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martes, 11 de junio de 2013

El Amirato Husayní de Medina (c.976-c.1500)


a) Los Orígenes y la Historia primitiva del Amirato Husayní de Medina hasta el fin del periodo Ayyubí

Tras la desastrosa derrota de al-Husayn b. ‘Alī b. Abī Tālib y sus seguidores en Karbala en el año 61/680, su único hijo superviviente, ‘Alī , conocido como Zayn al-‘Ābidīn, se instaló en Medina. Sus descendientes se establecieron como la familia dirigente de la ciudad santa, posición que fue consolidada tras la expulsión de sus únicos rivales, los descendientes de Ja’far b. Abī Tālib.
Durante el primer cuarto del siglo IV/X, algunos de los miembros dirigentes de la familia Husayní emigraron a Egipto por razones no aludidas en las fuentes. Así, el husayní al-Hasan b. Tāhir se estableció en Egipto durante la época del Ikhshīd Muhammad b. Tāhir b. Tughj (323/935-334/946) y le fue entregada una concesión (‘iqta) de los ingresos de la tierra que ascendía a cien mil dinares anuales como recompensa por su éxito al reconciliar al Ikhshīd con el amir al-Umāra en Bagdad, Ibn Rā’iq y el gobernante hamdāní de Alepo, Sayf al-Dawla.
En 323/935, el Califa ‘Abbāsí al-Rādī invistió a Muhammad b. Tughj con la soberanía sobre el Hijaz, y esta investidura fue más tarde confirmada por el Califa al-Muttaqī en 331/942. Las dos ciudades santas del Hijaz permanecieron bajo control egipcio hasta el fin del periodo Ikhshīd. Así, Ibn Taghri Bardi confirma que ‘Alī b. al-Ikhshīd (349/960-355/966) también controlaba el Hijaz. A la muerte del último, este control fue heredado por Kāfūr (355/966-357/967). Y a continuación de la muerte de Kāfūr, la khutba tanto en La Meca como en Medina fue recitada en nombre de Ahmad b. ‘Alī al-Ikhshīdī (357/967-358/969).

Extensión aproximada de los amiratos del Hijaz en la Edad Media
 Dadas tales circunstancias no es sorprendente encontrar una serie de Sharifes Husayníes en la corte Ikhshīd. Otro prominente husayní que emigró a Egipto durante el este periodo fue Abū Ja’far Muslim b. Ubayd Allāh b. Tāhir b. Yahyā b. al-Hasan b. Ja’far b. Ubayd Allāh b. al-Husayn al-Ashghar b. ‘Alī Zayn al-Ābidīn b. al-Husayn b. ‘Alī , padre del fundador del sharifato de Medina. Muslim b. Ubayd Allāh disfrutó de amistosas relaciones con Kāfūr el Ikhshīd, pero tras la muerte de este último en 356 (357?) /967 (968?), transfirió su alianza al Califa Fātimí al-Mu’izz li-Dīn Allāh, que en este tiempo estaba residiendo en su capital norteafricana de Qayrawan. Cuando al-Mu’izz dejó Qayrawān y trasfirió la sede de su dinastía a El Cairo en 362/973, Muslim b. Ubayd Allāh salió a recibirle hasta Barqa, en la Libia actual, y le acompañó hacia El Cairo. Aunque Muslim b. Ubayd Allāh continuó siendo un estrecho confidente del Califa Fatimí, rechazó dar una de sus hijas en matrimonio a su hijo, el futuro Califa al-‘Azīz. No obstante, cuando Muslim b. Ubayd Allāh murió en El Cairo en 366/976-7, sus honras fúnebres fueron atendidas por el Califa reinante mismo, al-‘Azīz.
Es probable que Muslim b. ‘Ubayd Allāh permaneciera en contacto con los seguidores Husayníes en Medina mientras que él estaba en Egipto, y hay pruebas para apoyar la creencia de que realmente pudiera haber disfrutado alguna medida de autoridad allí tras la caída de los Ikhshīdi es. Ibn Idharī afirma que Muslim mencionó el nombre del Califa al-Mu’izz en la khutba en fecha tan temprana como 358/969. Otras fuentes mantienen que la khutba fue recitada en nombre del Califa Fātimí en Medina en una facha algo más tardía; tanto Ibn al-Jawzī como Ibn al-Athīr mencionan el año 359/970. Dos años más tarde, en 361/972, el líder de los Husayníes en Medina acompañó a una expedición militar Fātimí enviada a La Meca para obligar al Sharif de esa ciudad, Ja’far b. Muhammad el Hasaní, a pronunciar la khutba en nombre de al-Mu’izz. Aunque no es posible identificar el líder husayní en cuestión, es razonable asumir que era un protegido de Muslim b. ‘Ubayd Allāh , y este incidente ilustra la fortaleza de los lazos que existían entere El Cairo y Medina en vísperas de la fundación del Sharifato.
También hay evidencias de la recitación de la khutba Fātimí en Medina en 363/974 y 364/975. Pero en 365/975, a continuación de la muerte del Califa al-Mu’izz, el nombre de sus sucesor al-‘Azīz fue mencionado en la khutba solo después de que los Fatimíes hubieran ejercido una fuerte presión económica sobre Medina al bloquear todos los envíos de grano hacia el Heyaz desde Egipto, su fuente primaria de suministro.
Poco después de la muerte de Muslim b. ‘Ubayd Allāh, su hijo Tāhir volvió a la patria ancestral de la familia en el Hijaz, y los sharifes Husayníes de Medina inmediatamente le reconocieron como su líder, constituyendo la inauguración del Sharifato histórico. Desafortunadamente las fuentes consultadas por este escritor guardan silencio respecto a la naturaleza del gobierno local de Medina en vísperas de la emergencia del saharifato. La influencia Fātimí también parece haber sido un factor de primera importancia, aunque no hay ninguna indicación de El Cairo enviara ningún gobernador. Tāhir b. Muslim dio, en primer lugar, dio su alianza a los ‘Abbasies, pero fue obligado a transferir su lealtad a los Fātimíes en 366/976 por un ejército enviado a Medina para ese propósito, por el Califa al-‘Azīz. Tāhir b. Muslim parece haber retenido el control de Medina hasta su muerte en 381/992, cuando fue sucedido por su hijo al-Hasan, cuyo reinado –de acuerdo con un relato- duró hasta 397/1007, cuando fue expulsado por un golpe de Estado y reemplazado por su primo Dā’ūd b. al-Qāsim b. ‘Ubayd Allāh b. Tāhir . Durante el reinado de al-Hasan b. Tāhir, el Sharif hasaní de La Meca ganó el control de Medina por un breve periodo de tiempo, durante su infructuosa revuelta contra la soberanía del Califa Fātimí al-Hakim bi-Amr Allāh, que duró desde 401/1011 hasta 403/1012.
Muy exigua información es proporcionada por las fuentes para la historia política de Medina durante el siglo V/XI y la mayoría del VI/XII, pero lo poco que puede averiguarse es suficiente para establecer el árbol familiar de los sharifs que gobernaron Medina durante esos dos siglos. Dā’ūd b. al-Qāsim tuvo tres hijos, dos de los cuales –Hāni’ y Muhannā- ocuparon el cargo de amir de Medina. Su tercer hijo, al-Hasan, declinó el saharifato pero fue aceptado por su hijo , que fue designado Gran Sharif de Medina por el califa Fātimí al-Mustansir en 428/1036/7, suceso que ilustra claramente el grado de absorción del emirato de Medina en el Imperio Fatimí.
El Sharif Muhannā b. Dā’ūd b. al-Qāsim murió en 408/1017-8, y el cargo de amir de Medina pasó a su hijo Abu’l-Ghanā’im ‘Ubayd Allāh, quien apenas un poco después fue asesinado. El saharifato pasó entonces al segundo hijo de Muhannā, al-Husayn. Este último es conocido por haber mantenido el oficio de Sharif en 469/1076-7 cuando recaudó un impuesto a los peregrinos que visitaban la tumba del Profeta Muhammad.
Durante el siglo V/XII, los sharifs Hasaníes de La Meca hicieron dos intentos para extender su esfera de influencia hacia el norte para incluir el amirato de Medina. El Gran Sharif de La Meca, Shukr b. Abi’l-Futūh (430/1038-9 -453/1061) obtuvo el control de Medina durante una periodo de tiempo no especificado después de haber derrotado a las fuerzas medinesas. Más avanzado el siglo, el Sharif de La Meca Muhammad b. Ja’far (454/1062-487/1094), fundador de la dinastía conocida como los Hawāshim, reclutó una fuerza de soldados turcos y marchó a Medina, donde expulsó a los Banū Husayn y él mismo asumió el sharifato. No se conoce cuanto tiempo Muhammad b. Ja’far retuvo el control de ambas ciudades santas.
En torno al fin del siglo V/XI, el sharifato de Medina fue ocupado por el husayní Mansūr b. ‘Umāra b. Muhannā, que murió en 497/1103-4, y fue sucedido por un hijo que no es nombrado. No obstante, la línea principal de sucesión al amirato fue retenida por los descendientes de al-Husayn b. Muhannā, después de cuya muerte, probablemente durante la última parte del siglo V/XI, el oficio de amir de Medina pasó a su hijo Muhannā y luego a sus nietos al-Husayn y Qāsim .
Qāsim b. Muhannā b. al-Husayn es el primer Sharif de Medina, en relación con cuya carrera tenemos bastante información detallada. Fue designado amir de Medina por el Califa ‘Abbāsí al-Mustadī (566/1170-575/1180) y reinó durante unos 25 años. Qāsim fue un contemporáneo y conocido cercano de Saladino, al que acompañó en algunas de las campañas de este último, especialmente sen su conquista de Antioquía en 584/1188. Se dice también que Saladino había tenido al sharif Qāsim en alta consideración a causa de su noble ascendencia; disfrutó de un lugar de honor en la mano derecha del sultán durante las audiencias y se sabe que Saladino respetaba las opiniones y el consejo de Qāsim b. Muhannā.
En Dhu’l-Hijja 571/1176, Qāsim b. Muhannā viajó a La Meca en compañía de Tashtakīn al-Mustanjadī, comandante de la caravana de la peregrinación iraqí, que había venido al Hijaz acompañado por una sustancial fuerza militar y una serie de de máquinas de asedio, con la intención de restaurar el orden en La Meca, que había estado plagada de guerras intestinas entre facciones de los sharifs Hasaníes rivales. Tras la derrota del amir reinante de La Meca, el Sharif Mukaththir b. ‘Īsā, y su partida de la ciudad, Tashtakīn instaló al Sharif Qāsim b. Muhannā en su lugar, de acuerdo con las instrucciones del califa ‘Abbāsí al-Mustadī. Qāsim se dio cuenta de que sería incapaz de retener el control de La Meca a continuación de la partida de la caravana de peregrinación iraqí, sin duda a causa de que estaría obligado a gobernarla desde su base de poder en Medina, y así, después de solo tres días como amir de La Meca, Qāsim b. Muhannā renunció el cargo a favor del Sharif Dā’ūd , hermano del depuesto Gran Sharif de La Meca y su principal rival.
Qāsim b. Muhannā murió en algún momento durante la última década del siglo VII/XIII y fue sucedido por su hijo Salim, contemporáneo del Gran Sharif de La Meca, Qatāda b. Idrīs (ca.597/1200-1201 – 617/1220), que persiguió una política expansionista en el Hijaz y fue decrito como soberano de Medina por el historiador contemporáneo Ibn al-Athīr . En 601/1204-1205, Qatāda b. Idrīs avanzó sobre Medina con un ejército considerable pero posteriormente fue derrotado en un encuentro con las fuerzas de Sālim b. Qāsim en Dhu’l-Hulayfa, fuera de Medina. Entonces Qatāda se retiró y volvió a La Meca. Animado por su éxito, Sālim b. Qāsim siguió a Qatāda a La Meca y la asedió, pero fue obligado a romper el asedio después de que Qatāda entrara en contacto con los líderes de su ejército y se ganara a alguno de ellos para su bando. Así, la primera ronda de las hostilidades entre La Meca y Medina –que iban a continuar intermitentemente hasta el fin del siglo VII/XIII acabaron en un estancamiento.
Una segunda confrontación entre los sharifs Husayníes de Medina y sus primos Hasaníes en La Meca tuvo lugar al comienzo de la siguiente década. Tarde en 611/1215, el soberano ayyūbí de Damasco, al-Malik al-Mu’azzam ‘Īsā, hijo del sultán ayyūbí de Egipto, al-Malik al-Adil, viajó al Hijaz para realizar los ritos de la peregrinación (hajj). Al-Mu’azzam fue calurosamente recibido por el Sharif de Medina, Sālim b. Qāsim , quien le acompañó a La Meca, donde el Sharif Qatāda b. Idrīs escenificó un infructuoso intento de secuestrarle. Sālim b. Qāsim hábilmente utilizó esta situación para fomentar su propia ventaja al quejarse a al-Mu’azzam 'Īsā de la política expansionista de Qatāda.
Tras la terminación de la peregrinación, Sālim acompañó al gobernante ayyūbí de vuelta hasta Damasco, y su queja contra el Gran Sharif de La Meca pronto se comprobó que estaba plenamente justificada. Qatāda b. Idrīs aprovechó la ventaja de la ausencia de Sālim b. Qāsim para llevar a cabo un ataque sorpresa sobre Medina en Safar 612/junio 1215, durante el que destruyó los cultivos que maduraban en los campos alrededor de la ciudad y taló muchas de la palmeras datileras que representaban un importante elemento en la vida económica de la ciudad. Pero después de solo unos pocos días, Qatāda fue expulsado por los medineses y volvió a La Meca, habiendo fallado una vez más en conseguir su objetivo.
Cuando Sālim b. Qāsim dejó Damasco para retornar a Medina en Sha’bān 612/diciembre 1215, al-Mu’azzam ‘Īsā le proporcionó un contingente de turcomanos para que fuera capaz de defenderse contra la agresión de su vecino del sur. No obstante, Sālim b. Qāsim murió en el camino a Medina y el mando del ejército –y, más probablemente, el amirato de Medina también- recayó en el sobrino de Salim, Qāsim b. Jammāz b. Qāsim. Cuando Qatāda b. Idrīs supo de la proximidad de la fuerza medino-ayyubí, viajó hacia el norte con su ejército. En Wādī al-Safra, un lugar en la ruta de peregrinación al sur de Medina, tuvo lugar la batalla y el Gran Sharif de La Meca fue severamente derrotado y forzado a huir y buscar refugio en una ciudadela en Yanbu’, a medio camino entre Medina y la costa del Mar Rojo.
Después de esta victoria en Wādī al-Safra, el Sharif Qāsim b. Jammāz comenzó a tomar la ofensiva contra el amir de La Meca. En 613/1216-7, Qāsim arrebató Wādī al-Qurā, una región agrícola situada al norte de Medina, del control de Qatāda, y comenzó a amenazar la estratégicamente localizada ciudad de Yanbu’. Para retener el control de Yanbu’, Qatāda delegó su defensa a una guarnición enviada desde Egipto por al-Malik al-Kamil Muhammad. En esta época, los Ayyubíes de Siria y Egipto estaban interesados en la preservación del equilibrio en el Hijaz, sin ganar ventaja ninguna parte, primariamente sin duda para mantener la seguridad y la protección de las rutas de peregrinación desde El Cairo y Damasco.
Qāsim b. Jammāz también lideró una expedición dirigida hacia el puerto Mecano de Jedda en el mismo año, 613/1217, pero fue derrotado en el mes de Dhu’l-Hijja/marzo-abril ,por un ejército enviado desde La Meca, en al-Humayma, una villa localizada en Wādī Marr, en la vecindad de La Meca. Y en 623/1226, Qāsim b. Jammāz dirigió un ejército hacia el sur y asedio La Meca durante un mes, pero fue incapaz de tomarla, seguramente a causa de los refuerzos que habían sido estacionados en ella por al-Malik al-Kāmil, el sultán de Egipto.
En 624/1226-7, el Sharif Qāsim b. Jammāz fue asesinado por un beduino de la tribu de Lām, y el cargo de Sharif de Medina fue asumido por Shīha b. Hāshim b. Qāsim, en cuya línea estaba destinada a permanecer –con solo una excepción menor- hasta el fin del emirato husayní.
El reinado de Shīha b. Hāshim (624/1226-7 -647/1249-50) se caracterizó por la estabilidad interna continuada en Medina. Shīha fue capaz de dejar Medina durante periodos de tiempo durante los que delegaba su autoridad en su hijo y futuro sucesor, ‘Īsā. Solo en una ocasión registrada fue desafiada la autoridad de Shiha; en Safar 639/agosto-septiembre de 1241 ‘Umayr b. Qāsim b. Jammāz, vástago del clan de los Husayníes conocido como Jamāmiza a partir de Jammāz b. Qāsim b. Muhannā, reunió a un grupo de seguidores y depuso a Shīha b. Hāshim, que fue obligado a tomar refugio temporalmente en las colinas cercanas. ‘Umayr b. Qāsim no era bastante fuerza para retener el control de la ciudad santa, particularmente a causa de la oposición de los Hawāshim, descendientes de Hāshim b. Qāsim b. Muhannā, y el Sharif Shīha b. Hāshim, y el Sharif Shīha b. Hāshim pronto fue capaz de recuperar el control del amirato.
Las relaciones entre Medina y Egipto se reforzaron notablemente durante el reinado de Shīha b. Hāshim; este desarrollo es de particular importancia por dos razones. En primer lugar, presagia la completa incorporación del amirato de Medina en el Imperio Mameluco durante el siglo siguiente y, en segundo lugar, proporciona un notable contraste con el estado de relaciones entre el amirato vecino de La Meca y El Cairo, donde el periodo entre 629/1232 y 647/1250 estuvo marcada por la frecuente interferencia de los Rasūlíes de Yemen en los asuntos mecanos, que buscaban alejarla de la esfera de influencia ayyūbí en la suya propia. En esto fueron inducidos por una facción de los sharifs Hasaníes de La Meca, especialmente Rājih b. Qatāda, aliado del sultán rasūlí al-Malik al-Mansūr ‘Umar b. ‘Alī . Por otra parte, no hay pruebas que indiquen ningún intento rasūlí de intervención en los asuntos de Medina, cuyos sharifs Husayníes conservaron y, en efecto, reforzaron los lazos que los unían a El Cairo.
En más de una ocasión la estrecha cooperación entre El Cairo y Medina se expresaban en la participación del Sharif husayní en los intentos ayyubíes para recuperar el control de La Meca. Así, en 629/1232, el Sharif Shīha b. Hāshim se unió a una expedición militar enviada al Hijaz por el sultán ayyūbí al-Malik al-Kamil Muhammad para volver a capturar La Meca, que había sido tomada antes en el mismo año por un ejército rasūlí de ocupación en cooperación con el Sharif hasaní, Rājih b. Qatāda. La operación logró su objetivo, aunque La Meca cayó una vez más en manos Rājih b. Qatāda en el siguiente año.
Para reforzar su control sobre La Meca, el sultán rasūlí al-Malik al-Mansūr ‘Umar b. ‘Alī personalmente dirigió un ejército allí desde Yemen en 635/1238. Tras restablecer a su aliado Mecano, Rājih b. Qatāda, en el poder, y asignar una guarnición consistente en 150 jinetes, el sultán volvió a Yemen. Los ayyubíe son respondieron hasta 637/1239-40, cuando al-Malik al-Salih Najm al-Dīn Ayyub envió mil jinetes a Medina, donde fueron colocados bajo el mando del Sharif Shīha b. Hāshim. El ejército ayyūbí retomó La Meca, y parece que el Sharif de Medina permaneció allí para preservar el orden, hasta ser expulsado más avanzado el año por al-Malik al-Mansūr .
A continuación de esta expulsión de La Meca, Shīha b. Hāshim fue a El Cairo, donde el sultán le colocó a la cabeza de otro ejército y le envió de vuelta al Hijaz en 638/1240-1, con órdenes de recuperar el control de La Meca para los ayyubíes, lo que el consiguió, y con la ayuda de fuerzas adicionales enviadas desde El Cairo, permaneció bajo control ayyūbí hasta que fue una vez más tomada por el sultán rasūlí mismo en 639/1242.
El reinado de Shīha b. Hāshim terminó en 647/1249-50, cuando fue asesinado por un individuo de la tribu beduina de Lām en el camino a Iraq.
Hacia el fin de la era ayyubí, los sharifs Husayníes firmemente arraigados en Medina habían llegado a aceptar la soberanía nominal de El Cairo, y la preservación de las cálidas relaciones con Medina había dido el principal componente de la política exterior egipcia dirigida a mantener al Hijaz firmemente dentro de su esfera de influencia.
A causa de la naturaleza de la principal fuente disponible, somos incapaces de aportar demasiada luz sobre el gobierno real de Medina durante los primeros tres siglos del amirato husayní. Así, la extensión del apoyo local indígena para el gobierno sharifiano permanece desconocido, al igual que la naturaleza de las relaciones entre los sharifs y las tribus beduinas que vivían en la vecindad de la ciudad santa.
El territorio normal bajo el control directo de los sharifs de Medina durante el periodo bajo consideración parece no haberse extendido lejos más allá de la vecindad inmediata de Medina. El amirato hasaní de La Meca era casi siempre el “gran poder” en el Hijaz e, incluso durante los periodos de debilidad mecana, los Husayníes de Medina no fueron capaces de influir el curso de los acontecimientos en La Meca misma o en el territorio bajo su control. Como hemos visto, el husayní Qāsim b. Muhannā se dio cuenta en 571/1176 de que sería incapaz de mantener el orden en La Meca tras la partida de la caravana de peregrinación iraqí, y por tanto renunció al amirato de La Meca después de un reinado de solo tres días, durante el que controló ambas ciudades santas. Generalmente hablando, la iniciativa política y militar en el Hijaz estuvo con los Hasaníes de Le Meca.
Aunque los ejércitos de los sharifs de Medina son citados frecuentemente en las fuentes, se proporciona muy poca información, en relación con su composición. Los Banū Husayn mismo parecen haber sido uno de los más importantes elementos de esas fuerzas. En las expediciones a gran escala, particularmente las dirigidas contra los sharifs Hasaníes de La Meca, hay evidencia de la participación de fuerzas extranjeras. Así en 612/1215, el ayyūbí al-Malik al-Mu’azzam ‘Īsā proporcionó a Sālim b. Qāsim , el Sharif de Medina, un contingente de turcomanos para asistirle en su lucha contra Qatāda b. Idrīs, el Sharif de La Meca. Y en 637/1239-40, el sultán ayyūbí de Egipto de Egipto envió mil jinetes a Medina, una vez más para tomar parte en un esfuerzo militar dirigido contra los Hasaníes de Le Meca. Por otra parte, este escritor no conoce referencias en las fuentes disponibles a levas tribales o aliados tribales.
No es posible proporcionar una detallada descripción de la vida económica en Medina durante el periodo en cuestión. No obstante, sobre la base de la escasa información que tenemos, parece que la situación en Medina era muy parecida a la que prevalecía en La Meca durante el mismo periodo de tiempo. Ya hemos visto como al menos uno de los sharifs Husayníes aumentó sus ingresos al imponer una tasa a los visitantes a la Mezquita del Profeta. La Meca y Medina se beneficiaron de la munificencia de los califas Fatimíes de El Cairo, que enviaban remesas anuales de comestibles, especialmente granos al Hijaz. Al detener esos regalos, los Fatimíes eran capaces de ejercer una presión sustancial sobre los Sharifs Husayníes para que siguieran una política en línea con sus intereses en el Hijaz.
En cuanto a sus afiliaciones religiosas, los Sharifs del Hijaz, tanto Hasaníes como Husayníes apoyaban el Shi’ismo. Pero, donde los Sharifs de Le Meca siguieron el credo zaydí, sus primos medineses eran Duodecimanos, o Shi’íes Imamíes. De acuerdo con el testimonio del historiador medinés, Ibn Farhūn, los Sharifs Husayníes habían pronunciado la khutba en la Mezquita del Profeta de acuerdo con la doctrina Shi’í Imamí desde la fundación del sharifato hasta 682/1283-4, cuando los Mamelucos de Egipto instalaron a un imam sunní.
En conclusión, el amirato Husayní de Medina puede ser, quizá, mejor descrito, en palabras del enciclopedista egipcio del siglo IX/XV, al-Qalqashandī, como un estado beduino, una característica que comparte con su más poderoso vecino del sur, el amirato de La Meca. Ambos amiratos se crearon al mismo tiempo, es decir a comienzos del siglo IV/X. Ambos rápidamente desarrollaron estrechas relaciones con el estado Fātimí de El Cairo, y esta relación fue reforzada durante la siguiente era ayyubí. Siendo el más importante de los dos Sharifatos, La Meca era el foco de rivalidades entre los grandes poderes del momento, y los Sharifs de Medina eran a veces llamados a jugar un papel al llevar a cabo el retorno de La Meca al control nominal de El Cairo.
b) El Amirato Husayní de Medina durante el Periodo Mameluco (1250-1517)
Shīha b. Hāshim fue sucedido por su hijo ‘Īsā, que había sido delegado de su padre durante su ausencia de Medina. La ascensión de ‘Īsā b. Shīha fue casi inmediatamente contestada por los Jamāmiza, los descendientes de Jammāz b. Qāsim b. Muhannā, una rama rival de los Husayníes que habían mantenido el poder durante el primer cuarto del siglo VII/XIII, pero su intento de tomar el control de Medina fue frustrado por el Sharif ‘Īsā.
No paso mucho tiempo antes de que ‘Īsā b. Shīha comenzara a sentirse amenazado por las continua presencia de sus hermanos, Munīf y Jammāz, en Medina. Para prevenir cualquier posible desafío a su autoridad les prohibió entrar en la ciudad santa, pero este tipo de acción simplemente sirvió para exacerbar la situación. En 649/1251-2, Munīf y Jammāz fueron capaces de deponer a ‘Īsā b. Shīha con la ayuda del wazīr de este último y Munīf b. Shīha accedió al cargo de amir, que retuvo hasta su muerte en 657//1259. El historiador medinés del siglo VIII/XIV, Ibn Farhūn, mantiene que Munīf b. Shīha disfrutó en solitario del control del amirato y que su hermano Jammāz actuó como su wazīr, o segundo al mando, pero hay evidencia desde otras fuentes que indican que el cargo de amir fue compartido entre Munīf y Jammāz y que Jammāz pudo realmente haber sido el más poderoso de los dos. En cuanto a ‘Īsā b. Shiha, permaneció en Medina hasta su muerte en 683/1284-5 y refrenó cualquier intervención en la vida política.
Las relaciones entre La Meca y Medina durante el reinado conjunto de Munīf y Jammāz parecen haber estado basadas en el apoyo mutuo y la cooperación enfrentados al peligro común. Así, cuando el sultán rasūlí al-Malik al-Muzaffar Yusuf envió un ejército a La Meca más adelante en el año 652/1254, con el propósito de restaurar el orden y establecer la hegemonía rasūlí; los Grandes Sharifs de La Meca, Idrīs b. ‘Alī b. Qatāda y Abū Numayy Muhammad b. Abī Sa’d al-Hasan b. ‘Alī b. Qatāda buscaron la asistencia del amir de Medina. Jammāz b. Shīha iba a responder rápido y avanzó hacia el sur a la cabeza de su ejército, peo fue derrotado por Ibn Birtas, comandante de la fuerza rasūlí, y le obligó a retornar a Medina, mientras Ibn Birtās ocupó La Meca, para los Rasūlíes.
Jammāz b. Shīha continuó como amir independiente de Medina tras la muerte de su hermano Munīf en 657/1259, y su posesión única de la autoridad absoluta permaneció indiscutida durante aproximadamente ocho años. Luego, en 665/1266-7, Malīk, el hijo de Munīf b. Shiha, viajó a Siria, donde el sultán mameluco al-Malik al-Zāhir Baybārs estaba asediando Safad. Malik b. Munīf se quejó al sultán de que su tío Jammāz le había privado injustamente de sus derechos políticos y financieros en el amirato de Medina, ya que era un niño cuando su padre murió. Inmediatamente después Baybārs emitió un decreto real nombrando a Malik b. Munīf como co-amir de Madina con Jammāz b. Shiha, y otorgándole el derecho de beneficiarse de una mitad de los ingresos delos waafs dedicados a los sharifs de Medina en Egipto y Siria. Se dice que el tío de Malik, el Sharif Jammāz, habia consentido al decreto del sultán.
A pesar del este acuerdo, la estabilidad interna continuó eludiendo al amirato de Madina. En 666/1267-8, Malīk b. Munīf expulsó a Jammāz b. Shīha del amirato, con lo que Jammāz buscó la ayuda del Gran Sharif de La Meca así como a las tribus beduinas vecinas, pero no tuvieron éxito en su oferta para expulsar a Malik b. Munif. Entonces, en un súbito cambio de corazón, Malīk b. Munīf renunció a todas las pretensiones sobre el amirato a favor de su tío quien desde entonces se convirtió en amir único. Aunque hay algún rastro de que Jammāz b. Shīha y Malīk b. Munif una vez más compartió el poder en 667/1269, la mayoría de las fuentes insisten en que Jammāz retuvo el control único de Medina desde 666/1267-8 hasta que la entregó a su hijo Mansūr en 700/1300-1.
La intervención del sultán Baybārs en los asuntos internos de Medina en 665/1266-7 es una indicación clara del grado al que los sharifs husayníes habían llegado a aceptar la soberanía egipcia. En este caso particular, un diploma de investidura en el amirato de Medina era emitido por la cancillería mameluca. La administración mameluca también tomó para sí la responsabilidad para la recaudación de los impuestos sancionados por la ley islámica, el zakāt y el ‘ushr. En 666/1267-8 los ingresos de la recaudación de esos impuestos que llegaban a la corte del sultán en El Cairo procedente de Medina ascendían a 180 camellos y 10.000 dirhams en efectivo. Baybars consideró esto insuficiente y ordenó que se devolviera al Hijaz. Esto puede servir para explicar por qué Jammāz b. Shīha y Malik b. Munīf rechazaron encontrarse con el sultán cuando volvió al Hijaz para la peregrinación en 667/1269.
La historia de Medina durante el último tercio del siglo VII/XIII está dominado por repetidos intentos de Jammāz b. Shīha por incorporar el amirato de Medina a sus dominios. Jammāz parece haber estado en contacto con uno o más de las facciones que competían por el poder en La Meca desde al menos 667/1268-9. En ese año, las diferencias crecientes entre los co-amires de La Meca, Abū Numayy y su tío Idrīs, finalmente culminaron en la expulsión de Idrīs por Abū Numayy de La Meca y la consecuente absorción de todas las prerrogativas del Gran Sharif. Abū Numayy creyó que Idrīs intentaría buscar la ayuda del Sharif de Medina, Jammāz b. Shiha, para recuperar su posición en La Meca, y así escribió al sultán Baybars solicitándole que emitiera un decreto real prohibiendo a Jammāz interferir en los asuntos de La Meca.
Jammāz b. Shīha no adoptó ninguna acción contra el amirato de La Meca hasta unos años más tarde. En Safar 670/ septiembre-octubre de 1271, entró en una alianza con el Sharif hasaní de Yanbu’, Idrīs b. al-Hasan b. Qatāda, y logró capturar La Meca de manos de Abū Numayy. Jammāz mantuvo la ciudad durante cuarenta días, hasta que fue derrotado en batalla por Abū Numayy y a continuación volvió a Medina.
En Ramadān 673/marzo de 1275, Jammāz b. Shīha avanzó una vez más contra La Meca, pero en esta ocasión se acordó una tregua. De acuerdo con sus términos, Jammāz se retiraba de La Meca a cambio del pago de una fuerte suma de dinero por Abū Numayy, mientras que Jammāz acordaba entregar a los hijos de al-Hasan b. Qatāda, que habían buscado refugio en Medina tras haber asesinado al padre de Abū Numayy, Abū Sa’d al-Hasan.
Dos años más tarde, en 675/1276, Jammāz b. Shīha se alió una vez más con el amir de Yanbu’, Idrīs b. al-Hasan b. Qatāda, y juntos marcharon contra La Meca, con un ejército compuesto de 215 jinetes y 600 infantes. En Wādī Marr al-Zahrān en los suburbios de La Meca, se encontraron con las fuerzas del Sharif Abū Numayy quien, a pesar de sus números inferiores -100 jinetes y 80 de infantería- logró derrotar la alianza Medina-Yanbu’ en batalla.
A pesar de sus repetidos fracasos por tomar La Meca, Jammāz b. Shīha continuó buscando un camino de unir las dos ciudades santas del Hijaz bajo su soberanía. Su oportunidad se presentó en 687/1288. seis años antes, en 681/1282, Abū Numayy había hecho un juramento formal de absoluta lealtad al sultán mameluco Qalā’un, en el que también prometió proteger a los peregrinos que viajaran a La Meca. No obstante, no pasó mucho tiempo antes de que Abū Numayy comenzaran a recaudar impuestos no autorizados a los peregrinos y por otra parte, se distanció del sultanato mameluco. Finalmente, en 687/1288, Jammāz b. Shīha pidió al sultán Qalā’un que le proporcionara un ejército con el que intentaría traer a La Meca firmemente de vuelta a la esfera de influencia mameluca. Qalā’un cumplió con esta petición, y Jammāz fue capaz de tomar el control de La Meca, donde inmediatamente procedió a insertar su propio nombre en la khutba y a tenerlo acuñado en las monedas. Pronto quedó claro al comandante del ejército mameluco que Jammāz había usado la violación de Abū Numayy de su juramento al sultán Qalā’un simplemente como pretexto para tomar el control de La Meca y así, entró en negociaciones con Abū Numayy, con lo cual, Jammāz b. Shiha, después de haber mantenido La Meca durante varios meses, volvió a Medina.
Jammāz b. Shīha disfrutó de cordiales relaciones con El Cairo durante la última parte de su reinado. En 692/1292-3, hizo una aparición personal en la corte del sultán al-Malik al-Ashraf Khalīl b. Qalā’un, donde fue recibido con honor. En esta ocasión, incluso intercedió ante el sultán en nombre del amir de La Meca, que había fracasado en reunir la caravana de peregrinación egipcia en los arrabales de La Meca el año precedente, así como en nombre del amir de Yanbu’, que había sido encarcelado en El Cairo.
En 700/1300-1 o 702/1302-3, Jammāz b. Shiha, que sufría tanto de ceguera como de avanzada edad, transfirió el amirato de Medina a su hijo Mansūr, y ordenó que su nombre fuera recitado en la khutba. Aunque Jammāz había buscado asegurar la lealtad de sus hijos a su sucesor elegido, los primeros años del reinado de Mansūr, tanto antes como después de la muerte de su padre en Rabī II 704/nov.-dic. de 1304 estuvo plagado por la envidia y la deslealtad de sus once hijos.
El líder de la facción opuesta a Mansūr era el Sharif Muqbil b. Jammāz. En 709/1309-10, Muqbil fue a El Cairo, donde fue declarado amir conjunto de Medina, y se le dió una parte igual en sus ingresos por el sultán Baybārs al-Jashnakīr. Entonces, en compañía del Sharif Wudayy, otro de los hijos de Jammāz, Muqbil volvió al Hijaz por el camino de Siria. Llegó a Medina en Sha’bān 709/enero-febrero de 1310, momento en el cual Mansūr b. Jammāz estaba ausente y la ciudad estaba siendo gobernada por su hijo Kubaysh. En virtud de su sigilo, Muqbil fue capaz de ganar el acceso a la ciudadela de Medina, pero perdió la vida en una batalla con las fuerza de Kubaysh b. Mansūr . Una serie de otros prominentes husayníes también murieron en la lucha, tales como Qāsim y Jawshan, lo shijos del Sharif Qāsim b. Jammāz. Como resultado directo de esta confrontación, Mansūr b. Jammāz se convirtió en el único amir de Medina, mientras que el liderato de la oposición fue asumido por Wudayy b. Jammāz.
Poco después de la derrota de los oponentes de Mansūr, Barjis, hijo de Muqbil b. Jammāz, apareció en El Cairo donde requirió la ayuda del sultán para obtener la parte de su padre en el amirato de Medina, pero solo se le concedió un porcentaje de la iqta de su padre y luego fue forzado a tomar residencia en Siria así como evitar la recurrencia del problema en Medina. Luego, al año siguiente, 710/1310-11, el Sharif Mansūr b. Jammāz mismo hizo el camino a El Cairo para presentar regalos expresando su lealtad al sultán. Al-Nāsir Muhammad b. Qalā’un respondió restaurándole todos los ingresos que previamente había transferido a su hermano Muqbil.
Los siguientes pocos años estuvieron marcados por la incesante guerra entre el Sharif Mansūr b. Jammāz y las fuerzas de Wudayy b. Jammāz y Mājid b. Muqbil, quienes a veces se aliaron con el sharif hasaní de la ciudad de Yanbu’, Qatāda b. Idrīs. En 711/1311-2, Mansūr b. Jammāz dirigió una expedición contra Yanbu’, que terminó en fracaso, y el problema de la participación de sus gobernantes en las incursiones de sus oponentes contra Medina continuó.
Medina continuó jugando un importante papel en la política mameluca dirigida a establecer un firme control sobre el Hijaz a pesar de su inestabilidad interna. En 713/1314 quinientos hombres de entre los seguidores del Sharif de Medina tomaron parte en una expedición enviada por el sultán al-Nāsir Muhammad a La Meca para restaurar el orden. Y en 714/1314, cuando el Sharif Humayda b. Abī Numayy, vigoroso oponente de los Mamelucos, depuso a su hermano Abu’l-Ghayth del amirato de La Meca, este último informó al sultán pero eligió quedarse en Medina, donde obtuvo la ayuda de su Sharif, Mansūr b. Jammāz en levantar un ejército de beduinos.
A causa de la persistente amenaza de su hermano y sobrino, Mansūr b. Jammāz encontró necesario establecer y mantener una fuerza militar potente, que a su vez requería un gran desembolso. Para levantar los fondos que necesitaba, en 716/1316-7, Mansūr pidió el pago de mil dirhams de cada grupo de individuos asalariados conectados con el servicio de la Mezquita de Profeta. Ellos rehusaron obedecer y el gran Sharif ordenó que fueran encarcelados. Cuando la noticia de lo que había sucedido alcanzó al sultán de El Cairo, ordenó al comandante de la caravana de peregrinación del mismo año traer a Mansūr y a su hijo Kubaysh de vuelta a El Cairo. Durante su ausencia, el hijo de Mansūr, Jammāz, evidentemente fue colocado a cargo del amirato, pero pronto fue expulsado por el Sharif Wudayy b. Jammāz b. Shiha, con lo cual al-Nāsir Muhammad envió a Mansūr de vuelta a Medina junto con 90 jinetes turcos y árabes. En virtud de las fuerzas superiores que lo acompañaban, Mansūr fue capaz de retomar Medina en Rabī I 717/mayo-junio de 1317, en cuya época el contingente egipcio retornó a El Cairo. No obstante, no paso mucho tiempo antes de que Wudayy b. Jammāz y los hijos de Muqbil b. Jammāz reunieron una gran fuerza de beduinos y expulsaron a Mansūr de Medina. Mansūr y su hijo Kubaysh decidieron entonces volver a El Cairo. Cuando estaban en camino, se encontraron con un ejército mameluco dirigido por el amir Sayf al-Dīn Aydumish, que había sido enviado a La Meca, y buscaron su ayuda. Después de obtener el permiso del sultán, Aydumish avanzó en Medina, expulsó a Wudayy, y restableció a Mansūr como amir en Jumada I 717/julio-agosto de 1317. Mājid b. Jammāz, uno de los líderes de la oposición, fue muerto en la batalla, pero Wudayy continuó llevando a cabo incursiones contra la ciudad y sus alrededores de vez en cuando después.
Mansūr b. Jammāz controló el amirato de Medina hasta que fue asesinado por su sobrino Hudaytha b. Qāsim b. Jammāz en las afueras de Medina en 24 Ramadān 725/4 septiembre de j1325, en venganza por el asesinato de dos de los hermanos de Hudaytha por el hijo de Mansūr, Kubaysh en Medina en 709/1309-10. El Sharif Mansūr fue sucedido por su hijo Badr al-Dīn Kubaysh.
Wudayy b. Jammāz no abandonó la esperanza de obtener el amirato para sí mismo. En Safar 727/diciembre de 1326-enero de 1327, mientras el Sharif Kubaysh b. Mansūr estaba ausente de Medina y su hermano Tufayl estaba en el cargo, Wudayy logró capturar la ciudadela y expulsar a Tufayl, después de asediar la ciudad durante unos quince días. Entonces Tufayl fue a El Cairo, donde buscó la asistencia del sultán. Unos pocos meses más tarde, en Ramadān/julio-agosto, Wudayy b. Jammāz mismo apareció en la corte del sultán, esperando ser reconocido como el amir legítimo de Medina. Ambos, él y Tufayl b. Mansūr presentaron su caso en una audiencia ante al-Nāsir Muhammad, quien decidió reinstalar a Kubaysh, mientras que encarcelaba a Wudayy en la ciudadela de El Cairo, donde permaneció hasta Ramadān 731/junio-julio de 1331. Mientras, Kubaysh, que también estaba presente en El Cairo, fue enviado al Hijaz acompañado por el amir mameluco ‘Ala al-Dīn ‘Alī b. Tughrïl y un contingente de mamelucos, que le instalaron una vez más como amir de Medina en Shawwal 727/agosto-septiembre de 1327, después de expulsar a los partidarios de Wudayy, quien había tomado el control de la ciudad.
El reinado de Kubaysh b. Mansūr no duró mucho tiempo, pues fue asesinado por uno de los hijos de su tío Wudayy b. jamás en el sábado 1 Sha’bān 728/12 de junio de 1328. Cuando las noticias de la muerte de Kubaysh llegaron a El Cairo más tarde en el mismo mes, el sultán al-Nāsir Muhammad emitió un decreto real nombrando a Tufayl b. Mansūr en su lugar. Tufayl, que estaba en El Cairo en ese momento, llegó a Medina el 11 Shawwal/31 de agosto y ganó el control de la ciudad tras la pacífica partida del Sharif ‘Askar b. Wudayy, líder de la oposición a la familia de Mansūr b. Jammāz, conocida como los Āl Mansūr .
Aunque ‘Askar b. Wudayy abandonó Medina sin ninguna resistencia inmediata al decreto del sultán, pronto comenzó a llevar a cabo incursiones en la ciudad santa y sus alrededores, cosechando sus cultivos para sí mismo y quemando alguna de las palmeras datileras que eran tan importantes en la vida económica de la ciudad. Finalmente, en 729/1328-9, después de casi un año de tal estabilidad, el qadí Sharaf al-Dīn al-Amyuti logró concertar una tregua entre Tufayl y ‘Askar b. Wudayy, por la que el primero pagaría la suma de 15.000 dirhams al último, y permitiría que ‘Askar b. Wudayy y sus seguidores cosechar sus cultivos. No bien fue acordada la tregua cuando Tufayl reunió un ejército compuesto de dos mil beduinos, tanto jinetes como soldado de a pie, además de sus propios seguidores de los Banū Husayn y marchó contra ‘Askar b. Wudayy, en un intento por tomarle por sorpesa. A pesar de la clara ventaja numérica de Tufayl, fue sonoramente derrotado por ‘Askar b. Wudayy, quien, sin embargo, se abstuvo de proseguir su victoria.
El padre de ‘Askar, el Sharif Wudayy b. Jammāz, como ya ha sido mencionado, había sido liberado de su confinamiento en El Cairo en Ramadān 731/junio-juio de 1331, y se le concedieron los ingresos de una iqta en Siria. Luego, a comienzos de 736/finales de 1335, le encontraron una vez más en El Cairo, donde, en 16 Muharram/5 sept., el sultán al-Nāsir Muhammad le concedió una parte igual en el amirato de Medina junto con su sobrino Tufayl. Tufayl rechazó consentir el decreto del sultán y viajó a El Cairo en Jumada 1/diciembre de 1335-enero de 1336, esperando convencerle para rescindirlo. Mientras, Wudayy tomó ventaja de la ausencia de su rival e intentó capturar Medina, pero fue incapaz de hacerlo, y a su vez viajó a El Cairo, a donde llegó en 3 Ramadan/17 de abril. En este tiempo, al-Nāsir Muhammad transfirió el amirato de Medina en su totalidad a Wudayy y aprisionó a Tufayl durante cuarenta días, después de los cuales le liberó y le otorgó una iqta en Siria. Esto fue, claramente, un intento por parte de los mamelucos por establecer el orden en Medina al quitar del Hijaz a uno de los rivales por el control del amirato.
Wudayy b. Jammāz permaneció en el poder hasta Dhu’l-Qa’da 743/marzo-abril de 1343, cuando Medina fue tomada por Tufayl b. Mansūr y sus seguidores duante su ausencia. Los dos representantes de Wudayy en Medina, Jukhaydid b. Munīf b. Qāsim b. Jammāz y Barjis b. Muqbil b. Jammāz, fueron encarcelado y luego condenados a muerte por orden de Tufayl, señal de que a partir de ahora trataría severamente cualquier oposición al gobierno de los Āl Mansūr. Para legitimar los resultados de su golpe de estado, Tufayl envió a su hermano Jammāz a El Cairo en compañía de la caravana de peregrinación egipcia. El sultán mameluco reinante, al-Malik al-Salih Isma’il b. Muhammad b. Qalā’un era un menor, y el poder real estaba mantenido por varios de los emires de su padre. A causa de que los mamelucos eran incapaces de dedicar su atención a los asuntos en el Hjaz, la nueva situación fue reconocida y se expidió un diploma de investidura en nombre de Tufayl.
El amirato de Medina disfrutó de varios años de paz y estabilidad tras la expulsión de Wudayy, quien murió en 745/1344-5. Como ‘Askar, el hijo de Wudayy, también había muerto en 742/1341-2, el liderato de la oposición sharifiana a los Al-Mansūr fue transferida al Sharif Fadl b. Qāsim b. Jammāz, sobrino de Wudayy. En Muharram 749/abril de 1348, Fadl b. Qāsim rompió la paz que había durado más de cinco años al montar un ataque sorpresa en Medina. Aunque algunos de sus seguidores penetraron las defensas de la ciudad y saquearon su mercado, fueron finalmente expulsados y se restauró el orden.
A finales de 750/principios de 1350, llegó la noticia a Medina de que los Mamelucos habían depuesto a Tufayl b. Mansūr y delegaban el cargo de amir a su primo Sa’d b. Thābit b. Jammāz, que entonces estaba alcanzando Medina en compañía de la caravana siria de peregrinación. Tufayl optó por resistir y logró mantenerse hasta después de la peregrinación, cuando quedó claro que los comandantes de las caravanas de peregrinación de Siria y Egipto estaban intentando instalar a Sa’d b. Thābit. En 18 Dhu’l-Hijja, 28 de febrero, Tufayl decidió dejar Medina pacíficamente, pero sus seguidores, incapaces de resistir las perspectivas de botín, saquearon la ciudad santa durante dos días, y se llevaron los bienes, por regla general, dejados por la caravana de peregrinación siria antes de su partida hacia La Meca, así como los objetos de valor tomados de la tumba del Profeta. Una vez que los Āl Mansūr partieron, los poderes del oficio de amir fueron asumidos por una mujer miembro de los Banū Husayn, Humayan bint Mubārak b. Muqbil b. Jammāz, que durante los dos días de su reinado desde la ciudadela de Medina, obtuvo las llaves de todos los cuarteles de la ciudad y restauró una apariencia de orden. Luego, en 20 Dhu’l-Hijja/2 de marzo, entregó el amirato a su tío Muhammad b. Muqbil b. Jammāz, quien luego lo transfirió a Sa’d b. Thābit a su llegada dos días más tarde.
A causa de las rivalidades entre facciones y las frecuentes incursiones que habían afligido Medina durantes las décadas precedentes, una de las primeras acciones del nuevo gran Sharif fue emprender la excavación de una trinchera rodeando la ciudad fuera de las murallas en 751/1350-1. Incluso mientras este trabajo estaba siendo llevado a cabo, los Āl Mansūr hicieron un ataque punitivo sobre Medina, y fueron rechazados solo después de que hubieran destruido alguno de los cultivos de la ciudad y arboles frutales.
En 752/1351-2, el recientemente expulsado Sharif Tufayl b. Mansūr se presentó en la corte de El Cairo, donde buscó convencer al sultán para restaurarle en el amirato, pero el sultán, en respuesta a las quejas que había recibido contra Tufayl de algunos comerciantes de Medina, y a causa del papel del Sharif en el saqueo de la ciudad en 750/1349-50, ordenó que lo arrojaran en prisión en la ciudadela, donde murió durante el mes de Shawwal 752/noviembre-diciembre de 1351. A pesar del incidente del saqueo de Medina, el historiador y tradicionalista medinés contemporáneo Ibn Farhūn describe a Tufayl b. Mansūr en términos lisonjeros como un hombre digno del alto oficio al que aspiraba, de noble carácter, amado por sus súbditos y particularmente por los numerosos mujawirn, es decir, aquellos que solo recientemente han tomado residencia en la ciudad santa y que vienen de todas partes del mundo islámico.
El Gran Sharif de Medina, Sa’d b. Thābit, murió en 18 Rabī ’ II 752/15 de junio de 1351, de una herida recibida en un encuentro con los Āl Mansūr antes en el mismo mes. Es retratado por Ibn Farhūn como uno de los más destacados sharifs de los Banū Husayn, y protector de los Sunníes, por virtud de lo cual ganaron el favor del sultanato mameluco.
Después de la muerte de Sa’d b. Thābit, los Āl Jammāz , es decir, los descendientes del Sharif Jammāz b. Shīha delegaron el oficio de amir en Fadl b. Qāsim b. Jammāz, hicieron un juramento de fidelidad a él e insertó su nombre en la khutba. Solo entonces envió uno de ellos a El Cairo para notificar al sultán de esos acontecimientos. El sultán le respondió confirmando a Fadl b. Qāsim y enviándole el diploma de investidura junto con una toga de honor. El nuevo amir disfrutó de lo que haber sido un reinado sin incidentes y murió después de una larga enfermedad el 26 de Dhu’l-Hijja 754/23 de enero de 1354.
La elección del Āl Jammāz para el oficio de emir de Medina recayó ahora sobre el Sharif Māni’ b. ‘Alī b. Mas’ud b. Jammāz, hombre que había se había opuesto activamente al gran sharif anterior. Dos de los Āl Jammāz, los sharifs Muhammad b. Muqbil b. Jammāz y Muhammad b. Mubārak b. Jammāz, fueron encargados con la tarea de asegurar la aprobación del sultán de El Cairo, pero Ibn Farhūn pretende que este último realmente intentó obtener el amirato para sí mismo, pero que el sultán rehusó dar su consentimiento. El Sharif Māni’ b. Ali es retratado como un hombre piadoso que demostró ser incapaz de controlar a las facciones rivales husayníes, siendo el resultado un marcado incremento en el número de incursiones llevados a cabo contra Medina por los Āl Mansūr. Para combatirlos, Māni’ b. ‘Alī buscó y obtuvo la asistencia de la tribu beduina de Lām. Para pagar a estos mercenarios tribales encontró necesario exigir contribuciones de los ciudadanos de Medina, incluyendo a los mujawirun y finalmente, como sus gatos se incrementaron, fue obligado a recurrir a la extorsión para obtener los fondos que necesitaba. Como resultado, los Āl Jammāz le retiraron su alianza y reconocieron en su lugar como gran Sharif de Medina al hombre que había emergido como líder de los Āl Mansūr tras la muerte de Tufayl b. Mansūr en 752/1351-2, el Sharif Jammāz b. Mansūr. Esta acción fue a continuación reconocida por el sultán mameluco al-Malik al-Nāsir Hasan b. Muhammad b. Qalā’un a principios del año 759/1357-8.
Jammāz b. Mansūr fue un ferviente partidario de la Shi’a; esta posición, asociada con su maltrato a los mujawirun y otros habitantes de la ciudad santa, se combinaron para ganarle la desaprobación del sultán en El Cairo. En 21 Dhu’l-Qa’da 759/16 de octubre de 1358, Jammāz recibió a la caravana oficial de peregrinación egipcia de acuerdo con la costumbre de los amires de La Meca y Medina. Cuando se estaba colocando la túnica de honor y el turbante enviado desde El Cairo – cuya vestimenta era un reconocimiento de soberanía mameluca- fue asesinado por dos asesinos que habían acompañado a la caravana y que podrían haber sido enviados desde El Cairo con este propósito.
Aunque los Āl Mansūr buscaron provocar disturbios en Medina, fueron contenidos por el Sharif Hiba, hijo del asesinado amir, quien, aunque declinó el oficio del amirato, acordó mantener el orden hasta la partida de la caravana de peregrinación, después de lo cual esta responsabilidad pasó a Zayyan b. Mansūr . Mientras los Banū Husayn habían enviado a Nu’ayr b. Mansūr a El Cairo para asegurar la aprobación del sultán de su elección en ‘Atiyya b. Mansūr como amir de Medina. Al principio, el sultán al-Nāsir Hasan encarceló a Nu’ayr, pero luego le liberó después de diez días en custodia y le envió al Hiyaz con un diploma de investidura para ‘Atiyya, cuya ascensión al amirato fue oficialmente proclamada en la Mezquita del Profeta siguiendo al retorno de Nu’ayr en Rabī II 760/marzo-abril de 1359.
Ibn Farhūn retrata el reinado de ‘Atiyya en términos muy favorables, y observa que el Sharif había aceptado el amirato a regañadientes, porque temía que no iba a sumir su cargo, sino que sería abandonado por los Āl Mansūr. Se decía que ‘Atiyya era un hombre auténticamente piadoso y fervoroso, que liberó a muchos de los habitantes de Medina de los mukūs o impuestos no sancionado por la Shari’a islámica, que había sido impuesta sobre ellos por los primeros amires. No queriendo corromperse con la participación en la vida política de la ciudad santa, con sus facciones rivales sharifianas, ‘Atiyya b. Mansūr frecuentemente se retiró a la campiña que rodeaba la ciudad santa y durante su ausencia delegó sus responsabilidades de gobierno en uno de sus hijos o hermanos.
El reinado de ‘Atiyya b. Mansūr fue prolongado en comparación con los reinados de los grandes sharifs de Madina que le habían precedido durante el siglo VIII/XIV. Retuvo el control de la ciudad santa hasta que fue reemplazado –por razones no aludidas en las fuentes- por otro de los Al Mansūr , su sobrino Hiba b. Jammāz, en 773/1371/2. Hiba continuó como amir de Medina hasta la temporada de peregrinación en 782/1381, cuando ‘Atiyya b. Mansūr fue restaurado. Sin embargo, ‘Atiyya murió en Shawwal 783/ diciembre de  1381-enero de 1382, y ya que Hiba b. Jammāz también había muerto anteriormente en el mismo año, el cargo de amir fue delegado al hijo de este último, Jammāz, en Dhu’l-Qa’da 783/ enero-febrero de 1382.
Inicialmente Jammāz b. Hiba b. Jammāz disfrutó en solitario el control del amirato de Medina. Entonces, en 785/1383-4, Muhammad b. ‘Atiyya b. Mansūr fue proclamado amir conjunto. Este arreglo demostró ser inestable, y Jammāz pronto expulsó a su antiguo compañero, pero él mismo fue depuesto a favor de Muhammad b. ‘Atiyya en 787/1385-6.
Muhammad b. ‘Atiyya murió mientras estaba en el cargo en Jumada I o II 788/ mayo-julio de 1386, con lo que Jammāz b. Hiba tomó la iniciativa e intentó capturar Medina. Primero, fue rechazado por las fuerzas del Sharif ‘Alī b. ‘Atiyya, pero finalmente logró obtener el control de la ciudad. ‘Alī b. ‘Atiyya tomó ventaja de la ausencia del Sharif Jammāz para saquear Medina en Rabī I o II 789/marzo-mayo de 1387. El hijo de Jammāz, que actuaba como delegado de su padre se mostró incapaz de defender la ciudad y huyó. Contrariamente a lo que podía haberse esperado, ‘Alī b. ‘Atiyya no se había proclamado amir de Medina, sino que mejor reunido a los mujawirun y les convencido para que escribieran al sultán mameluco al-Malik al-Zāhir Barqūq solicitándole el nombramiento del Sharif Thābit b. Nu'ayr, que había sido encarcelado por el sultán cuando llegó a El Cairo para informar de la muerte de Muhammad b. ‘Atiyya en 788/1386-7. Barqūq accedió y los decretos reales fueron expedidos deponiendo a Jammāz b. Hiba y designando a Thābit b. Nu'ayr.
El nuevo gran Sharif de Medina reinó aproximadamente 16 años, y este periodo representa un intervalo más duradero de estabilidad comparativa en las por otra parte turbulentas intrigas de Medina. En 795/1392-3, el depuesto Sharif Jammāz b. Hiba puso asedio a la ciudad santa, pero finalmente fue obligado a retirarse. No obstante, continuó suponiendo una amenaza hasta que fue enviado a Egipto y encarcelado en Alejandría en 799/1396-7.
En Safar 805/sept. de 1402, el apoyo del sultanato mameluco fue súbitamente retirado de Thābit b. Nu'ayr, y fue reemplazado por Jammāz b. Hiba, después de su liberación de prisión. Luego, a comienzos de 811/mediados de 1408, el poderoso Gran Sharif de La Meca, Hasan b. ‘Ajlān, que disfrutaba de estrechísimas relaciones con el sultán mameluco al-Malik al-Nāsir Faraj b. Barqūq, buscó usar su influencia en la corte de El Cairo para que reemplazara a Jammāz por el tío de su esposa, Thābit b. Nu'ayr. No solo Faraj estuvo de acuerdo con los planes del Sharif de La Meca, sino que también expidió un decreto real nombrando a Hasan b. ‘Ajlān para el puesto de nueva creación de vice-sultán de Hijaz, con autoridad supervisora sobre La Meca, Medina y Yanbu’, así como el resto del Hijaz. Ambos decretos, éste y el que reemplazaba a Jammāz b. Hiba por Thābit b. Nu'ayr como amir de Medina llegaron allí en Rabī I 811/julio-agosto de 1408, un mes después de la muerte del Sharif Thābit. Entonces, Hasan b. ‘Ajlān aprovechó la oportunidad de ejercer sus nuevas prerrogativas al emitir un decreto nombrando a su suegro ‘Ajlān b. Nu'ayr para el amirato de Medina. A causa de que Medina aún estaba siendo mantenida por Jammāz b. Hiba, Hasan b. ‘Ajlān envió un pequeño contingente compuesto de 60 jinetes y soldados de infantería y 24 mamelucos a Medina bajo el mando de su hijo Ahmad para allanar el camino a ‘Ajlān b. Nu’ayr. Poco después de la llegada del ejército mecano, en Jumada I/septiembre-octubre, Jammāz b. Hiba saqueó el tesoro de la Mezquita del Profeta y huyó a la campiña circundante, dejando el camino abierto para la proclamación de la ascensión de ‘Ajlān b. Nu’ayr. Como resultado de la nueva situación que había obtenido en el Hijaz, la khutba en la Mezquita del Profeta mencionaba primero al sultán Faraj, luego el de Hasan b. ‘Ajlān, el vice-sultán del Hijaz, y finalmente el nombre del amir de Medina. Poco después, llegó un decreto real desde El Cairo, concediendo el amirato a ‘Ajlān b. Nu'ayr, sujeto a la aprobación de Hasan b. ‘Ajlān.
Solo un año más tarde, en 812/1409-10, Hasan b. ‘Ajlān perdió el favor y fue cesado del vice-sultanato en el Hijaz, aunque retuvo el amirato de La Meca. Se efectuaron cambios en otras partes del Hijaz. De acuerdo con al-Maqrizi en Rabī II 812/agosto-septiembre de 1409, el sultán volvió a nombrar a Jammāz b. Hiba como amir de Medina con la condición de que restaurara todos los bienes que había saqueado en 811/1408-9. Jammāz murió en Jumada II, no obstante, y el amirato retornó a ‘Ajlān b. Nu’ayr, que lo mantendría hasta Dhu’l-Qa’da 812/marzo-abril de 1410, cuando fue expulsado de Medina por los Āl Jammāz, descendientes de Jammāz b. Hiba, y forzado a huir a La Meca, donde fue brevemente detenido por el comandante de la caravana de peregrinación egipcia, el amir Baysaq, y finalmente liberado después de la intercesión del amir de La Meca, Hasan b. ‘Ajlān. El oficio de amir de Medina fue entonces entregado al Sharif Sulaymān b. Hiba b. Jammāz b. Mansūr .
La conducta de Sulaymān b. Hiba corría contraria a los intereses mamelucos en el Hijaz, y así fue cesado del cargo por el comandante de la caravana de peregrinación egipcia hacia finales de Dhu’l-Hijja 815/marzo-principios de abril de 1413 y reemplazado por Ghurayr b. Hayaz’a b. Hiba. Entonces, el amir anterior fue enviado a El Cairo donde murió en custodia en 817/1414-5.
El comportamiento de Ghurayr permaneció aceptable para las autoridades mamelucas hasta 819/1416-7 cuando –por razones no claras para nosotros- huyó de Medina durante el mes de Dhu’l-Hijja/enero-febrero por temor a ser arrestado por el comandante de la caravana de peregrinación egipcia. ‘Ajlān b. Nu'ayr volvió al poder, solo para ser reemplazado por Ghuraryr en Dhu’l-Hijja 821/diciembre de 1418-enero de 1419, cargado de cadenas en dirección a El Cairo y encarcelado en la ciudadela, aunque fue liberado no mucho después en respuesta a un sueño tenido por un jurista hanbalī en El Cairo.
Una vez más las acciones de Ghurayr provocaron a las autoridades mamelucas. En 824/1421 saqueó el tesoro de la Mezquita del profeta y, como consecuencia, fue depuesto por el comandante de la caravana de peregrinación egipcia en Dhu’l-Hijja/ noviembre-diciembre y enviado a El Cairo donde murió poco después de su llegada en Muharram o Safar 825/enero-febrero de 1422. Mientras tanto, el oficio de amir de Medina había sido delegado una vez más en ‘Ajlān b. Nu'ayr.
Durante la primera mitad del siglo IX/XV, el control mameluco sobre el Hijaz fue notablemente reforzado y consolidado. La creación del oficio de vice-sultán en el Hijaz por el sultán Faraj b. Barqūq en 811/1408-9 fue uno de los aspectos de su consolidación, con el resultado de que el Hijaz estaba integrado de manera más efectiva en la administración mameluca. En 828/1425, el sultán al-Malīk al-Ashraf Barsbāy nombró un supervisor en Jedda, cuya responsabilidad era recaudar los ingresos (mukūs) impuestos por el sultán. Aunque el nombramiento y el cese de los grandes sharifs de La Meca y Medina había sido prerrogativa de los sultanes mamelucos desde el comienzo del siglo VII/XIII, los sharifs generalmente se beneficiaron financieramente de la generosidad mameluca. Esta situación cambió dramáticamente en 829/1426 cuando el sultán Barsbāy pidió la suma de 30.000 dinares del Gran Sharif de La Meca. Hasan b. ‘Ajlān, a cambio del reconocimiento mameluco de la legitimidad de su autoridad. Y en Shawwal/agosto-septiembre del mismo año, Barsbāy depuso a ‘Ajlān b. Nu'ayr del amirato de Medina y le reemplazó con el Sharif Khashram b. Dawghān b. Ja’far b. Hiba, que había acordado pagar la suma de 5.000 dinares por su nombramiento.
‘Ajlān b. Nu'ayr partió de Medina antes de la llegada de Khashram b. Dawghan, pero volvió para saquearla después de un intervalo de unos pocos días. En el tumulto que siguió, el gran Sharif fue capturado y forzado a pagar un rescate de 12.000 dirhams a ‘Ajlān b. Nu'ayr, después de lo cual partio con sus seguidores.
Khashram b. Dawghān fracasó en el pago de la suma que había prometido entregar a Barsbay en El Cairo, y de este modo el sultán le cesó del oficio después de solo un año como amir de La Meca en Dhu’l-Hijja 830/septiembre-octubre de 1427 y le reemplazó por el Sharif Māni’ b. ‘Alī b. Atiyya b. Mansūr . El depuesto amir fue entonces enviado en custdia a El Cairo en compañía de la caravana de peregrinación egipcia.
Māni’ b. ‘Alī , que fue descrito como un príncipe virtuoso, gobernó Medina hasta su asesinato en Jumad II 839/diciembre de 1435-enero de 1436, cuando el cargo de amir fue encargado a su hijo Umyān, después de una lucha de poder entre ‘Alī b. Māni’ y al-‘Ijil b. ‘Ajlān. Avanzado el año 842/1439, Umyān fue sustituido por Sulaymān b. Ghurayr, quien mantuvo el amirato hasta su muerte en Rabī II 846/agosto-septiembre de 1442, cuando pasó a su representante Haydara b. Dawghān b. Hiba.
Durante el reinado de Sulaymān b. Ghurayr, Medina fue atraida aún más cerca en el Imperio Mameluco. En 843/1439-40, al-Maqrizi menciona que una fuerza de 30 mamelucos dejaron El Cairo hacia Medina, para reemplazar a los que habían sido destacados allí ante. Y en 844/1440-1, una fuerza de 50 mamelucos fue enviada a Medina. Contingentes similares de mamelucos se habían enviado cada año a La Meca con el objetivo de mantener el orden desde 827/1424, y no cabe duda de que eran enviados a Medina con el mismo propósito. A pesar de su presencia, sin embargo, o quizá durante su ausencia temporal, el anterior gran Sharif de Medina, Umyān b. Māni’ intentó capturar la ciudad con un extenso grupo de seguidores beduinos, pero fue expulsado sin haber logrado su objetivo.
Haydara b. Dawghān fue muerto por un asesino en Ramadān 846/enero-febrero de 1443, después de solo tres meses como gran Sharif; fue reemplazado en el cargo por Yūnus b. Kabsh b. Jammāz. Significativamente, al-Sakhawī menciona que el nuevo amir fue elegido por el pueblo de Medina de acuerdo con el comandante de la guarnición mameluca estacionada en Medina.
Entonces, en Muharram 847/mayo 1443, Yūnus b. Kabsh fue sustituido por Daygham b. Khasram b. Najjad b. Nu’ayr, que permaneció en el cargo hasta 850/1446-7, cuando Umyān fue restaurado. Umyān murió mientras estaba en el cargo en Jumada II 855/julio 1451, y Zubayri b. Qays accedió al amirato. El nuevo gran Sharif continuó gobernando Medina hasta que fue depuesto a favor de Zuhayr b. Sulaymān b. Hiba más avanzado al año 865/1460-1.
Excepto por un periodo de unos cuatro meses de duración que comenzó en Shawwal 869/mayo-junio de 1465, cuando fue reemplazado por Dughaym b. Khashram, Zuhayr b. Sulaymān gobernó Medina hasta su muerte en Safar 874/agosto-septiembre de 1469. Fue alabado por el historiador contemporáneo Shams al-Dīn al-Sakhawī , particularmente por su defensa protección del sunnismo. El amir Zuhayr b. Sulaymān fue sucedido por Dughaym b. Khasram, que permaneció en el cargo hasta Ramadān 883/noviembre-diciembre de 1478, en cuyo momento fue depuesto a favor de Qusaytil b. Zuhayr b. Sulaymān . Había habido disturbios en Medina antes de la estación de peregrinación de 882/1478, y el Sharif Dughaym había rehusado encontrarse con el comandante de la caravana de peregrinación egipcia, como era la costumbre de Medina. El Gran Sharif de La Meca, Muhammad b. Barakāt, que había comenzado a jugar un papel paulatinamente significativo en los asuntos hijazíes, avanzó sobre Medina con un ejército. A su llegada, Muhammad b. Barakāt depuso a Dughaym, que huyó de Medina, y nombró al Sharif Qusaytil b. Zuhayr en su lugar.
En 887/1482, el sultán mameluco al-Malik al-Ashraf Qa’itbay designó al amir de La Meca, para el nuevamente resucitado oficio de vice-sultán del Hijaz, con poder para nombrar y cesar a los gobernantes de Medina, Yanbu’, y los otros territorios del Hijaz. Muhammad b. Barakāt no perdió tiempo den ejercer su nuevo poder; en jumada I/junio-julio del mismo año, viajó a Medina donde reemplazó a Qusaytil b. Zuhayr con Zubayri b. Qays, después de haber consultado al pueblo de Medina. Al mismo tiempo, el nombre de Muhammad b. Barakāt fue añadido a la khutba en la mezquita del Profeta.
Zubayri b. Qays murió mientras estaba en el cargo en Ramadān 888/octubre-noviembre de 1483, y el Amir de La Meca y Vice-sultán del Hijaz, Muhammad b. Barakāt nombró al hijo del anterior Hasan b. Zubayrí en su lugar. El nuevo amir de Medina gobernó hasta Rajab 901/diciembre de 1495-enero de 1496, cuando saqueó el tesoro de la Mezquita del Profeta, a continuación de lo cual fue depuesto y sustituido por el Sharif  Fāris b. Shaman.
La ascensión de Fāris b. Shāmān es el último suceso en relación con el que tenemos información detallada en la historia de Medina durante el periodo mameluco. Durante las siguientes dos décadas, los sultanes de El Cairo parecen haber confiado en los Grandes Sharifs de La Meca para mantener el orden en el Hijaz, incluyendo Medina. Así, en 918/1512, el sultán Qānsūh al-Ghūrī confirmó al Amir de La Meca, Barakāt b. Muhammad, en su posición de responsabilidad para el Hijaz en su conjunto, y en 919/1513-14, al- Ghūrī le pidió –en consulta con los shaykhs de la Mezquita de Medina y los qadíes de Medina, para seleccionar un nuevo amir para la ciudad santa. Finalmente, después de la conquista otomana en 923/1517, el Hijaz fue asimilado en el Imperio Otomano.
Después de haber estudiado la historia política de Medina durante la era mameluca, ahora dedicaremos alguna atención a las características del gobierno sharifiano en la ciudad; no obstante, la información proporcionada por las fuentes –tanto publicadas y manuscritas- hasta ahora accesible no nos permiten hacer observaciones generales en este sentido. En lo que sigue, los aspectos sobresalientes de la vida en el amirato medinés serán tratados.
Quizá el aspecto /más importante de la historia medinesa durante la primera mitad de la era mameluca, aproximadamente desde 648/1250 hasta 700/1300, sean los intentos de los sharifs de Medina por extender su hegemonía territorial en el Hijaz así como incluir el más extenso y poderoso amirato de La Meca localizado al sur. Así, el último tercio del siglo VII/XIII fue testigo de los exitosos intentos de Jammāz b. Shīha por la conquista de La Meca. En 687/1288 él, era, es cierto, capaz de retener el control de La Meca durante varios meses, e incluso haber acuñado su nombre en las monedas y recitado en la khutba, pero pronto fue obligado a abandonar el control de La Meca.
A partir de ahí, durante el largo reinado del sultán al-Malik al-Nāsir Muhammad b. Qalā’un, los mamelucos de Egipto y Siria comenzaron a reforzar su sujeción sobre Medina, tendencia manifestada por la frecuente intervención de al-Nāsir en la sucesión al amirato medinés. Al mismo tiempo, las facciones rivales en Medina también buscaban la ayuda del sultán para establecer sus pretensiones. La política mameluca hacia Medina gradualmente evolucionó durante el siglo VIII/XIV, hasta que la instalación de un nuevo amir se convirtió en prerrogativa del sultán de El cairo, mientras que el mismo amir se convertía en un gobernante titular en gran medida impotente, equivalente a un funcionario mameluco.
La incorporación posterior de Medina al Imperio Mameluco llegó aproximadamente a principios del siglo IX/XV, cuando el amirato de Medina fue colocado bajo la supervisión del Sharif de La Meca, que fue promovido al rango de vice-sultán de Hjaz. Aunque el arreglo no estaba destinado a durar mucho tiempo, el patrón de intervención mameluca en la vida política medinesa continuó a través del resto de la era mameluca. Hacia mediados del siglo IX/XV, los mamelucos incluso comenzaron a situar guarniciones, generalmente compuestas de 50 mamelucos, en Medina para preservar el orden.
Los sharifs de Medina mismos eran originalmente Imamíes, o Duodecimanos, Shi’íes. El historiador medinés nativo, Ibn Farhūn, nos informa de que la khutba en la Mezquita del Profeta era pronunciada de acuerdo con las doctrinas del Shi’ismo Miami desde la fundacion del saharifato en el siglo IV/X, hasta 682/1283-4 cuando los mamelucos instalaron a un imam sunní.
Tales actos no fueron suficientes para extirpar el Shi’ismo. Su continua presencia en Medina, al menos hasta mediados del siglo IX/XV, se demuestra por los tres casos siguientes. El Sharif Sa’d b. Thābit († 752/1351) disfrutó de una reputación como protector del Sunnismo, por el que se ganó el favor mameluco. El Sharif Jammāz b. Mansūr , ferviente partidario del Shi’ismo, fue asesinado durante la estación de peregrinación del año 759/1358. Finalmente, al-Sakhawī alaba al Sharif Zuhayr b. Sulaymān(† 874/1469) por su protección del sunnismo.
Poco puede deducirse sobre la composición de los ejércitos de los sharifs medineses. Los ejércitos, tal como estaban, eran pequeños. Una fuerza combinada de Medina y Yanbu’ en 675/1276 contaba solo con 215 jinetes y 600 soldados de a pie, comparados con una fuerza Mecana de 100 caballos y 80 infantes. En ciertas ocasiones, los Banū Husayn mismos formaron un contingente en el ejército de Medina, mientras que está claro que el cuerpo principal del ejército estaba generalmente compuesto de beduinos de las regiones circundantes. Los Banū Lām son mencionado específicamente como habiendo llegado para la asistencia del Sharif Māni’ b. ‘Alī contra sus rivales sharifianos en 754/1354.
Las fuentes disponibles para la historia de Medina aportan una preciosa lucecita sobre la vida económica. Sabemos que la intervención mameluca en esta área se manifestó muy pronto. En 665/1266-67, la administración mameluca asumió la recaudación de los zakat y los ‘ushr en Medina. A algunos sharifs se les concedía la iqta en Siria por los mamelucos. Pero la falta de suficientes ingresos siempre presentaba un severo problema. En 716/316-17, Mansūr b. Jammāz demandó el pago de 1000 dirhams de ciertos empleados de la Mezquita del profeta. El dinero recaudado iba a ser destinado a gastos miliares, pero el intento fue bloqueado por El Cairo. Más tarde, el amir de Medina buscó contribuciones voluntarias de los ciudadanos de Medina para pagar los salarios de sus mercenarios beduinos. Cuando su se encontró con una tibia recepción, recurrió entonces a la extorsión. También hay evidencia a la imposición de duros impuestos no sancionado por la ley islámica, conocidos como mukūs. Se dice que habían sido aliviados por ‘Atiyya b. Mansūr en 760/1359.
Medina, durante la era mameluca, al igual que la 'ayyubí, puede ser descrita mejor, en palabras de al-Qalqashandī, como un estado beduino, con una inestable estructura política y una economía primitiva, cuya importancia deriva de la presencia del segundo santuario más santo del   Islam, y por tal razón, pronto cayó bajo el control de la más cercana de las grandes potencias, el Sultanato Mameluco de Egipto y Siria.


Bibliografía:
 RICHARD T. MORTEL: The Origins and Early History of the Husaynid Amirate of Madina to the End of the Ayyubi Period. Studia   Islamica, nº 74, 1991.
RICHARD T. MORTEL: The Husaynid Amirate of Madina during the Mamluk Period. Studia   Islamica, nº 74, 1994.
 

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