.C)

Además del legado arqueológico tratado más arriba, queda de este periodo el registro literario más antiguo de la cultura india, los Vedas. Compuesto en sánscrito arcaico o védico, generalmente fechado entre el 1500 y el 800 a.C., y transmitido oralmente, los Vedas comprenden cuatro importantes textos -los Rig- (Rr-), Sama-, Yajur- y Atharvaveda. De estos, se cree que el Rigveda que es el más antiguo. Los textos constan de himnos, hechizos, encantamientos y observaciones rituales, corrientes entre los pueblos de habla indoeuropea conocidos como arios (del sánscrito arya, "noble"), que entraron en India desde las regiones iranias.

Las teorías en relación con las los orígenes de los arios, cuyo lenguaje también es llamado ario se refieren a la cuestión de la que ha sido llamada la patria indoeuropea. en los siglos XVII y XVIII, los estudiosos europeos que estudiaron por primera vez el sánscrito se sorprendieron por la similitud en su sintaxis y vocabulario con el griego y el latín. Esto dio lugar a la teoría de que había habido un ancestro común para estas y otras lenguas relacionadas, que vino a llamarse el grupo de lenguas indoeuropeas. Esto, a su vez, dio lugar a la noción de que el pueblo de habla indoeuropea había tenido un hogar común desde el cual ellos habían emigrado a diversas partes de Asia y Europa. La teoría provocó una especulación ilimitada, la cual continúa hoy, que estima la patria original y la fecha de la dispersión desde ella. el estudio de la India védica todavía está cercada por el "problema ario", que a menudo enturbia la búsqueda genuina para el conocimiento histórico en este periodo.

Que hubo una migración de hablantes indoeuropeos, posiblemente en oleadas, datando desde el segundo milenio a.C., está claro a partir de los indicios arqueológicos y epigráficos en Asia occidental. Mesopotamia atestiguó la llegada, entorno a 1760 a.C., de los Casitas, que introdujeron el caballo y el carro y llevaban nombres indoeuropeos. Un tratado de en torno a 1400 a.C. entre los hititas, que habían llegado a Anatolia sobre el comienzo del segundo milenio a.C., y el imperio Mitanio invocaba cuatro deidades -Indara, Uruvna, Mitira y los Nasatyas (nombres que se dan en el Rigveda como Indra, Varuna, Mitra y los Asvins). Una inscripción en Bogazköy en Anatolia de por la misma fecha contiene términos técnicos, relacionado con el entrenamiento de caballos, que sugiere orígenes culturales en Asia central o las estepas rusas meridionales. Tablillas de arcilla que datan de en torno a 1400 a.C., escritas en Tell El-Amarna en cuneiforme acadio, menciona nombres de príncipes que son también indoeuropeos.

Más cercana a la India, la meseta irania era objeto de una migración similar. La comparación de la literatura aria irania con la india presenta correspondencias. Posiblemente una rama de los arios iranios emigraron a la India del norte y se establecieron en la región de Sapta Sindhu, extendiéndose desde el río Kabul en el norte hasta el Saravasti y los cursos altos del Doab 
Ganges-Yamuna en el sur. Se piensa que el Saravasti, el río sagrado por entonces se había secado durante el periodo Védico Tardío. Concebida como una diosa fue personificada en el hinduismo posterior como la inventora del sánscrito escrito y hablado y la consorte de Brahma, promulgador de los Vedas. Fue en la región de Sapta Sindhu donde fueron compuestos la mayoría de los himnos del Rigveda.


El Rigveda está dividido en 10 maņdalas (libros), de los cuales el décimo se cree que era de alguna manera más tardío que los otros. Cada maņdala consta de una serie de himnos, y la mayor parte de los maņdalas están adscritos a familias sacerdotales. los textos incluyen invocaciones a los dioses, himnos rituales, himnos de batalla, y diálogos narrativos. El noveno maņdala es una colección de todos los himnos dedicados a soma, el jugo alucinógeno no identificado que era bebido en ocasiones rituales.

Pocos sucesos de importancia política son relatados en los himnos. Quizás el más impresionante es una descripción de una batalla de los 10 jefes o reyes: cuando Sudās, el rey de los preeminentes Bharatas del Punjab meridional, sustituyó a su sacerdote Viśvāmitra con Vasiştha, Viśvāmitra organizó una confederación de 10 tribus, que incluían a los Pūru, Yadu, Turvaśas, Anu y Druhyu, los cuales fueron a la guerra contra Sudās. Los Bharatas sobrevivieron y siguieron jugando un importante papel en la tradición histórica. En el Rigveda, el cabeza del clan es llamado el rājā; este término ha sido traducido comúnmente como "rey", pero la erudición reciente sugiere "jefe" como más apropiado  en este contexto primitivo. Si se reconoce tal distinción, el corpus completo de literatura védica puede ser interpretada como el registro de la evolución gradual del concepto de realeza a partir de la organización de clan más temprana. entre los clanes hay poca distinción entre arios y no arios, pero los himnos se refieren a un pueblo, llamado los Dāsas, de los que se dice que habían tenido un lenguaje extranjero y una complexión oscura y adoraban a dioses extraños. Algunos Dāsas eran ricos en ganado y vivían en lugares fortificados (pur) que a menudo eran atacados por el dios Indra. Además de los Dāsas, estaban los ricos Panis, que eran hostiles y robaban ganado.

El periodo Védico Temprano fue el periodo de transición desde el pastoralismo nómada hasta las comunidades aldeanas instaladas entremezclando economías pastorales y agrarias. El ganado inicialmente era la mercancía dominante, como queda indicado por el uso de la palabra gotra ("cercado de vacas") para señalar al grupo de parentesco endógamo y gavisti ("búsqueda de vacas") para indicar guerra. Una estructura de familia extendida patriarcal dio ascenso a la práctica del niyoga ("levirato"), que permitía a una viuda casarse con el hermano de su marido. Una comunidad de familias constituía un grāma. El término viś es interpretado generalmente para indicar "clan". Las asambleas de clan parecen haber sido frecuentes en las etapas iniciales. Se mencionan varias categorías de reuniones, tales como vidathasamiti sabhā, aunque las distinciones precisas entre esas categorías no están claras. El clan también se reunía para el yājña, el sacrificio védico dirigido por el sacerdote, cuyas acciones rituales aseguraban prosperidad e imbuían al jefe de valor. El jefe era principalmente un líder de guerra con la responsabilidad de proteger al clan, por cuya función recibía un bali ("tributo"). El castigo era exigido de acuerdo con un principio parecido al wergeld ("pago del hombre") de la antigua ley germánica, por medio del cual el rango social de un hombre perjudicado o muerto determinaba la compensación debida a él o a sus supervivientes.

2. El Periodo Védico Tardío (c.800-c.500 a.C)

Las principales fuentes literarias de este periodo son el Sama-, Yajur- y Atharvaveda (principalmente textos rituales), los Brāhmanas (manuales sobre el ritual), y los Upanishads (Upanişads) y Aranyakas (colecciones de discursos filosóficos y metafísicos). Asociados con el corpus están los textos sūtra, en gran medida ayudas explicatorias para otros trabajos, que comprendían manuales sobre sacrificios y ceremonias, prácticas domésticas, y relaciones sociales y legales. Debido a que los textos eran continuamente revisados, no pueden ser datados con exactitud al periodo temprano. Los textos Dharma-sūtra de este periodo se convirtieron en el núcleo de los Dharmaāstras de los siglos posteriores. 

Los historiadores asignaban anteriormente las dos mayores epopeyas indias, el Mahābhārata y el Ramāyana a este periodo, pero la erudición posterior ha vuelto estos datos menos ciertos. Ambos trabajos son mezclas históricas y legendarias, ambos fueron reescritos y editados, ambos sufrieron de frecuentes interpolaciones incluso en época tan tardía como los primeros siglos de nuestra era, y ambos fueron convertidos más tarde en literatura sagrada con la deificación de sus héroes.  Por lo tanto, al ser importantes para la tradición literaria y religiosa, no eran fácilmente identificados con un periodo histórico. El suceso central del Mahābhārata, cuyo escenario geográfico es el Doab de los cursos altos de Ganges y Yamuna y áreas adyacentes, es una guerra entre dos grupos de primos -los Kauravas y los Pandavas. Aunque la fecha tradicional para la guerra es en torno a 3102 a.C., la mayoría de los historiadores preferirían una más tardía. Los acontecimientos del Ramāyana se refieren al valle medio del Ganges y la India central, con interpolaciones tardías que se extendían al área hacia el sur.

El foco geográfico del corpus védico tardío se traslada desde la region Sapta Sindhu a la del Doab Ganges-Yamuna y los territorios de sus márgenes. Las áreas dentro de esta tierra de los āryas llamada Āryāvarta eran denominadas por los clanes gobernantes. Hacia el fin del periodo, la identidad de clan había cambiado gradualmente a una identidad territorial, y las áreas de asentamiento finalmente llegaron a formar estados. Los pueblos más allá del Āryāvarta eran denominados los mlecchas, los impuros bárbaros  no familiarizados con el habla y las costumbres de los āryas.

La literatura está repleta con los nombres de los clanes. El más poderoso entre ellos, comandando el mayor respeto era el Kuru-Pañcāla, el cual incorporaba las dos familias de Kuru y Pūru (y los primitivos Bharatas) y de los cuales los Pañcāla eran una confederación de tribus menos conocidas. En el norte predominaban los grupos Kambhoja, Gandhāra y Madra. En el valle medio del Ganges los vecinos y rivales de los Kuru-Pañcāla eran los Kāśi, Kośala y Videha, que trabajaban en estrecha cooperación unos con otros. Los pueblos de Magadha, Anga y Vanga en el valle y el delta del bajo Ganges estaban fuera del límite ario y eran considerados como mlecchas. Magadha (los distritos de Bihar, de Patna y Gaya) también está asociada con el pueblo vrātya, que ocupaba una ambigua posición entre los āryas y los mlecchas. Otras tribus mlecchas frecuentemente mencionadas incluían a los Sātvants del valle de Chambal y, en la region de Vindhya y del Deccan septentrional, los Āndhra, Vidarbha, Nisādha, Pulinda Śabara. La localización de todas esas tribus es de considerable interés histórico, debido a que dieron su nombre al área geográfica.

En torno al siglo V la identidad de clan había cambiado a una identidad territorial y las áreas de asentamiento cambiaron de jefaturas a reinos en algunos casos. El estado fue emergiendo como una nueva característica. Asambleas tales como las sabha y parisad continuaron como instituciones políticas en periodos posteriores. Las reuniones más extensas declinaron. Nociones rudimentarias de impuestos fueron la génesis de la administración, como eran los ratnis ("joyas"), que consistían en representantes de varias profesiones que aconsejaban al jefe. Una importante transformación ocurrió en la noción de realeza, que dejó de ser simplemente un oficio de un líder de guerra; la identidad territorial le proporcionó poder y posición, simbolizada por una serie de prolongadas y elaboradas ceremonias -las abhisekha, generalmente seguidas por importantes sacrificios rituales, tales como el aśvamedha. Esta ceremonia era el sacrificio de un caballo famoso, en el que a un caballo especialmente seleccionado se le permitía deambular a voluntad, seguido de cerca por un cuerpo de soldados; el área a través de la cual el caballo deambulaba sin oposición era reclamado por el jefe o rey que dirigía el sacrificio. Así, teóricamente al menos, solamente aquellos con poder considerable podía realizar el sacrificio. Tales grandes sacrificios implicaban una gran cantidad de riqueza y una jerarquía de sacerdotes. Las ceremonias duraban muchos días e implicaban una economía recíproca de intercambio de obsequios entre el jefe y el sacerdote, por el que este último recibía riqueza en especie y el primero una posición establecida, prosperidad y proximidad a los dioses.

La evidente demostración y consumo de estas ceremonias ha provocado la comparación con el potlatch de los Kwakiutl y pueblos indios norteamericanos afines. La suposición para tales sacrificios era que el clan se había establecido en un área particular, macando el fin del nomadismo. Esto llevó finalmente a la reclamación de propiedad por los reyes de las tierras baldías, aunque el derecho de un gobernante a recaudar impuestos se veía no como una consecuencia de su propiedad de la tierra sino como su retribución por proteger la sociedad. Las nuevas tendencias enfatizaron la importancia de los sacerdotes y la aristocracia (Brahmanes y Ksatriyas), que eran el pilar de la realeza. La introducción, a través de sacrificios reales, de nociones de divinidad en la realeza reforzaron aún más el papel de los sacerdotes. Esto fue también el periodo en el que la realeza se convirtió en hereditaria.

La tecnología del hierro, o krsna āyas ("metal oscuro"), como era llamado al parecer en la literatura védica tardía, y la migración al valle del Ganges habían ayudado a la estabilización de la agricultura y de los asentamientos. Alguno de estos junto a los ríos evolucionaron en ciudades, esencialmente centros administrativos y de artesanía. Hacia mediados del primer milenio a.C. la segunda urbanización -esta vez en el valle del Ganges- había comenzado.

El desarrollo con las consecuencias más profundas para la cultura india es la estructura de sociedad que ha venido a llamarse casta. Un himno en el Rigveda contiene una descripción del sacrificio original y se refiere a la aparición de cuatro grupos a partir del cuerpo del dios Prajāpati -los Brahmanes (Brāhmanas), Ksatriyas (Kshatriyas), Vaiśyas (Vaishyas) y Sūdras (Shudras). Este es claramente un intento mitificado por describir el rigen de los cuatro varnas, que vienen a ser considerados como las cuatro castas importantes de al sociedad india.

La etimología de cada una es de interés: los Brahmán es el que posee conocimiento mágico o divino (brahma); Ksatriya es el que está dotado con el poder o soberanía (ksatra); y Vaiśya, derivado de viś ("asentamiento"), era la persona establecida sobre la tierra o un miembro del clan. La derivación del término Sūdra, no obstante, indicando a un miembro del grupo nacido para servir a las tres varnas superiores, no está claro, lo cual puede sugerir que no era una palabra aria. Además del varna hay referencias al jāti (nacimiento), que paulatinamente vino a adquirir una estrecha asociación con casta y parece significar el grupo de parentesco endógamo. En el curso del tiempo los Brahmanes llegaron a ser el grupo sacerdotal preeminente, los intermediarios de los dioses en los rituales de sacrificio, y los receptores de grandes donaciones para funciones sacerdotales; en el proceso adquiriente una serie de privilegios, tales como la exención de impuestos y la inviolabilidad.

Los Ksatriyas, quienes se convertirían en las familias terratenientes, asumieron el papel de líderes militares y de la aristocracia natural teniendo conexiones con la realeza. Los vaiśyas estaban más subordinados, y, aunque su posición no era tan inferior como el de los Sūdras, parecen haber sido cruciales para la economía. La opinión tradicional de los Sūdras es que eran agricultores no arios, que cayeron bajo la dominación de los arios y en muchos casos fueron esclavizados y por tanto, tenían que servir a las tres castas superiores. Pero no todas las referencias a los Sūdras son para los esclavos. A veces se mencionan a ricos Sūdras, y en siglos posteriores alguno de ellos incluso se convirtieron en reyes. La opinión tradicional de que los varna reflejaban la organización de la sociedad india ha sido recientemente cuestionada; se ha sugerido que las reglas de los varna estaban de acuerdo con una normativa o modelo hipotético, y que el concepto de jāti es más fundamental para el funcionamiento de la casta. Esta perspectiva esta reforzada por el hecho de que la literatura no brahmánica de periodos posteriores no siempre está de acuerdo con la imagen de la sociedad de casta descrita en los Dharma-śāstras.

III. El comienzo del periodo histórico, c. 500-150 a.C

Para esta fase de la historia india están disponible una variedad de fuentes históricas. El canon budista, que pertenece al periodo del Buddha (en torno al siglo VI-V a.C.) y más tarde, es inestimable como una referencia cruzada para las fuentes brahmánicas. Esto también es cierto, aunque en una extensión más limitada, de las fuentes jainas. En el siglo IV a.C. hay escritos seculares sobre economía política y relatos de viajeros extranjeros. No obstante, las fuentes más importantes son inscripciones del siglo III a.C.

1. Los Estados pre-Maurya

Los escritos budistas y otras fuentes del principio de este periodo mencionan 16 estados principales (mahājanapada) que dominaban la parte norte del subcontinente. Unos pocos de estos, como Gandhāra, Kāmboja, Kuru-Pañcāla, Matsya, Kāśi y Kośala, continuaban desde el periodo anterior y son mencionados en la literatua védica. El resto eran nuevos estados, bien recién creados a partir de los más viejos que declinaban o nuevas áreas  que adquirían importancia, tales como Āvanti, AśvakaŚūrasena, Vatsa, Cedi, Malla, Vrjji, Magadha y Anga. La mención de tantos nuevos estados en el valle del Ganges oriental es atribuible en parte al foco oriental de los recursos y es parcialmente el antecedente de la creciente preponderancia de las regiones orientales.



a) Localización

Gandhāra se sitúa a ambos lados del Indo e incluye los distritos de Peshawar y los valles del Bajo Swāt y Kābul. Por un tiempo su independencia se dio por terminada con su inclusión como uno de las 22 satrapías del imperio Aqueménida de Persia (c.519 a.C). Su importante papel como canal de comunicacion con Irán y Asia Central continuó, como también su comercio en artículos de lana. Kāmboja limitaba con Gandhāra. Originalmente considerada como una tierra de arioparlantes, Kāmboja pronto perdió su importante posición, aparentemente  debido a que su población no siguió los sagrados ritos brahmánicos -una situación que iba a ocurrir ampliamente en el norte como resultado de la mezcla de pueblos y culturas a través de la migración y el comercio. Kāmboja se convirtió en un centro de comercio para caballos importados de Asia Central.

Los Kekayas, Madras y Ūsīnāras, que se habían establecido en la región entre Gandhāra y el río Beās, eran descritos como los descendientes de la tribu Anu. Los Matsyas o Macchas ocupaban un área al suroeste de Delhi. Los Kuru-Pañcāla, todavía dominantes en el Doab del Ganges-Yamuna, fueron extendiendo su control hacia el sur y el este; la capital de los Kuru había sido trasladada supuestamente desde Hastināpura a Kauśāmbi, cuando la primera fue devastada por una gran inundación, la cual las excavaciones muestran que había ocurrido en torno al siglo IX a.C. Los Mallas vivían en Uttar Pradesh oriental. Āvanti se levantaba en la región de Ujjain-valle del Narmada, con su capital en Mahismatī; durante el reinado del rey Pradyota, hubo una alianza matrimonial con la familia real de Kauśāmbi. Śūrasena tenía con su capital en Mathurā, y la tribu reclamaba descender del clan Yadu. Una referencia a los Sourasenoi en los tardíos escritos griegos es a menudo identificada con los Śūrasena, y la ciudad de Methora con Mathurā. El estado Vatsa emergió de Kauśāmbi. El estado Cedi (en Bundelkhand) se sitúa en la ruta al Deccan. Al sur de los Vindhyas, sobre el río Godāvari, Aśvaka continuó progresando.

El valle del Ganges medio era dominado por Kāśi y Kośala. Kāśi mantenía estrechas filiaciones con sus vecinos orientales, y su capital iba a adquirir más tarde renombre como la ciudad sagrada de Vanarasi (Benarés). Kāśi y Kośala estaban continuamente en guerra por el control del Ganges; en el curso del conflicto, Kośala extendió sus fronteras al norte y al sur, llegando finalmente a comprender Uttar (septentrional) y Daksina (meridional) Kośala. Los nuevos estados de Magadha (distritos de Patna y Gaya) y Anga (norte del delta) también estaban interesados en controlar el río y pronto hicieron sentir su presencia. Finalmente el conflicto afloró en el estado de Vrjji (distrito de Besar y Muzaffarpur). Durante un tiempo, Videha (moderno Tirhut), con su capital en Mithilā, también siguió siendo poderosa. Las referencias a los estados del Deccan septentrional parecen repetir afirmaciones procedentes de fuentes del periodo anterior, sugiriendo que había habido pocos intercambios más entre las regiones.

b) Sistemas políticos

El sistema político en estos estados era, bien monárquico o un tipo de gobierno representativo que ha sido llamado variadamente republicano u oligárquico. El hecho de que la representación en las asambleas de estos últimos estados estuviera limitada a los miembros del clan gobernante hacen preferible el término oligarquía, o incluso jefatura. A veces dentro del estado mismo hubo un cambio gradual desde la monarquía a la oligarquía, como en el caso de Vaiśāli, el núcleo del estado Vrjji. Aparte de los estados principales hay también muchas pequeñas oligarquías, tales como las de los Koliyas, Moriyas, Jñātrkas, Sākyas, y Licchavis. Los Jñātrkas y Sākyas son especialmente recordados como las tribus a las que Mahavira (el fundador del Jainismo) y Gautama Buddha, respectivamente pertenecían. los Licchavis se convirtieron finalmente extremadamente poderosos.

Las oligarquías comprendían bien un único clan o una confederación de clanes. los jefes elegidos o el presidente (ganapati, ganarājya) funcionaban con la asistencia de un consejo de ancianos, seleccionados probablemente de las familias Ksatriyas. La institución más importante era la asamblea general soberana, o parisad, a las reuniones de la cual eran convocados los miembros mediante timbales. Normas concretas regían la disposición de los asientos, el orden del día, y el orden para hablar y el debate, que terminaba en una decisión. Se mantenía una decisión entre las familias representadas y las otras. La amplia autoridad del parisad incluía la elección de importantes funcionarios. Un fallo ocasional en el oficio hereditario por parte del jefe podía contar para la tendencia hacia la monarquía entre estos estados. La división de facciones era una amenaza constante para el sistema político.

El desarrollo institucional dentro de estas oligarquías sugiere una economía agraria estabilizada. Las fuentes mencionan a ricos terratenientes (gahapatis) que empleaban esclavos y trabajadores contratados para trabajar en sus tierras. la existencia de gahapatis sugiere el ruptura de la propiedad de la tierra del clan y la aparición de propiedades individuales. Un incremento en asentamientos urbanos y en el comercio es evidente no solo a partir de referencias en las fuentes literarias sino también desde la introducción de dos características de la civilización urbana -una escritura y una moneda. Los indicios para la escritura datan al menos del siglo III. La escritura usada más ampliamente era el Brāhmī, que está relacionado con la mayoría de las escrituras usadas posteriormente. Una variante durante este periodo era el Kharostī, usado solamente en la India noroccidental y derivaba del arameo de Asia occidental. El lenguaje hablado más comúnmente era el Prācrito, que tenía sus variantes locales en el Śaurasenī (del que evolucionó el Pāli), y el Māgadhī, en el que predico Buddha. El sánscrito, el lenguaje más culto comparado con el prācrito, fue favorecido por la élite instruida. La gramática de Pānini, el Astādhyāyī, y el trabajo etimológico de Yāska, el Nirukta, sugiere una considerable sofisticación en el desarrollo del sánscrito.

c) Economía

Monedas de barras dobladas de plata y monedas punzonadas de cobre y plata entraron en uso en el siglo V a.C. No está claro si las monedas fueron emitidas por una autoridad política o eran moneda de curso legal. La expansión paulatina en el mismo periodo de un tipo característico de artículos de lujo, que ha llegado a ser conocida como la mercancía pulida negra del norte, es un indicador del comercio en expansión. Una ruta de comercio principal seguía el río Ganges y cruzaba la línea divisoria indogangética y el Punjab hasta Taxila y más allá. Otra se extendía desde el valle del Ganges vía Ujjain y el valle de Narmada hasta la costa occidental o, alternativamente, hacia el sur hasta el Deccan. La ruta hacia el delta del Ganges llegó a ser la más popular, incrementando el contacto marítimo con puertos sobre la costa oriental de India. La expansión del comercio y en consecuencia de ciudades dio como resultado un incremento en el número de artesanos y mercaderes; algunos, finalmente, formaron gremios (śreni), cada uno de los cuales tendía a habitar una parte particular de una ciudad. El sistema gremial alentó la especialización del trabajo y el principio hereditario en las profesiones, que también era una característica del funcionamiento de casta. Gradualmente algunos de los gremios adquirieron posición de casta. La práctica de la usura animó las actividades financieras, alguna de las cuales formaron sus propios gremios y encontraron que la inversión en el comercio se demostraba cada vez más lucrativo. La economía cambiada es evidente en el incremento de las ciudades y en una cultura urbana en la que distinciones tales como pura (asentamiento amurallado), durga (ciudad fortificada), nigama (centro de mercado), nagara (pueblo) y mahānagara (ciudad) llegaron a ser cada vez mas importantes.

d) Religión

Estas características cambiantes de la vida económica y social estaban ligadas a cambios religiosos e intelectuales. Las tradiciones ortodoxas mantenidas en ciertas secciones de la literatura védica fueron cuestionadas por maestros mencionados en los Upanishads y Āranyakas y pro otros cuyas especulaciones y filosofía son registrados en otros textos. Hay una tradición heterodoxa considerable corriente en el siglo VI, y la especulación se extendió desde el idealismo hasta el materialismo. Los Ājīvikas y los Cārvākas, entre las sectas más pequeñas, fueron populares durante un tiempo, como lo fueron las teorías materialistas del contemporáneo de Buddha, Ajīta Keśakambalin. Incluso aunque tales sectas no sostuvieron una tradición religiosa independiente, el trasfondo de sus enseñanzas brotaron con el tiempo y de nuevo en las tendencias religiosas posteriores que emergieron en la India.

De todos estas sectas, solamente dos, el Jainismo y el Budismo, adquirieron estatus de religiones principales. La primera permaneció dentro del subcontinente indio; la segunda se expandió a Asia Central, China, Japón, y Asia Suroriental. Ambas religiones fueron fundadas en los siglos VI-V a.C; Mahāvīra dio forma a ideas anteriores de los Nirgranthas (un nombre anterior para los jainas) y formuló el Jainismo (las enseñanzas del Jina, o Conquistador, Mahāvīra ), y el Buddha (el Iluminado) predicó una nueva doctrina.

Hubo una serie de semejanzas entre estas dos sectas. Los rituales religiosos eran esencialmente congregacionales. Las órdenes monásticas (las sangha) fueron introducidas con monasterios organizados en líneas democráticas y aceptando inicialmente a personas procedentes de todos los estratos de la vida. Tales monasterios dependían de sus vecindarios para el material de apoyo. Algunos de los monasterios evolucionaron en centros de educación. El funcionamiento de los monjes en sociedad era más grande, no obstante, entre las órdenes budistas. Monjes errantes, predicando y buscando almas, dieron a las religiones un sabor misionero. El reclutamiento de monjas significó una preocupación especial para el estatus de las mujeres. Ambas religiones cuestionaban la ortodoxia brahmánica y la autoridad de los Vedas. Ambas se oponían al sacrificio de animales, y ambas predicaban la no violencia. Ambas derivaban su apoyo en general de los clanes gobernantes ksatriyas, ricos gahapatis, y la comunidad mercantil; debido a que el comercio y los intercambios no implicaban matar, el principio de ahimsā (no violencia) podía ser observados en estas actividades. Los jainas participaban ampliamente como los intermediarios en las transacciones financieras y en siglos posteriores se convirtieron en los grandes financieros de la India occidental. Mientras que ambas religiones estaban en contra, en teoría, de la desigualdad de castas, ninguna atacaba directamente los supuestos de la sociedad de castas; aún así, fueron capaces de asegurar una cierta cantidad de apoyo por parte de los grupos de casta más bajos, el cual fue aumentado por el préstamo de rituales y prácticas procedentes de los cultos populares. El patrocinio de las mujeres, especialmente las de las familias reales, iba a convertirse en un rasgo visible.

e) El predominio de Magadha

La actividad política en los siglos VI-V a.C. se centró en el control del valle del Ganges. Los estados de Kāśi , Kośala, Magadha, y los Vrjjis combatieron por su control durante un siglo hasta que Magadha emergió victoriosa. El éxito de Magadha fue debido, en parte, a la ambición política de su rey, Bimbisāra. Conquistó Anga, lo que le dio acceso al delta del Ganges, un valioso recurso en términos del naciente comercio marítimo. Ajātaśatru, hijo de Bimbisāra, puso en marcha las intenciones de su padre en unos 30 años. Ajātaśatru reforzó las defensas de la capital de Magadha, Rājagrha, y construyó un pequeño fuerte sobre el Ganges en Pātaligrāma, la cual iba a convertirse en la famosa capital Pātaliputra (Patna). Luego atacó y anexionó Kāśi y Kośala. Todavía tuvo que dominar a la confederación del estado de Vrjji, y esto resultó ser un asunto que se prolongó durante 16 años. Finalmente los Vrjji, que incluían el importante clan Licchavi, fueron derribados, habiendo sido debilitado por un ministro de Ajātaśatru, que fue capaz de sembrar la disensión en la confederación.

El éxito de Magadha no fue atribuible solamente a la ambición de Bimbisāra y Ajātaśatru. Magadha tenía una excelente localización geográfica que controlaba el bajo Ganges, y así extrajo ingresos tanto de la fértil llanura como del comercio fluvial. El acceso al delta también atrajo lucrativos beneficios procedentes del comercio costero oriental. Los bosque vecinos proporcionaba madera para la construcción y elefantes para el ejército. Sobre todo, los ricos depósitos de mineral de hierro dieron a Magadha el liderato en tecnología.

Bimbisāra había sido uno de los más tempranos reyes indios en enfatizar la administración eficiente, y los comienzos de un sistema administrativo echó raíces. Se desarrollaron nociones rudimentarias en los ingresos de la tierra. En cada población había un jefe que era responsable de recaudar los impuestos y toro cuerpo de oficiales que supervisaban la recogida y llevaba los ingresos al tesoro real. Pero el entendimiento de la utilización de la tierra como fuente principal de los ingresos del estado aún estaba por llegar. El despeje de la tierra continuó rápidamente, pero es probable que los asentamientos agrarios fueran pequeños, porque las referencias literarias a los viajes de una ciudad a otra mencionan largos tramos de senderos forestales.

Después de la muerte de Ajātaśatru (c.459 a.C.) y de una serie de gobernantes ineficaces, Śiśunāga fundó una nueva dinastía, que duró al menos en torno a medio siglo hasta que fue expulsada por Mahāpadma Nanda. Los Nanda son descritos universalmente siendo de origen bajo, quizá Śūdras. A pesar de estos rápidos cambios dinásticos, Magadha retuvo su posición de fortaleza. Los Nandas continuaron la anterior política de expansión. Ellos son conectados proverbialmente con la riqueza, probablemente debido a que se daban cuenta de la importancia de las recaudaciones regulares de ingresos de la tierra.



f) Las campañas de Alejandro el Grande 

La parte más noroccidental de la India fue testigo de la campaña de Alejandro de Macedonia, quien en 327 a.C., al continuar su campaña a los extremos del Imperio Aqueménida, entró en Gandhāra. Hizo la campaña con éxito a través del Punjab hasta el río Beās, donde sus tropas rehusaron continuar luchando. Se hace referencia al vasto ejército de los Nanda en las fuentes griegas, y algunos historiadores han sugerido que los soldados griegos de Alejandro pueden haberse amotinado por temor de este ejército. La campaña de alejandro no dejó impresión en la memoria de los indios, pues no hay referencias a ella en las fuentes indias. El resultado más significativo de su campaña fue que alguno de sus compañeros griegos, como Onesícrito, Aristóbulo, y su almirante Nearco, registraron sus impresiones de India. Los autores griegos y romanos posteriores como Estrabón y Arriano, así como Plinio y Plutarco, incorporaron mucho de este material en sus escritos. No obstante, alguno de los relatos son fantasiosos y se dirigen más a la ficción que a la historia. Alejandro estableció una serie de asentamientos griegos, que proporcionaron un ímpetu para el desarrollo del comercio y la comunicación con Asia occidental. Más valioso para los historiadores fue una referencia al encuentro de Alejandro con el joven príncipe Sandrocotto, nombre identificado en el siglo XVIII como Candra Gupta, que proporciona un punto de referncia en la temprana historia india.

Campaña de Alejandro en la India
 
2. El Imperio Maurya

La ascensión (fechada hacia c.325-c.321 a.C) de Candra Gupta (Chandragupta) Maurya es significativo en la historia india porque inauguró el primer imperio indio. La dinastía Maurya iba a gobernar casi el subcontinente entero (excepto el área al sur del actual Karnataka), así como partes sustanciales del actual Afganistán.

a) Candra Gupta Maurya

Candra Gupta expulsó el poder Nanda en Magadha y luego hizo campaña en la India central y septentrional. Las fuentes griegas informan de que se implico en un conflicto en 305 a.C. En la región al otro lado del Indo con Seleuco I Nicator, uno de los generales de Alejandro, quien, a la muerte de éste, había fundado la dinastía Seléucida en Irán. El resultado fue un tratado por el que Seleuco cedía las provincias del otro lado del Indo a los Maurya y este último le hizo entrega de 500 elefantes. Se menciona una alianza  matrimonial, pero no se registra detalle alguno.

El tratado inauguró una era de relaciones amistosas entre los Mauryas y los Seléucidas, con intercambio de mensajeros. Uno entre ellos, Megástenes, dejó sus observaciones en forma de un libro, el Indica. Aunque el original se ha perdido, extensas citas de él sobeviven en los trabajos de los escritores griegos posteriores Estrabón, Diodoro y Arriano. Un importante tratado sobre economía política en sánscrito es el Artha-śāstra de Kautilya (o Canākya, como a veces es llamado). Kautilya, se cree, era primer ministro de Candra Gupta Maurya, aunque esta opinión ha sido discutida. Al describir un gobierno ideal, Kautilya indica supuestos de teoría política y económica, y la descripción del funcionamiento del gobierno ocasionalmente concuerda con el conocimiento actual de condiciones reales derivadas de otras fuentes. La fecha de origen del Artha-śāstra sigue siendo problemática, con fechas sugeridas que abarcan desde el siglo IV a.C. hasta el III d.C.. La mayoría de autoridades están de acuerdo con que el núcleo del libro fue escrito originalmente durante el Periodo Maurya temprano, pero que la mayoría del texto existente es post-Maurya.

De acuerdo con las fuentes jainas, Candra Gupta se convirtió en jaina hacia el fin de su reinado. Abdicó en favor de su hijo Bindusāra, llegó a ser asceta, y viajó con un grupo de monjes jainas al sur de la India, donde murió en la manera jaina ortodoxa mediante una lenta y deliberada inanición.

b) Bindusāra

El segundo emperador Maurya fue Bindusāra, que llegó al trono en torno a 297 a.C.. Las fuentes griegas se refieren a él como Amitrochates, la forma griega para el sánscrito amitraghāta, el "destructor de enemigos". este nombre quizás refleja una exitosa campaña en el Deccan, habiendo conquistado ya Candra Gupta la india septentrional. La campaña de Bindusāra se detuvo en la vecindad de Karnātaka, probablemente porque los territorios del extremo sur, como los de los Colas, Pandyas y Ceras, estaban bien dispuestos en sus relaciones hacia los Mauryas.


c) Aśoka y sus sucesores

Bindusāra fue sucedido por su hijo Aśoka, bien directamente en 272 a.C., o bien, después de un interregno de cuatro años, en 268 a.C. (algunos historiadores dicen c.265 a.C.El reinado de Aśoka está relativamente bien documentado. Emitió un gran número de edictos, que fueron inscritos en muchas partes del imperio y estaban compuestos en prákrito, griego y arameo, dependiendo del lenguaje corriente en una región particular. Las inscripciones griegas y arameas están limitadas a Afganistán y la región del trans-Indo.

El primer sucesos de importancia en el reinado de Aśoka, el cual él describe en un edicto, fue una campaña contra Kalinga en 260 a.C. El sufrimiento que resultó le provocó que revaluara la noción de conquista por la violencia, y paulatinamente él fue atraído a la religión budista. Sobre unos 12 años después de su ascensión, comenzó a emitir edictos a intervalos regulares. En uno se refiere a cinco reyes griegos que eran sus vecinos y contemporáneos y a los que envió mensajeros -estos eran Antíoco II Theos de siria, nieto de Seleuco I Nicator; Ptolomeo II Filadelfo de Egipto; Antígono II Gonatas de Macedonia; Magas de Cirene; y Alejandro (bien de Epiro o bien de Corinto). Esta referencia se ha convertido en la base de la cronología Maurya. La tradición local asegura que tenía contactos con Khotān y Nepal. Se promovieron estrechas relaciones con Tissa, el rey de Sri Lanka, por el hecho de que Mihinda, el hijo de Aśoka (o su hermano menor de acuerdo con algunas fuentes), fue el primer misionero budista en la isla.

Aśoka gobernó durante 37 años. Después de su muerte se puso en marcha un declive político, y medio siglo más tarde el imperio estaba reducido a valle del Ganges solamente. La tradición afirma que el hijo de Aśoka, Kunāla, gobernaba en Gandhāra. Las evidencias epigráficas indican que su nieto Daśaratha gobernaba en Magadha. Algunos historiadores han sugerid que su imperio se bifurcó. En 185 a.C. el último de los Mauryas, Brhadratha, fue asesinado por su comandante en jefe brahman, Pusyamitra, quien fundo la dinastía Sunga.



d) La base financiera para el imperio

El logro de los Mauryas reside en la habilidad para unir las diversas partes del subcontinente en una única unidad política y mantener un sistema imperial durante casi 100 años. La base financiera para un sistema imperial estaba proporcionado por ingresos procedentes de las rentas de la tierra y, en una cantidad menor, del comercio. La expansión gradual de la economía agraria y las mejoras en la maquinaria administrativa para recaudar impuestos incrementaron los ingresos procedentes de las rentas de la tierra. Esto está confirmado tanto por las teorías de Kautilya como por el relato de Megástenes; Kautilya mantenía que el estado debería organizar el despeje de las tierras baldías y colonizarlas con aldeas de agricultores Sūdras. Es probable que unas 150.000 deportadas desde Kalinga por Aśoka tras su campaña fueron asentadas  de este modo. Megástenes escribe que no había esclavos en la India, a pesar de que las fuentes indias hablan de varias categorías de esclavos llamados dāsas, siendo la designación más comúnmente usada dāsa-bhrtaka (esclavos y trabajadores contratados). Es probable que no hubiera una esclavitud a gran escala, para la producción, aunque los esclavos fueran usados en la tierra, en las minas, y en los gremios, junto con los trabajadores asalariados. La esclavitud doméstica era común, no obstante.

La naturaleza de los ingresos de la tierra ha sido objeto de debate. Algunos estudiosos mantienen que el estado era el único propietario de la tierra, mientras que otros afirman que había propiedad privada e individual también. Las referencias a la propiedad privada parece que son demasiado frecuentes como para ser ignoradas. También hay referencias a las tierras de la corona, el cultivo de las cuales era importante para la economía. Se recaudaban dos tipos de impuestos -uno sobe la cantidad de tierra cultivada y el otro sobre la producción de la tierra. El estado mantenía la irrigación en áreas limitadas y en periodos limitados. En general, los sistemas de irrigación eran controlados de manera privada por agricultores y terratenientes. No existen apoyos para una tesis de que el control de la maquinaria hidráulica era crucial para el control político del país.

Otra fuente de ingresos, que adquirió aun importancia creciente, fue procedente del comercio tanto interior como exterior. el intento de mejorar la administración política ayudó a romper el aislamiento económico de varias regiones. Los caminos construidos para asegurar la un comunicación rápida con la administración local inevitablemente se convirtieron en arterias de intercambio y comercio.

e) La sociedad Maurya

De acuerdo con Megástenes, la sociedad Maurya comprendía siete grupos ocupacionales: filósofos, granjeros, soldados, pastores, artesanos, magistrados y consejeros. Definió estos grupos como endógamos y las profesiones como hereditarias, lo que ha llevado a que sean consideradas como castas. Los filósofos incluían aun variedad de sacerdotes, monjes, y profesores religiosos; Formaban el grupo más pequeño pero era el más respetado, estaban exentos de impuestos, y eran los únicos a los que se permitía casarse en los otros grupos. Los granjeros eran el grupo más extenso. los soldados estaban muy bien pagados, y si las cifras de Plinio para el ejército son correctas -9.000 elefantes, 30.000 jinetes y 600.000 infantes- su apoyo debe haber requerido un considerable desembolso financiero. La mención de los pastores como un grupo socio-económico sugiere que, aunque la economía agraria se estaba expandiendo y había llegado a ser básica par los ingresos del estado, el pastoreo continuaba jugando un papel económico importante. Los artesanos probablemente representaban una sección importante de la población urbana. El listado de magistrado y consejeros como grupos distintivos es un indicio de un extenso y reconocible personal administrativo.

f) El gobierno Maurya

El gobierno Maurya estaba organizado alrededor del rey. Aśoka vio su papel esencialmente paternal "Todos los hombres son mis hijos". Estaba ansioso por estar en contacto directo con la opinión pública, y para este fin viajó extensamente a través de su imperio y nombró una categoría especial de oficiales para medir la opinión pública. Sus edictos indican frecuentes consultas con sus ministros, siendo el consejo ministerial en gran parte, un cuerpo consultivo. Los cargos de sannidhātr (tesorero), que guardaba las cuentas, y el samāhartr (jefe recaudador) que era responsable del registro de los ingresos, formaban el eje de la administración de Hacienda. Kautilya creía que un cuarto de los ingresos totales debería reservarse para los salarios de los funcionarios. Que los más altos dignatarios esperaban ser generosamente pagados esta claro a partir de los salarios sugeridos por Kautilya y de la considerable diferencia entre el salario de un empleado (500 panas) y el de un ministro (48.000 panas). Los trabajos públicos y las concesiones absorbían otro gran porcentaje de los ingresos del estado. 

El estado estaba dividido en cuatro provincias, cada una bajo un príncipe o gobernador. Los oficiales locales eran probablemente seleccionados de entre el populacho local, porque no se menciona ningún método de reclutamiento personal para el oficio administrativo. Una vez cada cinco años, el emperador enviaba funcionarios para auditar la administración provincial. Algunas categorías de funcionarios en las áreas rurales, tales como los rājjūkas (supervisores) combinaban funciones judiciales con deberes de evaluación. Las multas constituían la forma más común de castigo, aunque la pena capital era impuesta en casos extremos. Las provincias estaban subdivididas en distritos y estas a su vez en unidades más pequeñas. La aldea era la unidad básica de administración y así ha permanecido a través de los siglos. El jefe continuaba siendo un oficial importante, al igual que el contable y el recaudador de impuestos (sthānika y gopa, respectivamente). Para unidades más extensas, Kautilya sugiere el mantenimiento de un censo. Megástenes describe un comité de 30 oficiales, dividido en seis subcomités,  que cuidaban la administración de Pātaliputra. El puesto individual más importante era el de superintendente de la ciudad (nāgaraka), que tenía el control virtual sobre todos los aspectos de la ciudad. De la centralización del gobierno no debe entenderse que implicaba un nivel uniforme de desarrollo por todo el imperio. Algunas áreas, como Magadha, Gandhāra, y Āvanti estaban bajo un control central más estrecho que otras, como Karnātaka, donde posiblemente la principal preocupación del sistema Maurya era extraer recursos sin incrustarse en la región.

g) El declive Maurya

Algunos historiadores mantienen que la desintegración del imperio Maurya era una consecuencia de la política y acciones de Aśoka  y que su política pro-budista provocó un revuelta entre los brahmanes. Los edictos no apoyan tal aseveración. También se ha dicho que la insistencia de Aśoka en la no violencia dio lugar a una emasculación del ejército, que, por lo tanto, fue incapaz de enfrentarse a la amenaza de invasores desde el noroeste. No obstante, no hay señal de que Aśoka deliberadamente ignorara el ala militar de su administración, a pesar de su énfasis de la no violencia.

Otras explicaciones para el declive del imperio parecen más plausible. Entre estas está la idea de que puede haber habido un debilitamiento de la economía que actuó como presión económica sobre el imperio. Se ha pensado que la moneda de plata de los Mauryas estaba devaluada como resultado de esta presión. El gasto requerido para un ejército y la burocracia debe haber ocupado una parte sustancial de los ingresos.Es igualmente posible que la expansión de la agricultura no mantuviera el ritmo con la expansión del imperio, y, debido a que muchas áreas no eran agrícolas, los ingresos procedentes de la economía agraria no hubieran sido suficientes para el mantenimiento del imperio. Es extremadamente difícil computar la población del imperio, pero sobre bases puramente impresionistas, podría sugerirse una cifra de aproximadamente 50 millones. Para una población mixta de agricultores y otros, dar apoyo a un imperio de este tamaño habría sido extremadamente difícil sin una explotación intensiva de los recursos. Las recientes excavaciones en lugares urbanos muestran una mejora diferente en prosperidad material en los niveles post-mauryas. Esto puede atribuirse a un incremento en el comercio, pero era improbable que los ingresos procedentes del comercio hubieran sido suficientes para complementar plenamente los ingresos de la tierra en la financiación del imperio.

Se ha argumentado que la burocracia Maurya en los niveles más altos tendía a ser opresiva. Esto puede haber sido verdad durante los reinados de los dos primeros emperadores, de los cuales se citan indicios, pero es improbable que la opresión haya ocurrido durante el reinado de Aśoka, porque fue responsable de una considerable centralización en los niveles más altos y por los continuas comprobaciones e inspecciones. Una debilidad más fundamental se sitúa en el proceso de reclutamiento, el cual era probablemente arbitrario, con la jerarquía de oficiales reclutada localmente.

IV. La situación política de la India desde 150 a.c hasta 300 d.C

La desintegración del imperio Maurya dio lugar a una serie de pequeños reinos, cuyas afiliaciones regionales a menudo iban a ser repetidas en los siglos siguientes. El Punjab y Cachemira fueron llevados a la órbita de la política de Asia central. El valle del bajo Indo se convirtió en un paso para movimiento desde el norte al oeste. El valle del Ganges un papel en gran medida pasivo excepto cuando se enfrentó con campañas desde el noroeste. En el Deccan surgió el primero de muchos reinos importantes que iban a servir como puente entre el norte y el sur. Kalinga una vez más fue independiente. En el extremo sur, el prestigio e influencia de los reinos Cera, Cola y Pandya continuó sin cesar. Sin embargo, a pesar de la fragmentación política este fue un periodo de prosperidad económica, resultante en parte de una nueva fuente de ingresos -el comercio, tanto dentro del subcontinente como con distantes lugares en Asia central, China, el Mediterráneo oriental, y Asia Suroriental.

1. El ascenso de pequeños reinos en el norte

En el área limítrofe ocupada por los Seléucidas, Diodoto, el gobernador griego de Bactriana, se alzó en rebelión contra el rey seléucida Antíoco y declaró su independencia, que fue reconocida por Antíoco en torno a 250 a.C. Partia también declaró su independencia.

a) Los gobernantes indogriegos

Un rey bactriano posterior, Demetrio (c.190-c.167 a.C.), llevó sus ejércitos al Punjab y finalmente descendió el valle del Indo y obtuvo el control de la India noroccidental. Esto introdujo lo que ha venido a llamarse el gobierno indogriego. La cronología de los gobernantes indogriegos está basada, sobre todo, en las evidencias numismáticas. Sus monedas eran, al comienzo, imitación de las acuñaciones griegas, pero gradualmente adquirieron un estilo propio, caracterizado por un excelente arte del retrato.

El mejor conocido de los reyes indogriegos fue Menandro, conocido en las fuentes indias como Milinda (c.165-c.135 a.C.). Aparece en el texto budista Milinda-pañha ("Las Preguntas de Milinda"), escrito en la forma de un diálogo entre el rey y el filósofo budista Nāgasena, como resultado del cual el rey se convierte al budismo. Menandro controlaba Gandhāra y el Punjab, aunque sus monedas han sido encontradas más al sur. De acuerdo con una teoría, puede haber atacado a los Sungas en la región del Yamuna e intentado extender su control al valle del Ganges, pero, si lo hizo así, fracasó en anexionar el área. Mientras, en Bactria, los descendientes de la línea de Eucrátides, que se había bifurcado de línea bactriana original, comenzaron ahora a interesarse en Gandhāra y finalmente anexionó Kabul y el reino de Taxila (Taksaśilā). Una importante inscripción prákrita en Besnagar (distrito de Bhīlsa) de finales del siglo II a.C, inscrito a instancia de Heliodoro, un enviado griego de Antiálcidas de Taxila, registra su devoción a la secta Vaisnava Vāsudeva.

b) Los gobernantes centro-asiáticos

El control bactriano de Taxila fue perturbado por una intrusión de los escitas, conocidos en las fuentes indias como los Śakas. Atacaron el reino de Bactria y a continuación se desplazaron hacia la India. La determinación de los gobernantes Han para apartar de China a las tribus nómadas de Asia central (los Hsiung-nu, Wu-sun y Yūeh-chih) forzó a estas últimas, en su búsqueda de pastos nuevos, a emigrar hacia el sur y el oeste; una rama de los Yūeh-chih, los Ta Yūeh-chih se trasladaron más al oeste hasta el Mar de Aral, y esto desplazó a los Śakas que estaban allí, que se derramaron por Bactria y Partia. El rey parto Mitrídates II intentó contenerlos, pero después de su muerte (91 a.C.) se precipitaron a través de Partia y continuaron en el valle del Indo; entre los primeros Śakas estaba el rey Maues, o Moga (c.130-c.95 a.C.), que gobernaba sobre Gandhāra. Los Śakas se movieron hacia el sur bajo la presión de los Pahlavas (Partos), que gobernaron brevemente en la india noroccidental hacia el fin del siglo I a.C., siendo recordado el reinado de Gondophernes (Hyndopheres, c.30 a.C.-5 a.C.). En Mathura, gobernantes notorios eran Rājūvula y Śodāsa. Finalmente los Śakas se establecieron en India occidental y Malava, y entraron en conflicto con los reinos del norte del Deccan y el valle del Ganges -particularmente durante los reinados de Nahapāna, Castana (c.88 d.C.) y Rudradāman I (c.129 d.C.)- en los dos primeros siglos d.C. La fama de Rudradaman es registrada en la extensa inscripción sánscrita en Junagarh, que data de 150.






Kujula Kathphisa, el jefe Yūeh-chih (c.40-c.70 d.C.) conquistó la India septentrional en el siglo I. Fue sucedido por su hijo Vima Taktō (c.70-c.100), y su nieto Vima Kathphisa (c.100-127) detrás del cual vino Kaniska I (127-c.150>), el más poderoso entre los reyes Kusānas, como vino a ser llamada la dinastía. La fecha de ascensión de Kaniska es aceptada como la base para una era supuestamente comenzada por los Sakas y usada además del calendario gregoriano por el actual gobierno indio; era ampliamente usada en Mālava, Ujjain, Nepal y Asia central. El reino Kusāna estaba esencialemente orientado hacia el norte, con su capital en Purusapura (cerca del moderno Peshāwar), aunque se extendía hacia el sur hasta Sāñci y en el interior del valle del Ganges hasta Vānārasi. Mathurā era la ciudad más importante en la parte sur del reino. Las ambiciones de Kaniska incluían el control de Asia central, la cual, si no directamente bajo los Kusānas, cayó bajo su influencia. Las inscripciones recientement descubiertas procedentes de Gilgit dan aún más tales conexiones centro-asiáticas. Los sucesores de Kaniska no lograron mantener el poder Kusāna. Las áreas meridionales fueron las primeras en separarse, y en torno a mediados del siglo III a los Kusanas solo les fue dejado Gandhāra y Cachemira. Hacia finales del siglo fueron reducidos a vasallaje por el rey sasánida de Persia.


No es sorprendente, que la nomenclatura administrativa y política en la India septentrional en esta época refleje la de Asia central y occidental. el término persa para el gobernador de una provincia, khshathrapavan, como es usado por los Aqueménidas, fue helenizado en "sátrapa" y ampliamente utilizado por estas dinastías. Su forma sánscrita era ksatrapa. Los gobernadores de más alta posición venían a ser llamados mahā-ksatrapa; frecuentemente producían inscripciones que reflejaban cualquier era que ellos elegían seguir, y acuñaban sus propias monedas, indicando una posición más independiente de la que generalmente está asociada con los gobernadores. Los títulos imperiales también eran tomados por los indo-griegos, tales como basileus basileōn ("rey de reyes"), similar al persa shāhanshāh, del cual la forma sánscrita posterior fue mahārājādhirāja. Un título de derivación centroasiática fue el daivaputra de los Kusānas, del que se cree que había llegado del chino "hijo del cielo", enfatizando la divinidad de la realeza.

c) Oligarquías y Reinos

Ocupando las tierras que separan los valles del Indo y del Ganges, el Punjab y Rājasthān estaban los núcleos de una serie de oligarquías, o repúblicas tribales cuya importancia local surgió y cayó en inversa proporción al ascenso y caída de los reinos más extensos. De acuerdo con los indicios numismáticos, los más importantes, políticamente hablando, eran los Audumbaras, Arjunāyanas, Mālavas, Yaudheyas, Śibis, Kunindas, Trigartas y Ābhīras. Los Arjunāyanas tenían su base en la actual región de Bharatpur-Alwa. Los Mālavas parecen haber emigrado desde el Punjab al área de Jaipur, quizás después de las invasiones indogriegas; ellos están asociados con la era Mālava, la cual ha sido identificada con la era Vikrama, también conocida como la era Krta y que data del 58 d.C. Es probable que el Rājasthān meridional hasta el río Narmada y el distrito de Ujjain fue llamado Mālwa a partir de los Mālavas. La evidencia Yaudheya está dispersa sobre muchas partes del Punjab y las áreas adyacentes de Rājasthān y Uttar Pradesh, pero durante este periodo su fortaleza parece haber sido el distrito de Rohtak, al norte de Delhi; el frecuente uso del término gana ("grupo") en las monedas Yaudheya indica una adhesión a la tradición tribal. Las referencias a las deidades shivaistas, especialmente Kārttikeya o Skanda, el hijo legendario de Śiva son sorprendentes. Los Śibis también emigraron desde el Punjab a Rājasthāny se establecieron en Mādhyamika (cerca de Chitor, el actual Chittaugarh).

Las monedas de los Kuninda les sitúan en los montes Shiwāllik entre los ríos Yamuna y Beās. Los Trigartas han sido asociados con la región Chamba del curso alto del río Rāvi, pero también pueden haber habitado el área de Jālandhava en las llanuras. los Abhiras vivían en asentamientos dispersos en varias partes de la India occidental y central hasta el Deccan. La mayoría de estas tribus pretendían descender de los antiguos linajes de los Purānas, y algunas de ellas estuvieron conectadas más tarde con el ascenso de las dinastías Rājpūt.

Además de las oligarquías, hubo pequeños estados monárquicos, tales como Ayodhya, Kauśāmbī, y los dispersos reinos Nāga, el más importante de los cuales era el de Padmāvatī (Gwalior). Ahicchatrā (el distrito Bareilly de Uttar Preadesh) fue gobernado por reyes que llevaban nombres que terminaban en el sufijo -mitra.


d) El Reino Sunga


Magadha fue el núcleo del reino Sunga, que sucedió al Maurya. El reino se extendía hacia el oeste para incluir Ujjain y Vidiśā. los Sungas entraron en conflicto con Vidharba y con los Yavanas, que probablemente eran griegos bactrianos que intentaban introducirse en el valle del Ganges. (La palabra yavana deriva del prākrito yon
ā, que sugiere que los jonios fueron los primeros griegos con los que los persas e indios entraron en contacto. En siglos posteriores el nombre Yavana fue aplicado a todos los pueblos que llegaron desde Asia occidental y el Mediterráneo (lo que incluía a los romanos, persas y árabes). La dinastía Sunga duró en torno a un siglo aproximadamente y entonces fue derribada por el ministro brahmán Vāsudeva, que fundó la dinastía Kānva, la cual duró 45 años y después de la cual el área de Magadha fue perdiendo importancia hasta el siglo IV d.C.


El Imperio Sunga y reinos vecinos (184-64 a.C.)



e) Kalinga

Kalinga ascendió al protagonismo bajo el rey Kharāvela, fechado con alguna discusión al siglo II a.C. (<c.190-c.170). La jactancia de Kharāvela, quizás exageradamente para un piadoso jaina, de campañas exitosas en el Deccan occidental y contra los Yavanas y Magadha y de una triunfal victoria sobre los Pāndya de India meridional.



f) Los Andhras y sus sucesores


Los Andhras son enumerados entre los pueblos tribales en el imperio Maurya. Posiblemente se convirtieron en funcionarios locales y luego, con la desintegración del imperio, paulatinamente se convirtieron en gobernantes independientes del Deccan occidental. No puede tenerse por cierto si los Andhras surgieron en la región Andhra (esto es, los deltas de los ríos Krishna-Godavari) y subieron al Deccan noroccidental o si su asentamiento en el Delta le dio su nombre a éste. También hay discusión  en cuanto a si la dinastía se convirtió en independiente a fines del siglo III a.C. o a fines del siglo I a.C. Su nombre alternativo, Sātavāhana, se supone que era el nombre de familia, por lo que Andhra era el de la tribu. Es probable que el poder Sātavāhana se estableciera durante el reinado de Śatakarni I (c.230-c.207), con las fronteras del reino alcanzando el Deccan septentrional; a continuación a esto los Sātavāhanas sufrieron un eclipse en el siglo I d.C., cuando fueron expulsados del Deccan septentrional por los Śakas y se establecieron en Andhra. En el siglo II d.C., los Sātavāhana restablecieron su poder en el norte del Deccan, como se evidencia por las monedas Śakas de esta región acuñadas con el nombre Gautamīputra Śatakarni (c.118-c.139). Que los Andhras no controlaban Malava y Ujjain esta claro a partir de la pretensión del rey Śaka Rudradamān a estas regiones. El último de los reyes Andhras importantes fue Yajñaśri Śatakarni, que gobernó afines del siglo II d.C. y afirmó su autoridad sobre los Śakas. El siglo III vio el declive del poder Sātavāhana, cuando el reino se fragmentó en pequeñas bolsas de control bajo varias ramas de la familia.





Los  pequeños feudatarios se alzaron al poder entonces. Los Ābhīras fueron los sucesores en el área de Nāsik. Los Iksvakus sucedieron en la región Krishna-Guntur. La dinastía Cutu en Kuntala (Maharashtra meridional) habían tenido estrechas relaciones con los Sātavāhanas. Los Bodhis gobernaron brevemente en el Deccan noroccidental. Los Bhratphalayanas llegaron al poder a fines del siglo III en el área de Masulipatam. En estas regiones el patrón de gobierno Sātavāhana continuó; muchos de los gobernantes tenían matronímicos (nombres que derivaban del de la madre o un ancestro materno); muchas de las inscripciones reales registran donaciones hechas a monjes y monasterios budistas, a menudo por princesas, y también concesiones de tierras a brahmanes y la realización de sacrificios védicos por los gobernantes.

2. Los Reinos Indios meridionales

Los contactos históricamente atestiguados entre el norte y las regiones tamiles puede datarse razonablemente al Periodo Maurya. Los indicios sobre la historia antigua del sur consisten en inscripciones epigráficas, la literatura tamil cankam y los datos arqueológicos.

Las inscripciones en Brāhmī (recientemente leídas como Tamil Brāhmī) datan de entre el siglo II a.C. y el IV d.C.). La mayoría de las inscripciones registran donaciones hechas por la realeza o por mercederes y artesanos a los monjes jainas y budistas. Son útiles para confirmar, los indicios procedentes de la literatura, una colección de un extenso número de poemas en Tamil clásico que, de acuerdo con la tradición, eran recitados en tres asambleas de poetas celebradas en Madurai. Incluídas en esta literatura están las llamadas Ocho Antologías (Ettutogai) y Diez Idylls (Pattuppāttu). También se dice que el trabajo de gramática Tolkāppiyam  es del mismo periodo. La literatura probablemente pertenece al mismo periodo que la inscripción, aunque algunos eruditos sugieren una fecha más temprana.

Tamilākam, la morada de los Tamiles, era definida en la literatura cankam como equivalente aproximadamente al área al sur del moderno Madras. Tamilākam estaba dividida en 13 nādus (distritos), de los cuales la región de Madurai era la más importante como núcleo de los hablantes tamiles. Los tres reinos principales de Tamilākam eran los de los Pandyas (Madurai), los Cēras (Cheras; Costa Malabar y el interior), y los Colas (Cholas; Thanjavur y el valle del Kavery). Las inscripciones de los Pandyas (que registran concesiones reales y otras hechas por ciudadanos locales, datan del siglo II a.C. El jefe Neduñjeliyan (a principios del siglo III d.C.) es celebrado por los poetas del cankam como vencedor en campañas contra los Cēras y los Colas. Se han encontrado isncripciones Cēras del siglo II d.C. haciendo referencia a que el clan Irrumporai había sido fundado cerca de Kārur (distrito de Tiruchchirāpalli), identificado con el Korura de Ptolomeo. La literatura cankam menciona los nombres de jefes Cēras que han sido datados en el siglo I d.C. Entre ellos, Nedunjēral Ādan, del que se dice que había atacado barcos yavanas y retenía a los comerciante yavanas a cambio de rescate. Su hijo Senguttuvan, muy elogiado en los poemas, también es mencionado en el contexto del gobierno de Gajabāhu en Sri Lanka, que puede ser fechado en el primer o en el último cuarto del siglo II d.C., dependiendo de si era el Gajabāhu anterior o posterior. Karikalan (finales del siglo II d.C.) es el mejor conocido de los jefes Cola e iba a convertirse casi en un tipo de ancestro epónimo para muchas familias del sur que reclamaban ascendencia Cola. La antigua capital estaba en Uraiyūr, en un área que se extendía desde el río Vaigai en el sur hasta Tondaimandalam en el norte. Los tres cacicazgos estaban frecuentemente en guerra; además, a menudo había hostilidades con Sri Lanka. También se menciona el soberano de Tondaimandalam con su capital en Kānchipuram. También hay frecuentes menciones de los jefes menores, los Vel, que gobernaban pequeñas áreas en muchas partes del país Tamil. Finalmente todos los cacicazgos sufrieron a manos de los Kalvār o Kalabras, que vinieron desde la frontera al norte de Tamilākam y eran descritos como malvados gobernantes, pero fueron expulsados en el siglo V d.C., con el ascenso de los Cālukyas (Chalukyas) y Pallavas.

La literatura Cankam refleja la tradición cultural indígena así como elementos de la intrusión de la tradición sánscrita septentrional, la cual por entonces estaba comenzando a entrar en contacto con estas áreas,algunas de las cuales estaban en proceso de cambiar de cacicazgos a reinos. En los poemas que alababan a los jefes, el heroismo en las incursiones y la entrega de regalos eran saludados como grandes virtudes. La economía predominante siguió siendo agrario pastoril, con un énfasis creciente en al agricultura. Los poemas tamiles dividen la tierra en cinco zonas ecológicas, o tinais. Entre los poemas que hacen referencia a la estratificación social, uno utiliza la palabra kudi ("grupo") para denotar casta. Cada aldea tenía su sabhā, o consejo, para administrar los asuntos locales, una institución que iba a seguir siendo un elemento fijo de la vida de la aldea. La observancia religiosa consistía fundamentalmente en llevar a cabo sacrificios a diversas deidades, entre las cuales Murugap era el principal.

El comercio con los Yavanas y con las partes septentrionales del subcontinente proporcionaron un considerable ímpetu económico para los estados indios meridionales. Dado el terreno de la península y la tecnología agrícola de la época, los reinos de base predominantemente agraria como los de la India del norte no eran viables, aunque el cultivo de arroz proporcionó una base para el intercambio económico.  Inevitablemente, el comercio jugó un papel más que marginal, y el tráfico exterior se convirtió en la mayor actividad económica. Casi tan pronto como el comercio romano comenzó a declinar, comenzó el comercio asiático suroriental; en los siglos que siguieron este se convirtió en el foco de interés marítimo.

3. Contactos con el Oeste

Las fuentes del primer milenio a.C. a menudo mencionan el comercio entre Asia occidental y la costa occidental de la India. Los textos hebreos se refieren al puerto de Ofir, a veces identificado con Sopāra, en la costa oeste. Los constructores babilonios utilizaron la teca y el cedro de la India en los siglos VII y VI a.C. La literatura budista Jākata menciona el comercio con Baveru (Babilonia). Después del declive de Babilonia, los mercaderes árabes del sur de Arabia al parecer continuaron  el comercio, probablemente suministrando bienes a Egipto y el Mediterráneo oriental. El descubrimiento de los vientos monzones estacionales regulares, capacitó a los barcos a dirigirse en curso recto a través del Mar de Arabia, marcó una diferencia considerable para el transporte y navegación en la ruta desde Asia occidental a India. La unificación del Mediterráneo y el mundo asiático occidental con el cambio a la era cristiana bajo el imperio romano puso en estrecho contacto al comercio romano con la India -por vía terrestre con la India del norte y por mar con la India peninsular. El emperador Augusto recibió dos embajadas -casi con certeza misiones comerciales- desde la India en 25-21 a.C..

El Periplus maris Erythraei ("Circunnavegación del Mar Eritreo [es decir, Rojo]", un libro griego de viajes anónimo escrito en els iglo I d.C., enumera una serie de puertos a lo largo de la costa india, incluyendo Muziris (Craganore), Colchi (Korkai), Poduca, y Sopatma. Una excavación en Arikamedu (cerca de Pondicherry reveló un asentamiento comercial romano de esta época, y en otro lugar, la presencia de cerámicas, abalorios, entalladuras, lámparas, cristal, y monedas señalan una ocupación continua, dando como ersultado incluso imitaciones de los artículos romanos. Al parecer los tejidos eran preparados según especificaciones romanas y exportados desde tales asentamientos. El graffiti en la cerámica encontrada en unpuerto en el Mar Rojo indica la presencia de comerciantes indios.

Extensas provisiones de monedas romanas confirman otra evidencia. Las monedas son principalmente de los emperadors Augusto  (27 a.C.-14 d.C.), Tiberio (14-37), y Nerón (54-68). Su frecuencia sugiere que los romanos pagaban pro el comercio en monedas de oro. Muchas sestán sobreacuñadas con una barra, que puede indicar que eran usadas como lingotes en India; ciertamente, Plinio se quejaba de que el comercio de lujo en India estaba agotando el tesoro romano. Las monedas son encontradas a menudo en centros de comercio o cerca de las fuentes de piedras semiprecionsas, especialmente cuarzo y berilio. La literatura Cankam atestiguan la prosperidad de los comerciantes yavana que comerciaban en ciudades tales como Kāvēripattinam (en el delta del Kāverī). El Periplus enumera las principales exportaciones de India, como pimienta, piedras preciosas, perlas, caparazones de tortuga, marfil, nardo y malabatrhum (plantas aromáticas), y seda y otros textiles. A cambio de esto los romanos comerciaban con cristal, cobre, estaño, plomo, rejalgar (un pigmento rojo), oropimente (un pigmento dorado), antimonio, y vino, o bien pagaban en monedas de oro.

Las rutas de comercio marítimo desde los puertos de la India eran principalmente hacia el golfo Pérsico y el Mar Rojo, desde donde iba por tierra al Mediterráneo oriental y a Egipto, pero los comerciantes indios también se aventuraban hacia Asia suroriental buscando especias y piedras semipreciosas.

Los valles de los ríos y las carreteras Mauryas eran las principales rutas dentro de India. Las fuentes Mauryas se refieren a una calzada real construida por los Maurya, que conectaba Taxila con Pataliputra y que terminaba en Tāmraliptī, el principal puerto en el delta del Ganges. En la costa oeste el importante puerto de Bhrgukaccha (actual Bharuch) estaba conectado con el valle del Ganges vía Rājasthān, o alternativamente, Ujjain. Desde el valle de Narmada había rutas que entraban en el Deccan noroccidental y que continuaban a lo largo de los ríos hacia el este hacia varias partes de la península. los bienes eran transportados principalmente en caravanas de bueyes y mulas, pero solamente en las estaciones secas, creando las lluvias condiciones imposibles para el viaje. La navegación costera y fluvial eran claramente más baratas que el transporte terrestre. La principal ruta septentrional conectaba Taxila con Kābul y Qandahār y desde allí se dividía en varias direcciones, enlazando con las rutas a través de Persia hasta los puertos del Mar Negro y el Mediterráneo oriental. La ruta que conectaba China con Bactria, a través de Asia Central, que poco después llegaría a ser famosa como la Ruta de la Seda, enlazaba los oasis de Kashgar, Yarkand, Khotan, Miran, Kucha, Karashahr, y Turfan, en todos los cuales los comerciantes indios situaron sus estaciones de comercio. La ruta de Asia Central llevó los bienes chinos en grandes cantidades a los mercados indios y de Asia occidental. Se piensa que la prosperidad que resultó de este comercio hizo posible que los Kusanas emitieran las primeras monedas de oro indias. Otra consecuencia fue la popularidad de la equitación.

V. La India desde 300 hasta 750 d.C.

1. India septentrional

a) Los Guptas

Los historiadores consideraron una vez al Periodo Gupta (c.320-540) la Edad Clásica de la India, el periodo durante el cual se establecieron las normas de literatura, arte, arquitectura y filosofía indias. También se pensaba que había sido una edad de prosperidad material, sobre todo entre la élite urbana, y de un renaciente hinduismo. Alguna de estas suposiciones han sido cuestionadas por estudios más extensos del periodo post-Maurya, pre-Gupta. Los indicios arqueológicos procedentes de los niveles kusanas más antiguos sugieren una prosperidad material, en tal grado que algunos historiadores argumentan a favor de un declive urbano en el Periodo Gupta. La mayor parte de la literatura y el arte gupta deriva de las de periodos anteriores, y el renaciente hinduismo probablemente es datado con más acierto en el periodo post-gupta. El reino Gupta, aunque menos extenso que el  de los Mauryas abarca la mitad norte y partes centrales del subcontinente. El periodo Gupta también ha sido llamado una edad imperial, pero la centralización administrativa, tan característica de un sistema imperial es menos aparente que durante el periodo Maurya.

Los Guptas, una familia comparativamente desconocida, llegó, bien desde Magadha, bien desde Uttar Pradesh oriental. El tercer rey, Candragupta I (Chandragupta I), tomó el título de mahārājādhirāja. Contrajo matrimonio con una princesa Licchavi -suceso celebrado en una serie de monedas de oro. Se ha sugerido que, si los Guptas gobernaron en Prayaga (moderno Allahābad en Uttar Pradesh oriental), la alianza matrimonial pudo haber añadido Magadha a su dominio. La Era Gupta comenzó en 320, pero no está claro si esta fecha conmemora la ascensión de Candragupta o la asunción del estatus de independencia.

Candragupta nombró a su hijo Samudragupta como sucesor en en torno a 330, de acuerdo con un largo elogio a Samudragupta inscrito en un pilar en Allāhabad. Las monedas de un oscuro príncipe, Kācha, sugiere que pudo haber habido contendientes por el trono. Las campañas de Samudragupta le llevaron en varias direcciones y dio lugar a muchas conquistas. No todas las regiones conquistadas fueron anexionadas, pero el intervalo de operaciones estableció el progreso militar de los Guptas. Samudragupta adquirió Pataliputra, que iba a convertirse en la capital gupta. Bajando por la costa oriental, también conquistó los estados de Daksinapatha pero reinstaló a los gobernantes vencidos.


Expansión del imperio Gupta

Entre los que él hizo subordinados estaban los gobernantes de Āryāvarta, varios jefes de los bosques, las oligarquía septentrionales,y estados fronterizos en el este, además de Nepal. Más dominios lejanos traídos dentro de la órbita de Samudragupta fueron considerados como subordinados ;estos comprendían el "rey de reyes" del noroeste, los Śakas, los Murundas, y los habitantes de "todas las islas" incluyendo Sinhala (Sri Lanka), todos los cuales son enumerados en la inscripción en Allāhabad. Al parecer, la campaña extendió el poder Gupta en el norte y este de la India y eliminó virtualmente las oligarquías y los reinos menores de la India central y el valle del Ganges. La identidad de las islas sigue siendo problemática, ya que pueden haber sido, o bien las cercanas a la India o las de Asia Suroriental, con las que se haía incrementado la comunicación. El valle del Ganges y la india central eran las áreas bajo control administrativo directo. La campaña en las áreas costeras orientales puede haber sido inducida por el deseo de adquirir la riqueza comercial de estas regiones. La grave imagen de Samudragupta como conquistador militar es mejorada, no obstante, por las referencias a su amor por la poesía y por las monedas sobre las que representado tocando la lira.

Samudragupta tuvo por segundo sucesor en 376 a su hijo Candragupta II Vikramaditya, después de su hermano Rāmagupta. La principal campaña de Candragupta II fue contra los gobernantes Saka de Ujjain, el éxito de la cual fue celebrado en una serie de monedas de plata. El interés Gupta no reside simplemente en el control político del oeste sino en la riqueza que el área produce de su comercio con Asia occidental y suroccidental. El territorio Gupta adyacente al Deccan septentrional fue asegurado a través de una alianza matrimonial con la dinastía Vākātaka, sucesores de los Sātavāhanas en el área. Aunque Candragupta II tomó el título de Vikramaditya (Sol de Valor), su reinado está asociado más con los logros culturales e intelectuales que con las campañas militares. Su contemporáneo chino Fa-Hsien, un monje budista, viajó por la India y dejó un relato de sus impresiones.

Administrativamente, el reino Gupta estaba dividido en provincias llamadas dēsa o bhukti, y estas, a su vez, en otras más pequeñas, las pradēsa o vijaya. Las provincias eran gobernadas por los kumārāmātyas, altos funcionarios imperiales o miembros de la familia real. Es evidente una descentralizacion de la autoridad a partir de la composicion del consejo municipal (adhisthāna-adhikarana), que se componía del presidente del gremio (nagara-śresthin), el comerciante principal (sarthavāha), y los representantes de los artesanos y los escribas. Durante este periodo el término sāmanta, que originalmente significaba vecino, comenzó a aplicarse a intermediarios a los que se le habían dado concesiones de tierra o a los gobernantes feudales conquistados. Hubo también una clara tendencia para alguno de los más altos cargos administrativos a convertirse en hereditarios. La falta de un firme control sobre las áreas conquistadas llevó a que reaumieran su independencia. La repetida acción militar que esto necesitaba puede haber tensado los recursos del reino.

El primer indicio de una nueva invasión desde el noroeste llegó en el reinado del hijo y sucesor de Candragupta, Kumaragupta I (414-455). la amenaza era la de los hunos, o Hūnas como son llamados en las fuentes indias, una rama de los Heftalitas. Skandagupta (455-467), que sucedió a Kumaragupta, y todos sus sucesores tuvieron que enfrentarse a la invasión en toda regla de los Hūnas. Skandagupta logró aglutinar la fortaleza Gupta durante un tiempo, pero después de su muerte la situación se deterioró. Las disensiones dentro de la familia real se añadió al problema.  Las genealogías Gupta de este periodo muestran un considerable desacuerdo en sus listas de sucesión. En torno a mediados del siglo VI, cuando la dinastía al parecer llegó a su fin, el reino se había reducido a un pequeño tamaño. La India del norte y partes de la India central estaban en manos de los Hūnas.


El primer rey hūna en la India fue Toramana (c.435-c.488), cuyas inscripciones han sido encontradas hacia el sur hasta Eran (Madya Pradesh). Su hijo Mihīrakula (c.488-c.515), patrón del Sivaismo, es registrado en la tredición budista como zafio y extremadamente cruel. Los gobernantes Gupta, junto con Yaśodharman de Malava, parecen haberse enfrentado a Mihīrakula, y le obligaron a volver al norte. finalmente su reino estuvo limitado a Cachemira y Punjab con su capital en Śākala (Siālkot). El poder hūna decayó después de su reinado.


La llegada de los Hūnas puso en estrecho contacto a la India septentrional con Asia central, y una serie de tribus centro-asiáticas emigraron a la India. Se ha sugerido que los Gurjaras, que paulatinamente se extendieron a varias partes de la India del norte, pueden ser identificados con los Khazaros de Asia central. La invasión hūna desafió la estabilidad del reino Gupta, aunque el declive definitivo puede haber estado causado por factores internos. Fue un severo golpe la interrupción resultante del comercio de Asia central y el declive de los ingresos que la India del norte había derivado de él. Algunas de las tribus de la India del norte emigraron a otras regiones, y este movimiento de pueblos provocó cambios en la estructura social del Periodo post-Gupta. El ascenso de las familias Rājpūt y las dinastías "Ksatriyas" son asociadas por algunos eruditos con jefes tribales en estas nuevas áreas.

b) Estados sucesores

De los reinos que ascendieron como herederos del territorio Gupta, los más importantes eran los de Valabhī (Saurāstra y Kāthiāwār); Gujarāta (originalmente el área cerca de Jodhpur), que se cree que era el núcleo del posterior reino Pratihāra; Nandipurī (cerca de Bharūch); Maukhari (Magadha); el reino de los Guptas Posteriores (en el área entre Mālava y Magadha); y los de Bengala, Nepal y Kāmarūpa (en el valle de Assam). Orissa (Kongoda) estaba bajo las dinastías Māna y Śailodbhava antes de ser conquistadas por Śaśānka, rey de Gauda (Baja Bengala). A principio del siglo VII, Śaśānka anexionó una parte sustancial del valle del Ganges, donde entró en conflicto con los Maukharis y el ascenso de la dinastía Puspabhūti de Thānesar (norte de Delhi).

La dinastía Puspabhūti aspiraba al estatus imperial durante el reinado de Harsa (Harsavardhana). Sthānviśvara (Thanesar) parece haber sido un pequeño principado, probablemente bajo la soberanía de los Guptas. Harsa llegó al trono en 606 y gobernó 41 años. La primera de las biografías históricas principales en sánscrito, el Harsacarita ("Hazañas de Harsa"), fue escrita por Bāna, un célebre autor ligado a su corte, y contiene información sobre la temprana edad de Harsa. Un relato más completo del periodo lo da el peregrino budista chino Xuanzang (Hsüan-tsang), que viajó a través de la India y se estableció durante algún tiempo en un monasterio en Nālandā. Harsa adquirió Kannauj (Kānyākubja, en el distrito de Farrukhābad), que se convirtió en la capital epónima de su extenso imperio. Emprendió una campaña infructuosa contra Pulakeśin II, el rey Cālukya del Deccan septentrional, y fue confinado a la mitad norte del subcontinente. Ni tampoco fue espectacular su éxito en la India occidental contra Valabhī, Nandipurī y Sindh (valle del bajo Indo). En su campaña oriental, sin embargo, Harsa encontró poca resistencia (habiendo muerto Śaśānka en 636) y adquirió Magadha, Vanga y Kongoda (Orissa). Su alianza con Bhāskaravarman de Kāmarūpa (Assam) resultó útil. Aunque Harsa fracasó en construir un imperio, su reino no era de tamaño medio, y ganó la reputación de ser el gobernante supremo del norte. Es recordado como el autor de tres obras sánscritas -Ratnāvalī, Priyadarśikā y Nāgānanda- indicando el tema de la última su interés en el pensamiento budista. El segundo emperador Tang de China, Taizong (o T'ai Tsug, 598-649) envió una serie de embajadas a Harsa, estableciendo estrechos lazos entre los dos reinos. Después de la muerte de Harsa, el reino de Kanauj entró en un periodo de declive hasta principios del siglo VIII, cuando revivió con el ascenso de Yaśovarman, que es elogiado en el poema prākrito Gauda-vadha ("El asesinato del rey de Gauda") de Vākpati. Yaśovarman entró en conflicto con Lalitāditya, el rey de Cachemira de la dinastía Karkota, y parece haber sido derrotado.




En el siglo VIII el poder en ascenso en India occidental fue el de los Gurjaras-Pratihāras. La dinastía Rajpūt de los Guhilla tenía su centro en Mewār (con Chitor como su base). La familia Cāpa estaba asociada con la ciudad de Anahilapātaka (moderno Pātan) y están involucrados en la primitiva historia Rajpūt. En la región de Haryana, los Rajpūts Tomaras, originalmente feudatarios de los Gurjaras-Pratihāras, fundaron la ciudad de Dhillikā (Delhi) en 736. El patrón político de esta época revela la génesis del regionalismo y de nuevas estructuras económicas y políticas.

A principios del siglo VIII, una nueva base de poder se estableció brevemente con la llegada de los árabes a Sindh. Las inscripciones de las dinastías indias occidentales hablan de controlar la marea de los mleccha, lo que ha sido interpretado en este caso que quiere decir los árabes; algunas fuentes indias utilizan el término yavana. La conquista de Sindh marcó la extensión más oriental del control territorial árabe. Una crónica local de Sindh, el Chach-nāma, da un relato de estos sucesos. La expedición naval inicial se saldó con fracaso, de modo que los árabes dirigieron una campaña por tierra. Las posesiones árabes en Sindh se perdieron al principio, y los jefes locales siguieron siendo virtualmente independientes, pero hacia 724 los invasores habían establecido el gobierno directo, con un gobernador que representaba al califa. Los intentos árabes de avanzar en Punjab y Cachemira, no obstante, fueron controlados. Los indios no comprendieron plenamente la magnitud de las ambiciones económicas y políticas árabes.




2. El Deccan

En el Deccan la dinastía Vākātaka estaba estrechamente ligada a los Guptas. Con un núcleo en Vidharba, el fundador de la dinastía, Vindhyaśakti, extendió su poder hacia el norte hasta Vidiśā (cerca de Ujjain). A finales del siglo IV, una línea colateral de los Vākātakas fue establecida por Sarvasena en Vatsagulma (Bāsim, en el distrito de Akola), y la línea septentrional ayudo a la meridional a conquistar Kuntala (Mahārāshtra meridional). La dominación del Deccan septentrional por la línea Vakataka principal durante este periodo está claramente establecida por las alianzas matrimoniales no solo con los guptas, sino también con otras dinastías peninsulares tales como los Visnukundin y los Kādambas. Los Vākātakas fueron debilitados por los ataques de Mālava y Kośala en el siglo V. Finalmente los Cālukyas de Vātāpi (Bādāmi) pusieron fin a su gobierno.


De la miriada de familias gobernantes del Deccan entre los siglos IV y VII -incluyendo los Nalas, los Kalakuris, los Gangas y los Kādambas- los más importantes fueron los Cālukyas (Chalukyas), que estaban asociados con Vātāpi (distrito de Bijapur) en el siglo VI d.C. Los Cālukyas controlaron grandes partes del Deccan durante dos siglos. Hubo muchas ramas de la familia, la más importante de la cual fueron los Cālukyas orientales, que gobernaban en Pistapura (Pithapuram en el delta del Godāvari) a principios del siglo VII; los Cālukyas de Vemulavada (cerca de Karīmnagar, Andhra Pradesh); y los renacientes Cālukyas de Kalyāni (entre los ríos Bhima y Godāvari), que subieron al poder en el siglo VII. El poderío Cālukya alcanzó su cenit durante el reinado de Pulakeśin II (609-642), contemporáneo de Harsa. Los primeros años del reinado de Pulakeśin se iniciaron con una guerra civil, después de la cual tuvo que reconquistar los territorios perdidos y restablecer su control sobre los feudatarios recalcitrantes. Luego, Pulakeśin hizo campaña con éxito en el sur contra los Kādambas, los Alūpas y los Gangas. Dirigiendo sus ejércitos hacia el norte derrotó a los Lātas, Mālavas y Gurjaras. El triunfo final de Pulakeśin en el norte fue la victoria sobre Harsa de Kannauj. Entonces Pulakeśin volvió su atención al Deccan oriental y conquistó Kośala meridional, Kalinga, Pistapuram y el reino Visnukundin. Él inició la rama colateral de los Calukya orientales basada en Pistapuram con su hermano menor Visnuvardhana como primer rey. Luego Pulakesin lanzó otra importante campaña contra el poderosos reino de la India meridional de los Pallavas, en el que derrotó a su rey Mahendravarmān I, inaugurando un conflicto Calukya-Pallava que iba a continuar durante muchos siglos. Pulaakesin II envio una embajada a la corte del rey Xusraw II (Khusraw Parwiz/Cosroes). La buenas relaciones entre los persas y los indios del Deccan fueron de gran ventaja para los zoroastrianos de Persia, quienes, huyendo de la persecución islámica en los siglos que siguieron, buscaron asilo en India y se establecieron a lo largo de la costa oeste del Deccan. Sus descendientes constituyen hoy la comunidad Parsi.


El control sobre ambas costas mejoró el firme dominio del rey Cālukya sobre el Deccan. Los valles de los principales ríos de la meseta -el Narmada, el Tāpi (Tāpti), Godāvari con sus tributarios, y el Krishna- estaban en manos Cālukyas, así como las valiosas rutas en los valles. Esto equivalía a controlar el comercio de la costa oeste con Asia occidental y el comercio de Kalinga y Andhra con Asia suroriental. El largo conflicto de siglos entre el Deccan septentrional y meridional, del cual la confrontación Cālukya-Pallava no era sino una faceta, también tenía causas geográficas, políticas y económicas. Cualquier potencia de la India meridional, que buscara expandirse,inevitablemente subiría la costa oriental, que no solo era el área más fértil de la península  sino que también era rica como consecuencia de los ingresos del comercio con Asia suroriental. Por tnato, el control del Deccan del Norte requería el control de la costa este también. Con la actividad marítima principal concentrándose gradualmente sobre el comercio asiático suroriental, en el que incluso la costa oeste tenía una gran parte, el control de ambas costas tenía considerables ventajas económicas. Fue a lo largo de la costa este, por tanto, donde el conflicto entre las dos regiones hizo erupción a menudo. Los siguientes 100 años de poder Cālukya fueron testigo de la continuación de esta guerra, debilitando a ambos contendientes. Finalmente, a mediados del siglo VIII, un feudatario de los Cālukyas, Dantidurga de la familia Rastrakuta, alcanzó importancia y se estableció en el lugar de la declinante dinastía Cālukya. Los Cālukyas orientales, que habían conseguido  evitar  envolverse en este enfrentamiento sobrevivió más tiempo y entró en conflicto con los Rastrakutas. Otra rama de los Cālukyas se estableció en Lāta a mediados del siglo VII y jugó un papel prominente al obstaculizar el avance árabe.


3. India meridional

La parte meridional de la península se fragmentó en muchos reinos pequeños, luchando cada uno por la supremacía. El poder Cēra dependía principalmente de un floreciente comercio  con Asia occidental. Los Cōlas se retiraron a la insignificancia en el área de Uraiyur (Tiruchchirappalli). Los Pandyas estaban implicados en combatir el creciente poder de los Pallavas, y ocasionalmente formaron alianzas con los reinos del Deccan.

Los orígenes de la dinastía Pallava son oscuros. Incluso no está claro si los primeros Pallavas del siglo III d.C. eran los ancestros de los pallavas posteriores del siglo VI, que a veces se distinguían por el título "imperial". Parece, sin embargo, que su lugar de origen era Tondaimandalam, con su centro en Kānchipuram (la antigua Kāñci). La placa grabada en prākrito emitida por los tempranos reyes desde Kānchipuram a menudo mencionan lugares justo al norte en Andhra Pradesh, que sugieren que la dinastía pudiera haber emigrado al área de Kānchipuram. Los registros epigráficos sánscritos y tamiles de los reyes posteriores de la dinastía indican que los últimios pallavas llegaron a ser dominantes en el siglo VI, después de un exitoso ataque contra los Kalabhras, que extendió su territorio hacia el sur hasta el río Kaveri. Los Pallavas alcanzaron su cenit durante el reinado de Mahendravarmān I (c.600-c.630), contemporáneo de Harsa y Pulakesin II. Entre las fuentes de este periodo, el relato de Xuanzang sirve como enlace de conexion, ya que viajó a través de los dominios de los tres reyes. La lucha por Vengi entre los Pallavas y los Calukyas se convirtió en el pretexto inmediato para una larga e interminable guerra, que comenzó con la derrota de los Pallavas. Aparte de sus campañas, Mahendravarman era escritor y artista de alguna distinción. la obra asociada a él, Mattavilasaprahasana, trata de un manera absurda las idiosincracias de los ascetas budistas y sivaístas. 

El sucesor de Mahendravarm
ān, Narasimhavarmān I Mahāmalla (c.630-c.668), vengó la derrota pallava al capturar Vātāpi. Envió dos expediciones navales desde Mahabaliur (Māmallapuram) a Sri Lanka para ayudar al rey Mānavamna a recuperar su trono. Los intereses navales pallavas pusieron las bases para una extensa confianza en la armada por la dinastía que la sucedió, los Colas. Hacia el fin del siglo VIII, los Gangas y los Pandya organizaron coaliciones contra los Pallavas. como los Cālukyas declinaron bajo la presión de los Rāstrakutas, los Pāndyas paulatinamente se enfrentaron con los Pallavas y, a mediados del siglo IX, avanzaron hasta Kumbakonam. Esta derrota fue vengada, pero, hacia el fin del siglo IX, el poderío pallava había dejado de ser significativo.




VI. La India desde 750 hasta la fundación del sultanato de Delhi (1206)

1. India Septentrional

a) El Conflicto Tripartito

El siglo VIII presenció una nueva contienda por el control sobre el valle del Ganges central, concentrándose sobre Kannauj, entre las dinastías Gurjara-Pratihāra, Rastrakūta y Pāla. Los Pratiharas subieron al poder en la región de Avanti-Jalaor y utilizaron la India occidental como base. Los Calukyas, en torno a 753,  cayeron víctimas de uno de sus propios feudatarios, los Rastrakūtas bajo Dantidurga, que estableció una dinastía. El interés Rastrakūta en Kannauj se centró, probablemente, en las rutas de comercio desde el valle del Ganges. Esta fue la primera ocasión en la que un poder basado en el Deccan hizo un serio intento por tener una posición fundamental en el norte de la India. Desde el este los Palas también participaron en la competición. Estaban asociados con Pundravardhana (distrito de Bogra), y su primer gobernante Gopāla (c.750-c.770), incluyó Vanga en su reino y gradualmente extendió su control a la totalidad de Bengala.



Vatsarāja, un gobernante Pratihāra que llegó al trono hacia 778, controlaba el Rājasthān occidental y Mālava. Su ambición por tomar Kannauj le llevó al conflicto con el rey Pala, Dharmapāla (c.770-c.810), que había avanzado por esta época hacia el valle del Ganges. El rey Rastrakūta Dhruva (c.780-c.793) atacó a cada uno por turno y proclamó que les había derrotado. Esto inició el llamado conflicto tripartito. Dharmapāla pronto recuperó Kannauj y puso a su candidato sobre el trono.  Los Rastrakūtas estaban preocupados con problemas en el sur. El sucesor de Vatsarāja, Nāgabhata II (<795-c.833), reorganizó el poder pratihāra, atacó Kannauj, y por un corto espacio de tiempo revirtió la situación. No obstante, poco después fue derrotado por el rey rastrakūta Govinda III (793-814), quien, a su vez, tuvo que enfrentarse a una confederación de poderes meridionales que le mantuvieron enredado en la política del Deccan, dejando la India del norte a Pratihāras y Pālas. Bhoja I (<836-882>) revivió el poder de los Pratihāras al poner Kālañjāra (distrito de Bānda), y posiblemente Kannauj también, bajo control pratihāra. Los planes de Bhoja para extender el reino, no obstante, fueron desbaratados por los Palas y los Rastrakutas. Un conflicto más serio con este último siguió durante el reinado de Khrisna II (880-915).



Un visitante árabe a la India occidental, el comerciante Sulayman, se refirió al reino de Juzr (que generalmente se identifica con Gurjara) y su fuerte y competente rey, que puede haber sido Bhoja. De los sucesores de Bhoja, el único de importancia fue Vināyakapāla I (¿Mahipāla?) (<914-942>), cuya relación con el rey anterior sigue siendo discutible. Rājaśekhara, un célebre poeta en su corte, da a entender que restauró el reino a su poder original, pero esto puede ser una exageración. Hacia el fin del siglo X, los feudatarios pratiharas -Cauhans (Cahamanas), Candellas (Chandelas), Guhilas, Kalacuris, Paramaras, y Caulukyas (también llamados Solankis)- estaban afirmando su independencia, aunque el último de los Pratiharas sobrevivió hasta 1027. Mientras, Devapāla (c.810-c.850) estaba reafirmando la autoridad pāla en el este, y según proclama, en el Deccan. Sin embargo, el fin del siglo X, vio el declive del reino Pala, con feudatarios en Kāmarūpa (moderno Assam) y Utkala (Orissa) tomando títulos independientes. El poder Pāla revivió durante el reinado de Mahipāla I (977-1027), aunque su fortaleza era ahora Bihār más que Bengala. Fueron hechos otros intentos de recobrar los antiguos territorios por Rāmapāla, pero el poder pala declinó gradualmente. Hubo un breve renacimiento en Bengala bajo la dinastía Sena (c.1080-c.1245).


En el reino Rastrakūta, Amoghavarsa I Nripatunga (814-880) se enfrentó a una revuelta de funcionarios y feudatarios pero logró sobrevivir y reafirmar el poder rastrakūta a pesar de rebeliones intermitentes. Las campañas en el sur contra Vengi y los Gangas le mantuvieron ocupado y le impidieron participar en la política del norte. La capital rastrakūta fue trasladada a Mānyakheta (Malkhed, en Andhra Pradesh), si duda par facilitar implicarse en el sur, lo cual claramente tomó unas dimensiones más importantes en esta época. La campañas esporádicas contra los Pratihāras, los Chālukyas orientales, y los Colas (Cholas), el nuevo poder del sur, continuaron. Indra III (915-927) capturó Kannauj, pero con las presiones políticas acumulándose desde el sur, su control sobre el norte fue inevitablemente breve. El poder rastrakūta decayó súbitamente, no obstante, después del reinado de Indra, y esto fue plenamente explotado por el feudatario Taila.



Taila II Ahavamalla (973-997), que remontaba sus ancestro hasta los tempranos Cālukyas de Vātāpi, gobernaba una pequeña parte de Bijapur. Con el debilitamiento del poder rastrakūta, derrotó al rey, declaró su independencia, y fundó lo que se ha venido en llamar la dinastía Cālukya Posterior. El reino incluía Karnātaka meridional, Konkan, y el territorio hacia el norte hasta el Godāvari. hacia el fin del siglo X, los Cālukyas Posteriores chocaron con los ambiciosos Colas. La capital de los Cālukyas fue trasladada, en consecuencia, a Kalyānī (en Bīdar). Las campañas contra los Colas tomaron un sesgo más serio durante el reinado de Someśvara I (1042-1068), con derrotas y victorias alternantes. no obstante, los Cālukyas Posteriores, en líneas generales retuvieron el control sobre el Deccan occidental a pesar de la hostilidad de los Colas y de sus propios feudatarios. A mediados del siglo XII, sin embargo, un feudatario, Bijjala (1156-1167, de la dinastía Kalacuri, usurpó el trono de Kalyānī. El último de los gobernantes Calukyas, Someśvara IV (1181-1189), recuperó el trono, durante un corto periodo, tras el cual fue expulsado por un feudatario de la dinastía Yādava.



En la periferia de los grandes reinos estaban los estados más pequeños como Nepal, Kāmarūpa, Cachemira y Utkala (Orissa) y dinastías menores como los Śilāhāras en Mahārāstra. Nepal se había liberado de la soberanía tibetana en el siglo VIII pero siguió siendo una ruta comercial principal al Tibet. Kāmarūpa,con su capital en Prāgyotisapura (cerca de Gauhāti), era uno de los centros del culto tántrico. En 1253 una parte importante de Kāmarūpa fue conquistada por los Ahom, un pueblo Shan (Myanmar). La política en Cachemira estuvo dominada por turbulentos feudatarios buscando el poder. Por el siglo XI Cachemira estaba desgarrada ente facciones cortesanas rivales, y la opresión de Harsa acentuó el sufrimiento del pueblo. Estados más pequeños a lo largo de las estribaciones del Himalaya lograron sobrevivir sin llegar a estar demasiado enredados en los asuntos políticos de las llanuras.

b) Los Rājpūts

En Rājasthān e India central surgieron una serie de pequeños reinos gobernados por dinastías que vinieron a ser llamadas los Rājpūts (del sánscrito rāja-putra: "hijo de un rey"). El nombre fue asumido por familias reales que reclamaban un estatus Ksatriya y enlazaban su linaje bien con los Suryavamsi o Candravamsi, las estirpes reales de la tradición itihāsa-purāna,  o bien con los Agnikula (linaje del fuego) basada en un mito menor en el que el ancestro epónimo surgía del fuego de sacrificio. Las cuatro dinastías Rajput principales -Pratihāra, Paramāra, Caun y Caulukya- reclamaban linaje Agnikula. Las referencias en las genealogías Rājpūt a ascendencia sobrenatural sugieren,  o bien un origen oscuro -quizás de tribus semi-hinduizadas locales que gradualmente adquirieron estatus económico y político- o bien un origen no  indio (probablemente de Asia Central).


Los Caulukyas de Gujarat tuvieron tres ramas: una que gobernaba sobre Mattamayura (región de Mālava-Cedi), una establecida en el antiguo reino de los Cāpas en Anahilapātaka (Pātan), y la tercera en Bhrgukaccha (Bharuch) y Lāta en el área costera. Por el siglo XI estaban utilizando Gujarāt como base e intentando anexionar porciones vecinas de Rājasthan y Avanti. Kumārapala (<1145-1174) fue el responsable de la consolidación del reino. Se cree también qu ese había convertido en jaina y que había fomentado el jainismo en India occidental. Hemacandra, un destacado erudito jaina, célebre por sus comentarios sobre tratados políticos, era una figura bien conocida en la corte Caulukya. Muchos de los reinos Rājpūt tenían estadistas, ministros e incluso generales jainas, así como comerciantes y mercaderes.

Contiguo al reino de los Caulukyas estaba el de los Paramāras en Mālava, con ramas menores en los territorios justo al norte (Monte Ābu, Bānswāra, Dūngarpur y Bhinmāl). Los Paramāras emergieron como feudatarios de los Rastrakutas y alcanzaron la eminencia durante el reinado de Bhoja. Un ataque realizado por los Caulukyas debilitó a los Paramāras en 1143. Aunque la dinastía fue restablecida más tarde, siguió estando débil. En el siglo XIII los Paramāras fueron amenazados tanto por el ascendente poder Yadava en el Deccan como por el reino turco de Delhi. Este último conquistó a los Paramāras en 1305.



Los Kalakuris de Tripurī (cerca de Jabalpur) también comenzaron como feudatarios de los Rāstrakutas, convirtiéndose en un poder en India central en el siglo XI durante los reinados de Gangeyadeva y su hijo Laksmīkarna, cuando se hicieron intentos para conquistar territorios tan lejanos como Utkala (Orissa), Bihār, y el Doab Ganges-Yamuna. Aquí entraron en conflicto con el gobernador turco del Punjab, quien había extendido su territorio hasta Vānārasī. Al oeste, hubo conflictos con Bhoja Paramāra, y los Kalacuris decayeron a finales del siglo XII.



Los Candellas, cuyo reino comprendía principalmente Bundelkhand (Jejakabhukti), eran feudatarios de los Pratihūras. Entre los gobernantes importantes estaba Dhanga (<954-1002>), que produjo un gran número de inscripciones y era generoso en donaciones a los templos jainas e hindúes. El nieto de Dhanga, Vidyādhara (1022>-c.1035), a menudo descrito como el más poderoso de los reyes Candellas, extendió su reino hasta los ríos Chambal y Narmada. Esto le llevó al conflicto directo con Mahmūd de Ghazna, cuando este último bajo arrasando desde Afganistán en una serie de incursiones. Pero las batallas siguientes no fueron decisivas. Los Candellas también tuvieron que enfrentarse a los ataques de los Cauhāns, que estaban siendo a su vez acosados por los turcos. El reino turco de Delhi invadió Bundalkhand, pero los Candellas sobrevivieron hasta el siglo XVI como jefes menores.



Los Gāhadavālas adquirieron importancia en Vānārasi y extendieron su reino por el Doad Ganges-Yamuna río arriba, incluyendo Kannauj. El rey Jayacandra (<1170-1193) es mencionado en el poema Prthviraja-raso de Candbardai, en el que su hija, la princesa Sanyogita, se fuga con el rey Cauhān Prthvīrāja. Jayacandra murió en batalla contra el líder turco, Muhammad de Ghūr, y su reino fue anexionado.


Los registros de inscripciones asocian a los Cauhāns con el lago Sākambharī y sus alrededores (Lago de Sal de Sāmbhar en el distrito de Jaipur). La política Cauhān fue hacer grandes campañas contra los Caulukyas y los turcos. En el siglo XI los Cauhāns fundaron la ciudad de Ajayameru (Ajmer) en la parte meridional de su reino, y en el siglo XII capturaron Dhillikā (Delhi) de manos de los Tomaras y anexionó algún territorio Tomara a lo largo del río Yamuna. Pṛithvīrāja III nos ha llegado tanto en al literatura popular como histórica como el rey Cauhan que resistió los ataques turcos en la primera batalla de Tarain (Tarāorī) en 1191. Pṛithvīrāja, no obstante, fue derrotado en una segunda batalla en el mismo lugar en 1192; la derrota condujo al dominio turco en la India septentrional.





 


c) La llegada de los turcos

El establecimiento del poder turco en la India está ligado inicialmente con los acontecimientos políticos en el Punjab. El Punjab estaba gobernado por Jayapāla de la dinastía Hindū Śāhī, que había arrebatado el valle de Kabul y Gandhara a la Turkī Śāhī. Las relaciones políticas y económicas eran extremadamente estrechas entre el Punjab y Afganistán. Afganistán, a su vez, estaba estrechamente implicado en la política de Asia central. Sebuktigin, un turco, fue nombrado gobernador de Ghazna en 977. Atacó a los Hindū Śāhīes y avanzó hasta Peshawar. Su hijo Mahmūd le sucedió en el principado de Ghazna en 998. Mahmūd fue a la guerra con la dinastía Śāhī y casi cada año hasta su muerte en 1030 dirigió incursiones contra las ciudades ricas en templos en la India septentrional y occidental, usando la riqueza obtenida de las incursiones para financiar exitosas campañas en Asia central y construir un imperio allí. Adquirió una reputación tanto de  iconoclasta como de patrón de la cultura y fue responsable de enviar a la india al erudito al-Birūnī, cuyo estudio Ta'rkh al-Hind es una fuente de valiosa información. Mahmūd dejó a sus gobernadores en el Punjab con un control bastante débil sobre la región.


En el siglo XII los turcos Ghūríes fueron expulsados de Khurasān y más tarde fuera de Ghazna por los Khwārizm-Shāh. Inevitablemente los Ghuríes buscaron su fortuna en la India septentrional, donde el conflicto entre los Ghaznawíes y los gobernantes locales proporcionaba una excelente oportunidad. Muhammad de Ghūr se adentró en el Punjab y capturó Lahore en 1185. La victoria en la segunda batalla de Tarain consolidó el éxito de Muhammad, y dejó a su general Qutb al-Dīn Aybak a cargo de sus posesiones indias. Muhammad fue asesinado en 1026 en su camino de vuelta a Afganistán. Qutb al-Dīn se quedó en la India y se declaró sultán de Delhi, el primero de la dinastía Mamlūk (esclava).

2. El Deccan y el sur

En el Deccan septentrional la decadencia de los Calukyas Posteriores trajo el ascenso de sus feudatarios, entre ellos la dinastía Yādava (que también reclamaba la descendencia de la tribu Yadu) basada en Devagirī (Daulatabad), cuyo reino (Seunadesa) incluía Khandesh (ahora dividido en Dhule y Jalgaon), el Nashik, los distritos de Ahmadnagar. El reino se expandió durante el reinado de Singhana (1210-1247), quien hizo campaña contra los Hoysaḷas en Karnatāka septentrional, contra los jefes menores de la costa occidental, y contra el reino Kākatīya en el Deccan oriental. Volviéndose hacia el norte, Singhana atacó a los Paramāras y a los Caulukyas. No obstante, los Yādavas, hicieron frente a los turcos al norte y a los poderosos Hoysaḷas al sur, decayendo a principios del siglo XIV. 


En el Deccan oriental la dinastía Kākatīya tenía su base en las áreas de Nalgonda y Warangal (actual estado de Andhra Pradesh) y sobrevivió hasta el ataque turco en el siglo XIV. Los Cālukyas orientales gobernaban en el delta del río Godāvari, y en el siglo XIII su fortuna se ligó a la de los Colas. Los Gangas orientales, que gobernaban en Kalinga, entraron en conflicto con los turcos que descendían por el valle del Ganges hacia el delta durante el siglo XIII.



a) Los Colas

Los Colas (Cholas) fueron con mucho la dinastía más importante en el subcontinente en esta época, aunque sus actividades afectaron principalmente la península y el Asia Suroriental. El núcleo del poder Cola durante el reinado de Vijayalaya a fines del siglo IX era Thanjavur, desde la cual los Colas se expandieron hacia el norte, anexionando en el siglo X, lo que quedaba del territorio pallava. Al sur tropezaron con los nḍyas. La historia Cola puede ser reconstruida con considerable detalle a causa del vasto número de extensas inscripciones emitidas no solo por la familia real, sino también por las autoridades del templo, consejos aldeanos y gremios de comercio. Parāntaka I (907-954), puso las bases del reino. Tomó la frontera septentrional hacia Nellore (Andhra Pradesh), donde su avance fue detenido por una derrota a manos del Rastrakuta Krishna III. Parāntaka tuvo más éxito en el sur, donde derrotó tanto a nḍyas como a Gangas. También lanzó un ataque fallido sobre Sri Lanka. Durante 30 años después de su muerte, hubo una serie de reinados superpuestos que no reforzaron la posición Cola. Leugo siguieron dos gobernantes excepcionales que rápidamente restauraron el poder Cola y garantizaron al reino su supremacía. Estos fueron Rājarāja IRājendra I.

Rājarāja (985-1014) comenzó estableciendo el poder con ataque sobre los nḍyas e Illamandalam (Sri Lanka). Sri Lanka septentrional se convirtió en una provincia del reino Cola. Una campaña contra los Gangas y los Calukyas extendió la frontera Cola al norte del río Tungabhadra. En la costa este combatió por la posesión de Vengi. Un alianza matrimonial dio a los Colas una posición autoritaria, pero Vengi siguió siendo la manzana de la discordia. Una campaña naval llevó a la conquista de las Islas Maldivas, la costa Malabar, y Sri Lanka septentrional, todas las cuales eran esenciales para el control cola sobre el comercio con Asia suroriental y con Arabia y Africa oriental. Estos fueron las áreas de tránsito, puertos de llamada para  los comerciante y barcos árabes al Asia Suroriental y China, que eran la fuente de las valiosas especias vendidas a Europa a un alto beneficio.


El hijo de Rājarāja I, Rājendra I, participó en el gobierno de su padre desde 1012, sucediéndole dos años más tarde, y gobernó hasta 1044. Al norte anexionó Rāichūr Doab y se estableció en Mānyakheta en el corazón del territorio Cālukya. Una revuelta contra Mahinda V de Sri Lanka dio a Rājendra la excusa para conquistar el sur de la isla también. En 1021-1022 fue lanzada la ahora famosa campaña del norte. El ejército Cola hizo campaña a lo largo de la costa oriental hasta Bengala y luego al norte hasta el río Ganges -casi exactamente el camino contrario que la campaña de Samudragupta a Kāñcipuram en el siglo IV d.C. no obstante, la expedición más espectacular fue la campaña naval contra el reino Śri Vijaya en Asia Suroriental en 1025. La razón para el asalto de Śri Vijaya y áreas vecinas parece haber sido la interferencia con los intereses navales y comerciales que buscaban conexiones mercantiles directas con china meridional. La victoria Cola restauró estas conexiones y a través del siglo XI las misiones comerciales Colas visitaron china.



b) Los Hoysaḷas y los nḍyas 

La sucesión después de Rājendra es confusa hasta la aparición de Kulottunga I (1070-1127), pero su reinado fue el último de alguna importancia. Los siglos XII y XIII vieron un declive gradual en el poder Cola, acelerado por el ascenso de los Hoysaḷas al oeste y los nḍyas  al sur.

Los Hoysaḷas  comenzaron como jefes montañeses al noroeste de Dvārasamudra (moderno Haḷebīḍu), feudatarios de los Calukyas. Viṣnuvardhana (1108-1142) consolidó el reino en el siglo XII. Los Hoysaḷas  estuvieron involucrados en el conflicto con el reino Yādava, que estaba buscando expandirse hacia el sur, sobre todo durante el reinado de Ballāḷa II (1173-c.1220). Las hostilidades también se desarrollaron con los colas al este. Los ejércitos de los turcos debilitaron el reino Hoysaḷa hasta que, en el siglo XIV, dio paso al imperio de Vijayanagara. En el siglo XIII, los nḍyas  se convirtieron en el poder dominante en el sur, pero su supremacía fue breve debido a que fueron atacados en el siglo XIV por los ejércitos turcos. La información sobre la dinastía es complementada por el colorido relato de Marco Polo, que visitó la región en 1288 y 1293.






Generalmente se ha mantenido que el periodo medieval de la historia india comenzó con la llegada de los turcos (fechada bien en 1000 o bien en 1206), porque los turcos trajeron con ellos una nueva religión, el Islam, que cambió la sociedad india a todos los niveles. Sin embargo, los cambios fundamentales que tuvieron lugar alrededor del siglo VIII, cuando se introdujo el ethos medieval, parecen mucho más significativo como criterio de cambio.



 BIBLIOGRAFÍA:
  • Volumen 21 de la Macropaedia de la Encyclopaedia Britannica: India-Ireland.
  • AINSLIE.T. EMBREE y FRIEDRICH WILHELM:India. Historia del subcontinente desde las culturas del Indo hasta el comienzo del dominio inglés. Vol. 17 de la Historia Universal Siglo XXI, 1974.
  • CARMEN GARCÍA-ORMAECHEA: India Inmortal. Vol. 18 de la colección Historias del Viejo Mundo. Edit. Historia 16, 1988.
  • Para la cronología y la genealogía he escogido, como viene siendo corriente, la página web Ian Mladjov's Resources, Indian Rulers, 1 y 2, pues se actualiza constantemente con los últimos descubrimientos y publicaciones.

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