1. Los Reinos Preislámicos
Antes del nacimiento del fenómeno
religioso, político y social conocido como Islam, Arabia, su antiguo solar de
origen, había sido el hogar de los pueblos semitas que en el transcurso de los
siglos habían invadido las regiones civilizadas del Creciente Fertil en oleadas
cíclicas: primero, los acadios y, más tarde, amorreos, arameos, hebreos y
caldeos. Es un ejemplo más del enfrentamiento entre el nómada y el sedentario;
el primero lleva una vida anhelando los recursos del segundo, y éste, gracias a
la agricultura ha conseguido estabilizar la producción de alimentos, lo que
permitió el despegue demográfico, y en una fase posterior, el nacimiento y
desarrollo de una cultura avanzada.
La Península Arábiga había estado
aislada de los centros políticos y culturales del mundo antiguo. En ella se
reconocen varios territorios bien definidos, con diversos grados de
civilización. En el interior de la Península, en el Neyed, es como una
prolongación del desierto de Siria; de escasa lluvias, solo permite una
población poco densa de pastores nómadas. Son los beduinos, que se consideran
los representantes más puros de la raza árabe. El beduino solo es leal con los
miembros de su tribu, gracias a su autoridad personal. Desprecia tanto al
habitante de la ciudad como al campesino árabe, y por eso consideraba tener
derecho al saqueo de las ciudades y las tierras fértiles. Su ilimitada
arrogancia exige, incluso, entre las arrogantes tribus; una desconfianza
siempre despierta y la lucha continua por los abrevaderos, las mieses les
llevaba a conflictos y guerras entre sí. La autonomía de la tribu, celosamente
guardada no permitía que surgieran planteamientos de una organización política
más amplia en la Arabia septentrional y media.
En Yemen (la Arabia Felix de los romanos) se llegó, a partir
del s.III, en el reino sabeo de los Himyaríes a la formación de un estado que
abarcaba varias ciudades-estados aisladas. La Arabia meridional poseía una
avanzada cultura urbana, gracias a la construcción de grandes diques y sistemas
de irrigación perfeccionados. Por su posición a la salida del Mar Rojo era, al
mismo tiempo, punto de confluencia de las grandes rutas mercantiles
Oriente-Occidente y pieza de unión entre el comercio marítimo del Océano Índico
y las rutas terrestres hacia Siria y Egipto. La Arabia meridional cayó también,
por esta razón, bajo la esfera de influencia de las grandes potencias.
Bizancio, interesada en la ruta marítima del Mar Rojo como compensación al
cierre del Golfo Pérsico por los Sasánidas, habían apoyado, ya bajo Justiniano,
al reino cristiano de Aksum. La utilización de Arabia y sus oasis como refugio
por los judíos y cristianos disconformes con la presión económica o religiosa
de los estados del limes, contribuyeron a poner fin a la Arabia Felix de los clásicos. Así, el rey del Yemen Ma'adi-Karib Yanuf marchó (522) contra al-Mundhir III de al-Hira, pero la crisis le obligó a
abdicar en Yusuf Asar o Dhu Nuwas, judío. Éste, con la
ayuda de la tribu de Hamdan, persiguió a los cristianos de Nachran, y a ella
parece aludir El Corán, en el año 523; los cristianos reaccionaron con la
expedición de castigo abisinia del 525, y la intervención, cada vez más
decidida de los africanos en el sur de Arabia. Al fin, se hizo cargo del poder Abrahah, procedente de Adulis,
quien adoptó el mismo título real que Aki-Karib. Posiblemente era nestoriano.
Atacó la Arabia del Norte, y según la tradición, los hamdan le apoyaron en la
campaña. Se le atribuye a él o a un homónimo la marcha sobre La Meca que había
sido detenida por voluntad divina el año del nacimiento del Profeta Muhammad
(570).
El resultado de sus maniobras fue la intervención militar de la
Persia Sasánida, cuyo general Wahriz ocupó el Yemen. La parte noroccidental de Arabia estaba desde
hacía siglos en la zona de tensión del conflicto romano-parto primero y
bizantino-sasánida después, sometidos constantemente a cambiantes influencias
políticas y culturales. La esfera de influencia sasánida llegaba hasta Palmira
y hasta la parte oriental del Nafud. Bizancio intentó mantener bajo control la
margen occidental del desierto de Akaba hasta Siria, mediante estados clientes.
En las fronteras defensivas de los estados bizantino y sasánida, existían
pequeños estados intermedios, estados clientes semibeduinos, bajo el mando de
príncipes árabes. Los Ghassaníes eran una rama de los Azd, y a cambio de un
subsidio anual que le pagaba Constantinopla y de los títulos de filarca, clarissimus, patricio y glorioso, suministraban a sus protectores escuadrones de
caballeros, vigilaban las caravanas comerciales de los Qurayshíes, que había
empezado a organizar, a partir de 467, un antepasado de Muhammad, Hashim b. Abd Manaf, y atacaban a los judíos del Hedjaz. Uno de sus soberanos al-Harith b. Djabala (529-569) luchó contra los persas a las órdenes
de Belisario, y más tarde, derrotó en Qinasrin al lakhmí al-Mundhir b.
an-Numan, en el "día" de Halima (554). La
aceptación y difusión del monofisismo fue la causa de que su sucesor al-Mundhir
fuera desterrado a Sicilia. El último de sus soberanos, Djabala b. al-Ayham († 644), consiguió reconstruir su
patrimonio después de la avalancha persa de Cosroes II Parviz (590-628) y la
posterior victoria de Heraclio, pero vencido por los musulmanes se convirtió a
la nueva fe.
La dinastía rival, los lakhmíes,
protegía la frontera persa. Había llegado a la misma, procedente del sur, hacia
el s.III. El primer rey conocido fue Amr
b. Adi. Combatió a Zenobia de Palmira y protegió el maniqueismo cuando este
fue perseguido en Persia, del mismo modo que sus sucesores acogieron a los
nestorianos, huidos de los territorios bizantinos. Aprovechando la decadencia
de Edesa y Palmira, los lakhmíes transformaron su campamento (hira) en
una verdadera capital, etapa imprescindible en los caminos que, desde el este o
desde el sur de Arabia, bordeando el Golfo Pérsico, se dirigían a Siria y al
Hedjaz.
El soberano más importante de esta
dinastía, al-Mundhir III (503-554) mantuvo relaciones con los
sudárabes Yusuf Dhu Nuwas y Abrahah; colaboró con los persas en la batalla de
Callinicum (531), en que derrotaron a los bizantinos mandados por Belisario y
protegió y auxilió la política de la tribu guerrera de los kinda, dirigida a
dominar el norte de la Arabia Central. A pesar de ello, an-Numan IV b. al-Mundhir (580-602), mandado asesinar por
Cosroes II, no pudo evitar la errota de la hegemonía kinda en el
"día" de Djabala o al-Nuq, ni la incorporación de su estado al
imperio sasánida que así se privó del servicio de una familia experta en los
asuntos árabes y en la defensa ante sus incursiones.
Las regiones centrales de Arabia estaban dominadas por la
confederación Kinda. Dentro de ella los Banu Mu'awiya eran los predominantes y
en su seno la casa de Hudj, por sobrenombre Akil al-Murar, fue la más ilustre. Es este Hudj, quien con la ayuda de
Himyar, en la segunda mitad del s.V se movió hacia el centro y norte de Arabia,
y asegura su supremacía sobre las tribus árabes de Ma'ad. Su hijo Amr (al-Maksum) le sucede, y su hijo más joven, Mu'awiya al-Djawn, gobierna Yamama; pero de los dos poco se conoce, y es el
nieto, al-harith b. Amr el miembro más conocido de la familia, afirmándose como
una personalidad internacional no solo entre los árabes, sino también entre los
persas, bizantinos, lakhmíes y ghassaníes. Hacia el 500 los dos hijos de éste
último, Hudj y Ma'adi-Karib, iniciaron una ofensiva contra la frontera
bizantina, y en 502 se debió concluir un tratado con al-Harith. Durante un
corto perido de tiempo reina sobre al-Hira y adopta el mazdeismo; después se
acerca a los bizantinos, que le conceden un filarcato en Palestina, pero entra
en conflicto con Diómedes, dux de esta provincia, y fue en el desierto donde en 528 fue
muerto por el lakhmí al-Mundhir, o por otro miembro de la tribu de Kalb.
Al-Harith había repartido las tribus ma'adíes entre sus cuatro hijos: Hudj, Shurahbil, Salama y Ma'adi-Karib; pero, a su muerte, estallaron las rivalidades
entre ellos resultando un sangriento choque armado, en el curso del cual
Shurahbil encuentra la muerte. Enseguida, la tribu de Asad se subleva contra
Hudj y le mata. En estas circunstancias tras la muerte violenta de al-Harith, y
cuando el poder de los kinda se estaba resquebrajando, hacia 530 Bizancio envía
a dos diplomáticos, Julián y Donoso, entre los Himyar, los kinda y los etíopes
para concluir una alianza contra Persia; los servicios de los kinda le eran
necesarios y la diplomacia bizantina logró poner fin al conflicto que oponía a
himyaríes y kinda al retirar de Arabia central a Qays, hijo de Salama, y partir sus posesiones entre sus hermanos Yazid y Amr. Qays fue recibido en Constantinopla y se le confirio un
mando en Palestina.
En el curso de la segunda mitad del
s.VI el poder de Kinda en el norte y centro de Arabia manifiesta signos de
desintegración. Además de las luchas fratricidas a las que se entregaban en
Nadj los hijos de al-Harith, la rama de los Banu-l-Djawan de la Yamama entra en
los conflictos intertribales que oponían los Tamim a los Amir, y que llevaron a
las batallas de Shi'b Djabala y Dhu Nadjab, desastrosas para los Banu Djawn. La
posición de los kinda se volvió precaria y finalmente volvieron a Hadramawt, su
lugar de origen. Habían gobernado a los árabes a través de centros urbanos como
Ghamr hdi Kinda, Bat Akil y Hadjr.
Gracias a su posición en la encrucijada
de dos grandes rutas de caravanas entre la Arabia meridional y Siria y entre el
Mar Rojo e Iraq, por las que pasaba el incienso y las maderas del Yemen, las
especias y artículos de lujo de la India y del Lejano Oriente, La Meca (Makka),
desde hacía mucho tiempo constituía una importante plaza comercial con una
aristocracia formada por familias de grandes comerciantes. Junto al comercio se
sacaban sustanciosos beneficios de las peregrinaciones: las fechas en que
pasaban por allí las caravanas más importantes coincidían, en parte, con la
peregrinación anual a la Ka'aba; durante esos días se establecía la tregua de
dios, tan útil en los negocios. La Ka'aba con la" Piedra Negra",
piedra de naturaleza meteórica caída del cielo, venerada por los creyentes
constituía el centro cultural más importante de la Arabia noroccidental.
Arabia en el 600
Hola, muy interesante su artículo. Estoy investigando sobre la arabia preislamica, principalmente el siglo v y principio del 6, y los conflictos entre los reinos satélites y también el marco general de los reinos árabes. Es un terreno pantanoso y gracontradictorio y queria pedirle por favor, si podria usted referirme algunas fuentes fiables y ricas. Gracias de antemano.
ResponderEliminarComo habrá podido comprobar esta entrada es meramente una introducción al inicio de la historia del Islam, una pincelada del caldo de cultivo sobre el que fermentó la doctrina musulmana del profeta Muhammad. Para iniciarse en el tema le puedo recomendar Los orígenes del Islam, de Juan Vernet, en cuyo capítulo segundo podrá encontrar una información más amplia y detallada del mundo árabe previo a la Hégira. Está publicado en la colección Biblioteca Historia 16, nº 27. En la bibliografía correspondiente a dicho capítulo se hace referencia a fuentes originales, si bien en idioma extranjero. Espero haberle sido de ayuda.
ResponderEliminarNecesito Fuentes por favor!!!
ResponderEliminarSobre el estado de Arabia antes del Islam: H. LAMMENS, Le Berceau de l'Islam. L'a Arabie occidentale à la veille de l'Hégire, vol I. Le climat, les Bédouins, Roma, 1914; G. RYCKMANS, Les religions arabes préislamiques, 2ª edicion 1952; P. HENRI CHARLES, Le christianisme des Arabes nomades sur le limes et dans le désesrt syromésopotamien aux alentours de l'hégire, Paris, 1936, para las relaciones entre bizancio y los árabes en la época del emperador Mauricio, el cap. IX de P.GOUBERT, Byzance avant l'Islam.
ResponderEliminarPara la puesta al día del material pueden verse los artículos de la Encyclopédie de l'Islam (segunda edición Leiden, Brill; fascículos en inglés y francés desde 1953), buscando por las palabras claves correspondientes.
Tienes referencia de esta infomacion?
ResponderEliminarMe detuve a leer pues estoy haciendo un trabajo sobre el la Arabia preislamica y me gustaria conocer las referencias de esta informacion.
Me gusto su pagina, le invito a la mia
ResponderEliminarevolutionhomo.blogspot.com
Estaré encantado de visitarla, por supuesto. En cuanto a la bibliografía, es la que he comentado un poco más arriba. De todos modos, como ya dije antes, solo es una pequeña introducción a los inicios del Islam.
EliminarHola, estoy haciendo un trabajo sobre la Arabia preislamica, pero mas bien sobre la cultura socio-politica de esa época. no sé si me podría aportar información sobre tal tema.
ResponderEliminargracias
Sobre este tema le recomendaría las obras ya citadas, pero la más accesible es, sin duda, Los Orígenes del Islam, de Juan Vernet, en la que se puede profundizar la organización social, política y las creencias de las tribus beduinas del desierto, así como las influencias bizantina y persa sobre estas comunidades. Sobre todo recomiendo los dos primeros capítulos de este libro: Capítulo 1, los Árabes, y el Capítulo 2, Los Árabes según sus fuentes antiguas. Ahí se analiza más profundamente la paulatina transformación de las primitivas sociedades árabes, desde las primeras noticias en las fuentes del imperio neoasirio, los distintos de grupos árabes del norte y del sur, del interior, de las costas, cada uno con su propia genealogía tribal, las primeras cristalizaciones estatales en Yemen, la forma de vida de las primeras ciudades, de las tribus de los yermos desolados del desierto interior, etc.
ResponderEliminarTambién le puedo recomendar para profundizar sobre el tema: Arabia and the Arabs. From the bronze Age to the coming of Islam, de Robert G. Hoyland (2001). Aborda el tema desde el punto geográfico distinguiendo entre Arabia oriental, meridional y central-septentrional, a lo largo de varios periodos, desde la Edad del Bronce (3200-1300), Eedad del Hierro (1300-330 a.C), periodo grecorromano o parto (330 a.C.-240 d.C.) y periodo bizantino o sasánida (240-640). Luego tiene capítulos particulares que versan sobre la sociedad, la economía, la religión, la lengua, etc. Lo veo completo y se puede hacer fácilmente un buen trabajo.
EliminarEl libro de Robert G. Hoyland es un libro difícil de encontrar en Internet, de hecho no lo he encontrado solo viene para comprarlo...
ResponderEliminarLe agradezco la información. Por cierto me ha gustado su página.
Si me da un correo puedo mandárselo en pdf
ResponderEliminarAqui le dejo mi correo :maria_lirra@hotmail.com
Eliminary le agradezco su ayuda.