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martes, 24 de enero de 2012

La Disgregación Política del Califato Abbasí de Bagdad (II): Las Dinastías Turcas Islamizadas hasta el fin del Califato de Bagdad (s.XI-1258)

Las campañas samaníes contra los paganos turcos que habitaban en las zonas de estepa produjeron poco botín pero dieron como resultado abundante aprovisionamiento de esclavos. Algunos de ellos se vendían en la metrópoli islámica, y de entre ellos se reclutaba la guardia personal de los califas Abbasíes. Los mismos samaníes utilizaron muchos esclavos turcos como soldados, llagando a ser estos esclavos un elemento muy importante en sus ejércitos y gracias a las reconocidas virtudes militares de los turcos, estos ocuparon a veces posiciones de gran responsabilidad. Uno de estos oficiales esclavos fue el famoso Alptigin, que alcanzó el grado de comandante en jefe de las tropas de Khurasan durante el reinado del emir samaní Abd al-Malik b. Nuh (954-961). Temiendo al sucesor de este, Mansur I, contra el que había intrigado, Alptigin resolvió retirarse hacia la frontera sudeste del estado samaní, donde podía establecerse como gobernante semi-independiente en la zona cercana a la frontera con la India, lugar en el que tendría muchas posibilidades de seguir en el poder si se realizaba una “guerra santa”. Alptigin conquistó Ghazna en 962 y al año siguiente fue sucedido por su hijo Ishaq, quien se aseguró el reconocimiento de parte del ejército samaní. 

Tras breves reinados de dos ghulams (esclavos) de Alptigin, Bilgetigin y Buritigin, subió al trono Sebuktigin, verdadero fundador del Imperio Ghaznawí. En 977 atacó el reino hindushaylla de Ohind. Al mismo tiempo, siempre se consideró vasallo del emir samaní. Cuando en 993 el emir Nuh II se enfrentó con la rebelión de sus generales Fa’iq y Abu Ali Simjuri, pidió ayuda a Sebuktigin, que intervino en Khurasan, y de esta forma se equilibraron las fuerzas. Tras su victoria de 994, Sebuktigin fue recompensado con el cargo de gobernador de Balkh, Tukharistan, Bamiyan, Ghur y Gardistan, mientras que su hijo Mahmud (luego llamado “de Ghazna”), recibió el cargo de comandante en jefe de los ejércitos de Khurasan, con el puesto de mando en Nishapur. A la muerte de su padre, consolidó su posición en las tierras al sur del Oxus. 

Mientras tanto, el estado samaní había caído en un estado de confusión y, coincidiendo con ello, una nueva potencia, la de los turcos Qarakhaníes había comenzado a avanzar desde el norte. Sobre su origen, prevalece la opinión de que sus dirigentes eran una rama de la tribu Qarluq. Antes de convertirse al Islam, este pueblo vivía al noreste de la frontera samaní, alrededor de Balasaghun (sobre el río Chu) y Taras (Talas). Los territorios qarakhaníes se ampliaron rápidamente hacia el este hasta incluirse en ellos Kashgar. El primero que adoptó el Islam fue su gobernante Abd al-Qarin Satuq ( 955). Así, Harun Bughra Khan intervino en los disturbios del imperio samaní en 992 y ocupó Bukhara, pero poco después emprendió la retirada y murió durante la marcha. 

En 999, un nuevo ejército qarakhaní mandado esta vez por el ilek Nasr, se dirigió hacia Bukhara. La ciudad fue ocupada sin resistencia y el emir samaní hecho prisionero y deportado a Uzkend. Al mismo tiempo, subía al trono Mahmud de Ghazna, quien envió embajadores al ilek y se llegó a un acuerdo que señalaba el Oxus como frontera entre los dos reinos; pero los Qarakhaníes infringieron muy pronto este compromiso, puesto que realizaron varias incursiones al otro lado del río. Sin embargo, Mahmud pudo fácilmente derrotar a estos invasores, de manera que el límite entre los dos estados se estabilizó según el acuerdo, aunque, más tarde, Mahmud llegó a ampliar su dominio hasta Khwarizm. 

En los últimos tiempos de la dinastía samaní apareció un nuevo grupo: los Saljuqíes, rama de la tribu Oghuz, que se estaba trasladando hacia el sur desde las zonas de pastos cercanas a la boca del Syr Daria en Jand. Su caudillo, Saljuq b. Duqaq, se había convertido al Islam, y en 992, su hijo Isma’il había ayudado a los samaníes, en su campaña con Harun Bughra Khan. Más tarde, Mahmud de Ghazna sintió temor del poder de Isma’il, le prendió y le mantuvo prisionero en la India hasta su muerte. Pero, al mismo tiempo, Mahmud permitió a la tribu cruzar el Oxus, y asentarse en su territorio cerca de Nasa y Abivard. Los líderes de los inmigrantes eran los hermanos Chaghri Beg y Tughril Beg, nietos de Saljuq, quienes aumentaron rápidamente su poderío hasta que en 1038 fueron proclamados emires de Marv y Nishapur, respectivamente. En 1040, el sucesor de Mahmud de Ghazna, Mas’ud I, combatió a los Saldjuqíes en Dandanqan, pero fue completamente derrotado, huyó a Ghazna y abandonó el Khurasan a los Saljuqíes. Este suceso marcó el declive de los Ghaznawíes; desde entonces, Lahore se convirtió en centro de su reino y su gobierno estuvo dedicado principalmente a la administración de sus territorios indios. 

La conquista Saljuqí prosiguió a la manera de las estepas, pues cada miembro de su familia se esforzaba para aumentar las conquistas por su cuenta. En 1050 Tughril Beg, el príncipe mayor de su casa, entró Isfahan y la convirtió en capital de sus estados, que comprendían Persia y Khurasan, mientras sus hermanos y primos se establecieron en los límites septentrionales, formando una confederación poco consistente que acataba la superior autoridad de aquel, y que hacía libremente incursiones en los países limítrofes. En 1055, aceptando la invitación del califa 'Abbasí, que estaba atemorizado por las intrigas de su ministro turco Basasiri con los fatimíes, Tughril Beg entró en Bagdad como campeón del Islam sunní y fue proclamado Rey de Oriente y Occidente (“sultán”), con poder temporal supremo sobre todos los países que debían obediencia espiritual al califa. 

En Armenia, las incursiones se hicieron más frecuentes. El propio Tughril Beg tomó parte en una de ellas, en 1054, cuando devastó el campo en torno al lago Van, pero fracasó en la toma de la fortaleza de Manzikert. Los ejércitos de incursión los mandaban generalmente sus primos Asan e Ibrahim Inal. En 1047 habían sido derrotados por los bizantinos ante Erzerum, y durante los años siguientes se concentraron para atacar a los aliados georgianos del Imperio. En 1052 fue saqueada Melitene. En 1059 las tropas turcas avanzaron por primera vez hasta el corazón del territorio imperial, la ciudad de Sebastea. Finalmente, en 1071, el choque definitivo entre el Imperio Bizantino y el sultán Alp Arslan (1063-1072) tuvo en lugar en Manzikert, donde el ejército griego fue destruido y el emperador capturado. Aunque los turcos sacaron poco provecho inmediato, las invasiones turcas empezaron en serio en 1073. Malik Shah (1072-1092), hijo de Alp Arslan, encargó la conquista de Anatolia a su primo lejano, Sulayman b. Qutlumish. Este deseaba establecer un sultanato tranquilo bajo la soberanía de Malik Shah. Pero había príncipes turcos menores como Danishmend o Mangujak, cuyo deseo era ocupar las fortalezas que pudieran gobernar en calidad de capitanes de bandoleros sobre la población que encontraran. Tras ellos venían los nómadas turcomanos que viajaban con pocas armas, con sus caballos, tiendas y sus familias, hacia la altiplanicie anatólica. La “turquización” se impuso en un grado tal, que con el tiempo Asia Menor se convirtió en la Turquía moderna. 

En las regiones central y oriental, los primeros establecimientos fueron los de los Mangujakíes, que ejercieron su control sobre Dvrigi (Tephrike), Erzican (Keltzine) y Kemah (Camcha), hasta 1252; los Saltuqíes, que gobernaban en Erzurum (Theodosiópolis), hasta 1201; y los más importantes, los Danishmends, centrado en Sivas (Sebastea), Kayseri (Caesarea Cappadociae) y Amasya (Amaseia) hasta 1177. Sulayman b. Qutlumish capturó Nicea (Iznik) y Nicomedia (Izmit) amenazando Constantinopla. En 1080, tomó el título de sultán, desafiando a Malik Shah, y descendiendo a Siria, chocó con Tutush, hermano segundón de aquel, quien desde 1079 se había creado un feudo en Damasco. Cerca de Alepo celebraron una batalla en la que Sulayman fue muerto y Tutush consiguió Alepo (1086). 

Uno de los principales problemas del nuevo Imperio era poner fin a las anárquicas costumbres de la sociedad nómada turca: al morir un sultán, estallaban disputas entre los diversos individuos del clan gobernante. Según la tradición, el poder supremo debía ejercerse por el miembro de más edad del grupo familiar. Por eso, a la muerte de Alp Arslan, su hijo Malik Shah tuvo que vencer a su tío Qawurd (1048-1073), fundador de la línea saljuqí de Kirman, y el miembro mayor y más experimentado en el gobierno de la familia. Finalmente, acabó por imponerse el principio de la sucesión de padre a hijo. 

A la muerte de Malik Shah, el imperio se dislocó y surgieron varios sultanatos totalmente independientes, aunque bajo la soberanía teórica de un sultán supremo. Todos esos sultanatos fueron desapareciendo progresivamente: en Kirman, la dinastía de Qawurd prosperó hasta que hacia 1170, una serie de querellas dinásticas debilitaron el país, convirtiéndolo en presa fácil de una invasión de turcos oghuz en 1186; el sultán supremo Sanjar, que gobernaba el Khurasan, y tenía como vasallos a los qarakhaníes de Transoxiana y a los Ghaznawíes de Afganistán, fue derrotado y tomado prisionero por las tribus oghuz acantonadas en Marv (1153). A la muerte del sultán (1157) quedó un vacío de poder que aprovecharon los Shahs de Khwarizm para poner las bases de su futuro imperio. Los reinos Saljuqíes de Siria (Alepo y Damasco) se arabizaron rápidamente; además, las dos casas originadas en los hijos de Tutush fueron eliminadas en un corto espacio de tiempo por sus mamelucos, igualmente turcos. En el sultanato de Iraq y Djibal se produjo el fenómeno de los atabegs: originalmente el término designaba a los tutores de los jóvenes príncipes de la familia Saljuqí, y posteriormente fue asociado a los gobernadores regionales. Entre estos atabegs, los de Azerbaijan terminaron jugando el papel de mayordomos de palacio entre los últimos Seldjuqíes. Tal fue el caso de los atabegs Ildegiz (1172) con el sultán Arslan Shah (1161-1175), y el del atabeg Pahlawan ( 1186) ante el sultán Tughril III (1175-1194). Cuando este último trató de liberarse, el atabeg Qizil Arslan, sucesor de Pahlawan, lo encarceló, siendo librado  sólo a su muerte. Esta restauración Saljuqí sería de corta duración, pues en 1194 Tughril III caería derrotado por los turcos khwarizmianos. 

El único sultanato duradero fue el de Rum, en Asia Menor, conocido también como Sultanato de Qonya (Iconium); duró dos siglos completos y sería el origen de la Turquía actual. A partir del reinado de Qilidj Arslan I, hijo de Sulayman b. Qutlumish, la dinastía fue absorbiendo  todos los principados turcomanos surgidos tras la victoria de 1071, convirtiéndose, a la muerte de del sultán Mas’ud I ( 1156) en el poder dominante de Anatolia central y oriental. Las luchas por el poder entre los miembros de la familia, los repartos territoriales subsiguientes, la delegación de poder en manos de hábiles administradores y finalmente, la imposición de la soberanía mongola, llevaron a la desaparición del último gran sultanato Saljuqí. En adelante, el país quedó fragmentado en beylikatos (o principados) de los cuales surgirían en el s.XIV el Imperio Otomano. 

En la zona oriental, en el s.XII, emergió la dinastía de Ghur, que tomó ese nombre por las montañas que forman una región casi inaccesible en Afganistán central, a medio camino entre Herat y Qabul. Mahmud de Ghazna había sometido a los gobernantes de este país por la fuerza y había establecido en él su soberanía. El primer príncipe de Ghur que tuvo un poder considerable fue Izz al-din Husayn I, contemporáneo y vasallo del sultán Saljuqí Sanjar. Más tarde, cuando el sultán ghaznawí Bahram Shah mató a un miembro de la familia real de Ghur, Qutb al-din Muhammad, el hermano de este, Sayf al-din Suri, marchó sobre Ghazna, expulsó a Bahram y se apoderó de la ciudad. Sin embargo, Bahram volvió inesperadamente, sorprendiendo a Suri, al cual hizo prisionero y lo mandó matar en 1149. Un tercer hermano, Ala al-din Husayn II subió entonces al trono de Ghur, y para vengar a sus hermanos atacó la ciudad de Ghazna, se apoderó de ella y la quemó totalmente. Por este acto de ferocidad, Ala al-din recibió el nombre de Jahansuz “el quemador del mundo”. 

Qutb al-din Muhammad había comenzado ya, en Firuzkhuh, al lado del río Hari Hud, la construcción de la nueva capital del Imperio Ghurí. Un gobernante posterior Ghiyat al-din Muhammad II (1163-1202), emprendió al final de su reinado una campaña, con el fin de apoderarse de Khurasan. Ya poseía Herat y ahora sus fuerzas avanzaron para conquistar Nishapur, Sharak y Marv, y llegaron a atacar por el oeste hasta  la ciudad de Bistam. Estos territorios se ganaron en muy poco tiempo a los Shahs de Khwarizm que gobernaban en nombre de los sultanes Saljuqíes. 

El fundador de la dinastía de los Shahs de Khwarizm fue un esclavo turco llamado Anushtigin, que llegó  al cargo de copero del sultán seldjuqí Malik Shah I (1072-1092). Durante el reinado del siguiente sultán, el hijo de Anushtigin fue nombrado gobernador de Khwarizm. El tercer miembro de esta dinastía, Atsiz, gozó de gran independencia durante el reinado del sultán Sandjar, que sólo pudo reducirle tras arduas campañas. Con el posterior declive del sultanato Saljuqí los Shahs de Khwarizm llegaron a tener bajo su influencia a todo el Khurasan. El sexto rey de la dinastía, Takash o Takish, debió su subida al trono al poyo prestado por el soberano de los Qarakhitai, pueblo constituido por los supervivientes de la  dinastía nómada Liao, en China, que había sido expulsada por tribus rivales, y había cruzado Asia Central, hasta llegar a controlar el Imperio de los Qarakhaníes, que entonces estaba en decadencia. A la vez que pagaba tributo a los Qarakhitai, Takash se apoderó de Khiva y penetro en Iraq, lo cual fue motivo de desavenencia con el califa Abbasí. Takash murió en 1200 y Ghiyat al-din Muhammad II de Ghur aprovechó esta oportunidad para ocupar Khurasan, pero él mismo murió muy poco después. 

Su sucesor, su hermano Shihab o Muízz al-din Muhammad III de Ghur se expansionó extraordinariamente, pues destronó a los últimos ghaznawíes del Punjab, se anexionó esas provincias (1186) y conquistó la cuenca del Ganges a los rajás hindúes (1192-1203). En ese momento fue atacado por Muhammad de Khwarizm. En la primera batalla salió beneficiado el ghurí, que saqueó Khwarizm (1204). Muhammad de Khwarizm buscó ayuda en su soberano el gurkhan qarakhitai, que envió un ejército y a su vasallo qarakhaní Uthmán. Con esta ayuda expulsó a los ghuríes del país (1204). Los Qarakhitai persiguieron a Muhammad de Ghur y le infringieron una derrota completa de Andkhui, al oeste de Balkh. Sin embargo, sólo tras la muerte de Muhammad de Ghur, Muhammad de Khwarizm arrebató a los ghuríes Herat y el propio Ghur (1206). Yildiz y Aybak, generales de origen esclavo, se proclamaron independientes en Ghazna y Delhi, respectivamente. En 1215, el Shah de Khwarizm, terminaría la conquista de Afganistán quitándole también Ghazna. Llegado a ese grado de poder tomó el título de sultán y se negó a pagar tributo a los Qarakhitai, y contando con la ayuda del qarakhaní de Samarcanda, Uthmán, derrotó a aquellos y más tarde, aprovechando una rebelión de su aliado tomó Samarcanda, y mandó ejecutar a Uthmán poniendo fin a la dinastía. 

Finalmente, Muhammad de Khwarizm llevó a cabo en 1217, a través de Persia, una cabalgada triunfal, recibiendo el homenaje de los atabegs o gobernadores turcos, convertidos en independientes y hereditarios, que gobernaban las provincias persas, especialmente los Salghuríes de Fars y los Ildeguzíes de Azerbaidjan. Avanzó hasta Hulwan en los Zagros, en la frontera del dominio califal del Iraq arabí. Enfrentado al califa, estuvo a punto de marchar contra Bagdad. En ese momento (1217), el Imperio turco khwarizmiano, limitando al norte por el Syr Daria, al este por el Pamir y las montañas de Waziristan, al oeste de Azerbaidjan, los montes de Luristán y Khuzistán, incluía Transoxiana, casi todo el Afganistán y Persia. 

A pesar de su amplitud, ese imperio no había tiempo para cohesionarse internamente. De ahí que, cuando se enfrente al empuje de las hordas Mongolas de Genghis Khan el estado khwarizmiano se viniera abajo a primer choque. 

Cronología del periodo de las dinastías turcas islamizadas (ss.XI-XIII)
Genealogía de las principales dinastías turcas islamizadas

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